<p>Foto: Tonewoods.<p>

Foto: Tonewoods.

Maderas tonales comprometidas con la conservación de los bosques

Una guitarra puede contener hasta doce tipos diferentes de madera repartidos entre sus diversos componentes, en el caso de las más exclusivas. Por este motivo es tan importante garantizar la conservación de los bosques que albergan especies de árboles como el ébano, el abeto y la caoba, de las que proceden algunas de las más apreciadas maderas con propiedades tonales que se emplean para fabricar instrumentos musicales. Esto llevó a Nicholas Weber a fundar Tonewoods, compañía especializada en la elaboración de piezas para instrumentos que trabaja con maderas certificadas, garantizando la gestión sostenible de los bosques.

Nicholas Weber comenzó su andadura en la industria de la madera tonal en el 2000, nada más terminar sus estudios universitarios en Economía, rama en la que se especializó en Comercio y Relaciones Internacionales, una  formación, en teoría, muy alejada del mundo de la música. “De repente, descubrí un mundo totalmente internacionalizado, donde la madera se compra en una diversidad de países enorme”, recuerda.

El CEO de Tonewoods, empresa que fundó en Valencia en el 2010, afirma que, al principio, no había apenas control ni información sobre la trazabilidad y el origen de la materia prima. “En esa época, daba igual de dónde venía la madera o cómo se había talado, no existía casi normativa. No es que fuera ilegal, es que simplemente no había casi regulación”.

Un escenario que sufrió una profunda revisión hace 15 años, cuando se produjo un cambio regulatorio en Estados Unidos, por el que se empezó a exigir a las empresas un mayor cuidado. “Con este cambio de legislación, no conocer el origen de la madera no era ya un problema de falta de información, sino que se convertía directamente en una ilegalidad”, destaca Weber.

Ciertamente, la situación obligaba a actuar en este sentido, pues la falta de mecanismos efectivos para asegurar la trazabilidad de la materia prima estaba comprometiendo la supervivencia de algunas de las especies de árboles más valoradas por la industria. Así lo evidencia el caso del palo santo de Río, originario de Brasil, y cuya madera es muy apreciada para la elaboración de guitarras clásicas. Este árbol pasó a estar en 1992 bajo la protección de Cites, convenio internacional que vela por el comercio transfronterizo de las especies amenazadas de extinción o en peligro de estarlo.

La falta de una política de compra responsable en el sector aumentaba el riesgo de que se extendiera el caso del palo santo a otras muchas maderas tradicionalmente vinculadas a la música, lo que, unido a esta reacción regulatoria en un actor tan relevante como EE. UU., puso en riesgo el futuro de la fabricación industrial de instrumentos musicales, según Weber. Ello fue lo que le impulso a crear, hace 15 años, un modelo como el de Tonewoods, que trabaja con madera certificada con el sello de sostenibilidad forestal FSC.

“Con FSC, el cumplimiento de la legalidad está muy asegurada, a menos de que haya alguien que obre con mala fe. Incluso para estos casos, hay que tener en cuenta que se realizan auditorías todos los años, en las que se comprueba absolutamente todo. Y, son, además, auditores externos, no es la propia empresa la que se audita a sí misma”, explica Weber.

Maderas tonales comprometidas con la conservación de los bosques

La certificación de la gestión forestal FSC confirma que el bosque se está gestionado de forma que preserva la biodiversidad, y beneficia a las poblaciones y los trabajadores locales, garantizando al mismo tiempo su viabilidad económica. Foto: Tonewoods.

Se trata de la certificación de gestión forestal sostenible más reconocida a nivel mundial, con treinta años de experiencia a sus espaldas, como resalta Silvia Martínez, responsable de Políticas, Estándares y Proyectos de FSC España: “FSC desarrolla y aplica un decálogo de principios que se plasman en estándares de gestión forestal que garantizan la sostenibilidad ambiental, social y económica de dicha gestión”.

Martínez también señala el compromiso del sello con la trazabilidad, precisamente uno de los puntos críticos para el sector de la madera: “FSC garantiza asimismo la trazabilidad de los productos de origen forestal desde que salen del monte, pasando por todas las fases de transformación y producción, hasta que llegan al consumidor, a través de la certificación de la cadena de custodia FSC”.

Paralelamente, la certificación de los bosques con los que trabaja Tonewoods para la obtención de maderas tonales abre nuevas oportunidades para los propios gestores de dichos bosques. “Una característica de la madera tonal es que hay que cortarla de una forma muy específica para que suene bien. Pensemos en una guitarra, que está compuesta por láminas muy finas que no deben moverse. El corte de la madera debe ser el correcto para que la estructura del instrumento se mantenga y no se tuerza y para que, además, las vibraciones del sonido se propaguen de la forma adecuada”, detalla Weber.

