Voluntariado corporativo, un aliado por conocer

Voluntariado corporativo, un aliado por conocer

10 febrero 2007

¿Qué es el voluntariado corporativo? Janet Lautenschlager, miembro del Voluntary Action Directorate de Canadá, lo define como «una estrategia deliberada que nace del empleador y busca alentar a los empleados a que se involucren como voluntarios en la comunidad y brindarles el apoyo necesario para llevarlo a cabo». Se trata por lo tanto de aquel tipo de voluntariado que nace y se promueve desde las empresas con el objetivo de profundizar en el compromiso de estas organizaciones con su entorno social.

Fundación la Caixa a través de su «Guía para promover el voluntariado» desde la empresa facilita una definición extensa que añade algunos elementos importantes.

«Es el conjunto de acciones implementadas por iniciativa de la empresa y su capital humano destinadas a contribuir al desarrollo social, asistencial y medioambiental, educativo y cultural, entre otros, en las que intervienen personas ligadas directamente (empleados y jubilados) o indirectamente (familiares) a la empresa.

Su meta será la movilización de los trabajadores en busca de la mejora del entorno en el que opera la compañía, por lo que ésta tiene un rol de liderazgo social y el cometido de presentar y trasmitir su comportamiento ético y cultura corporativa a través de sus profesionales, en lo que es el moldeamiento del concepto de empresa ciudadana y responsable.»

El voluntariado corporativo constituye, por lo tanto, una herramienta empresarial, en la medida en que puede y debe contribuir a los objetivos empresariales, al tiempo que está creada para el servicio y desarrollo personal del empleado. Esta última característica permite a empresa y trabajador encontrar un nuevo espacio común, más personal y socialmente dinámico que favorece a ambos en múltiples aspectos.

Y no sólo a ellos, también es una oportunidad de mejora para las organizaciones no lucrativas en aspectos a veces difíciles de abordar.

Para la empresa es una herramienta para mejorar la percepción del entorno social; crear una cultura de compromiso y servicio; mejorar la comunicación interna; posicionarse como una empresa comprometida para clientes y candidatos que buscan este perfil de compañía; ampliar su red de contactos; mejorar la moral y la motivación reduciendo la rotación e incrementar la productividad; desarrollar las capacidades de los empleados y crear equipos de trabajo más sólidos.

En el caso del trabajador, mediante esta experiencia puede incrementar sus capacidades de planificación, comunicación y liderazgo, junto con aquellas relacionadas con el trabajo en equipo, la negociación o la gestión. A nivel emocional incrementa la satisfacción personal, el sentimiento de comunidad y la autoestima.

Por último, para las organizaciones sin fines de lucro supone un aumento en el número de voluntarios y el acceso a conocimientos, habilidades profesionales y experiencias. Esto puede mejorar la efi- ciencia de las organizaciones, su posición en el mercado, la mutua comprensión con el sector empresarial y la posibilidad de llegar a audiencias y sectores nuevos.

A pesar de todas estas virtudes el voluntariado corporativo aún es muy desconocido entre las empresas de nuestro país, siendo las compañías anglosajonas quienes tienen más trayectoria en este campo.

En Estados Unidos, de las 500 empresas de la lista Fortune 500, el 82% cuenta con programas de voluntariado corporativo.

En Europa de las 100 empresas del índice europeo FTSE 100, 74 empresas también los tienen. Sin embargo, a pesar de las experiencias que avalan esta herramienta, a principios del 2006 en España sólo 8 empresas del IBEX 35 podían decir lo mismo.

Según datos de la Fundación Empresa y Sociedad las empresas pioneras en este campo en España han sido las filiales de grupos internacionales, principalmente bancos de inversión y empresas de servicios profesionales. Los tipos de actuaciones son de perfil principalmente asistencial y su grado de desarrollo es todavía incipiente.

Sin embargo, los estudios de opinión que ha realizado esta misma institución revelan que al 85% de los ciudadanos que trabajan les gustaría participar en la acción social de su empresa.

