Ola de incendios en España: prevención y autoprotección, la clave para salvar vidas

Ola de incendios en España: prevención y autoprotección, la clave para salvar vidas

Los expertos alertan de que estos fuegos, cada vez más rápidos e impredecibles, solo pueden afrontarse con una prevención planificada y mantenida en el tiempo. Desde la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Tecnifuego) se hace hincapié en una prevención integral y la autoprotección.
14 agosto 2025

La ola de incendios que atraviesa España ha dejado hasta ahora un balance dramático: tres personas fallecidas, varios heridos (algunos en estado crítico), miles de evacuados y decenas de miles de hectáreas calcinadas en cuestión de días. Desde Galicia hasta Andalucía, pasando por Extremadura, Castilla y León, la Comunidad Valenciana y Madrid, múltiples focos activos han obligado a desalojar núcleos poblados y han mostrado paisajes arrasados y columnas de humo visibles a kilómetros.

Además, el impacto ambiental es grave: los incendios emiten grandes cantidades de CO₂, partículas finas y gases tóxicos que degradan la calidad del aire y del agua, ponen en riesgo la salud humana y animal, y destruyen ecosistemas cuya recuperación puede tardar décadas.

Las condiciones meteorológicas extremas —olas de calor, vientos fuertes y tormentas secas— junto a la acumulación de combustible vegetal tras lluvias primaverales han creado un escenario de altísimo riesgo. Como señala Antonio Tortosa, vicepresidente de Tecnifuego, “los incendios que estamos viendo son cada vez más rápidos, peligrosos y menos predecibles. Afrontarlos exige anticiparse, no solo reaccionar”.

Tecnifuego subraya que la lucha contra el fuego no puede limitarse a la extinción. Es imprescindible un enfoque preventivo sostenido a lo largo del año que incluya limpieza de montes, creación y mantenimiento de cortafuegos, reducción de biomasa en zonas críticas e instalación de sistemas de detección y respuesta temprana —sensores, vigilancia aérea y redes de alerta interconectadas— que permitan actuar antes de que el fuego se descontrole. Ese enfoque debe complementarse con protocolos unificados, formación avanzada, recursos suficientes para garantizar la seguridad y eficacia de los equipos de extinción, y el fomento de una cultura ciudadana de autoprotección.

Esta asociación propone actuar en tres niveles complementarios: planificación del paisaje para reducir la continuidad de la vegetación y diversificar usos del suelo; adaptación de edificaciones y entornos para aumentar su resistencia al fuego, y formación ciudadana para que la sociedad participe activamente en la prevención y respuesta.

Decálogo de autoprotección en áreas urbano-forestales

Para estos expertos, la seguridad frente a los incendios empieza en el hogar y en el paisaje cercano. Tomar medidas antes de que llegue el peligro es la forma más eficaz de evitar daños. En las zonas de interfaz urbano-forestal con riesgo especial, Tecnifuego recomienda estas prácticas preventivas:

  1. Mantener despejada una franja de al menos tres metros alrededor de la vivienda, libre de vegetación y materiales combustibles.
  2. Evitar setos inflamables, como cipreses o coníferas, junto a edificaciones.
  3. Revisar periódicamente tejados y canalones para retirar hojas secas y restos vegetales.
  4. Incorporar sistemas de protección activa (rociadores, detectores…) y pasiva (materiales ignífugos, sellados…).
  5. En urbanizaciones, disponer de cortafuegos perimetrales adecuados al nivel de riesgo y a la legislación vigente (con un ancho orientativo mínimo de 25 metros).
  6. Asegurar la operatividad de hidrantes y accesibilidad de caminos.
  7. Garantizar que cada núcleo habitado cuente con al menos dos rutas de evacuación.
  8. Evitar actividades de riesgo, como quemas agrícolas sin control.
  9. Informar a la comunidad local del plan de autoprotección.
  10. Registrar oficialmente el plan de autoprotección en el ayuntamiento y revisarlo periódicamente.

Cómo actuar si nos sorprende un incendio forestal

En caso de verse rodeado por un incendio forestal, los expertos recuerdan que lo más importante es mantener la calma y actuar con rapidez. Como regla general, siempre hay que seguir las indicaciones de las autoridades y equipos de emergencia. Si se ordena evacuar o confinamiento, debe hacerse de inmediato y prestando atención a las instrucciones posteriores.

En caso de que los servicios de emergencia aún no hayan llegado y no sea seguro abandonar la zona, conviene tener en cuenta estas pautas básicas:

  1. Alejarse del fuego en dirección contraria al vientopara escapar de las llamas y el humo.
  2. Evitar zonas con mucha vegetación y buscar áreas abiertas,despejadas y con poca carga combustible (carreteras, cultivos, rocas…).
  3. No bloquear caminos ni vías de acceso o evacuaciónpara facilitar la labor de los servicios de emergencia.
  4. Cubrir nariz y boca con un paño húmedopara reducir la inhalación de humo y cenizas.
  5. No atravesar el fuego ni zonas con humo denso;la visibilidad es muy baja y la inhalación de gases tóxicos puede resultar mortal.
  6. Si no es posible evacuar, buscar refugioen un edificio, vehículo o zona segura, y permanecer allí, cerrando puertas y ventanas, y alejar materiales combustibles del entorno.
  7. Evitar correrpara no agotarse y poder reaccionar ante cambios en la dirección del viento o del fuego.
  8. Una vez fuera de peligro, avisar a los servicios de emergenciasobre nuestra ubicación y la de cualquier persona que necesite ayuda.

Como concluye Antonio Tortosa: es necesario construir entre todos un modelo de protección que no dependa de la última línea heroica frente al fuego, sino de una prevención inteligente, sostenida y compartida por Administraciones, profesionales y ciudadanía.

 

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