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Los tres pilares del ‘compliance’ en la universidad española
La Fundación Haz, en colaboración con la Conferencia de Consejos Sociales y la Asociación Española de Compliance (Ascom), ha celebrado el webinar Informe de transparencia de universidades. El área de compliance, en el que se ha debatido sobre las nuevas responsabilidades de cumplimiento que asumen los consejos sociales de las universidades desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) y se han presentado los nuevos indicadores sobre cumplimiento que serán incluidos en el informe de la Fundación Haz sobre transparencia y buen gobierno y tenidos en cuenta para el otorgamiento de los sellos t de transparente de universidades.
El debate, moderado por Javier Martín Cavanna, director de Fundación Haz, ha contado como ponentes con Antonio Abril, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales, y José Zamarriego, presidente de Ascom.
Estas son algunas de las principales conclusiones:
Los consejos sociales como motor del compliance
Durante su intervención, Abril ha enfatizado en la relevancia de los consejos sociales en las universidades españolas, resaltando su papel clave en promover transparencia, buen gobierno y ética institucional.
Asimismo, destaca cómo la responsabilidad social corporativa ha evolucionado hacia un enfoque más integral y obligatorio de compliance y subraya la creciente importancia de este a través de las reformas legales en España, que han instaurado un sistema obligatorio para asegurar una ética corporativa sólida. En este sentido, la legislación, incluyendo la reforma del Código Penal en 2010 y su posterior mejora en 2015, representa “la gran amenaza que el sistema establece para intimidar a las instituciones y para forzarlas al cumplimiento de la ética”, señala Abril.
Además, hace hincapié en las iniciativas proactivas para integrar el compliance en el sector universitario, incluso antes de que fuera un requerimiento legal de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) y señala que la Conferencia de Consejos Sociales debe liderar ese esfuerzo, organizando jornadas y conferencias para promover una cultura de integridad y buen gobierno en las universidades. Esas acciones subrayan “la importancia que los consejos sociales desde siempre hemos dado al compliance”, reflejando un compromiso continuo con la ética institucional, según comenta.
"El ‘compliance’ es esencial no solo para la transparencia y la ética, sino también para la eficacia, eficiencia y competitividad de las universidades". Antonio Abril, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales.
El papel de los consejos sociales en la supervisión del compliance universitario también se considera crucial. Abril sugiere la necesidad de clarificar legislativamente esa función para permitir un “control y supervisión efectiva del compliance universitario”. Cree que los consejos deberían verificar la existencia de códigos éticos, aprobar normativas de cumplimiento y fomentar la creación de comités antifraude.
En resumen, Abril argumenta que el compliance es esencial no solo para la transparencia y la ética, sino también para la eficacia, eficiencia y competitividad de las universidades, y advierte que “se equivocará cualquier Gobierno, estatal o autonómico, si no apuesta por reforzar las funciones del consejo social en esta función del compliance”.
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Los pilares: prevención, detección e información
En su intervención, Zamarriego ha detallado los pilares del compliance organizacional, destacando la ética, la integridad y la prevención del fraude como elementos cruciales en las universidades públicas.
Resalta la importancia de ejercer funciones “con independencia, imparcialidad y objetividad”, considerando estos como aspectos críticos inherentes a la gestión de consejos sociales. La promoción de la participación y comunicación dentro de la comunidad universitaria y la contribución al desarrollo sostenible y al bienestar social son también identificados como ejes éticos esenciales.
El presidente de la Asociación Española de Compliance (Ascom) pone especial énfasis en cómo gestionar operativamente estos aspectos éticos a través de un marco de compliance, subrayando la necesidad de un enfoque proactivo que vaya más allá del simple cumplimiento de normas. Describe el compliance como “una función de gestión de riesgos” que no solo busca prevenir y detectar malas conductas e incumplimientos, sino también promover una cultura organizativa ética.
Los pilares de un sistema de cumplimiento efectivo según Zamarriego incluyen la prevención, la detección y la información. Destaca la importancia de establecer políticas y procedimientos claros, la realización de formación continua y el establecimiento de canales éticos para reportar posibles incumplimientos.
Además, señala que el éxito de cualquier sistema de compliance depende de una cultura organizacional que valore y promueva activamente la ética y la integridad, una cultura que debe ser liderada desde la cúspide de la organización.