TIPOS DE VOLUNTARIADO. En el plano abstracto resulta difícil comprender cómo puede una empresa ser partícipe del movimiento de voluntariado mediante sus empleados sin renunciar a beneficios o productividad. Veamos qué tipos de voluntariado de carácter corporativo existen. Linda Gornitsky autora de «Corporate Volunteerism Innovative Practices for the 21th Century» distingue tres modelos de voluntariado corporativo: Subcontratado, cuando se hace a instancia de una tercera institución. Centralizado, cuando la compañía es la que dirige y gobierna el proceso. Y por último, y en oposición al anterior, descentralizado, cuando es el empleado quien lo promueve.

Un ejemplo paradigmático de esta última modalidad es el caso de la Caixa quien ha impulsado entre sus trabajadores la creación de asociaciones en todas las provincias españolas donde está presente.

Una vez constituidas estas asociaciones, la empresa ha firmado un convenio con cada una de ellas, de tal manera, que les transfiere fondos para su funcionamiento.

Sin embargo, la acción voluntaria que resulte es decisión autónoma de las juntas directivas de las asociaciones. A finales de 2006 el programa de voluntariado corporativo de la Caixa contaba con 44 asociaciones de voluntarios, presentes en 46 provincias españolas, en las que han participado 1.450 personas y a las que se han transferido fondos por valor de 212.000 euros.

«A la hora de definir un programa de voluntariado hay que analizar la naturaleza de la empresa y sus valores corporativos. Hemos aplicado nuestros valores al programa y la confianza es uno de ellos. Se eligió constituir 44 asociaciones de voluntarios para acercar a los empleados a las organizaciones sociales y conectarlos más con el entorno social y que decidan así qué voluntariado quieren realizar», justifica esta opción Carlos Vidal-Quadras, coordinador del programa de voluntariado.

Tras esta división encontramos infinidad de modalidades de proyecto de voluntariado que pueden enmarcarse en cinco variedades, como propone el Programa de Promoción del Voluntariado Corporativo de la Comunidad Valenciana.

Primero encontramos aquellos programas dedicados a facilitar el voluntariado y el outdoor solidario. En este caso la empresa da permiso a sus empleados para que algunas de sus horas laborales las dediquen a actividades de cooperación o para realizar tareas para la comunidad.

En España existen muchos ejemplos de esta forma de hacer voluntariado corporativo.

Los trabajadores de la empresa juguetera Hasbro Iberia disponen de 4 horas mensuales para la realización de trabajos comunitarios de atención a la infancia.

«Nuestra compañía es filial al 100% de Hasbro Inc., con sede en Estados Unidos, quien desde hace años desarrolla un programa de voluntariado para sus empleados.

Paulatinamente, este programa se ha ido extendiendo a todas las filiales que tiene el grupo y en 2005 decidimos ponerlo en marcha en España», nos comenta Julia Echeverría del departamento de Acción Social de la compañía.

Los empleados recibieron de forma muy positiva la propuesta de la empresa y en su primer año de funcionamiento el programa implicó al 12 % de la plantilla. «Lo más difícil siempre son los comienzos, poner en marcha el proyecto, informar a la plantilla, establecer acuerdos de cooperación con ONGs…. Aunque debo decir que la colaboración entre todas las partes involucradas ha sido excelente», señala Echeverría tras dos años de trabajo en el proyecto. El programa fue posible gracias al convenio de colaboración que la compañía firmó con organizaciones como FUNDAR, Tierra de Hombres, la Residencia Infantil Nueva Infancia o Casa de la Caridad.

Una versión muy popular del outdoor solidario es el día del voluntariado. Como «outdoor» se entienden aquellas actividades que se realizan fuera de las oficinas de la empresa y para muchas organizaciones dedicar un día a actividades sociales fuera de la empresa es una de las opciones más atractivas de voluntariado corporativo.

Barclays es uno de los mejores exponentes de esta fórmula en nuestro país. El «MAD Day», Make a Difference Day, es el día dedicado por el banco a participar en acciones de voluntariado corporativo propuestas por sus propios empleados.

«Se creó como una llamada de atención sobre las múltiples necesidades existentes en las comunidades en que vivimos y el potencial que cada uno de nosotros tiene para ayudar a mitigarlas simplemente por el hecho de estar dispuestos a vivir «un día diferente», nos explica Evelio Acevedo, director de la Fundación Barclays responsable del proyecto. Sólo en la última edición de este evento participaron casi 1.200 personas.

