<p>Foto: Notpla.<p>

Foto: Notpla.

Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Casi el 40% de la demanda de plástico en Europa es de envases que se usan una sola vez y contaminan cientos de años. Europa apuesta por el reciclaje como solución, pero este no siempre es posible. Alrededor de 30 empresas en el mundo están trabajando con un nuevo enfoque: su sustitución por envases biodegradables o comestibles hechos con algas.
17 noviembre 2023

Todo empezó en la cocina de su piso de estudiantes. Rodrigo García González, madrileño, y Pierre Paslier, francés, estudiantes de Ingeniería de Diseño de Innovación en el Imperial College y en el Royal College of Art de Londres, decidieron poner en práctica la técnica de sferificación, creada por Ferrán Adriá, y que consiste en la gelificación controlada de un líquido que cuando se sumerge en un baño forma esferas.

Su creación fue el OOHO, una burbuja comestible hecha a base de algas para contener líquidos. Su nombre proviene de la exclamación de aquellos que la probaron por primera vez y no encontraron palabras para describirla. Y no es para menos. Una vez en la boca se abre liberando el líquido de su interior (en mi caso agua con sabor a flor de sauco y rosas) creando una sensación difícil de olvidar. Ya vacía, la burbuja es insípida y basta con masticarla un poco y tragársela. Este fue su primer intento de hacer un envase sin plástico que además es comestible.

La repercusión del vídeo casero que García y Paslier grabaron fabricando los OOHO les animó a fundar Notpla, una startup con sede en Londres y que en 2022 ganó el Earthshot Prize en la categoría Construir un Mundo Libre de Residuos.

Al otro lado del océano, Sea Briganti recuerda cómo recoger plástico de las playas de Hawái, donde nació, era parte de su día a día cuando era niña. Como también lo era comer algas. Pero no fue hasta que llegó a la universidad y estudió Innovación Social -combinación de ciencias, diseño, matemáticas y tecnología para solucionar problemas- cuando comenzó a pensar en cómo resolver la crisis del plástico. Así, empezó a pensar en las algas, no solo como alimento, sino como un material. Hace siete años fundó Loliware en Sillicon Valley, una startup de ciencia de materiales impulsada por inteligencia artificial (IA) y que, hasta el momento, ha logrado recaudar más de 12 millones de dólares.

Ambas empresas trabajan con el objetivo de crear envases de materiales biodegradables hechos con algas, y en el caso de Notpla en ocasiones hasta comestibles, que sustituyan a los envases de plástico de usar y tirar.

1 de 2
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

OOHO es una burbuja comestible hecha con algas para contener líquidos. Se ha usado para hidratar a corredores en algunas maratones sin dejar rastro. Foto: Notpla.

2 de 2
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

OOHO es una burbuja comestible hecha con algas para contener líquidos. Se ha usado para hidratar a corredores en algunas maratones sin dejar rastro. Foto: Notpla.

El plástico de un solo uso

Los excesos en la producción y uso del plástico están teniendo un alto impacto en el deterioro de la salud tanto del planeta, en particular en los océanos donde acaban muchos de ellos, como de los que habitan en él. A nivel global, desde 1950 la producción de plástico ha aumentado de 2 a 380 millones de toneladas, y está previsto que dicha cantidad se duplique para 2035. El consumo global del plástico también ha aumentado, más de 20 veces en los últimos 50 años, y se estima que se duplique para 2034 si no hacemos algo al respecto.

Casi el 40% de la demanda de plástico en Europa es de plástico de un solo uso, como vasos, platos, cubiertos, pajitas, envases para contener comida, botellas, entre otros. “Hay algunas aplicaciones para las que el plástico todavía es la única o mejor solución. Pero el plástico de un solo uso es el que menos sentido tiene. Lo usas por unas horas y luego se queda en la naturaleza por cientos de años”, explica Samara Croci, gerente de asociaciones de marca en Notpla (en el momento de la entrevista) para la Revista Haz.

Para responder a ese coste, los gobiernos, las empresas y los ciudadanos aumentan sus esfuerzos para el reciclaje del plástico ante legislaciones cada vez más exigentes. Aunque las cifras del reciclaje todavía distan más de lo deseado de las cifras de generación de residuos. Según datos de Eurostat, en 2020 se generaron 35 kilos de residuos de envases de plástico per cápita en la Unión Europea, mientras que se reciclaron menos de 15 kilos per cápita. No solo eso, sino que entre 2006 y 2018, los residuos de envases de plástico aumentaron en Europa un 19%.

La combinación de varios materiales como el cartón y el filamento de plástico que recubre el interior de un envase para poder contener líquidos y comida, como en los briks o en los envases de comida para llevar, presentan uno de los principales desafíos para el reciclaje. De estos últimos, en España se recicla el 75% del envase, que corresponde a la parte de cartón, según datos ofrecidos por Ecoembes para este medio. El resto del envase no se puede reciclar ya que en nuestro país no existe la tecnología para poder separar las capas de plástico y aluminio.

