15 consejos para hacer más claros los portales de transparencia

15 consejos para hacer más claros los portales de transparencia

La Diputación de Castellón ha publicado una guía que ayuda a las Administraciones públicas a hacerse entender al incluir recomendaciones prácticas y herramientas para hacer los portales de transparencia más claros y accesibles. Los autores del manual avanzan algunas claves para lograr que la Administración sea más cercana y comprensible para la ciudadanía.
6 junio 2025

El título completo de esta guía es Hoja de ruta para el diseño estratégico de un portal de transparencia claro. 15 consejos para gestionar el paso del derecho a saber al derecho a entender, y fue presentada en abril en la sede de la Diputación de Castellón, institución editora del documento.

En el marco de la Semana de la Administración Abierta, la obra ha recibido uno de los galardones de las Distinciones Audaz 2025 a la transparencia local, otorgados por la Red Académica de Gobierno Abierto. ¿Qué aporta esta publicación y cómo puede mejorar la transparencia? Revista Haz ha contactado con sus autores para conocer las claves para hacer un portal de transparencia más claro.

Sobre cómo surge la idea de clarificar un portal de transparencia, Borja Colón, jefe de Servicio de Administración e Innovación Pública de la Diputación de Castellón y uno de los coordinadores de la obra, señala que “pensamos que había que ‘darle una vuelta a la transparencia’. En primer lugar, porque vimos que nos habíamos quedado estancados y necesitábamos mejorar en varias cuestiones. Y, en segundo lugar, porque evidentemente teníamos carencias en materia de lenguaje claro, nos interesaba hacernos entender mejor”.

Colón relata que inicialmente fue una iniciativa de los responsables técnicos en materia de transparencia de la Diputación, “pero que inmediatamente se secundó políticamente”. Se trata de “dos liderazgos sincronizados y distribuidos: uno de carácter técnico y más organizativo y otro político más institucional. Uno sin el otro no tiene sentido. Ambos juntos son la fórmula mágica del éxito en las Administraciones públicas”, concluye.

A partir de esta detección de necesidades, se inició un camino que comienza con la definición de una metodología y un plan de trabajo, y que continuará después de la publicación de esta Hoja de ruta, que es parte de una estrategia más amplia. “Ahora toca implementar las medidas propuestas e iniciar un proceso de transformación interna que es complejo, en el que pueden confluir intereses incluso contradictorios”, como señala Colón de Carvajal.

Qué contiene la hoja de ruta

Precisamente “poner el foco en el proceso y la gestión por encima del contenido es una de las claves principales” de esta guía, como señala Rafa Camacho, politólogo experto en gobierno abierto, redactor de Revista Haz y coordinador de la obra junto a Borja Colón. Explica que, si bien se tratan algunos aspectos concretos sobre diseño web, lenguaje o formatos de archivos, esta publicación “pretende animar y guiar a responsables técnicos y políticos iniciar un proceso amplio, en el que el cumplimiento del todo o de alguna de sus partes ya supone un avance positivo para la entidad”.

La novedad, añade Colón, es que esta publicación “no es una guía más de lenguaje claro, sino que representa el germen de un cambio y una nueva visión sobre la transparencia, donde la claridad y el compromiso por hacerse entender están en primer término”. En efecto, es un “complemento” a esas guías, apostilla Camacho que, en lo referente a las recomendaciones sobre contenido, también plantea que “podrían valorarse como una ampliación de esta publicación, que precisamente hemos compartido con licencia Creative Commons para facilitar su reutilización y también su mejora”.

“No es una guía más de lenguaje claro. Representa una nueva visión sobre la transparencia, donde la claridad y el compromiso por hacerse entender están en primer término”, Borja Colón.

Ambos coinciden en que hay propuestas o soluciones que sí podrían darse por definitivas, “pero otras necesitarían validarse por los usuarios del portal”. También inciden en la idea de que “normalmente no hay soluciones universales en diseño, y además cada entidad puede tener particularidades, como sistemas de diseño propios, o simplemente prioridades distintas” en cuanto a la forma de mostrar la información o las herramientas auxiliares con las que cuenten, como visualizadores de presupuestos o contratos públicos.

Si tuvieran que destacar solo uno de los consejos de la hoja de ruta, Colón se decanta “por el primero, el que señala que la clarificación es un proceso y es el que marca el camino, pero con una buena dosis de los tres siguientes, ya que implican un trabajo conjunto a todos los niveles dentro de la entidad y colaboración externa, es decir, gobierno abierto en estado puro”.

Camacho, por su parte, se queda con el octavo, el que se centra en pensar en el público del portal, en hacer “un ejercicio de empatía en el proceso de publicar la información, pensando en cuestiones como de qué manera me gustaría ver la información, si la entendería con facilidad y si me sería útil”.

Aclarados estos términos, la Hoja de ruta está compuesta por quince consejos de tipo estratégico, organizativo, técnico y normativo. Cada consejo constituye una sección de la obra, que se presenta con un esquema fijo: la presentación de la cuestión que se trata, unas recomendaciones prácticas muy concretas y, por último, las herramientas o técnicas que se pueden emplear para llevar a cabo esas recomendaciones. La publicación está disponible en el Portal de Transparencia de la Diputación de Castellón.

