Este sitio web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuaria/o posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestro web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de este sitio web encuentras más interesantes y útiles.

Filantropía cívica: por qué los donantes españoles ignoran las causas democráticas
En Estados Unidos, la financiación filantrópica para causas democráticas ha crecido entre un 42% y un 61% desde 2016, alcanzando un promedio anual de tres mil millones de dólares. Los 25 principales financiadores estadounidenses han destinado más de 1.100 millones de dólares a proyectos periodísticos en los últimos cinco años.
En España, la situación es mucho más restrictiva: ninguna de las 30 principales fundaciones empresariales —entre ellas Fundación Bancaria La Caixa, BBVA, Santander, Telefónica, Coca-Cola, Iberdrola o Naturgy— destina recursos al fortalecimiento de la democracia, y solo un 3% apoya la transparencia y el buen gobierno. Entre las 20 grandes fundaciones familiares, como Alicia Koplowitz, Amancio Ortega, Botín o Rafael del Pino, el apoyo a la democracia y la gobernanza es prácticamente irrelevante. La mayoría de los recursos se concentran en sectores tradicionales como la educación (70%) o el arte y la cultura (63%).
Una situación que se analiza en el informe En busca del donante cívico: invertir en democracia, invertir en la verdad, del Laboratorio Haz, que arranca con una frase del poeta Bertolt Brecht: “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos o las medicinas dependen de las decisiones políticas”.
El documento hace un recorrido histórico sobre la figura del filántropo desde la antigua Grecia hasta nuestros días y compara el compromiso de Estados Unidos y España en causas como la transparencia, la rendición de cuentas y la información veraz.
Barreras estructurales y culturales
El informe identifica cuatro grandes obstáculos para el desarrollo de la filantropía cívica en España: la falta de conocimiento sobre iniciativas de impacto, la ausencia de una masa crítica de donantes, la dificultad para medir resultados en el ámbito cívico y la carencia de instituciones independientes que canalicen y coordinen los esfuerzos colectivos. Estas barreras dificultan la identificación de proyectos eficaces, desincentivan la participación y generan incertidumbre sobre el impacto real de las donaciones.
NOTICIAS RELACIONADAS
– Las cuatro barreras invisibles para invertir en democracia
– Filantropía y medios: el reto de financiar la independencia informativa
Como ejemplo de superación de estas barreras, el informe destaca el Observatorio de Medios e Información Responsable, impulsado por la Fundación Haz y Ethosfera.
Esta iniciativa ha logrado reunir a medios, empresas, anunciantes, asociaciones profesionales y universidades para consensuar estándares de independencia e integridad editorial, y para gestionar los riesgos de desinformación. El Observatorio se ha consolidado como una institución independiente y colaborativa, capaz de generar confianza en el sector gracias a su modelo basado en la transparencia y la participación.
Un llamamiento a democratizar la filantropía
El Laboratorio Haz subraya la necesidad de ampliar la base de donantes y promover la colaboración entre empresas, fundaciones y ciudadanía para garantizar la sostenibilidad y el impacto de las causas cívicas.
El informe invita a la sociedad española a no ser “analfabeta política” y a implicarse activamente en la construcción de una democracia más robusta y una sociedad más justa, transparente y participativa, porque, como recuerda el poema de Bertolt Brecht, la indiferencia política tiene un precio que afecta a todos.