Desde 1950 la producción de plástico ha aumentado de 2 a 380 millones de toneladas en el mundo y está previsto que esta cifra se duplique para 2035.

Si para unos la solución está en el reciclaje, otros, como Greenpeace, proponen la reutilización de envases y así disminuir su demanda y producción. Pero, Notpla y Loliware apuestan por su desaparición.

Cuatro semanas en lugar de 400 años

Dicen que Dios creó la cura antes que la enfermedad. García y Paslier la encontraron en las cáscaras de la fruta. La cáscara está hecha para proteger un contenido hasta que sea necesario. Una vez que el contenido es consumido, la cáscara se puede tirar en la naturaleza por ser un producto totalmente natural que desaparece.

Los envases hechos con algas están hechos para desaparecer. Para demostrarlo empíricamente, Notpla tiene una gusanería donde ofrece a los gusanos los materiales hechos con algas, cartón y plástico para comparar qué comen y cómo de rápido. Los materiales de algas se los comen completamente en 29 días, prueban el cartón, pero lo comen lentamente, y el plástico lo dejan intacto.

La otra ventaja de los materiales hechos con algas es que son compostables en casa, lo que hace mucho más fácil y barato tratar con los envases de manera responsable ya que no se requiere enviarlos a plantas industriales con maquinaria específica. La posibilidad de compostar en casa diferencia a las algas de otras alternativas al plástico como el PLA, un tipo de poliéster hecho de almidón vegetal fermentado de maíz, yuca, caña de azúcar o pulpa de remolacha azucarera, para cuya descomposición hay que llevarlo a una planta industrial y se calcula que tarda 80 años en descomponerse.

En el caso de Notpla, las algas llegan en dos formatos: el extracto y la fibra. Al inicio, solo utilizaban el extracto que es la parte más refinada del alga. Pero durante la pandemia experimentaron con cómo utilizar toda el alga y de ahí nacieron dos tipos de materiales: uno rígido que sirve para hacer cajas duras o cubiertos, y otro que es un film. El material rígido, una vez utilizado, se puede meter en agua y en unas horas desaparece. O también se puede plantar en el jardín para fertilizar las plantas. El film puede ser de dos tipos, uno que se disuelve en agua caliente y otro que se disuelve en agua fría. Sus usos son múltiples, desde jabón de un solo uso para lavarse las manos hasta láminas de sabor para disolver en el agua y crear una bebida. Entre las creaciones de Notpla también están las pipetas para contener aceites (para cocinar, para la bici, para el cuerpo) o las llamadas “perlas”, que son monodosis de pasta de dientes o crema.

1 de 3
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Notpla ha creado dos tipos de materiales con algas: uno rígido, que sirve para hacer cajas u otros envases duros, y un film que se disuelve en agua y que se puede usar con champú o con aliños para ensaladas. Foto: Notpla.

2 de 3
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Notpla ha creado dos tipos de materiales con algas: uno rígido, que sirve para hacer cajas u otros envases duros, y un film que se disuelve en agua y que se puede usar con champú o con aliños para ensaladas.
Foto: Notpla.

3 de 3
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Notpla ha creado dos tipos de materiales con algas: uno rígido, que sirve para hacer cajas u otros envases duros, y un film que se disuelve en agua y que se puede usar con champú o con aliños para ensaladas.
Foto: Notpla.

Si Notpla trabaja con diseños para aplicaciones concretas, la especialidad de Loliware son las resinas. Las producen de varios tipos: de inyección, de extrusión, termoformada y de película flexible.  Para su producción utilizan doce tipos diferentes de algas marrones y rojas procedentes de Asia, Europa, América del Sur, Estados Unidos y Canadá, minerales y colores naturales, y tardan en descomponerse lo mismo que una cáscara de plátano.

Loliware es la primera empresa en utilizar IA para los materiales hechos con algas. Para ello crean bases de datos de todos sus ensayos y experimentos y con la ayuda de esta tecnología identifican oportunidades para el descubrimiento de polímeros de algas. “Una empresa química puede tardar 15 años en crear una nueva resina. Nosotros lo podemos hacer en seis meses gracias a IA”, explica Briganti en una entrevista para la Revista Haz.

Además de las resinas, Loliware fabrica una alternativa hecha con algas a las pajitas para beber -prohibidas por la UE desde 2021- y algunos utensilios que se pueden encontrar en los 38 restaurantes y bares de José Andrés en Estados Unidos -con quien también colaboran en un laboratorio de innovación-, 1 Hotels, US Foods y Google.

