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La sostenibilidad recupera credibilidad y gana peso en la agenda corporativa
Ena la tercera edición de The Visionary CEO’s Guide to Sustainability 2025, publicada por Bain & Company, la consultora identifica una tendencia clara: la sostenibilidad deja de concebirse solo como una obligación ética para afianzarse como un motor de competitividad y resiliencia empresarial.
El análisis, basado en más de 35.000 declaraciones de 150 compañías líderes recogidas en 2018, 2022 y 2024, propone un enfoque pragmático para convertir compromisos en resultados. Su última edición confirma que el retroceso en el discurso se está deteniendo y que el foco se desplaza hacia la ejecución y la creación de valor.
“Tras años de ambición y objetivos públicos, en 2024 los CEOs tuvieron que reajustar su agenda. Hoy hay menos discurso y más acción”, señala Ibon García, socio de Bain & Company. “Las empresas que actúan de forma sostenible obtienen beneficios tangibles. Hemos identificado palancas de descarbonización rentables para acelerar la transición hacia las cero emisiones netas. Para lograrlo, hay que escalar lo que ya funciona, anticipar disrupciones y reforzar la solidez en políticas sostenibles”.
Entre las conclusiones más destacadas, Bain sostiene que ya es viable reducir de forma rentable hasta el 25% de las emisiones globales de CO₂ mediante iniciativas con retorno positivo de la inversión. Además, otro 32% de las oportunidades de reducción podría alcanzar la rentabilidad a medio plazo, dependiendo de la política pública, la innovación tecnológica y los cambios en el comportamiento del cliente. La firma insta a acelerar palancas como la eficiencia energética, el diseño circular y la localización de la cadena de suministro, integrándolas en la toma de decisiones estratégicas.
El mercado acompaña este giro. El 90% de las compañías líderes —las que crecen más en ingresos que sus competidores— espera un impacto positivo de la sostenibilidad en tres años. La tendencia es transversal por regiones, incluso donde el impulso regulatorio se ha moderado, reforzando la sostenibilidad como catalizador de crecimiento.
En el mercado B2B, la conexión entre sostenibilidad y decisiones comerciales se estrecha. El 50% de más de 750 clientes empresariales encuestados por Bain ya deriva mayor volumen a proveedores sostenibles, una cuota que podría aproximarse al 70% en tres años.
En consumo, tras consultar a cerca de 14.000 personas, cuatro de cada cinco siguen preocupadas por la sostenibilidad, pese a que la atención pública se haya visto parcialmente eclipsada por la incertidumbre geopolítica y el aumento del coste de la vida. El 80% cree que sus decisiones individuales marcan la diferencia, un porcentaje ligeramente superior al de los dos últimos años y especialmente robusto en mercados de rápido crecimiento. Casi un tercio afirma practicar seis o más hábitos sostenibles a diario y un 70% declara intención de adoptar rutinas adicionales, una pauta estable por regiones y demografías.
Persisten, no obstante, barreras relevantes en el punto de compra: muchos consumidores perciben falta de preparación empresarial y de información fiable sobre el impacto real. Aunque más del 60% dice saber identificar opciones sostenibles, la mayoría no puede conocer con precisión la huella de carbono de decisiones comunes —desde comer una hamburguesa hasta tomar un vuelo— y casi la mitad cita la falta de información clara y transparente como obstáculo.
“Las empresas pueden convertir este reto en oportunidad invirtiendo en I+D, impulsando innovación disruptiva y promoviendo políticas que reduzcan la brecha de precios”, apunta García. “Y no olvidemos la IA generativa: más de la mitad de sus usuarios la emplea para adoptar un estilo de vida más sostenible, y alrededor de un tercio para recomendaciones de productos ecológicos. Las compañías deben entender qué importa al consumidor y ofrecer información transparente y accesible tanto para las personas como para la IA, o perderán relevancia”.