En total, entre estas y otras iniciativas, el banco ha conseguido movilizar en 2006 al 30% de su plantilla en actividades de voluntariado corporativo con una inversión de más de 250.000 euros.

«Internamente, los programas de voluntariado corporativo inciden muy positivamente en la satisfacción del empleado, por trabajar en una empresa que comparte sus inquietudes y facilita su respuesta, también en el clima laboral y en el desarrollo de habilidades muy necesarias para el trabajo en equipo. Externamente, la implicación de los empleados de Barclays en necesidades locales con el apoyo del banco tiene también un impacto positivo sobre la imagen y la reputación corporativa», opina Acevedo tras su experiencia.

Otra modalidad diferente es el voluntariado profesional. La empresa colabora permitiendo a sus empleados trabajar en instituciones sociales puntualmente en áreas de conocimiento técnico que dominen. El programa de voluntariado de Eroski está en esta línea.

El programa está dirigido a todos los trabajadores y a los socios-amigos de la Fundación Eroski y consiste en que estos pueden dedicar su periodo de descanso vacacional, 3 semanas, a una causa social en colaboración con ONGs. Los voluntarios son escogidos tras un proceso de selección realizado por la ONG de acogida y un experto en cooperación internacional.

Reciben además una formación previa y los costos van a cargo de la compañía. «Realizamos una encuesta entre los trabajadores para conocer qué podían ofrecer, en cuanto a tiempo, talento y recursos, y si ya colaboraban o no con alguna ONG. La mayoría de ellos mostraron inquietud por recibir información, otros se ofrecían para actividades puntuales o en su tiempo de vacaciones.

Alguno iba más allá y planteaba la posibilidad de solicitar una excedencia de varios años para colaborar de forma comprometida con una ONG. De ahí surgió el actual programa de voluntariado», explica Marta Areizaga directora de RSE de Grupo Eroski. «El objetivo es enriquecer, desarrollar los valores de solidaridad y participación de Eroski a través de actuaciones concretas y el programa de voluntariado está siendo una de ellas».

Una versión distinta del apoyo especializado a las ONGs a través de los trabajadores es el trabajo «pro bono». En esta ocasión la empresa presta sus servicios habituales a este tipo de entidades sin coste o con precios especiales. Compañías como McKinsey, Accenture o PricewaterhouseCoopers realizan este tipo de apoyo especializado a ONGs y proyectos sociales.

La contribución compartida o el Matching Gift, consiste en el compromiso de la empresa de hacer una donación económica igual a la que hagan sus empleados a través de una recaudación promovida por ellos. BNP Paribas cuenta con una iniciativa de este tipo. «Dobla tu ayuda», es el proyecto por el que el banco iguala las aportaciones que sus trabajadores realicen a una organización social. En 2004, la empresa destinó 12.000 euros a este fin.

Por último, se encuentra la colaboración con el voluntariado. En apoyo al empleado y, sobre todo a su voluntad de ayudar la empresa puede implicarse con las ONGs en las que sus empleados trabajan voluntariamente y lo puede hacer a través de donaciones económicas o en especie. Dentro del programa de voluntariado corporativo de Telefónica, denominado Voluntarios Telefónica, se ha creado una figura para articular su apoyo a los empleados implicados en actividades sociales.

Los Comités Locales de voluntariado son grupos de empleados, activos o jubilados, que quieren apoyar con determinación ciertas causas sociales en colaboración con organizaciones no lucrativas locales.

Para ayudarles en este empeño Fundación Telefónica facilita a los Comités recursos, apoyo y formación, para llegar hasta donde quieran los grupos de voluntarios. «Voluntarios Telefónica apoya a los empleados que desarrollan o quieren desarrollar actividades sociales siempre y cuando las actividades y fines sociales sean compatibles con los objetivos de la Fundación Telefónica y los valores y principios de actuación del Grupo Telefónica», señala Javier Gómez, director del Área de Voluntariado Corporativo y Proyectos Sociales de Fundación Telefónica.

A través de estos ejemplos, hemos podido ver las distintas facetas del voluntariado corporativo pero hay que tener en cuenta que ninguna de ellas suele aparecer sola, como ocurre en todas las empresas mencionadas.