Por tanto, este tipo de aprovechamiento forestal para instrumentos musicales requiere un tratamiento específico de la madera, que va mucho más allá de la simple venta de troncos o de tablones, lo que aporta un valor añadido al producto maderero que contribuye al desarrollo económico y social de las comunidades que se encargan de la conservación de los bosques. Este es, de hecho, uno de los objetivos principales de la certificación.

“Velamos por principios centrados en los derechos de los trabajadores y sus condiciones de trabajo, así como por los derechos de los pueblos indígenas y el respeto a las comunidades locales. Además, en toda la cadena de producción y transformación de la madera, la certificación de la cadena de custodia FSC exige, a nivel internacional, el cumplimiento con los requisitos de la OIT y la realización una autoevaluación de riesgos en todas las instalaciones por las que pasa la madera”, asegura Martínez.

Por otro lado, el carácter cultural del sector se cristaliza a menudo en otros tipos de réditos adicionales para los gestores de la madera. “Recuerdo una vez que se extrajo madera para guitarras en un bosque del Congo. Luego hubo una donación de instrumentos que sirvió incluso para montar una escuela de música en la comunidad en la que se hallaba la concesión maderera. De modo que, cada año, hay más gente tocando la guitarra. De hecho, hasta se han creado bandas que han dado conciertos”, resalta Weber.


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Aprovechamiento de la madera

Tonewoods se dedica esencialmente a la fabricación de piezas para multitud de instrumentos musicales, como pueden ser guitarras, clarinetes, pianos, baquetas de tambor, etc., pero, en los últimos tiempos, la compañía se ha abierto a nuevas oportunidades de negocio, como los paneles de madera para el revestimiento de paredes y tarimas.

En palabras de Weber: “Empezamos aprovechando mangos de madera para guitarras que no nos servían por algún defecto, pero que sí que los podíamos emplear para otros usos. Además, hay muchas similitudes con los instrumentos. En el caso de los revestimientos, también se trata de cortar la madera de una forma determinada para crear otro tipo diferente de láminas, buscar largos y anchos específicos, elegir unas gamas de colores, etc.”

Un aprovechamiento de la materia prima alineada con los principios y valores de la economía circular. Otra buena práctica, en este mismo sentido de aprovechar la materia prima al máximo, es que Tonewoods solo trabaja bajo pedido y buscando siempre proyectos a largo plazo.

“Trabajamos con concesiones madereras que a veces son para 99 años. Y, desde luego, alguien que tiene un bosque para tantos años no está pensando solo en sí mismo. Es todo planificación y visión a largo plazo. Tengamos en cuenta que un árbol va a tardar en crecer y en ser productivo mucho tiempo, a veces mucho más que una vida humana. Entonces, si no lo vemos a largo plazo, es imposible”, concluye el CEO.

La ley europea contra la deforestación

La historia del nacimiento de Tonewoods, vinculada al citado cambio regulatorio que se produjo en EE. UU. hace 15 años, muestra sin duda un claro paralelismo con la situación actual en Europa, ante la futura entrada en vigor —prevista para el 30 de diciembre de 2025— del nuevo Reglamento de la UE sobre deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés).

La finalidad de esta normativa europea es minimizar la deforestación y la degradación forestal asociadas a las materias primas agrícolas importadas en la Unión Europea. El reglamento centra sus esfuerzos no solo en la madera, sino que abarca una amplia tipología de productos que incluye, además, aceite de palma, vacuno, cacao, soja y caucho, entre otros.

Ante este importante cambio, FSC está redoblando sus esfuerzos para ayudar a las empresas y entidades afectadas. Como señala Martínez: “FSC ha brindado, especialmente en el último año, orientación y apoyo a más de 60.000 empresas certificadas —1.700 en España— para facilitar sus trayectorias de cumplimiento del Reglamento EUDR”.

El sello ha puesto a disposición de las empresas certificadas herramientas “para asegurar que todas esas compañías estén bien posicionadas para cumplir las exigencias, y las soluciones complementarias creadas por FSC —como FSC Trace, la herramienta de trazabilidad basada en tecnología blockchain— están diseñadas específicamente para dar respuestas a los requisitos del EUDR. Y este trabajo seguirá siendo una de nuestras prioridades en 2025”, concluye Martínez.

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