Este sitio web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuaria/o posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestro web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de este sitio web encuentras más interesantes y útiles.

Lilly entiende el voluntariado corporativo como una manera de ayudar a las personas más vulnerables, pero también como una herramienta para el desarrollo y crecimiento profesional de sus empleados. Foto: Lilly.
Lilly y United Way, una alianza centenaria por el voluntariado corporativo
El voluntariado corporativo está experimentado un importante auge en los últimos años en nuestro país, como señala el primer informe sobre El estado del voluntariado corporativo en España de la Fundación Adecco, donde se apunta que el 65% de las empresas ya cuenta con un programa de estas características para sus empleados. Este es el caso de Lilly, cuyo compromiso le llevó a poner en marcha su propio Día del Voluntariado, que se celebra desde 2008.
En esta ya decimoséptima edición del Día del Voluntariado de Lilly, que tuvo lugar el pasado mes de septiembre, tomaron parte más de 12.000 personas en 65 países. En España, hasta 472 empleados de Lilly se sumaron a esta celebración, aportando un total de 1.325 horas a 16 iniciativas de voluntariado corporativo desarrolladas en varias ciudades con el apoyo y la coordinación de United Way, organización con la que colabora a nivel global desde sus orígenes hace más de cien años.
Cocinar con personas mayores, visitar residencias de ancianos, repartir comida a personas sin hogar o recoger basura de entornos naturales son otras de las experiencias que los empleados de Lilly España han desarrollado en este día tan especial para la compañía, que entiende el voluntariado corporativo como una manera de ayudar a las personas más vulnerables, pero también como una herramienta para el desarrollo y crecimiento profesional de sus empleados a través del fortalecimiento de las relaciones humanas, las habilidades sociales o el trabajo en equipo.
Actividades que se realizan de manera puntual en el día que Lilly destina explícitamente a esta labor altruista, pero que complementan a otros programas de voluntariado desarrollados por la farmacéutica de manera permanente, como son Emprende inHealth, que tiene como objetivo impulsar el emprendimiento social, o Desafío PRO, junto a United Way, para motivar a los estudiantes a continuar sus estudios y frenar el abandono escolar.
Mencía Igartua, coordinadora de Proyectos de United Way España, destaca que “el éxito de esta colaboración no se limita a la organización de un solo día de voluntariado a nivel mundial, donde los empleados de Lilly pueden dedicar una mañana o tarde a generar un impacto positivo en sus comunidades”.
“Lo verdaderamente clave es la capacidad de Lilly para alinear las preocupaciones sociales de su equipo con el propósito social de la empresa, dentro de su estrategia de ESG. Es United Way la encargada de diseñar esos programas anuales que maximizan la alineación de objetivos y el impacto social, garantizando resultados significativos y sostenibles”, añade Igartua.
Y es que una de las claves de este impacto social de Lilly es su compromiso con la estabilidad de los proyectos. “La empresa no cambia de acciones cada año, sino que apuesta por la continuidad. Para lograr un impacto profundo y de calidad en la sociedad, es fundamental mantener la estabilidad de los programas”, asegura Lola Cassinello, técnica de Proyectos de United Way España.
participaron en el último Día del Voluntariado de esta empresa, aportando más de 1.300 horas de trabajo a 16 proyectos en varias ciudades, coordinados por United Way.
Los orígenes
Esta centenaria relación de Lilly con United Way nace en tiempos de la Primera Guerra Mundial en Estados Unidos, cuando J.K. Lilly, fundador de la farmacéutica, se implicó en los trabajos que darían lugar a la aparición del War Chest del estado de Indiana, donde se ubican, precisamente, las oficinas centrales de Lilly. El War Chest, surgido finalmente en 1920, fue un precursor de lo que hoy es United Way en Indiana Central. En realidad, se trataba de una especie de ‘caja popular’ de la comunidad constituida con el fin de ayudar a las personas más vulnerables. Esta ha sido siempre la vocación de United Way.
En palabras de Marina Fuentes, CEO de United Way España: “Somos una organización con 137 años de historia a sus espaldas a nivel mundial y que moviliza el poder solidario de empresas, instituciones, voluntarios y entidades sociales para maximizar recursos y generar un impacto colectivo con el fin de ayudar a las poblaciones más vulnerables y crear comunidades resilientes, más igualitarias e inclusivas”.
“United Way es nuestro socio principal tanto para la recaudación de fondos como para las actividades de voluntariado. Somos dos organizaciones diferentes, pero que están muy vinculadas porque compartimos los mismos principios y valores de apoyo a la comunidad y servicio a los demás. Creo que eso es lo que ha permitido que esta colaboración esté siendo tan perdurable en el tiempo”, resalta Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos de Lilly España.