Según Zamarriego, “el control no es control por control porque se van a hacer las cosas mal, sino porque podemos demostrar que se están haciendo las cosas bien”, una declaración que resalta su visión positiva sobre la función del compliance, viéndolo como una oportunidad para demostrar la integridad y la buena gestión más que como un mecanismo de restricción.
Zamarriego subraya la importancia vital de los consejos sociales en liderar la implementación de sistemas de compliance, reflejando el compromiso universitario con la excelencia, la sostenibilidad y el bienestar social.
Para José Zamarriego, presidente de Ascom, el ‘compliance’ es una función de gestión de riesgos que no solo busca prevenir y detectar malas conductas e incumplimientos, sino también promover una cultura organizativa ética.
Nuevos indicadores para evaluar el compliance universitario
En el webinar, Martín Cavanna ha presentado los tres nuevos indicadores de compliance que Fundación Haz incorporará en su Informe de transparencia y buen gobierno de las universidades de 2024 y que se tendrán también en cuenta para otorgar los sellos de transparencia de estas instituciones. Los distintivos t de transparente acreditan que las universidades que lo obtienen cumplen determinados indicadores de transparencia en la web aprobados por la Fundación. Una certificación que puede solicitarse a través de la web. y que el pasado año ya obtuvieron 23 universidades españolas.
El primer indicador se enfoca en la existencia y publicación de un código ético o de conducta por parte de la universidad. Este código actúa como una brújula moral para toda la comunidad universitaria, estableciendo claras expectativas sobre el comportamiento ético y profesional. Al contar con un código ético, las universidades ponen de manifiesto su compromiso con la creación de un entorno académico donde prevalecen los principios de honestidad y responsabilidad.
El segundo indicador relevante es la designación de un órgano o individuo responsable del compliance dentro de la estructura organizativa de la universidad. Este rol es esencial para la efectiva implementación y supervisión de las políticas de cumplimiento, un aspecto aún pendiente de aprobación y definición en muchas universidades. La claridad en la asignación de responsabilidades asegura que exista un punto de referencia claro para cuestiones relacionadas con el cumplimiento normativo, fortaleciendo la estructura de gobernanza de la institución, según explica Martín Cavanna.
Por último, se evaluará la existencia de un canal de denuncias, preferentemente denominado canal ético, que permite a los miembros de la comunidad universitaria reportar de forma confidencial cualquier preocupación o incumplimiento ético. Este canal no solo sirve como una herramienta para la detección de posibles problemas, sino también como un medio para fortalecer la cultura de transparencia y diálogo abierto dentro de la universidad, trasladando al órgano de gestión correspondiente las dudas en determinadas temáticas o áreas.
Fundación Haz planea añadir gradualmente nuevos indicadores en futuras ediciones del informe y del sello t de transparente.
Los tres nuevos indicadores sobre cumplimiento que se incorporarán al informe de transparencia y buen gobierno y al sello 't de transparente' se refieren a la necesidad de que la universidad haga público su código ético o de conducta, que identifique a un órgano o individuo responsable del ‘compliance’ y que cuente con un canal ético.
La provisión de recursos, uno de los principales escollos
En el apartado de preguntas y respuestas del webinar han surgido interesantes cuestiones que han sido abordadas por los ponentes.
Una de ellas ha girado en torno a cómo las universidades pueden gestionar los gastos adicionales relacionados con el compliance, dada la gran parte del presupuesto ya asignada a nóminas y gastos corrientes. Se reconoce que, para afrontar estas necesidades adicionales, es esencial contar con financiación extra y recursos específicamente asignados para la contratación de personal dedicado al compliance.
También se ha debatido sobre cómo integrar el compliance en la estructura organizativa de universidades, donde tradicionalmente muchas funciones reportan directamente al rector. Los participantes del webinar subrayan que la implementación del compliance requiere un cambio estructural, necesitando personal que reporte al consejo social. Esta nueva configuración presenta retos significativos, dado que puede alterar el modelo organizativo centralizado común en las instituciones educativas.
Finalmente, se ha debatido sobre la presentación y ubicación de la información sobre compliance en la web para maximizar su visibilidad y accesibilidad. Se ha sugerido que esta información debe ser fácilmente identificable y accesible en la web de la universidad, ya sea dentro del área del consejo social o en secciones dedicadas a la transparencia. Aunque no se establece una ubicación única preferida, los ponentes coinciden en que la organización lógica y la fácil accesibilidad son esenciales para comunicar efectivamente las iniciativas de compliance.