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Del problema social a la solución: ocho iniciativas que ya dan resultados
El periodismo de soluciones es una de las apuestas más firmes de Revista Haz. Cada mes, la publicación se adentra en historias que no solo exponen los grandes problemas sociales y medioambientales de nuestro tiempo, sino que también exploran las respuestas que están surgiendo para afrontarlos.
Desde enero de 2022, la sección ‘Soluciones’ se ha convertido en un espacio de referencia para quienes buscan inspiración y aprendizajes a partir de iniciativas reales que ya están obteniendo resultados o aprendizajes positivos.
En este reportaje especial, y aprovechando el ritmo pausado del verano, proponemos un recorrido por ocho de las historias más recientes de la sección. Son ejemplos de cómo la sociedad está respondiendo a retos tan diversos como la inclusión laboral de personas con autismo, la convivencia en barrios vulnerables, la educación tecnológica de jóvenes sin recursos, la escasez y la contaminación del agua o la gestión de residuos. Cada caso se analiza en profundidad, mostrando tanto los logros como las dificultades y limitaciones que han surgido en el camino.
El objetivo es claro: contribuir a construir una sociedad mejor a través de un periodismo constructivo, riguroso y comprometido. Porque, como reza el lema de la revista, se trata de un periodismo que transforma, que invita a la reflexión y que pone el foco en las soluciones que ya están cambiando el mundo.
Biometano: energía de nuestra basura
El biometano es un gas renovable que se produce a partir de la descomposición de residuos orgánicos, como la basura de nuestra cocina. Es una solución doblemente beneficiosa: ayuda a reducir las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, y genera energía limpia que puede usarse como el gas natural.
España está apostando fuerte por el biometano, con 20 plantas ya operativas y muchos proyectos en desarrollo. Aunque hay desafíos como la aceptación social y la necesidad de una regulación clara, el país tiene un gran potencial para convertirse en un líder europeo en la producción de esta energía sostenible, transformando nuestros residuos en un recurso valioso, como puedes leer en el artículo Biometano, o cómo convertir nuestra basura en energía renovable.
De residuos de aceite a solución para descontaminar el agua
Al igual que el biometano, la startup española Smallops apuesta por la valorización de residuos, en este caso los de la producción de aceite de oliva. Utilizan el alpechín para crear nanopartículas de hierro encapsuladas en carbono capaces de eliminar contaminantes del agua. Este proceso, basado en la carbonización hidrotermal, no solo reutiliza un residuo altamente contaminante, sino que también lo transforma en una herramienta eficaz para depurar aguas de metales, pesticidas y fármacos, contribuyendo así a la economía circular y la sostenibilidad ambiental.
Actualmente en fase piloto, las nanopartículas de Smallops han demostrado eliminar hasta el 50% de ciertos contaminantes en pruebas de laboratorio y ya se están probando en instalaciones reales. La empresa, reconocida por su enfoque innovador y sostenible, espera que su tecnología pueda aplicarse pronto a escala industrial. Encuentra toda la información en Depurar el agua con lo que la contamina utilizando nanotecnología sostenible.
Fabricantes y gestores de residuos se unen por la circularidad
La economía circular es el hilo conductor de las dos iniciativas anteriores y también del Índice de Reciclabilidad, impulsado por la Fundación Ecolum. Esta herramienta promueve la colaboración entre fabricantes e importadores de productos y los gestores de residuos, permitiendo abordar de forma realista la reciclabilidad de los productos electrónicos. El objetivo es identificar y superar las barreras reales al reciclaje, facilitando recomendaciones concretas para mejorar el diseño y la recuperación de materiales.
Desde su puesta en marcha, el Índice de Reciclabilidad ha analizado más de 45 familias de productos de más de 15 empresas, logrando una media de reciclabilidad del 89%. El proceso incluye el desmontaje manual de los productos, análisis de materiales y la elaboración de informes con propuestas de mejora, que ya han dado lugar a cambios tangibles en el diseño de productos. Aunque la economía circular implica retos, la iniciativa demuestra que la innovación y la cooperación pueden traducirse en productos más sostenibles y procesos más eficientes, como puedes comprobar en el artículo Índice de Reciclabilidad: fabricantes y gestores de residuos, juntos por la economía circular.
Agricultores optimizan el uso del agua con IA y cleantech
La innovación tecnológica y la sostenibilidad también llegan al sector agroalimentario, donde la empresa argentina Kilimo está revolucionando la gestión del agua en la agricultura de América Latina mediante el uso de inteligencia artificial y tecnologías limpias. Su plataforma digital permite a los agricultores monitorear y optimizar el riego de sus cultivos, lo que reduce el consumo de agua y energía y mejora la eficiencia productiva. Además, Kilimo ofrece formación gratuita a miles de agricultores a través de su Academia de Riego, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles y adaptadas al cambio climático.
