<p>Parlamentarios de distintos partidos que han participado en este modelo de colaboración política. De izq. a dcha.: el socialdemócrata Jon Pult; Barbara Schaffner, del Partido Liberal Verde; Martin Candinas, de Alianza del Centro y actual presidente del Consejo Nacional, y Matthias Michel, del Partido Liberal. Foto: Expedition Future.<p>

Parlamentarios de distintos partidos que han participado en este modelo de colaboración política. De izq. a dcha.: el socialdemócrata Jon Pult; Barbara Schaffner, del Partido Liberal Verde; Martin Candinas, de Alianza del Centro y actual presidente del Consejo Nacional, y Matthias Michel, del Partido Liberal. Foto: Expedition Future.

Colaborar para hacer una política más eficaz: así lo hacen en Suiza

Imaginen que distintos partidos políticos se reúnen con el objetivo de encontrar conjuntamente soluciones a los problemas de la sociedad. Imaginen que fruto de esa cooperación, y con la ayuda de expertos, logran diseñar soluciones concretas. Imaginen también que dichas soluciones se proponen al Parlamento, se aprueban y se llevan a la práctica. Este modelo de colaboración política se practica en Suiza.
5 septiembre 2023

Gracias al think and do tank independiente Expedition Future y a su modelo de colaboración política conocido como Policy Sprint, en Suiza ya no hace falta imaginar una forma de hacer política capaz de superar la polarización y confrontación en beneficio del bien común. La colaboración política orientada a encontrar soluciones es una realidad.

Algún lector puede pensar que eso es posible en aquel país porque su sistema de gobierno federal -formado por siete consejeros federales en lugar de un presidente de Gobierno- y la alta participación ciudadana en las decisiones políticas hace de la colaboración entre políticos de distintos partidos una necesidad. Pero lo cierto es que colaboración necesaria no siempre es sinónimo de colaboración eficaz.

“En los últimos años, la colaboración política en Suiza ha comenzado a tambalearse por el aumento de la polarización entre los partidos políticos y las reformas importantes no se están llevando a cabo”, explica Pascal Müller-Scheiwiller, cofundador y responsable de Diseño Político de Expedition Future en una entrevista para la Revista Haz.

Müller-Scheiwiller se refiere por ejemplo al rechazo por el 51% de los suizos que votaron en el referéndum en 2021 de las medidas para reducir a la mitad las emisiones de CO2, a pesar de contar con el apoyo de todos los partidos políticos excepto por la Unión Democrática de Centro (SVP, por sus siglas en alemán). Algo similar ocurrió con la reforma que retrasa la jubilación de las mujeres, rechazada en referéndum en 2004 y 2017 y finalmente aprobada por el 50,57% de los votos en 2022. “El problema no es la falta de propuestas. Hay muchas políticas sobre la mesa, pero muy pocas consiguen despegar y ser aceptadas en el proceso político”, añade Müller-Scheiwiller.

Uno de los problemas es que, generalmente, las propuestas se someten a consulta cuando ya están elaboradas por un partido, lo que lleva a que solo las propuestas con el mínimo común denominador sean aceptadas. “Cuando una propuesta diseñada por un solo partido se somete a consulta, los otros partidos empiezan a eliminar lo que no les gusta de esta hasta que deja de ser funcional”, afirma Müller-Scheiwiller.

Para responder a este desafío, Expedition Future, impulsado por el Fondo Pionero Migros (Migros Pioneer Fund), tiene el objetivo de posibilitar que el sistema político suizo aborde los complejos desafíos sociales de manera más eficaz y eficiente. El modelo Policy Sprint nace con ese propósito y su desarrollo le ha valido ganar el Premio Europeo a la Innovación Política en 2023, galardonado por el Instituto de Innovación Política (The Innovation in Politics Institute).


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Definir el tema y el objetivo: un viaje al futuro

Todo comienza con la invitación a parlamentarios de distintos partidos políticos a decidir un tema, una pregunta y un objetivo. “Es importante que desde el principio el proceso sea apoyado por una mayoría, independientemente de la solución a la que se llegue, porque el cambio requiere voluntad política”, puntualiza Müller-Scheiwiller.

