<p>Foto: Cruz Roja.<p>

Foto: Cruz Roja.

El voluntariado se reinventa: flexible, digital y con impacto real

La imagen del voluntario que se acerca cada semana a la sede de una asociación para colaborar durante unas horas convive hoy con una realidad mucho más plural y flexible. La irrupción de la tecnología, los cambios generacionales y la profesionalización del tercer sector han ampliado las maneras de participar hasta límites impensables hace unos años.
5 diciembre 2025

Las redes sociales, las plataformas digitales, las aplicaciones móviles y la posibilidad de realizar tareas de impacto desde casa han hecho que el compromiso ciudadano pueda adoptar formas casi infinitas. En este nuevo escenario, la clave ya no es únicamente disponer de mucho tiempo, sino querer aportarlo, incluso si es poco. El voluntariado se adapta ahora a la vida de las personas, y no al revés.

En declaraciones a Revista Haz, Ferrán Cobertera Hidalgo, director de Voluntariado y Desarrollo Territorial de Cruz Roja Española, explica que, aunque el voluntariado sigue siendo predominantemente presencial, las plataformas digitales y aplicaciones permiten ahora colaborar sin salir de casa. La tecnología elimina barreras y facilita que más personas se sumen al voluntariado de manera sencilla, desde encontrar oportunidades cercanas a gestionar su participación e informarse de las novedades de la organización. Además, permite una gestión más ágil y mejora la atención remota a personas usuarias, multiplicando el alcance y la eficacia del voluntariado.

Esta transformación no solo se debe a la tecnología, sino también a las nuevas generaciones. La Plataforma del Voluntariado de España señala que los jóvenes buscan experiencias con propósito, impacto directo y flexibilidad. Esto se confirma en el informe VolunTEC, presentado por Fundación Cibervoluntarios, que describe el tránsito desde una “ética del deber” hacia una “ética del deseo”: las personas participan no porque “deban”, sino porque “quieren”, porque la experiencia les aporta aprendizaje y satisfacción personal.

Según Antonio Pulido, responsable de incidencia social y cultural de la Fundación Cibervoluntarios, la tecnología permite transformar el voluntariado en un espacio de ciudadanía activa que combate desigualdades. “No se trata solo de enseñar a usar herramientas digitales, sino de empoderar a las personas y generar innovación social para mejorar su situación socioeconómica”, explica. Desde 2001, la Fundación trabaja para acercar la tecnología a los grupos más vulnerables y fomentar la soberanía digital ciudadana, promoviendo la participación en la gobernanza tecnológica y garantizando un internet más abierto y accesible.

Una organización de la envergadura y la experiencia de Cruz Roja ha sido testigo también de la transformación profunda en el perfil del voluntariado. Tal y como explica Ferrán Cobertera Hidalgo, los jóvenes buscan experiencias con propósito, flexibilidad y un impacto directo. Su motivación no está tanto en la pertenencia de por vida a una entidad, sino en contribuir a causas concretas y generar redes personales. La tecnología ha hecho posible que se impliquen de manera temporal, combinando varias causas según su agenda y sus intereses, y que ofrezcan sus competencias en entornos de aprendizaje mutuo. Cruz Roja ha adaptado sus modelos de voluntariado para integrar estas formas de participación, fomentando entornos flexibles donde cada contribución, por pequeña o puntual que sea, tiene valor.

Voluntariado digital y voluntariado de habilidades

El voluntariado digital ha dejado de ser solo “enseñar a usar un móvil” para convertirse en un espacio de ciudadanía activa. Antonio Pulido destaca el proyecto Yo Conecto, que ofrece cursos gratuitos adaptados a personas mayores, jóvenes, familias y docentes, incluso en competencias de inteligencia artificial. “Queremos democratizar el acceso a la tecnología y capacitar a todos los perfiles para que puedan participar plenamente en la sociedad digital”, señala. Otros proyectos buscan despertar vocaciones Steam entre jóvenes, fomentar el pensamiento crítico frente a las fake news y apoyar el emprendimiento y la inclusión de personas con discapacidad.

La participación de los jóvenes tiene un efecto doble. Pulido destaca Cibervoluntarios Junior, un programa en el que estudiantes de secundaria y bachillerato imparten talleres a sus compañeros. “Refuerza su identidad y autoestima, y les permite sentirse parte activa de la comunidad. Muchos jóvenes también enseñan a personas mayores, generando un diálogo intergeneracional muy positivo”, explica. La experiencia demuestra que los jóvenes voluntarios se convierten en referentes en sus entornos, inspirando a otros y reforzando su sentido de responsabilidad.

El voluntariado se reinventa: flexible, digital y con impacto real

Del deber al deseo: los voluntarios participan no porque “deban”, sino porque “quieren”, porque la experiencia les aporta aprendizaje y satisfacción personal, explican desde Cibervoluntarios. Foto: Fundación Cibervoluntarios.

En Cruz Roja Española han puesto en marcha también iniciativas innovadoras, como los mapatones de cartografía humanitaria con OpenStreetMap, que permiten trazar mapas de zonas vulnerables y mejorar la eficacia de la ayuda en emergencias, y proyectos de realidad aumentada y avatares virtuales para acompañar a niños hospitalizados y personas mayores, reforzando la interacción social y combatiendo la soledad. Ferrán Cobertera señala que la organización ofrece cursos y formación para fomentar competencias digitales y habilidades Steam.