Un programa de voluntariado corporativo acoge distintos proyectos ofreciendo a los empleados muchas opciones para comprometerse en actividades sociales.

Podemos verlo a través de la compañía de seguros DKV. En 2001 la compañía creó el Grupo de voluntarios de DKV formado por 25 personas pertenecientes a diversas sucursales y departamentos.

Este grupo trabaja en proyectos solidarios elegidos por ellos y apoyados por la dirección. Una de las acciones estables que nace de este grupo es el Día del Voluntariado DKV, una jornada dedicada al voluntariado que en 2006 contó con la participación de más de 70 empleados y familiares, es decir, más del 10% de la plantilla de la aseguradora. Por poner un ejemplo, los voluntarios de las sucursales de DKV en La Coruña, Orense, Vigo, Lugo y Santiago de Compostela cooperaron con ADEGA, Asociación para la Defensa Ecolóxica de Galiza, organización dedicada a la reforestación de las zonas afectadas por lo incendios en Galicia.

Junto al grupo de voluntarios y el día del voluntariado, la empresa ha creado un asistente social interno responsable de canalizar las inquietudes y problemas de los empleados o de su entorno, también tiene un proyecto de microseguros de salud solidarios en Quito, Ecuador, donde participan trabajadores aportando sus conocimientos técnicos, y mantiene un portal web interno de voluntariado al servicio de los trabajadores.

En definitiva, un bloque de iniciativas articuladas en un programa con dos objetivos: «Primero el cambio cultural, difundir los valores y la cultura interna de la compañía. Segundo, incrementar el grado de satisfacción y el sentimiento de pertenencia de los empleados. Objetivos que están relacionados con el hecho de que DKV en España proviene de una empresa familiar que fue comprada por una multinacional. Así que esta herramienta se uso para abordar esta adaptación», nos explica Miguel García Lamigueiro, director de RSC de DKV.

A LA BÚSQUEDA DEL IMPACTO SOCIAL Y EMPRESARIAL. Elegir una modalidad u otra de voluntariado corporativo depende de la naturaleza de cada empresa, sus valores y cultura corporativa; y, claro está, del compromiso social de la organización. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes pero elegida una u otra opción la decisión debe responder al impacto social que se puede alcanzar y, como hemos podido ver en el caso de DKV, a los objetivos estratégicos para la compañía.

En este camino se encuentra BBVA.

El banco venía trabajando en iniciativas de voluntariado en muchos de los países en los que opera, pero en 2006 el grupo se planteó abordar este proyecto con más fuerza para impulsar nuevas iniciativas y dar un marco corporativo a las actividades que se realicen en este ámbito. De ahí surge el plan de voluntariado corporativo que se implantará durante este año.

El proyecto se estructura en dos bloques: iniciativas propuestas por BBVA e iniciativas propuestas por los empleados. En el primer plano se incluyen tanto los proyectos codiseñados con ONGs, centrados en la educación, como la canalización de empleados para cubrir las necesidades de voluntariado de estas mismas instituciones.

Para atender las iniciativas de los empleados se organizará un concurso anual.

Además, la oficina de voluntariado, que será el principal órgano gestor del plan, transmitirá los intereses de los empleados hacia las ONG. «El proyecto de voluntariado corporativo encaja de lleno con lo que el Grupo quiere ser y por tanto adquiere un carácter estratégico», nos explica María Such, coordinadora de Reputación Corporativa de BBVA, «surge como una iniciativa en la que todos parecen ganar: los empleados porque, de algún modo, la organización les apoya en sus inquietudes; la sociedad por ser beneficiaria de las actividades de voluntariado, y, la empresa, por contar con nuevas vías para entregar valor tanto a sus empleados, como a las sociedades en las que opera».

VALOR AÑADIDO. Instituciones como Fundación Empresa y Sociedad recomiendan que con el tiempo y la experiencia se opte por un voluntariado profesional de valor añadido. «La empresa española está en los inicios del voluntariado corporativo y debe centrarse en la transferencia de conocimiento, porque la mayoría de las ONGs lo que necesitan es fortalecimiento institucional para alcanzar mayor eficacia y eficiencia», coincide en este planteamiento David Camps, responsable de Marketing de Intermón Oxfam.