La participación de los parlamentarios desde el principio fue una lección aprendida importante. Al inicio, Expedition Future presentaba a los legisladores cinco escenarios futuros diseñados con otro think tank. El objetivo era que identificaran los principales aspectos y problemas que debían centrar el trabajo, no que dijeran si les gustaban los escenarios o no. Pero eso es exactamente lo que ocurrió. “Ahí aprendimos que no hay que presentar escenarios futuros conteniendo soluciones concretas en los que los participantes no han colaborado. Las soluciones las tienen que crear ellos mismos porque si no lo primero que hacen es posicionarse”, subraya Müller-Scheiwiller.

Lo que había que conseguir era que pensaran de manera positiva y en términos de soluciones, no de problemas. Para ello, Expeditions Future cambió su estrategia y desde entonces utiliza un backcasting exercise, técnica que ayuda a imaginar un futuro deseable. “Empezamos presentando un futuro deseable sobre el tema en cuestión y les preguntamos qué cambios, en su opinión, fueron hipotéticamente necesarios para lograr ese cambio. Les hacemos viajar al futuro”, explica Müller-Scheiwiller.

Así ocurrió en el primer Policy Sprint celebrado en enero de 2022. El futuro presentado fue Suiza como pionera del cambio exitoso hacia un transporte público neutral para el medio ambiente. Los participantes fueron llevados mentalmente al año 2050 donde ese futuro era una realidad y juntos identificaron las claves para liderar ese cambio. Ese es el punto de partida para responder a la pregunta que guio el primer Policy Sprint: ¿Cómo el transporte público en Suiza podría convertirse en neutral para el clima para 2050?

Aprendizaje y colaboración con los pies en la tierra

El segundo paso es identificar los principales enfoques que existen sobre el tema y los actores relevantes que se invitarán a participar de manera voluntaria en un grupo de trabajo. Dicho grupo lo formarán parlamentarios (de al menos cuatro de los seis grupos parlamentarios en Suiza) y expertos provenientes de la academia, el sector privado, la sociedad civil, la Administración pública y otros grupos relevantes. Alrededor de 40 personas trabajan juntas durante un día y medio con el objetivo de crear soluciones que puedan ser implementadas.

Pero antes de comenzar el grupo de trabajo hay que preparar bien el terreno. Para ello, los facilitadores de Expedition Future hablan de manera individual con cada participante. Este paso es importante para clarificar dudas y ayuda a asegurar que los actores acudan al grupo de trabajo, apunta Müller-Scheiwiller.

Colaborar para hacer una política más eficaz: así lo hacen en Suiza

Unas 40 personas trabajan juntas durante día y medio para encontrar soluciones que puedan ser implementadas. Integran estos grupos de trabajo parlamentarios y expertos académicos y de los sectores privado y público. Foto: Sören Funk/ /Expedition Future.

Llega el momento de juntar a todos los participantes en la misma habitación. Durante el tiempo que pasan juntos, se dividen en grupos para tratar distintos aspectos sobre el tema. Con el objetivo de crear un espacio seguro para que los políticos puedan pensar y expresar libremente sus ideas, se aplican las reglas Chatham House a través de las cuales se mantiene confidencia en quién ha dicho qué en qué momento. Ello no impide que haya total transparencia respecto a quién participa en el Policy Sprint y sus resultados.

El proceso para llegar a las soluciones se plantea en forma de embudo. “No queremos acabar con 20 propuestas diferentes sino con las tres, cuatro o cinco que sobreviven el proceso. Para ello prestamos atención a qué propuestas son realmente ambiciosas, cuáles son realmente efectivas y cuáles son apoyadas por la mayoría”, explica Müller-Scheiwiller. El péndulo oscila entre soluciones efectivas y las que tienen más posibilidades de ser aprobadas por el Parlamento, ya que ambas no siempre coinciden.

Evitar la confrontación política

Una de los riesgos para Policy Sprint es que se reproduzca en su seno la confrontación política. Sin embargo, el beneficio que este modelo supone para los parlamentarios minimiza este riesgo. Participar en Policy Sprint implica la posibilidad de diseñar políticas con mayores probabilidades de ser aprobadas en el Parlamento que cuando los partidos realizan sus propuestas en solitario.

