<p>La asociación busca impulsar la solidaridad de los voluntarios con proyectos de construcción enfocados a elevar la calidad de vida de las familias más necesitadas. Foto: Construyendo.<p>

La asociación busca impulsar la solidaridad de los voluntarios con proyectos de construcción enfocados a elevar la calidad de vida de las familias más necesitadas. Foto: Construyendo.

Reconstruir comunidad: cuando el voluntariado se convierte en motor

La organización social mexicana Construyendo Comunidades Integrales moviliza a miles de jóvenes en proyectos de vivienda digna, educación y reconstrucción postemergencia, impulsando un modelo de voluntariado cuyo impacto perdura en las comunidades.

Construyendo Comunidades Integrales A.C. (Construyendo) es una organización sin fines de lucro fundada en 2008 con la misión de fomentar la solidaridad entre voluntarios y potenciar su desarrollo integral a través de proyectos de construcción que mejoran la calidad de vida de familias en situación de vulnerabilidad.

La organización nace a partir de la inquietud de Alfonso Serrano, quien se vinculó al ámbito social desde la infancia, acompañando a sus padres en proyectos deportivos y comunitarios. Más adelante coordinó a un grupo de jóvenes que realizaba misiones en comunidades en pobreza en México.

Durante una misión en una comunidad muy marginada, notaron que, al retirarse, quedaba poco de su paso: algunas actividades educativas o de acompañamiento, pero no un cambio tangible. Entonces conocieron a doña Eduarda, una mujer que, a pesar de no tener techo en su propia casa, les llevaba comida cada día. “Nos impactó profundamente que alguien sin lo básico compartiera lo poco que tenía”, recuerda Serrano.

Conmovidos por su gesto, decidieron construirle una vivienda. “El proceso nos transformó como personas”, asegura Serrano. Ese fue el inicio de un camino que en 2003 derivó en la construcción de dos casas, al año siguiente diez, luego treinta y más tarde noventa. En cada etapa, más voluntarios se sumaban a la experiencia. Años después se consolidó Construyendo Comunidades Integrales A.C.

Serrano explica que pronto entendieron que el verdadero impacto iba más allá de la obra en sí. “Nuestro impacto real estaba en transformar al voluntario: sembrar en ellos la semilla de la responsabilidad social y el valor de ayudar al prójimo”, dice. Aunque reconoce que el déficit habitacional en México es enorme y no puede resolverse solo construyendo miles de viviendas, está convencido de que es posible formar líderes sociales, empresariales y familiares que lleven esa conciencia a distintos espacios.

“Diseñamos viviendas de acuerdo con las necesidades de cada familia, su cultura y el clima, para asegurar un impacto positivo. Nuestra permanencia en cada comunidad es de tres a cinco años. La meta es organizar a la comunidad y dejar herramientas para que puedan sostenerse por sí mismos”, señala el fundador y presidente de la organización.

“Nuestro impacto real estaba en transformar al voluntario: sembrar en ellos la semilla de la responsabilidad social y el valor de ayudar al prójimo”, Alfonso Serrano, fundador.

Desde su creación, Construyendo ha logrado construir 2.300 casas y más de 400 espacios comunitarios —entre escuelas, iglesias, clínicas de salud y albergues— con la participación de casi 70.000 voluntarios. Actualmente opera en doce estados de la República Mexicana: Sonora, Querétaro, Estado de México, Jalisco, Hidalgo, Guerrero, Puebla, Quintana Roo, Morelos, Ciudad de México, Veracruz y Oaxaca.

Construcción en contextos de emergencia

La primera experiencia de Construyendo Comunidades Integrales A.C. en contextos de emergencia fue tras el terremoto de Haití, donde levantaron 20 viviendas y una escuela en colaboración con la ONU. Aquella intervención les permitió comprender la lógica de la respuesta: la etapa de emergencia (provisión de agua, medicinas y víveres), la fase de reconstrucción (viviendas, escuelas y guarderías) y, finalmente, la recuperación, enfocada en fortalecer la organización comunitaria, generar empleo y promover la resiliencia.