También ha desarrollado un modelo de acción colectiva que conecta a grandes empresas con agricultores para impulsar proyectos de sostenibilidad hídrica. El enfoque de Kilimo demuestra que la innovación tecnológica y la colaboración entre sectores son claves para enfrentar la escasez de agua y garantizar la sostenibilidad del sector agrícola, tal y como os contamos en Agricultores que gestionan el agua a través de las ‘cleantech’.
Ciencia ciudadana para salvar los océanos
La colaboración y la tecnología, que han sido clave en los ejemplos anteriores, también son protagonistas en la conservación ambiental marina. Iniciativas como Observadores del Mar permiten que cualquier persona, desde buceadores hasta pescadores, participe en la recolección de datos sobre especies invasoras, cambios en la biodiversidad y otros fenómenos marinos, aportando información valiosa que es validada por científicos y utilizada para la investigación y la toma de decisiones. Observadores del Mar, liderado por el CSIC y otras instituciones científicas, ha creado una red de más de 5.000 voluntarios y 572 entidades, generando cerca de 25.000 observaciones validadas.
El principal reto actual es que las Administraciones públicas integren estos datos en sus políticas y sistemas oficiales. El proyecto sigue creciendo, ampliando su alcance y colaboraciones internacionales, y consolidando una comunidad global de observadores, demostrando que la implicación ciudadana puede marcar la diferencia en la conservación marina. Más información en Observadores del Mar: ciencia ciudadana al servicio de la conservación de los océanos.
Regeneración urbana y comunidad
La implicación ciudadana y la colaboración para transformar el entorno también se reflejan en el ámbito urbano. El proyecto Modul ha transformado un solar abandonado en Les Planes, uno de los barrios más vulnerables de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), en un centro ecológico y cultural gestionado por la fundación Contorno Urbano. A través de la participación activa de los vecinos en el diseño, construcción y programación de actividades, Modul se ha convertido en un espacio vivo que fomenta la cultura, la educación, el medio ambiente y la cohesión social.
En pocos años, Modul ha generado un fuerte sentido de pertenencia, ha dinamizado la vida comunitaria y ha tenido un impacto positivo tanto social como económico, beneficiando especialmente a personas en situación de vulnerabilidad. Su enfoque de autoconstrucción y codiseño ha demostrado que la regeneración urbana puede ser una herramienta poderosa para tejer comunidad y mejorar la calidad de vida, aunque el reto de mantener la participación y la viabilidad a largo plazo sigue presente. Puedes conocer más sobre esta iniciativa en Tejer comunidad desde la regeneración urbana: el proyecto Modul.
Formación digital gratuita que transforma vidas
La inclusión digital y la capacitación son el eje de Potrero Digital, una iniciativa argentina que combate la exclusión social ofreciendo formación digital gratuita a jóvenes en situación vulnerable. En un país donde la tasa de desempleo juvenil triplica la media nacional y la informalidad laboral es alta, Potrero Digital se presenta como una vía de movilidad social. Con el desarrollo de habilidades interpersonales y técnicas, el programa ha logrado que más del 60% de sus egresados consigan empleo en el sector digital. Además, el modelo fortalece la confianza y autoestima de los participantes. Potrero Digital ha expandido su modelo a otros países de la región y ha desarrollado programas para colectivos especialmente vulnerables, como personas privadas de libertad y niños.
El proyecto destaca la importancia de la comunidad y el acompañamiento emocional, generando redes de apoyo y aprendizaje colaborativo. Aunque enfrenta desafíos como la necesidad de mayor financiamiento y la brecha digital en zonas aisladas, esta iniciativa demuestra que la educación tecnológica gratuita puede ser una importante herramienta para la inclusión social y la transformación de vidas, como te contamos en el artículo de Soluciones De la exclusión al empleo: la formación digital que transforma vidas.
Inclusión laboral para personas con autismo
La apuesta por la inclusión laboral y la personalización de la formación también está presente en el modelo de Specialisterne, que trabaja con personas con autismo. Esta organización social nacida en Dinamarca y presente en España propone un modelo innovador que prioriza la evaluación práctica y personalizada de las capacidades de las personas autistas, en lugar de los procesos tradicionales de selección. Ofrecen formación gratuita y acompañamiento especializado, ayudando a que las personas autistas puedan desarrollar y demostrar sus habilidades en entornos laborales reales, especialmente en sectores como tecnología, análisis de datos y atención al público.
El impacto de este modelo es doble: transforma la vida de las personas autistas, dándoles estabilidad, autoestima y sentido de pertenencia, y también beneficia a las empresas, que descubren talento y mejoran su cultura corporativa. Sin embargo, el artículo subraya que aún existen muchos retos, como la falta de adaptaciones en los entornos de trabajo y el desconocimiento social, por lo que la labor de organizaciones como Specialisterne sigue siendo fundamental para avanzar hacia una inclusión laboral real y sostenible. Encuentras toda la información en Habilidades únicas, oportunidades reales: inclusión laboral para personas con autismo.