Matthias Michel, parlamentario por el Partido Liberal en el Consejo de Estados o cámara alta de la Asamblea Federal de Suiza desde finales de 2019, ha participado en dos Policy Sprints y compara las dos formas de hacer política en una entrevista para la Revista Haz. “En el procedimiento político normal tienes una idea, la discutes con algún colega, quizá haces la propuesta para presentar al Parlamento, pero luego este la tiene que aprobar. Esta institución recibe muchas propuestas y a menudo son rechazadas; solo sirven para hacerse uno un perfil político.” Como apunta Michel, “en política, lo importante no es solo lo que haces sino cómo lo haces. Una buena idea se puede caer en el sistema político porque se ha hecho de la manera incorrecta, con la persona equivocada o en el momento erróneo. En Policy Sprint la manera de diseñar soluciones es muy fuerte y se preparan antes de entrar al proceso político.”

Conocido por tender puentes en su manera de hacer política, Michel valora la interacción con otros parlamentarios en Policy Sprint. “Es una manera muy preventiva y constructiva de encontrar intereses comunes y consenso porque el espacio político cada vez está más dividido”, añade.

Participar en Policy Sprint implica la posibilidad de diseñar políticas con mayores probabilidades de ser aprobadas en el Parlamento que cuando los partidos realizan sus propuestas en solitario.

Otro beneficio bien valorado por los parlamentarios que han participado en Policy Sprint es la transferencia de conocimiento como resultado de la interacción con expertos provenientes de diferentes sectores. Así lo explica para la Revista Haz Lilian Studer, parlamentaria en la Cámara Nacional por el Partido Evangelista y participante en el segundo Policy Sprint sobre sostenibilidad financiera: “Los políticos sabemos cómo hablar, pero no somos los que más sabemos sobre los temas. Fue muy bueno conocer y trabajar con los expertos y discutir juntos las soluciones posibles”. Studer distingue entre los expertos y las personas que hacen lobby y tienen su propia agenda.

Además, “hay preguntas que hacer respecto a la relevancia y a la calidad de muchas de las propuestas que se hacen al Parlamento”, añade. En este sentido, el modelo de Policy Sprint asegura tanto la relevancia como la calidad de las propuestas.

Los expertos también valoran positivamente este espacio de interacción. Christian Bach, Jefe del Laboratorio de Tecnologías de Automoción en el Laboratorio Federal Suizo de Ciencia y Tecnología de Materiales (Empa), participó en el Policy Sprint sobre movilidad neutral para el medio ambiente aportando su visión de una movilidad post-fósil, centrada en la eliminación progresiva de la energía fósil. “Como técnico corro el riesgo de creer demasiado en las soluciones puramente técnicas, mientras que los no técnicos corren el riesgo de creer demasiado en las soluciones no tecnológicas. El intercambio interdisciplinar es importante para equilibrar estos puntos de vista, y es importante escuchar y aceptar otros puntos de vista como parte de la solución”, explica Bach para la Revista Haz.

Studer también señala como un aspecto positivo un espacio de discusión más abierto que en el sistema político tradicional. “En el Parlamento el Gobierno nos dice qué tenemos que discutir. La discusión es sobre una solución ya creada.” Esta apertura también convence a los expertos cuyos intercambios tradicionales con los políticos se producen de manera bilateral, informal y centrados en sus conocimientos y competencias. En este sentido, Bach opina que “el enfoque interdisciplinar y transdisciplinar de Policy Sprint, con una serie de objetivos políticos claros, parece muy convincente. Mi impresión es que las soluciones desde abajo (bottom-up) bien equilibradas, que abarcan varios aspectos y puntos de vista, están recibiendo mucha atención”.

“Los políticos sabemos cómo hablar, pero no somos los que más sabemos sobre los temas. Fue muy bueno conocer y trabajar con los expertos y discutir juntos las soluciones posibles”, Lilian Studer (Partido Evangelista).

