Una ayuda universal por crianza sacaría de la pobreza a más de 270.000 niños, según Unicef

El informe subraya que España registra actualmente la tasa de pobreza infantil más alta de la Unión Europea, con unos 2,7 millones de menores en situación de pobreza o riesgo de pobreza. “La pobreza infantil en nuestro país es la más alta de la Unión Europea y no puede esperar más”, ha advertido Gustavo Suárez‑Pertierra, presidente de Unicef España.

Además de la prestación de 100 euros, Unicef analiza en detalle el impacto de una prestación universal por crianza de 200 euros mensuales por hijo. Según las simulaciones recogidas por, esta modalidad reforzada reduciría la pobreza infantil en 7,1 puntos porcentuales y permitiría que alrededor de 530.000 niños y niñas dejaran de vivir en hogares pobres. El impacto sería especialmente intenso en comunidades con mayores tasas de pobreza, como Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla.

El estudio compara estas prestaciones con otras medidas posibles, como incrementos del Ingreso Mínimo Vital (IMV) del 20% y el 40%, o aumentos del Salario Mínimo Interprofesional y de la intensidad laboral en un 20%. Aunque elevar el IMV mejora la situación de los hogares más vulnerables, su impacto global sobre la pobreza infantil es menor: con un complemento del 40% al IMV, la reducción agregada de la pobreza monetaria relativa sería de 1,8 puntos, frente a los 3,6 puntos de la prestación universal de 100 euros y los 7,1 puntos de la ayuda de 200 euros. Con todo, las mejoras en pobreza severa serían significativas en territorios como Ceuta, Melilla o Andalucía.

Las simulaciones regionales revelan, además, que la inversión necesaria por cada niño o niña que sale de la pobreza varía notablemente entre comunidades. En áreas con menor incidencia de pobreza, como la Comunidad de Madrid, el gasto por menor “rescatado” supera los 51.000 euros con una prestación de 100 euros, puesto que una parte relevante del presupuesto llega a familias que ya estaban por encima del umbral. En cambio, en regiones con tasas elevadas de pobreza, como Andalucía o Extremadura, la inversión por menor se reduce a unos 25.000 euros incluso con la prestación de 200 euros, al concentrarse más la ayuda en hogares realmente necesitados.

Unicef insiste en que las prestaciones universales progresivas “son más eficaces para reducir la pobreza infantil, garantizan el acceso de quienes más las necesitan, vivan donde vivan, y reducen la estigmatización”, además de reconocer el esfuerzo de las familias en la crianza. Por ello, la organización propone mantener y complementar las ayudas ya existentes, como el plus por hijo a cargo vinculado al Ingreso Mínimo Vital, e integrar la nueva prestación por crianza en un sistema más sencillo, transparente y equitativo.

“Es el momento de actuar. No hacerlo no solo tiene consecuencias directas en la vida de miles de niños, niñas y adolescentes; también tiene un enorme coste para el país y acrecienta la vergüenza de estar a la cola de la UE”, ha subrayado Suárez‑Pertierra.

Unicef España reclama que la prestación por crianza se convierta en una prioridad en la agenda política y presupuestaria de los próximos Presupuestos Generales del Estado y apela al consenso de todas las fuerzas políticas para situar la lucha contra la pobreza infantil “en el centro de las políticas públicas”.