Según Empresa y Sociedad las opciones de voluntariado de más valor añadido son fundamentalmente tres tipos. Por un lado, las que facilitan un voluntariado individual o en equipo diferente al que el empleado puede hacer en su tiempo libre.

Después, las que tienen un componente más relacionado con los conocimientos y habilidades de los empleados participantes.

Por ejemplo, las posibilidades de apoyar a los equipos educativos en colegios y centros de formación con jóvenes de zonas más marginales. Por último, el voluntariado corporativo relacionado con las consultas profesionales, la participación en el órgano de administración o el consejo asesor de organizaciones sociales, las tutorías de apoyo a emprendedores o las tutorías educativas presenciales.

La medición del impacto social, el establecimiento de objetivos estratégicos para el negocio y la implicación de otros departamentos como Recursos Humanos son rasgos de un programa de voluntariado ambicioso y desarrollado. Podemos decir que en las empresas españolas se están haciendo importantes esfuerzos en esta dirección, desvelando día a día las posibilidades del voluntariado corporativo.

Sin embargo, aún queda un largo camino que recorrer y mucho que aprender para salvar la brecha que nos separa de la experiencia de las empresas anglosajonas.

Empezando en el voluntariado corporativo

Si le interesara iniciar un programa de voluntariado corporativo en su empresa y no sabe por donde empezar hay dos proyectos que pueden interesarle.

Fundación Chandra, gracias al apoyo del Grupo Vips, en 2004 creó un programa dedicado a asesorar a las empresas en la implementación y desarrollo de programas de voluntariado corporativo. El programa ofrece tres niveles de participación según se desee poner en marcha un programa de voluntariado corporativo más o menos ambicioso. El coste oscila entre 6.000 y 30.000 euros al año en función de la modalidad elegida y del número de empleado. DKV Seguros, ONO, Bankinter o Mapfre participan y tienen un porcentaje medio de participación del 20% de su plantilla en este tipo de actividades. Si desea saber más visite www.voluntariadocorporativo.org.

En junio de 2006 Fundación Empresa y Sociedad presentó su programa Acción Social en colaboración con empleados. La fundación ofrece a sus socios un plan de trabajo multiempresa a tres años para mejorar la estrategia e impulsar el voluntariado. La fundación ofrece asistencia técnica y el intercambio de experiencias e información de gestión entre las empresas participantes.

El programa ya cuenta con 18 empresas asociadas y el coste para cada una de ellas es de 3.000 euros el primer año, más un incremento del 5% anual los dos años restantes. Para más información visite: www.empresaysociedad.org.

Fundación la Caixa también ha querido participar de la promoción del voluntariado corporativo elaborando una publicación que se ha convertido en referencia obligada para los que quieran diseñar un programa de este tipo. La Guía para promover el voluntariado de la empresa se puede obtener de forma gratuita solicitándola a través de la página web: www.fundacio.lacaixa.es.

Tome nota

La fundación Points of Light es una organización no lucrativa norteamericana dedicada a promover el voluntariado civil en todas sus vertientes incluido el voluntariado corporativo.

Esta institución da cinco claves para el éxito en la implementación y desarrollo de un programa de este tipo.

1. Realizar un acercamiento estratégico al voluntariado corporativo: identificar los objetivos claves que se quieren conseguir.

2. Construir un marco conceptual para el programa.

3. Recabar los sistemas de medición vigentes en la empresa para aplicarlos al voluntariado corporativo. Por ejemplo, si el departamento de recursos humanos usa encuestas de clima laboral también debiera aplicarse al programa de voluntariado corporativo.

4. Identificar aquellos aspectos que quedan sin medir y buscar un modo de incluirlos ya que este tipo de programas tienen múltiples objetivos que pueden ayudar a las necesidades del departamento de recursos humanos, comunicación y marketing. La idea es asegurarse de que todos los objetivos se pueden medir de alguna manera.

5. Comprometer a los públicos interesados esenciales. En este sentido, implicar a los profesionales cuyos objetivos de negocio serán favorecidos por el programa de voluntariado corporativo es un paso clave. Para ello, se les debe incluir en el diseño y medición del programa, preguntándoles qué indicadores les servirían para mostrar si el voluntariado corporativo aporta valor a sus áreas.

Por Alma Pérez

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