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El Mercado Voluntario de Carbono: transformando emisiones en oportunidades
El Mercado Voluntario de Carbono, conocido como MVC, es una herramienta que empresas y personas utilizan para equilibrar sus emisiones contaminantes, como el CO₂. Básicamente, funciona comprando créditos de carbono que respaldan proyectos sostenibles, como la reforestación de bosques o el desarrollo de energías renovables. ¿Qué significa esto en la práctica? Por ejemplo, una empresa que emite gases contaminantes puede compensar su impacto apoyando un proyecto que plante miles de árboles en una zona afectada por la deforestación.
Algunos ejemplos de estos proyectos incluyen la reforestación, la conservación de bosques, la generación de energía renovable y la mejora de prácticas agrícolas para capturar más carbono en el suelo. Por cada acción realizada y verificada, se emiten créditos que pueden ser adquiridos por quienes buscan compensar sus propias emisiones, apoyando así iniciativas sostenibles.
A diferencia del mercado regulado, donde las empresas están obligadas por leyes a limitar sus emisiones, el mercado voluntario es opcional y está impulsado por el compromiso de quienes desean reducir su impacto ambiental más allá de lo que exige la normativa.
El MVC funciona mediante estándares y protocolos que garantizan la calidad y validez de los créditos. Estos estándares aseguran que los proyectos que generan créditos sean efectivos y adicionales, es decir, que la reducción de emisiones no habría ocurrido sin el apoyo financiero derivado de la venta de créditos. Además, los créditos deben ser verificables y permanentes, lo que significa que las reducciones de carbono deben mantenerse a lo largo del tiempo sin riesgo de ser revertidas.
En este sistema, no solo se beneficia el medio ambiente, sino también las comunidades locales involucradas en los proyectos, quienes suelen recibir beneficios sociales y económicos, como empleo, educación o acceso a recursos básicos. De esta forma, el MVC también es una oportunidad para fomentar el desarrollo sostenible y la conciencia ambiental a nivel global.
Las sombras
Sin embargo, en los últimos años, este mercado ha recibido críticas relacionadas con la calidad y transparencia de algunos de estos proyectos, lo que ha impulsado el desarrollo de nuevas regulaciones y estándares para fortalecer su integridad y eficacia.
En 2023 en concreto estalló una fuerte polémica. Diversos estudios pusieron en entredicho la eficacia de algunos proyectos, señalando que no cumplían con lo prometido. Empresas que buscaban proyectar una imagen ecológica, pero que no reducían realmente sus emisiones, aprovecharon la falta de regulaciones claras para adquirir créditos dudosos. Este tipo de críticas, junto con la preocupación por el uso de créditos de baja calidad en prácticas de greenwashing, generaron desconfianza en el mercado y evidenciaron la necesidad de reforzar sus mecanismos de control.
Esta situación llevó a que gobiernos y organizaciones internacionales comenzaran a trabajar en nuevas normativas y estándares para garantizar que los créditos sean de calidad.
El MVC ha recibido críticas sobre la calidad y transparencia de algunos proyectos, lo que ha impulsado nuevas regulaciones y estándares para fortalecer su integridad y eficacia.
En este contexto, han surgido iniciativas recientes como la Green Claims Directive, una propuesta de la Unión Europea cuyo objetivo es combatir directamente el greenwashing, exigiendo que las declaraciones sobre sostenibilidad o impacto ambiental realizadas por las empresas sean verificables, claras y respaldadas por datos sólidos. Esta directiva tiene una relación directa con el MVC, ya que muchas empresas utilizan créditos de carbono para respaldar sus afirmaciones de neutralidad climática.
Con la Green Claims Directive, las empresas que participen en este mercado deberán asegurarse de que los créditos comprados sean de alta calidad, verificables y generados por proyectos que cumplan con estándares internacionales reconocidos, fortaleciendo así la confianza y la transparencia tanto en el mercado como en las iniciativas de sostenibilidad empresarial.