El camino hacia el cambio

La sustitución del plástico de un solo uso por envases hechos con algas requiere un cambio tanto a nivel de producción como a nivel de uso. Pero, una de las claves es que el cambio requerido en la producción sea mínimo. El reto es conseguir producir dichos envases aprovechando las instalaciones industriales y la maquinaria que ya existe con el fin de facilitar su producción a gran escala sin acarrear costes. Tanto Notpla como Loliware trabajan con este objetivo.

Varios de los productos de Notpla están en fase de prototipo y se están estudiando sus limitaciones. Su producto más industrializado, hasta el momento, son las cajas de comida para llevar y de las que ya han vendido más de 3 millones de unidades. Desde 2018, Just Eat es una de las empresas que las tienen disponibles en su tienda online para que los restaurantes asociados puedan adquirirlas en respuesta al compromiso de la empresa para reducir el plástico en el sector de delivery. “El material no contiene aditivos sintéticos y está diseñado para ser antigrasa y resistente al agua. Tiene todas las ventajas del plástico, desde un punto de vista práctico, pero ninguno de sus impactos medioambientales negativos”, comenta Jaz Rabadia, directora Global de Negocios Responsables y Sostenibilidad en JustEatTakeaway.com para la Revista Haz.

1 de 2
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Además de producir resinas, Loliware fabrica pajitas hechas con algas y utensilios que se usan en los establecimientos en EE. UU. del conocido restaurador español José Andrés. Foto: Loliware.

2 de 2
Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Además de producir resinas, Loliware fabrica pajitas hechas con algas y utensilios que se usan en los establecimientos en EE. UU. del conocido restaurador español José Andrés. Foto: Loliware.

Gracias a que el procesamiento de las resinas de Loliware son compatibles con las instalaciones donde se procesa el plástico, la empresa ha conseguido escalar su producción y distribución a toda América del Norte y desde hace tres meses a Europa. “La legislación para regular el plástico en Europa, mucho más avanzada que en Estados Unidos, nos permite trabajar estrechamente con los fabricantes de plásticos y ayudarles a cumplir la normativa al mismo tiempo que ser competitivos en costes”, afirma Brigani. El fabricante de plásticos Montachem International ya está firmando acuerdos comerciales con Loliware para distribuir las resinas de algas marinas para extrusión y moldeo por inyección a sus clientes y fabricantes. “Nuestras resinas prueban la tesis de que los materiales hechos con algas pueden competir con el plástico a escala y a un precio competitivo”, afirma Briganti.

Pero competir con el poder de la industria del plástico no es fácil. “Las startups necesitamos diversificar nuestros clientes. Para superar la brecha entre los innovadores y early adopters y la mayoría nos hemos centrado en reducir la curva de costes, escalar y ser competitivo”, explica Briganti. “Probablemente, lo más difícil es comercializar a escala, coste y tiempo adecuados. Ese nexo es lo que impulsará la adopción y por tanto la rentabilidad”, añade. Otra de las claves, según Briganti, es trabajar en el abastecimiento de ingredientes a escala, ser muy rigurosos con la cadena de suministro y ampliar los socios.

Respecto al cambio en el uso, los estudios indican que cada vez estamos más concienciados de la necesidad de cuidar el medio ambiente. Según el Gastrómetro 2022, informe anual de tendencias en el delivery en España elaborado por Just Eat desde hace 10 años, el 47% de los españoles prefiere pagar más para que sus pedidos de comida a domicilio sean sostenibles, tanto respecto a los envases como a los métodos de reparto. Y el 60% cambiaría de plataforma por una que garantice un servicio respetuoso con el medio ambiente.


NOTICIAS RELACIONADAS
La producción de plásticos de un solo uso aumenta en medio de la crisis climática
La metamorfosis del plástico: su viaje hacia la circularidad
DS Smith prueba un proyecto para fabricar papel y ‘packaging’ a partir de algas


Pero el cambio de hábitos lleva tiempo y requiere invertir en educación tanto de la sociedad como de las empresas. “A veces la sociedad está más abierta al cambio que las grandes empresas porque para estas el cambio es más grande”, comenta Croci. “Sin embargo, es una oportunidad para ellas de renovar y refrescar su relación con los consumidores, ya no tanto basadas en un producto sino basadas en hacer un viaje juntos para resolver un problema. Es una manera de involucrar a los consumidores en una misión importante”, añade.

Sensibilizar a las grandes empresas es clave porque son las que tienen el mercado y las que pueden ayudar a acelerar la industrialización de los envases hechos con algas. El desafío es que se mueven mucho más despacio que una startup. “Los proyectos con empresas grandes llevan dos o 3 tres año porque sus procesos internos son lentos o porque la gente cambia y hay que empezar de nuevo”, comenta Croci. Además, añade, poseen procesos industriales optimizados desde hace años y cualquier cambio tiene que ser minuciosamente estudiado.