Y es que a lo largo de estos más de cien años de relación, Lilly ha recaudado más de 250 millones de dólares para United Way. Fondos de las que se han visto beneficiadas más de 400 delegaciones de la fundación, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos. Aparte de dichas donaciones, los empleados de Lilly también colaboran con United Way a través del voluntariado y de la participación en los órganos directivos de la propia fundación. De hecho, Millán es patrona de United Way España desde la pasada primavera.
NOTICIAS RELACIONADAS
– Voluntariado corporativo: una inversión beneficiosa y apta para pymes
– Voluntariado corporativo: ayudar a los demás desde dentro de la empresa
Lilly también tuvo mucho que ver en el nacimiento de la oficina española de United Way. Todo comenzó en mayo de 2015 con la decisión de John Lechleiter, entonces presidente y director ejecutivo global de Lilly y presidente del patronato de United Way Worldwide, y de su mujer, Sarah, de donar 1,25 millones de dólares. Cantidad que fue igualada por la Fundación Lilly, con el propósito de apoyar la creación de cinco oficinas de United Way. United Way España fue una de las oficinas beneficiadas, y su aparición formal en el año 2016 no habría sido posible, por tanto, sin el apoyo de Lilly.
Esta colaboración sigue actualmente, mediante donaciones y personal voluntariado implicado en los diferentes programas de United Way España, que ponen el foco sobre problemáticas que afectan a niños y jóvenes, como son el abandono escolar, la falta de empleo para los jóvenes y la lucha contra la obesidad infantil.
United Way y Lilly comparten los mismos valores de apoyo a la comunidad y servicio a los demás, como ponen de manifiesto en Desafío PRO, un programa dirigido a jóvenes para frenar el abandono escolar. Foto: United Way.
Orgullosas de su empresa
Para Lilly, este compromiso con las generaciones futuras conecta además con su propia apuesta estratégica como compañía por la innovación científica y tecnológica. “Nuestro objetivo es fortalecer el ecosistema técnico y científico en España. Y lo hacemos a partir de los jóvenes, que encarnan la promesa de un futuro mejor. Por eso nuestra intención es evitar que los jóvenes que están en peligro de abandono escolar dejen sus estudios”, señala Millán.
Esta labor se desarrolla a través de diferentes programas, como Desafío PRO. Al mismo dedica buena parte de sus horas de voluntariado Bárbara Martínez, asociada sénior de Recursos Humanos en Lilly. “Somos un grupo de unos 15 voluntarios, aproximadamente. A cada uno nos asignan un chico o chica de 15 o 16 años. Son jóvenes con una complicada situación personal y familiar a sus espaldas y que están en riesgo de abandonar sus estudios a una edad muy temprana”, lamenta.
Estos voluntarios son formados como coaches con la idea de que realicen un proceso de acompañamiento que sirva para evitar que los jóvenes que tienen asignados acaben tirando la toalla. Como explica Martínez, “es esencial que encuentren su motivación en esas cosas que les gustan, hay que buscar ese gusanillo”. Una de las vías es facilitar que estos adolescentes entren en contacto con empleados de Lilly que se dedican a las profesiones que más les llaman la atención como posibles salidas profesionales para su propio futuro.
“Para los jóvenes, una empresa es un señor con maletín y traje. Lo que hacemos es quitarle a ese señor el maletín y ponerle una ropa que les resulte más familiar. Queremos que estos jóvenes vean que nuestros compañeros y compañeras son de carne de hueso, gente como ellos, capaces de explicarles lo que hacen de una manera mucho más accesible y más cercana a su realidad”, añade la empleada de recursos humanos.
Como muchos otros jóvenes menores de 30 años, una generación que destaca por prestar especial atención a los principios y valores de las empresas, para Martínez es una motivación adicional saber que trabaja para una compañía con propósito “que genera un impacto, una huella positiva en su entorno”. Y que no duda en fomentar el voluntariado entre sus empleados. Voluntariado que además se realiza durante la jornada laboral, en el contexto de una compañía puntera en su sector y con un importante volumen de actividad de manera constante.
En el Día del Voluntariado de Lilly, los empleados participan en diferentes proyectos, desde acompañar a personas a mayores a actividades de protección de la naturaleza. Foto: Lilly.
En el Día del Voluntariado de Lilly, los empleados participan en diferentes proyectos, desde acompañar a personas a mayores a actividades de protección de la naturaleza. Foto: Lilly.
En el Día del Voluntariado de Lilly, los empleados participan en diferentes proyectos, desde acompañar a personas a mayores a actividades de protección de la naturaleza. Foto: Lilly.