Aunque el voluntariado digital crece muy rápido y abre muchas oportunidades, también tiene desafíos. El informe VolunTEC señala, por ejemplo, que la tecnología facilita la entrada de nuevas personas, pero si no se acompaña correctamente, algunas experiencias pueden quedarse en la superficie o los vínculos con la organización pueden ser débiles. Además, trabajar en entornos digitales con personas vulnerables exige prestar atención a la protección de sus datos y diseñar protocolos que garanticen su dignidad, algo cada vez más importante en un mundo donde la información circula con rapidez.


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Profesionalización del sector hacia la tecnología

Quizá sea la profesionalización del tercer sector lo que mejor expresa este cambio de época. Muchas ONG están invirtiendo en equipos especializados, herramientas de seguimiento digital y sistemas formativos online. El informe VolunTEC señala que esta profesionalización no deshumaniza el voluntariado, sino que lo fortalece: permite ofrecer experiencias más estructuradas, acompañamiento adecuado y procesos sólidos que mejoran la satisfacción y la permanencia.

Hay mucho trabajo por hacer. Según el Libro Blanco de la Transformación Digital del Tercer Sector, de la Fundación Telefónica, en España hay unas 27.000 entidades sociales que atienden a cerca de 13 millones de personas en situación de vulnerabilidad. A pesar de ello, el 44% de esas organizaciones aún no ha comenzado un proceso de digitalización, y un 19% ni siquiera se lo plantea a largo plazo. Esta situación evidencia una brecha que puede comprometer su capacidad para adaptarse a un mundo crecientemente digital. Para combatirla, el informe ofrece recursos, herramientas, datos y buenas prácticas —una suerte de brújula para que cualquier entidad, sea grande o pequeña, trace su propia estrategia digital manteniendo su misión y su identidad.

El 44% de las entidades soiales aún no ha comenzado un proceso de digitalización, y un 19% ni siquiera se lo plantea a largo plazo.

El Libro Blanco subraya que digitalizar no significa simplemente introducir tecnología: implica repensar la organización desde dentro, transformar procesos, cultura institucional y modelos de relación con voluntarios, beneficiarios y donantes. Este cambio puede potenciar la productividad, la innovación y la creatividad de los equipos; facilitar la gestión interna; mejorar la transparencia y la rendición de cuentas; agilizar la captación de recursos y ampliar el alcance de las acciones sociales. Pero al mismo tiempo advierte de los desafíos: muchas entidades reconocen como barreras la falta de talento digital —un 48 % señala que la carencia de competencias digitales entre su personal limita la transformación—, la escasez de formación (más del 80 % de las organizaciones admite que nunca o muy pocas veces capacita a su plantilla en gestión de datos o uso de herramientas digitales) y la baja implicación de voluntarios en tareas digitales.

Esta realidad pone en relieve que la tecnología, bien empleada, puede funcionar como palanca de modernización del tercer sector: una palanca para dotar a las entidades de capacidades de gestión más profesionales, eficientes y sostenibles, y para acercar la acción social a personas que por diferentes razones no podían participar antes. Pero ese impulso requiere decisión, inversión y voluntad de cambio.

Por qué un plan de digitalización

Para que el voluntariado siga siendo una herramienta eficaz de cohesión social, solidaridad e impacto, las organizaciones de voluntariado necesitan adaptarse. En este contexto, el Plan Estatal de Digitalización para las Entidades de Voluntariado promueve que el voluntariado del siglo XXI sea moderno, accesible, eficiente e inclusivo. Este plan ha sido promovido por Plataforma del Voluntariado de España, fruto de un proceso participativo con numerosas entidades del tercer sector y tras un diagnóstico que recoge las realidades, retos y oportunidades de la digitalización en las ONG y asociaciones de voluntariado. Su objetivo no es solo la adopción de herramientas tecnológicas, sino garantizar que este cambio se adapte a las distintas realidades del voluntariado. La premisa principal es que nadie se quede atrás en la transición digital.

Entre sus objetivos concretos se encuentra promover la adopción de herramientas digitales que faciliten la gestión del voluntariado, garantizar formación en competencias digitales para voluntarios y personal de las entidades, incorporar la perspectiva de inclusión digital y accesibilidad, impulsar nuevas formas de participación adaptadas a la diversidad de perfiles y realidades sociales, y mejorar la calidad, transparencia y eficiencia de la gestión mediante la sistematización de procesos y el uso de datos.

El voluntariado se reinventa: flexible, digital y con impacto real

Según Cruz Roja, los jóvenes voluntarios buscan hoy experiencias con propósito, flexibilidad y un impacto directo. Foto: Cruz Roja.

La transformación digital que propone el plan no trata solo de modernizar equipos o usar nuevas tecnologías; es, sobre todo, una gran oportunidad para que las organizaciones de voluntariado puedan llegar a más personas y romper barreras de distancia o movilidad. La digitalización puede ayudar a recoger información, evaluar el impacto de los proyectos, aprender de las buenas prácticas y rendir cuentas de manera transparente. No se trata solo de introducir ordenadores, plataformas o bases de datos, sino de transformar la manera en que estas entidades se organizan.

El voluntariado del siglo XXI no suple al voluntariado clásico: lo amplifica, diversifica y lo hace más accesible. Pero su éxito dependerá de que siga siendo humano, significativo y capaz de generar vínculos reales. Antonio Pulido, de la Fundación Cibervoluntarios, concluye: “La tecnología amplifica y diversifica el voluntariado, permitiendo que llegue a más personas y fomentando vínculos reales, sin perder nunca la dimensión humana que hace significativa la acción social”.

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