Pero la contribución de Policy Sprint para reducir la confrontación política y promover la colaboración no se reduce a sus beneficios. Su diseño también conduce a ello. Por medio de la herramienta Feedback-loop (bucle de retroalimentación) se identifican qué propuestas tienen el apoyo de la mayoría de los parlamentarios y cuáles no. Cuando una propuesta tiene escaso apoyo se pregunta a los parlamentarios por las razones de que no la apoyen y qué sugerencias de cambio tendrían para apoyarla o por lo menos para no votar en contra de ella.

“No se busca que al final del proceso todo el mundo esté de acuerdo en una medida, sino tener diferentes soluciones apoyadas por mayorías diferentes. Por eso, no les preguntamos si están de acuerdo con la propuesta, si no si tienen algo en contra de ella. Utilizamos el principio de consenso para que los que no apoyen una determinada solución tampoco se opongan a ella. El nivel mínimo que intentamos alcanzar es que no haya oposición a las medidas seleccionadas”, explica Müller-Scheiwiller. De esta manera, el diseño del modelo empuja a sus participantes a ser lo más constructivos posibles.

Las propuestas se seleccionan preguntando a los parlamentarios cuál de ellas es más importante para alcanzar su objetivo. Puede haber varias buenas ideas, pero una de ellas es más importante. Así, Policy Sprint se mantiene realista con las agendas políticas mientras minimiza las posibilidades de actitudes oponentes.

Policy Sprint en acción

Del primer Policy Sprint, celebrado de enero a abril de 2022, nacieron tres propuestas para transformar el transporte público en neutral para el medio ambiente: fortalecer los núcleos de transporte y las infraestructuras para bicicletas en las zonas rurales; mejorar la ordenación del territorio en centros comerciales, de ocio y turismo, y desarrollar un plan de acción con los Gobiernos regionales y municipales para promover e incrementar la oferta de medios de transporte público eficientes para el medioambiente. Las tres fueron presentadas en el Parlamento en junio de 2022 y a día de hoy todas han sido aprobadas.

Este éxito silenció el escepticismo inicial sobre la capacidad de Policy Sprint de producir soluciones en un corto periodo de tiempo, mostrando además ser más rápido que el proceso político tradicional considerando que una de las propuestas fue aprobada en el Parlamento tan solo tres meses después de presentarse. También respondió a las críticas sobre su potencial competencia con el sistema tradicional de hacer política ya que interviene en una fase anterior al proceso político.

Desde el primer Policy Sprint sobre transporte público y cambio climático se han celebrado dos más, uno sobre sostenibilidad financiera y otro sobre transporte comercial. Desde que comenzó se han presentado cuatro propuestas al Parlamento y se están implementando diez medidas voluntarias. Han participado 104 personas y el 90% de ellos han expresado su interés en volver a participar, según datos proporcionados por Expedition Future.

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Desde el primer Policy Sprint sobre transporte público y cambio climático se han celebrado dos más (sostenibilidad financiera y transporte comercial). Se han presentado cuatro propuestas al Parlamento y se están implementando diez medidas voluntarias. Fotos: Sören Funk /Expedition Future.

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Desde el primer Policy Sprint sobre transporte público y cambio climático se han celebrado dos más (sostenibilidad financiera y transporte comercial). Se han presentado cuatro propuestas al Parlamento y se están implementando diez medidas voluntarias. Fotos: Sören Funk /Expedition Future.

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Desde el primer Policy Sprint sobre transporte público y cambio climático se han celebrado dos más (sostenibilidad financiera y transporte comercial). Se han presentado cuatro propuestas al Parlamento y se están implementando diez medidas voluntarias. Fotos: Sören Funk /Expedition Future.

Una de las claves del éxito del modelo es la adaptación de diseños creativos de pensamiento y colaboración a los procesos políticos para afrontar desafíos clave teniendo en cuenta las líneas partidarias existentes en Suiza. En el nuevo uso dado a estas herramientas radica su parte innovadora.