“Creo que no hay excusa para quien quiera participar en el voluntariado por temas de tiempo o de disponibilidad. La empresa ha buscado con United Way distintas fórmulas que permiten que todos los empleados tengamos nuestra oportunidad de poder participar. Para ello hay distintos programas: más y menos intensivos, más puntuales, online, presenciales, etc.”, asegura Gema González, responsable de Logística y Operaciones en Europa, Oriente Medio y África en Lilly.
El próximo mes de enero, González cumplirá 19 años en la compañía. Un largo periodo de tiempo en el que su implicación como voluntaria ha ido evolucionando. “Yo antes era una mera participante, pero ahora soy una embajadora del voluntariado”, apunta con orgullo. Evolución marcada también por su propio recorrido laboral y también personal.
“Como tengo una hija que se acerca a la adolescencia, estoy en un momento en el que me interesan mucho las actividades relacionadas con este colectivo. Para entender mejor cómo puedo llegar a ellos, aprender lo que están viviendo, así como sus inquietudes, y ver cómo puedo ayudarles”, comenta la trabajadora de Lilly.
Entre las muchas iniciativas en las que ha participado en estas casi dos décadas, González recuerda con especial cariño una actividad que pudo realizar, precisamente, en compañía de su hija. “Fuimos a un hotel que acogió un evento en el que estuvimos contando cuentos a niños que padecían enfermedades del corazón. Para mí fue muy emotivo el poder compartirlo con mi hija. Porque una de las cosas que me llevo del voluntariado, aparte del enriquecimiento personal que supone ayudar a los demás, es dar ejemplo a mis hijas para que también quieran, en un futuro, aportar a la sociedad ese granito de arena”.
Al mismo tiempo, el voluntariado permite reforzar los lazos con su propia empresa. “Creo que estas actividades como voluntaria han creado un vínculo todavía más fuerte con mi lugar de trabajo. Me hace sentirme orgullosa de trabajar en una compañía como Lilly”. Una visión que comparte su compañera Martínez: “Para mí, es fundamental estar en un entorno en el que sigo conectada con la sociedad en la que vivo. Porque, si no, corres el riesgo de perderte en la oficina y de desconectarte de la realidad. Para poder aportar valor desde la organización, es muy importante saber lo que está pasando ahí fuera”, sostiene la asociada sénior de Recursos Humanos.
Otro beneficio que aporta el voluntariado es el propio crecimiento no solo personal, sino también profesional, que experimentan los propios voluntarios. Algo no buscado explícitamente por la compañía, pero que resulta una consecuencia lógica de la realización de casi cualquier tarea, que exige ejercitar nuestras habilidades y conocimientos y, a menudo, nos permite adquirir nuevas competencias.
Como indica la responsable de Logística y Operaciones de Lilly: “El enriquecimiento personal que yo me llevo es enorme, pero también hay un factor de crecimiento profesional interesante, porque todas estas iniciativas, de alguna forma, te enseñan habilidades que tienen que ver, por ejemplo, con la comunicación con otras personas, o con trabajar en equipo. Por supuesto que no es nuestra motivación principal, pero está bien indicar que experimentamos una evolución que nos ayuda también como profesionales”, reconoce González.
“Para mí, es fundamental estar en un entorno en el que sigo conectada con la sociedad en la que vivo. Porque, si no, corres el riesgo de perderte en la oficina y de desconectarte de la realidad”, Bárbara Martínez, empleada de Lilly y voluntaria.
Compromiso con los afectados por la dana
Una de las principales ventajas de llevar más de un siglo de colaboración es que permite el desarrollo de mecanismos de respuesta rápidos y efectivos ante cualquier suceso inesperado. Así ha ocurrido también con la reacción ante la destrucción provocada por la dana, sobre todo en las comunidades valenciana y castellano-manchega.
La farmacéutica realizó una primera donación por valor de 100.000 euros para las actividades desarrolladas por Cruz Roja y United Way sobre el territorio afectado. Cantidad a la que hay que añadir 29.750 euros más, a través de una segunda donación efectuada entre los empleados y la propia compañía a partes iguales, en una campaña que terminó el pasado 22 de noviembre.
“Además, la compañía cuenta con una plataforma internacional llamada Global Giving para recibir donaciones de los trabajadores de Lilly, en este caso de todo el mundo. En esta plataforma también están Cruz Roja Española, United Way y World Central Kitchen, otro de nuestros socios, siendo posible donar a cualquier de estas tres entidades con este mismo objetivo de favorecer sus acciones de ayuda a los afectados por la dana”, resalta Millán. La directora de Asuntos Corporativos de Lilly España avanza la puesta en marcha de más campañas en un futuro próximo relacionadas igualmente con la atención a las víctimas de esta catástrofe natural y humanitaria.