Parte de la educación también es hacer el cambio visible. “Algunas empresas nos piden que el film de las cajas de comida tenga un look más rústico para que la gente se dé cuenta de que no es plástico y lo traten de manera diferente“, comparte Croci.

Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Un símbolo o un mensaje que cuente la historia o características del producto es crucial para que la gente se dé cuenta de la diferencia, la valore y la elija. Foto: Notpla.

¿Cómo afectaría el cambio a los océanos y las algas?

Vincent Doumeizel, autor del libro La revolución de las algas (2023) y asesor de UN Global Compact sobre océanos, ve las algas como solución a las crisis ecológicas y alimentarias en nuestro planeta y el recurso por explotar más importante del mundo si aprendemos a cultivarlas de forma sostenible. Defiende que las algas pueden servir para alimentar a los humanos y a los animales, mejorar la producción agrícola, invertir el calentamiento global y recuperar los océanos por su capacidad para secuestrar carbono, curar a los seres humanos por sus propiedades medicinales, como material alternativo en industrias contaminantes como la del plástico y la textil, y para combatir la pobreza y el hambre en el mundo contribuyendo al desarrollo de las comunidades locales.

El científico español especializado en oceanografía Carlos Duarte, miembro del Consejo Científico Asesor de Loliware, defiende que podemos hacer crecer la cadena de suministro de algas marinas 2.000 veces la extensión actual, que es de 2.000 km2, sin impacto negativo para los océanos, y aún así solo se utilizaría una parte pequeña del océano.

La cuestión es cómo desarrollar la industria de las algas de una manera sostenible y ética sin cometer los mismos errores que en la agricultura. Una de las reglas de oro, como declara Doumeizel para la Revista Haz, es cultivar únicamente algas locales. Importar algas de fuera podría dañar los ecosistemas de los océanos, mucho más complejos que los terrestres. Esto es un desafío porque, como afirma Doumeizel, de momento solo se conoce cómo cultivar 20 de las 12.000 especies de algas que existen. Además, hay que evitar el uso de pesticidas, organismos genéticamente modificados (GMO), el monocultivo y la industrialización.

Idealmente, según el autor, habría que cultivar las algas en modo permacultura que consiste en cultivar diferentes especies juntas para que coexistan y se ayuden mutuamente imitando así el comportamiento de la naturaleza.  Es lo mejor para preservar los océanos y también “lo más lógico porque las algas no crecen de manera aislada, sino que siempre lo hacen en simbiosis con otras especies”, apunta Doumeizel.

Asia, de donde proviene el 97% de la producción, está 60 años por delante del resto del mundo en el cultivo de algas. “De Asia podemos aprender mucho, para empezar el consumo de algas. Si terminamos consumiendo algas, una vez extraído el componente alimentario, podríamos utilizar el resto del alga para el packaging casi de manera gratuita”, apunta el autor. De hecho, en Asia, donde las algas se utilizan casi exclusivamente como fuente alimentaria, del alga roja se extrae el 25% para alimentación y el resto se deshecha.

Envases biodegradables hechos con algas: una alternativa al plástico

Un tema importante es cómo desarrollar la industria de algas de una forma sostenible y ética. Un científico español defiende que podemos hacer crecer la cadena de suministro de algas marinas 2.000 veces la extensión actual. Foto: Notpla.

Materiales alternativos vs reciclaje

Europa apuesta por el reciclaje como solución al problema del plástico, pero dado que el reciclaje no siempre ocurre o no siempre es posible, la cuestión de hasta qué punto la solución es el reciclaje o buscar materiales alternativos está sobre la mesa. “Para reciclar se necesita mucha infraestructura y la mayoría de los países, por ejemplo en África o Asia, no la tienen. Desde una perspectiva global, necesitamos las dos soluciones”, afirma Doumeizel.

Las empresas que trabajan en materiales alternativos defienden que los gobiernos tienen que colaborar con la industria de manera equilibrada. “Si los legisladores escuchan solo la voz de los más fuertes, la legislación va a ir solo por un lado. Tienen que escuchar todas las voces”, comenta Croci.

Para equilibrar ese poder y ayudarse mutuamente en un mercado dominado por los fabricantes de plástico, Loliware, Notpla y cuatro compañías más dedicadas a materiales biodegradables acaban de lanzar el Natural Polymers Group. “La idea es trabajar juntos, colaborando más que compitiendo, para generalizar los materiales biológicos y ofrecer soluciones a grandes empresas de Europa y del resto del mundo”, comparte Brigani.

Brigani está de acuerdo en que las tres soluciones -el reciclaje, la reutilización y los materiales biodegradables- son necesarias, pero “evidencias sobre el coste del plástico en la salud va a hacer el cambio inevitable”. “Para resolver la crisis del plástico tenemos que colaborar”, añade.

Comentarios

Powered by Sindyk Content
Arriba