Para que el Policy Sprint sea efectivo, Expedition Future prepara minuciosamente los pasos y herramientas a utilizar desde el inicio hasta su conclusión. Una de las herramientas utilizadas es el Modelo Doble Diamante que divide el proceso en las fases de: ‘descubrir’ (se trata de entender realmente el tema no solo asumirlo); ‘definir’ (se define el tema en base a lo descubierto en la primera fase); ‘desarrollar’ (se dan distintas respuestas al desafío planteado con la ayuda de expertos, y ‘entregar’ (diferentes respuestas se prueban a pequeña escala para rechazar las que no sirven y mejorar las que sí).

Otra herramienta utilizada es el Modelo de la Espiral de Aprendizaje que consiste en considerar como punto de partida la experiencia y conocimiento de los participantes, se sigue buscando patrones que pueden utilizar para construir una imagen colectiva, a ello se le añade una nueva teoría o conocimiento a lo que los participantes ya saben, se practica lo que se ha aprendido y se elabora un plan de acción, y se implementa lo que se ha aprendido.

Al conocimiento en diseño y política que componen Expedition Future, se les une una nutrida red de expertos en diferentes ámbitos y de diferentes sectores que enriquecen y garantizan la calidad del trabajo.

Pero, “el modelo de Policy Sprint no sirve para todos los problemas, todas las situaciones o todos los contextos”, admite Müller-Scheiwiller.

Las limitaciones del modelo tienen que ver con los temas, los tiempos y (algunos) parlamentarios. Algunos temas no están lo suficiente maduros como para someterlos a un Policy Sprint. Ese es el caso de la inteligencia artificial, sobre la que todavía hay mucho que aprender antes de saber cómo usarla y regularla adecuadamente. En estos casos antes del cómo hay que clarificar hacia dónde se quiere ir.

Otra potencial limitación es encontrar el momento adecuado, la ventana de oportunidad para que una propuesta prospere. Si una propuesta ya está inmersa en el proceso político, es demasiado tarde para someterla a un Policy Sprint porque hay que estar abierto a diferentes soluciones.

Finalmente, si los políticos no están dispuestos a colaborar el modelo no puede funcionar. “Trabajamos con parlamentarios con la voluntad de encontrar soluciones juntos y, afortunadamente, existen en todos los partidos”, afirma Müller-Scheiwiller.

Una de las limitaciones de este modelo está relacionada con los temas. Algunos no están lo suficiente maduros para someterlos a un Policy Sprint, como es el caso de la inteligencia artificial.

Exportar el modelo

Para terminar este artículo volvamos a imaginar. Imaginemos que todos los países, incluido España, adoptan un modelo constructivo de hacer política como Policy Sprint. Para ello se necesita voluntad política, adaptación técnica del modelo y unas condiciones mínimas necesarias.

Una condición básica es un mínimo de voluntad política para que el modelo funcione. “En todos los partidos políticos existe gente que se enfoca en los problemas y otros que se enfocan en las soluciones”, recuerda Müller-Scheiwiller. Se trataría de identificar a los segundos y considerar evitar a los primeros. El perfil de las personas adecuadas debe incluir, como apunta Michel, políticos que busquen el consenso.

Desde el punto de vista técnico, sería necesario adaptar el modelo a la cultura y contexto político del lugar teniendo en cuenta el tipo de sistema parlamentario, el número de partidos políticos y la cultura alrededor de la discusión política, entre otros aspectos. Por ejemplo, en Suiza, a los participantes se les conceden de uno a dos minutos para presentar sus ideas y así asegurar que todo el mundo habla. En España quizá fuera necesario más tiempo por participante lo que podría afectar al número de participantes o a la duración del grupo de trabajo.

Otra adaptación importante es la de los temas a tratar. En este sentido, Michel subraya la conveniencia de que sea un tema en el que todo el mundo tenga interés como por ejemplo transporte, salud o educación.

En cuanto al facilitador, este, insiste Studer, debe ser independiente, profesional, muy preparado, que conozca bien las reglas del modelo, que esté abierto a todas las ideas y que se mantenga neutral durante todo el proceso.

Policy Sprint puede ser una inspiración para adoptar una forma de hacer política orientada a buscar soluciones de una forma eficaz por la colaboración entre partidos políticos y por la consideración del conocimiento y la experiencia de los ciudadanos, poniendo a ambos al servicio del bien común.

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