Con ese aprendizaje, la organización participó después en la atención de huracanes en Guerrero y en los sismos de 2017 en Oaxaca y otros estados, donde llegó a construir más de 1.500 viviendas y 20 escuelas. Gracias a este recorrido, hoy se consolidan como una de las principales organizaciones de México en atención postemergencia.


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Uno de sus proyectos más destacados es ReConstruyendo Acapulco, impulsado tras el paso del huracán Otis, que dejó a miles de familias sin hogar en Guerrero. Este proyecto ha censado a más de 877 familias y contempla la construcción de cerca de 138 viviendas entre 2024 y 2025, ofreciendo espacios dignos con el apoyo del estudio de arquitectura Manuel Cervantes. Esta colaboración ha derivado en una inversión social superior a 60 millones de pesos en viviendas diseñadas para satisfacer las necesidades específicas de cada familia, que incluso han recibido reconocimientos internacionales. Tras meses de planificación y ajustes, se han desarrollado soluciones adecuadas a la funcionalidad y requerimientos de las personas beneficiarias.

Además, Construyendo contempla una segunda fase de ReConstruyendo Acapulco para seguir llevando esperanza y estabilidad a más familias afectadas por Otis. Entre 2025 y 2026 se planea construir otras 50 viviendas dignas, así como una escuela, lo que reafirma el compromiso de la organización con la recuperación integral de la comunidad.

En materia de sostenibilidad, todas las viviendas están diseñadas para durar más de un siglo, con criterios estructurales y ecológicos. La prueba más clara fue el propio huracán Otis: “Las casas que estábamos construyendo resistieron posteriores tormentas, lo que fue la mejor prueba de calidad”. La organización realiza además un seguimiento riguroso de cada obra al momento de la entrega, a los tres y a los seis meses, corrigiendo cualquier problema que pueda surgir.

Reconstruir comunidad: cuando el voluntariado se convierte en motor

La organización ha construido hasta ahora 2.300 casas y más de 400 espacios comunitarios, con la participación de casi 70.000 voluntarios. Foto: Construyendo Comunidades Integrales.

El rol de los voluntarios

Este año ya participan unos 3.500 voluntarios y se estima cerrar con 5.000, alcanzando un acumulado histórico superior a 70.000 personas. Los perfiles son muy diversos: estudiantes de secundaria y preparatoria, universitarios en programas sociales, grupos corporativos e incluso familias completas, desde abuelos hasta nietos. “Creemos que cualquiera puede ser voluntario, sin importar edad, género o nivel socioeconómico: siempre hay algo que aportar”, destacan.

Fuera de México, la organización solo ha trabajado en Haití. “Sin embargo, hemos recibido voluntarios de España, Alemania y Australia en programas que combinan trabajo comunitario con turismo en México. Aunque en el futuro nos encantaría replicar el modelo en otros países, por ahora nos enfocamos en las necesidades dentro de México: ya trabajamos en doce estados, pero aún queda más de la mitad del país”, cuenta Serrano Gómez.

En términos de financiación, hoy el 60% proviene de grandes empresas, entre el 20% y el 30% de donantes individuales, y una porción muy baja de cooperación internacional, que esperan ampliar en los próximos años.

“Lo que más me mueve es escuchar cada semana nuevas historias de personas y familias transformadas por la experiencia, que a su vez quieren ayudar a otros. Ese efecto multiplicador, esa cadena que siembra la semilla de un México y un mundo mejor, es lo que me entusiasma todos los días”, reflexiona Serrano

De cara al futuro, la meta es crecer entre un 25% y un 30% anual en número de voluntarios y proyectos, sumando al menos un estado nuevo por año. El objetivo de largo plazo es claro: “Queremos que la organización sea tan sólida y sostenible como las casas que construimos”.

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