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Tres de cada cuatro jóvenes quieren ayudar, pero piden más confianza y voz en las ONG
La juventud española muestra sensibilidad ante los grandes retos sociales y medioambientales, pero su vínculo con las ONG sigue siendo limitado. Así lo señala el informe Jóvenes y ONG: Los retos de la colaboración entre las ONG y la juventud, elaborado por el Instituto de Innovación Social de Esade y la Fundación PwC.
Según este estudio, tres de cada cuatro (75%) quiere implicarse en causas colectivas; si se suman quienes ya colaboran, la cifra alcanza el 90%. Pese a ello, la participación efectiva sigue siendo baja: solo el 41% ha colaborado con una ONG (donaciones, voluntariado o movimientos juveniles) y otro 41% admite no haberse implicado nunca en causas sociales o ambientales.
Durante la presentación del informe en Madrid, Ignasi Carreras, director del Programa Esade‑PwC de Liderazgo Social, subrayó: “la juventud cuenta con valores sólidos y un gran potencial transformador, lo que exige a las ONG repensar cómo se relacionan con ella y abrir espacios reales de cocreación y participación. Las nuevas generaciones quieren ser parte activa del cambio, no solo espectadoras y las organizaciones sociales deben aprender a escuchar, innovar y trabajar junto a ellas”. A su juicio, “La colaboración entre ONG y jóvenes es una oportunidad para renovar el liderazgo social, integrar nuevas competencias digitales y fortalecer la confianza en el sector”. Y advirtió: “Lo que está en juego no es solo el presente de las ONG, sino su capacidad de inspirar a una generación que quiere transformar la sociedad”.
Ana Peláez, presidenta de la Fundación PwC, ha afirmado que “los resultados de este estudio representan tanto un reto como una oportunidad histórica para el tercer sector. Como se puede ver en la encuesta, las nuevas generaciones están comprometidas con los problemas sociales, aunque demandan de las ONG más transparencia, que el impacto sea medible y que haya más entornos de participación real. Si sabemos responder a estas expectativas, podremos construir un sector más sólido, conectado con las necesidades del futuro”. “Los jóvenes no solo quieren participar, sino que además pueden aportar competencias digitales, capacidad de innovación y una visión fresca y renovada que es imprescindible para nuestras ONG”, ha señalado.
Por su parte, Marta Colomina, directora general de la Fundación PwC, ha subrayado que “el entorno económico, geopolítico y social ha evolucionado mucho en los últimos años y las nuevas generaciones se involucran con los cambios y en concreto, con los retos sociales, de una manera distinta. En el tercer sector debemos replantearnos cómo trabajar con ellos. Solo considerando a los jóvenes podremos construir soluciones sostenibles en el tiempo».
Barreras de participación
El informe señala que la juventud española comparte un importante compromiso con los valores sociales y medioambientales, aunque su implicación práctica sigue siendo aún limitada. Más de la mitad (55%) considera esencial que su trabajo o estudios estén alineados con sus valores, pero dos de cada tres reconocen no disponer del tiempo o los recursos necesarios para implicarse activamente.
Las formas de participación más comunes son las actividades solidarias en su entorno cercano (27%) y el voluntariado puntual (22%). Menos de la mitad (47%) sitúan la justicia social o el compromiso medioambiental en el centro de sus decisiones de consumo, movilidad o hábitos de vida, lo que evidencia una brecha entre las aspiraciones y la acción.
Los temas que más preocupan a la juventud son la salud física y mental (62%), el acceso a la vivienda (61%) y el empleo (55%), muy por encima de las causas tradicionalmente centrales del tercer sector, como la cooperación internacional o la atención a los colectivos vulnerables. Este desajuste representa tanto un reto como una oportunidad: conectar la misión de las ONG con las inquietudes inmediatas de las nuevas generaciones sin perder su identidad.
Relación ambivalente con las ONG
La confianza media de los jóvenes en las ONG se sitúa en 5,4 sobre 10, con una clara brecha entre quienes tienen contacto con el sector (6,6) y quienes no (4,9). Además, un 10% declara una confianza nula.
Los valores más asociados a las ONG son la solidaridad y el compromiso (65%), seguidos de la participación y la colaboración (47%). Sin embargo, conceptos como innovación (10%) o empoderamiento (4%) apenas se mencionan, lo que sugiere la necesidad de actualizar la narrativa del sector y conectar mejor con el lenguaje de las nuevas generaciones. Los jóvenes valoran especialmente la transparencia en el uso de los fondos (78%) y el impacto medible de los resultados (52%), dos aspectos clave para reforzar la confianza.
Qué piden los jóvenes a las ONG
Las tres principales barreras para su implicación son la falta de información, confianza y tiempo. Para superarlas, los jóvenes reclaman una mayor presencia y diálogo en redes sociales (82%), una participación más activa en espacios y eventos juveniles (48%) y un incremento de las actividades comunitarias y de proximidad (39%), que les permitan involucrarse de manera directa y tangible.
Además, destacan su capacidad para aportar valor en la creación de contenidos y campañas digitales (65%), en el uso de habilidades tecnológicas y de comunicación (56%) y la innovación de proyectos y metodologías (53%).
Desde la perspectiva de las propias ONG, el reto es evidente. Aunque el 95% trabaja en temáticas relacionadas con juventud, solo el 46% lo hace como prioridad central. Las estrategias más comunes para atraer a jóvenes son las campañas en redes sociales (47%) y la flexibilización del voluntariado (37%), aunque menos de la mitad ha explorado colaboraciones con movimientos juveniles o espacios autogestionados, que podrían ser clave para tender puentes.
Un aspecto crítico es la participación en la toma de decisiones: un 73% de las ONG reconoce una escasa representación juvenil en sus equipos directivos y el 76% en sus órganos de gobierno.
Hacia un tercer sector más inclusivo
El informe concluye que la juventud tiene interés, capacidades y ganas de contribuir, pero persiste una brecha en la manera en que las ONG se relacionan con ella. El reto compartido es construir un tercer sector más inclusivo, innovador y conectado con el futuro.
Para ello, se propone integrar a la juventud en los espacios de liderazgo y decisión, ir más allá del voluntariado puntual y reconocer su papel como agentes de cambio dentro de las organizaciones. Algunas ONG ya avanzan en esta dirección, creando consejos consultivos jóvenes, adoptando modelos de gobernanza participativa y lanzando programas de liderazgo juvenil, que fortalecen la legitimidad y sostenibilidad del sector a largo plazo.
