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Helen Darbishire. Foto: Access Info.
Adiós a Helen Darbishire, una adalid de la transparencia
Reconocida internacionalmente por ser una experta en el derecho de acceso a la información y en gobierno abierto, Helen Darbishire fue una pionera de la transparencia en España. Impulsora de organizaciones protransparencia como Access Info, de la que fue directora durante 18 años, su legado perdurará en el tiempo.
Helen trabajó también para Open Society Foundations dirigiendo programas sobre libertad de expresión e información y fue consultora experta para organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales, entre ellas la Unesco, el Consejo de Europa, la OSCE y el Banco Mundial.
Desde aquí queremos enviar nuestras condolencias a sus familiares y amigos y a quienes trabajaron a su lado. En la fundación y la revista Haz también tuvimos la oportunidad de estar cerca de ella y, aunque las palabras a veces se quedan cortas, aquí van unas líneas dedicadas a Helen Darbishire.
Javier M. Cavanna, director de Fundación Haz
Si tuviese que escoger una palabra para describir a Helen elegiría sumar. Puede que no sea un término a primera vista particularmente atractivo, pero cada vez me parece más relevante. En un mundo crecientemente polarizado, Helen siempre tuvo la capacidad de integrar y sumar esfuerzos.
La Coalición ProAcceso quizás sea su fruto más conocido, pero no el único. Recuerdo cuando hace años comenzamos a reunirnos de manera informal algunas instituciones que impulsábamos diferentes actividades cívicas (Access Info, Civio, Transparencia Internacional, Hay Derecho y Fundación Haz) para intercambiar experiencias y coordinar esfuerzos. Helen no solía faltar a pesar de su complicada agenda y siempre tenía la virtud de ver el vaso medio lleno, lo cual tiene un mérito especial en organizaciones que impulsan causas cívicas: transparencia, acceso a la información, lucha contra corrupción, prácticas de buen gobierno, defensa del estado de derecho, etc., pues siempre andamos muy escasos de recursos y con batallas de largo alcance.
Por esa razón, necesitamos más personas como Helen, que nos ayuden a impulsar proyectos colectivos y nos recuerden que tenemos que encender las luces largas para no dejarnos seducir por el ruido y el permanente cambio, que nos impide distinguir lo urgente de lo importante. Descansa en paz.
Joaquín Meseguer, Red Académica de Gobierno Abierto Internacional
Viento fresco, a veces huracanado, y luz, mucha luz, por momentos también cegadora. Ese era el torbellino Darbishire. Arrebatadora, perspicaz e incontenible. Nunca pasaba desapercibida ni resultaba indiferente. Cuando Helen levantaba la mano, el auditorio temblaba. No había nada, absolutamente nada, que a sus ojos y oídos no admitiera un nuevo debate. Era una amazona de la transparencia, como a menudo me gustaba llamarla, iluminando con su amplia sonrisa y haciendo girar todas las cabezas cuando tomaba la palabra con su acento de otra tierra.
Helen nos cautivó. Fue imposible no prestarle atención y caer rendidos ante sus argumentos tan contundentes como imbatibles. La lógica de la evidencia, del sentido común, de su lucha por los derechos de todos. No puedo por más que agradecerte los últimos momentos que compartí contigo cuando la negra sombra ya extendía su manto. Y por contagiarme tu optimismo, por tu entusiasmo con las cosas pequeñas y sencillas y por tu convicción.
Aunque la añoranza hoy nos inunde la mirada de pura emoción, honraremos tu memoria defendiendo los valores a los que dedicaste la mejor parte de tu vida. Hasta siempre, compañera.
Rafa Camacho, investigador especializado en gobierno abierto
Que Helen Darbishire ya no esté entre nosotros supone una pérdida humana muy profunda, y a sus familiares, seres queridos y colegas de profesión les debemos las primeras palabras que le dediquemos. Pero también, y esto es un lugar común entre cualquiera que haya escrito unas líneas sobre ella, supone una gran pérdida en este pequeño ecosistema de la transparencia y derecho de acceso a la información pública en España que ella ayudó a gestar desde sus inicios, muchos años antes de que tuviéramos una ley y, por supuesto, que fuera un asunto relevante en la agenda política.
A ella hay que reconocerle y agradecerle su decidido activismo, siendo parte fundamental de la creación de varias organizaciones protransparencia, como la Coalición ProAcceso o Civio, de la que fue patrona, y por supuesto, Access Info Europe, una referencia imprescindible, de la que fue alma y motor. Y también hay que agradecerle su predisposición a participar en tantos foros como fuera posible, su firme convencimiento en que las cosas pueden cambiar y su valentía en expresarlo siempre, con la misma firmeza ante cualquier público y en cualquier contexto, ya fuera en la tarima de una institución pública o en una charla informal en medio de la calle.
Y también hay que agradecerle su inquebrantable optimismo, su sonrisa amable y su atenta escucha, cualquiera que fuera quien le hablara. Se fue recordándonos que en España se había avanzado mucho y que había motivos para seguir peleando por una sociedad y una Administración más abierta. Se fue dejando un hueco irremplazable, porque solo habrá una Helen, aunque su legado alcance a muchas personas. Se fue una persona que creía en esto como pocas. Por eso es tan grande el vacío que deja en este pequeño mundo de la transparencia”.
Beatriz C. Martisi, profesora de Derecho de la información en UCM
Despedimos a uno de los ángeles custodios de la transparencia: Helen Darbishire. Las palabras resultan torpes a la hora de describir el legado que nos deja esta maravillosa persona. Como una de las privilegiadas que fui al tener la oportunidad de conocerla, solo puedo decir que siempre admiraré su ilusión, dedicación y constancia en su labor por que la transparencia fuera en nuestro país una realidad, más que un derecho.
Cada año coincidíamos en la cita anual del Congreso Internacional de Transparencia, pero también tuve el placer de poder entrevistarla en varias ocasiones para Revista Haz, y siempre me maravilló su amable disposición a colaborar con nosotros. Nunca dejó de contestar a mis preguntas a pesar de las circunstancias adversas, la carga de trabajo o, incluso, las malas jugadas de la tecnología, cuando no me llegaban sus emails porque el servidor me los mandaba al spam... Siempre estuvo disponible para nosotros con una sonrisa y dispuesta a hacernos un hueco en su agenda.
Ahora solo espero que su memoria y espíritu, junto a la otra gran dama de la transparencia, Esther Arizmendi, nos sigan iluminando y guiando con su ejemplo en este largo camino de la cultura de la transparencia, para que el día que volvamos a coincidir pueda decirle con orgullo que conseguimos ser una sociedad mejor.