Ya en 2021 se había creado el Consejo de Integridad para el Mercado Voluntario de Carbono (ICVCM), una organización independiente y sin fines de lucro impulsada por un grupo de expertos y organizaciones internacionales comprometidas con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, que establece estándares globales para asegurar la calidad y transparencia de los créditos. En palabras de Kavita Prakash-Mani, miembro de la Junta del Consejo de Integridad, “es fundamental que el mercado voluntario de carbono movilice fondos para apoyar soluciones basadas en la naturaleza, ya que no hay camino hacia 1.5 grados del Acuerdo de París sin proteger y restaurar nuestros bosques, manglares y otros sumideros naturales de carbono”.
El mismo año se lanzó también la Iniciativa de Integridad del Mercado Voluntario de Carbono (VCMI), como parte de un esfuerzo internacional conjunto por garantizar la transparencia y la confianza en el mercado voluntario de carbono. Surgió como una colaboración impulsada por gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y grupos de la sociedad civil, bajo el liderazgo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) y el Instituto de Recursos Mundiales. Su objetivo es proporcionar estándares y directrices claras para asegurar que los créditos de carbono y las afirmaciones climáticas asociadas sean legítimas, verificables y estén alineadas con los objetivos globales de reducción de emisiones.
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Asimismo, algunos gobiernos, especialmente en la Unión Europea, han comenzado a explorar marcos regulatorios que supervisen el funcionamiento del MVC y aseguren que los proyectos cumplan con estrictos criterios ambientales y sociales.
Un elemento clave en esta evolución es la implementación de sistemas de registro y trazabilidad que permitan rastrear el origen y uso de los créditos de carbono, evitando la doble contabilidad y aumentando la confianza de los inversores. Para ello, es fundamental que los datos aportados por los proyectos sean accesibles y puedan ser utilizados en la toma de decisiones relacionadas con la política climática. En este sentido, la transferencia de información a bases de datos nacionales e internacionales, como GBIF y EMODnet, resulta clave para asegurar que los créditos de carbono tengan un impacto real y medible en la descarbonización.
A pesar de estas críticas y desafíos, el MVC ha mostrado una gran capacidad de resiliencia y adaptación. La mejora de los estándares de calidad y la mayor implicación de los gobiernos y entidades internacionales han fortalecido el mercado, contribuyendo a que se convierta en una herramienta más robusta y eficaz. Un ejemplo reciente de este avance es el acuerdo alcanzado durante la COP29, donde se estableció un mercado global de créditos de carbono con normas claras y mecanismos de supervisión para garantizar la integridad de los créditos. Este tipo de iniciativas busca fomentar una mayor confianza en el sistema y promover la participación de más actores en la compensación de sus emisiones.
Iniciativas en España
En España, el desarrollo del MVC ha avanzado considerablemente gracias a la implementación de proyectos innovadores y sostenibles. Un ejemplo es el trabajo de Bosques Sostenibles, una empresa que lleva a cabo proyectos de reforestación y generación de bonos de carbono forestal, proyectos que no solo contribuyen a la captura de CO₂, sino que también fomentan la biodiversidad y el desarrollo sostenible en zonas rurales.
Greene Enterprise es una empresa que diseña, construye, instala y pone en marcha plantas de valorización material de residuos sólidos no peligrosos, pero además proporciona bonos de carbono que permiten a las empresas reducir su impacto ambiental. Otro ejemplo destacado y específico del ámbito del MVC es ClimateTrade, una plataforma especializada que opera un mercado en línea utilizando tecnología blockchain para garantizar la transparencia en la adquisición de bonos de carbono, eliminando intermediarios y ofreciendo un acceso directo a proyectos certificados.
El Mercado Voluntario de Carbono está en plena evolución. Aunque enfrenta críticas y desafíos, también ofrece enormes oportunidades para contribuir a la lucha contra el cambio climático. La clave para su éxito radica en fortalecer la integridad de los proyectos, fomentar la participación de todos los actores y garantizar la transparencia en las transacciones. Si se logra avanzar en esta dirección, el MVC podrá consolidarse como una herramienta eficaz para alcanzar los objetivos climáticos globales y promover un desarrollo más sostenible.