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La incertidumbre, una de las principales causas de estrés para el 40% de los españoles
La incertidumbre se afianza como el factor invisible que condiciona los entornos profesionales. La aceleración de la revolución tecnológica, las nuevas formas de empleo y el inestable contexto socioeconómico están generando una sensación generalizada de inseguridad entre los empleados. En este nuevo escenario, el estrés por qué pasará en el futuro se ha instalado de forma silenciosa en las empresas, que deben buscar maneras innovadoras de apoyar a sus equipos y cuidar su salud mental.
Según los datos recogidos en el Cigna International HealthStudy, casi el 40% de los españoles considera que la incertidumbre sobre el futuro es una de las principales causas de estrés. Esta sensación de inseguridad se debe, en gran medida, a la dificultad para anticipar cambios en el entorno laboral, la inestabilidad económica, las transformaciones tecnológicas y la evolución constante de los modelos de trabajo. En este contexto, un 37% de españoles señala que el coste de la vida actual es una fuente importante de estrés, mientras que un 30% lo atribuye a sus finanzas personales.
La falta de claridad sobre lo que está por venir puede generar malestar emocional, afectar la concentración, reducir la motivación y provocar bloqueos cognitivos. Además, esta situación puede dificultar la conciliación entre la vida personal y profesional, ya que el estrés prolongado afecta tanto la salud mental como el equilibrio general de las personas.
“La incertidumbre tiene un impacto directo en la salud mental. No se trata solo de gestionar el cambio, sino de ofrecer entornos de trabajo que amortigüen sus efectos. Estabilidad, claridad, planificación y herramientas de cuidado emocional son elementos clave para proteger el bienestar de las personas. En este sentido, contar con planes de salud integrales y personalizados puede ser una pieza fundamental para acompañar a los equipos en momentos de inseguridad y ayudarles a mantener su equilibrio físico y emocional”, afirma Amira Bueno, directora de Recursos Humanos de CignaHealthcare España.
Ante este contexto, los profesionales de CignaHealthcare comparten algunas recomendaciones para que las empresas puedan reducir el impacto emocional de la incertidumbre entre sus equipos:
- Establecer procesos claros y rutinas estables. En entornos cambiantes, contar con procedimientos bien definidos, horarios estables y una planificación anticipada ayuda a los empleados a organizarse mejor y reducir la ansiedad cotidiana. Recuperar el control sobre el trabajo, incluso en escenarios imprevisibles, es clave para su bienestar emocional. Fijar reuniones semanales fijas, establecer prioridades con antelación y mantener estructuras claras de trabajo permite recuperar una sensación de control, incluso ante escenarios imprevisibles.
- Fomentar el desarrollo de softskills. Capacitar a los equipos en gestión emocional, resiliencia, comunicación efectiva y resolución de conflictos fortalece su capacidad para adaptarse a nuevos escenarios y mantener relaciones laborales saludables. Esto puede lograrse mediante formaciones internas, espacios de reflexión en equipo o talleres prácticos que les ayuden a aplicar estas habilidades en el día a día.
- Visibilizar el rumbo de la compañía. Compartir con transparencia los objetivos y planes a medio y largo plazo genera confianza, alinea expectativas y contribuye a reducir la sensación del desconocimiento del futuro organizativo. Iniciativas como encuentros informativos con la dirección o boletines internos que comuniquen avances estratégicos ayudan a que los empleados comprendan hacia dónde va la organización.
- Ofrecer cursos accesibles para la gestión del estrés. Incorporar programas de bienestar mental, talleres de autocuidado, sesiones breves de mindfulness o guías prácticas sobre cómo afrontar la incertidumbre permite a los empleados disponer de herramientas concretas para gestionar mejor el estrés diario. Estas acciones, integradas dentro de la jornada laboral, facilitan su adopción sin añadir carga adicional.
- Promover la cultura del equilibrio y proteger los ritmos laborales.Fomentar pausas activas, evitar la sobrecarga de tareas, respetar los tiempos de descanso y la desconexión digital, y generar una cultura del equilibrio ayuda a preservar la energía física y emocional de los equipos, especialmente en contextos de alta exigencia. Algunas organizaciones ya aplican medidas como limitar las reuniones a ciertas franjas horarias o reservar momentos libres de interrupciones para favorecer la concentración y el descanso mental.
- Integrar el bienestar emocional en la estrategia corporativa. Más allá de iniciativas puntuales, incorporar el cuidado de la salud mental como eje transversal de la organización permite construir entornos laborales más humanos, sostenibles y resilientes. Esto puede traducirse en planes anuales de bienestar, apoyo psicológico accesible o la implicación directa de los líderes en iniciativas que promuevan una cultura del cuidado colectivo.