“Hay que pensar en el público del portal, considerando cuestiones como de qué manera me gustaría ver la información, si la entendería con facilidad y si me sería útil”, Rafa Camacho.

Cómo es el proceso: la metodología

El producto final, como señala Camacho, es el “resultado de un proceso de aprendizaje” a partir del diagnóstico del portal que realizaron el grupo de expertos que coordina. Para realizar ese diagnóstico, explica que la idea principal era aplicar la definición de lenguaje claro a un portal de transparencia. Esto implica que la información cumpla cuatro principios de claridad: que sea pertinente, se pueda encontrar con facilidad, se entienda y se utilice.

Para aplicar esta premisa se realizó un diagnóstico del portal en varias áreas, cada una de ellas relacionada con al menos uno de esos cuatro principios mencionados: cumplimiento de las obligaciones de publicidad activa, estructura y diseño del portal, lenguaje, usabilidad y accesibilidad web. Este diagnóstico se complementaba con propuestas de mejora para cada una de las carencias detectadas y un plan de trabajo a seguir.

En cuanto a las características de la información y los principios de claridad, no solo se trata de publicar lo que exige la ley, sino el cómo se publica. Joaquín Meseguer, jurista experto en transparencia y redactor de Revista Haz, explica que “un portal es claro cuando incorpora información relevante, significativa y suficiente para que la ciudadanía sea capaz de entender cómo es la gestión que las Administraciones llevan a cabo”, además de que sea “fácilmente localizable, para que la estructura, la arquitectura de la información facilite intuitiva y rápidamente su localización”.

En esta línea, Francisco Delgado, politólogo experto en transparencia, destaca que en las evaluaciones de transparencia no basta con comprobar si un indicador está publicado, sino cómo se ha hecho y si esto facilita la comprensión.

Por su parte, Blas Subiela, doctor en Comunicación y experto en diseño aplicado a la comunicación, destaca la importancia del diseño en lenguaje claro, ya que “combina la organización visual, la jerarquía informativa y el cumplimiento de criterios de accesibilidad para reforzar el derecho a entender y que cualquier persona, independientemente de su nivel de alfabetización digital o administrativa, pueda encontrar y entender lo que busca”.

Desde la perspectiva de los textos, Mar Forment, lingüista y experta en lenguaje administrativo claro, explica que “la formulación textual de los contenidos de un portal de transparencia supone un gran reto, ya que el lenguaje se convierte en un filtro decisivo para el acceso efectivo a la información pública”. En muchos casos, añade, “la redacción de los textos presenta un alto grado de densidad léxica, estructuras sintácticas complejas y terminología administrativa no adaptada, hecho que obstaculiza su comprensión incluso para lectores con formación superior”. Y concluye que “sin una formulación lingüística accesible, la transparencia pierde eficacia como mecanismo de control democrático y participación ciudadana”.

“Un portal es claro cuando incorpora información relevante, significativa y suficiente para que la ciudadanía sea capaz de entender cómo es la gestión que las Administraciones llevan a cabo”, Joaquín Meseguer.

Un proyecto innovador

Sobre la aportación de conocimiento y la innovación que supone esta publicación, Camacho considera que “viene a ocupar un espacio entre las guías de lenguaje claro que han proliferado estos años y las recomendaciones sobre cómo publicar determinados contenidos en los portales de transparencia”.

Colón, por su parte, añade que en este proyecto “confluyen los tres elementos que, según Geoff Mulgan, deben habitar en la innovación: nuevas ideas (que no tienen por qué ser originales), que salen del laboratorio y se pueden poner en acción, y que tienen un impacto significativo sobre tus clientes internos o externos”. Por tanto, concluye que “clarificar un portal es una idea nueva, que hemos podido poder en marcha y que, evidentemente, va a generar valor público en muchos sentidos”.

Además, otra de las características de la innovación es que sea replicable. En este sentido, Colón afirma que “la Hoja de ruta es un mapa del tesoro para clarificar portales de transparencia”, al servicio de quienes la quieran utilizar.


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Para quién

Sobre esa generación de valor público, todos los autores coinciden en señalar a la ciudadanía como la gran beneficiara de un proceso de este tipo. Delgado recuerda que “no se trata de que publiquemos portales de transparencia que puedan entender administrativistas, empleados públicos y otros especialistas”, sino que más bien la comunicación clara en las Administraciones públicas es una “herramienta fundamental para fortalecer la democracia”, ya que “permite que la ciudadanía comprenda a una Administración que está a su servicio, y no al revés”, como afirma Subiela.

Meseguer compara la credibilidad que produce la claridad en las Administraciones con la confianza que se genera en las relaciones personales, ya que “nos infunde más confianza aquel que es capaz de explicar lo que ha sucedido, incluso cuando trae malas noticias, que quien solo relata sus éxitos”. Añade que “las organizaciones públicas, como el ser humano, pueden inculcarnos valores cuando quienes las dirigen asumen el compromiso de no engañar, de no ocultar o de no maquillar la realidad”.

Forment añade que “la claridad expositiva, la organización textual coherente y la adaptación del lenguaje a distintos niveles de competencia lectora son condiciones necesarias para que la información pública cumpla su función social”.

En definitiva, Delgado concluye que “un portal de transparencia que asume la claridad como parte fundamental de su diseño e implementación es la demostración del compromiso de la Administración con la ciudadanía”.

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