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“El Plan europeo de Automoción puede facilitar el despliegue masivo de vehículos eléctricos”
El Plan europeo busca dar respuesta a importantes retos como la necesidad urgente de reducir emisiones, fomentar la independencia energética a través de fuentes renovables, y asegurar la competitividad de la industria europea frente a mercados internacionales cada vez más fuertes.
Entre sus principales propuestas se encuentran la armonización europea de las ayudas a la adquisición de vehículos eléctricos, el fortalecimiento de la cadena de suministro mediante la fabricación local de baterías y componentes esenciales, así como un decidido impulso al desarrollo y ampliación de infraestructuras de recarga en todos los países miembros.
Para comprender mejor la dimensión real de este plan y cómo puede afectar al panorama de la movilidad sostenible, hemos entrevistado a May López, directora de Desarrollo de la Plataforma de Empresas por la Movilidad Sostenible, experta con amplia experiencia en movilidad, sostenibilidad y gestión empresarial, quien nos ofrece su visión crítica y constructiva sobre cómo las medidas propuestas pueden traducirse en resultados concretos a diferentes niveles.
El Plan de Acción Industrial para la Automoción se considera un movimiento estratégico para transformar profundamente el sector automovilístico europeo hacia la sostenibilidad y la innovación, ¿cuál es su valoración general sobre la ambición y los objetivos planteados en este nuevo plan europeo?
Es un plan que reconoce la importancia del sector de la automoción en Europa y el compromiso de que este mantenga su competitividad a nivel mundial. Por ello, centra el foco en la descarbonización. Y es que el segmento de vehículos electrificados es el que más está creciendo en ventas en detrimento de los vehículos diésel y gasolina. Así, en el caso de Europa, se busca garantizar una mayor independencia energética, un punto crítico en este momento geopolítico y geoestratégico convulso.
Y, si bien es un plan sobre el que falta un mayor desarrollo en términos de objetivos cuantificables, la identificación de acciones concretas sobre problemas concretos identificados y que son barreras para reforzar dicha competitividad y el mercado de los vehículos eléctricos en Europa (como la apuesta por la fabricación de baterías, el apoyo a la fabricación local, el foco en la infraestructura de recarga y el foco en el cliente para el establecimiento de ayudas), también es una señal de madurez a la hora de enfrentar un problema de forma distinta, como se ha hecho hasta ahora para obtener resultados distintos.
Uno de los puntos más significativos del plan europeo es establecer criterios unificados en toda la UE para incentivar la compra de vehículos eléctricos. ¿Cree que esta armonización podría generar un cambio significativo en la adopción masiva de vehículos eléctricos por parte de los consumidores?
Es una medida con la que se busca, por un lado, replicar las buenas prácticas y casos de éxito que han funcionado en otros países para facilitar el despliegue de una movilidad más sostenible y, por otro lado, dar mensajes sobre estabilidad en las ayudas tanto para el ciudadano como para el sector. Acciones ambas que, aunque han de ir acompañadas de otras, pueden contribuir a ese despliegue masivo.
Se centra el foco en la descarbonización (...) y se busca garantizar una mayor independencia energética, algo crítico en el momento geopolítico y geoestratégico convulso actual.
El despliegue de una extensa red de infraestructura de recarga es fundamental para la viabilidad del vehículo eléctrico. En base al nuevo Plan presentado, ¿considera que las medidas contempladas son suficientes para resolver definitivamente este obstáculo?
Antes de nada, cabe indicar que la infraestructura de recarga en España, como muestran los datos de uso medio, está sobredimensionada para flota actual, sobre todo cuando hablamos de turismo. Pero también es una realidad que para vehículos pesados esa infraestructura todavía debe de desarrollarse. Como indicamos en el IV informe OBS sobre Movilidad Eléctrica en España, debemos agilizar los plazos de puesta en funcionamiento, que triplican a los de otros países europeos. Por ello, que la Comisión Europea haya puesto foco en estos puntos es, una vez más, una muy buena señal de madurez sobre el análisis de la situación actual y de búsqueda de soluciones concretas para eliminar estos frenos.
El plan propone flexibilizar temporalmente las normativas europeas de emisiones para facilitar la adaptación del sector automovilístico. ¿En qué medida considera que esta flexibilización podría afectar al cumplimiento de los objetivos ambientales de la UE?
Si bien se ha comunicado como una flexibilización, la realidad es que los objetivos se han mantenido, de manera que aquellas empresas que no alcancen el objetivo en este primer año deberán de hacer un mayor esfuerzo en el segundo y tercer año frente a aquellas que ya cumplan con el objetivo en los plazos inicialmente programados. Por ello, es importante que los objetivos no se han flexibilizado, pero sí lo han hecho los plazos de las posibles sanciones, considerando la situación actual.
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La competencia global con mercados tan potentes como China y EE.UU. está ejerciendo una gran presión sobre Europa. ¿Cree usted que las medidas adoptadas en este nuevo Plan fortalecerán efectivamente la posición competitiva de Europa a nivel global?
Creo que es un paso necesario, pero que en base a cómo se ejecute y también el compromiso del propio sector, dará los resultados esperados.
Debemos ser conscientes de que hemos sido competitivos en la fabricación de vehículos de combustión cuando en todo momento, dependemos de terceros países para obtener ese combustible. En un momento en el que se busca la independencia energética de Europa basada en renovables, será mucha la presión que se ejerza para que sigamos dependiendo de esos terceros países y de ahí que sea clave que la industria se adapte cuanto antes a modelos que vayan en línea con reforzar la competitividad europea desde todos los ángulos.
La infraestructura de recarga en España está sobredimensionada para flota actual, sobre todo de turismos, pero para vehículos pesados esa infraestructura todavía debe de desarrollarse.
Ante la complejidad de los cambios propuestos por la Comisión Europea en este Plan de Acción Industrial, ¿qué recomendaciones clave daría usted a las empresas para gestionar eficazmente esta transformación industrial?
Todas las organizaciones mueven personas o productos directa o indirectamente. En un momento en el que estamos viendo cambios geopolíticos y geoestratégicos que van a redefinir las cadenas de suministro, donde el consumo energético cada vez va a ser más clave desde un punto de vista de costes, seguridad e impacto ambiental, va a ser prioritario gestionar la movilidad de forma estratégica. Identificar y gestionar los riesgos, pero también las oportunidades, será lo que diferencie y garantice la sostenibilidad de muchas organizaciones.
La transición hacia una movilidad sostenible plantea grandes desafíos, pero también oportunidades, ¿qué oportunidades concretas destacaría usted derivadas del nuevo Plan europeo para el sector industrial?
Tenemos la oportunidad de apostar por modelos de negocio que refuerzan la competitividad europea -también desde un punto de vista energético-, que vuelvan apoyar la reindustrialización local al priorizar las cadenas de suministro locales y que generen un mayor impacto al buscar democratizar la movilidad eléctrica, poniendo al usuario en el centro.
Desde la Plataforma de Empresas por la Movilidad Sostenible, ¿qué papel activo piensa asumir para apoyar la implementación efectiva del nuevo Plan de Acción Industrial para la Automoción?
Desde la plataforma buscamos impulsar la movilidad sostenible y, para ello, es clave democratizar las soluciones existentes, compartir conocimiento y experiencias para facilitar su replicabilidad, identificar barreras y posibles soluciones, compartir información sobre las ayudas y la colaboración público-privada. Para conseguir todo ello realizamos diversas acciones que seguiremos desarrollando a lo largo del próximo año como la elaboración de informes o foros de discusión y de colaboración como el SUMMIT: Impulsando la Movilidad Sostenible desde las Empresas o los think tank EMS, entre otras.
Para las empresas va a ser prioritario gestionar la movilidad de forma estratégica. Identificar y gestionar los riesgos, pero también las oportunidades, será lo que diferencie y garantice la sostenibilidad de muchas organizaciones.
Considerando la experiencia acumulada en la Plataforma, ¿qué recomendaciones específicas ofrecería a la Comisión Europea para mejorar aún más el impacto y alcance del Plan presentado?
La medición es clave para la mejora. Establecer unos objetivos claros y comunicarlos, así como realizar un seguimiento de estos y comunicar los avances de forma transparente, ayudaría a ver la evolución y el impacto del Plan, y a corregir posibles desviaciones durante su implantación.
La simplificación administrativa en todos los procesos ha de ser también una máxima a buscar. Por supuesto, el plan debe dotarse de un plan de financiación que, una vez más, también ha de incluir indicadores sobre los resultados de impacto económicos, ambientales y sociales que permita analizar el retorno de la inversión y establecer nuevas medidas en el caso de desviaciones.
Por último, a largo plazo, ¿cuál cree usted que será el impacto real y tangible de este Plan europeo en términos sociales, económicos y medioambientales para Europa?
Es pronto para decirlo, pero es buena señal que se ponga foco en la reindustrialización y en las cadenas de valor locales; que se ponga foco en la movilidad eléctrica, lo que nos llevaría a una mayor independencia energética y con ello a una mayor competitividad; y que se ponga foco también los usuarios vulnerables, porque esto nos ayudará a democratizar la movilidad sostenible.