<p>Foto: Nanum.<p>

Foto: Nanum.

Internet saca del aislamiento y empodera a comunidades del Gran Chaco Americano

Desde el 2013, se implementa en la región un modelo que proporciona conectividad a través de 46 centros locales con acceso a Internet. El proyecto Nanum ha empoderado a poblaciones indígenas, criollas y rurales, marcando un cambio significativo en la vida de más de 100.000 personas.
11 diciembre 2024

Contar con ordenadores conectados a Internet era algo impensable para las comunidades rurales del Gran Chaco Americano antes de 2013. Después de poco más de diez años, la situación ha cambiado: hay 129 comunidades en esta zona que acceden a conectividad a través de 46 centros administrados por organizaciones de mujeres indígenas, criollas y campesinas.

El Gran Chaco Americano, el segundo bosque más grande de Sudamérica, se extiende por cuatro países (Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil) sobre una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados. Allí, habitan más de nueve millones de personas, muchas de ellas pertenecientes a comunidades originarias que han vivido marginadas y a la espera de una inclusión legítima en sus propios territorios. El aislamiento no solo se traduce en las grandes distancias geográficas que separan a las comunidades, sino también en el déficit en la infraestructura urbana, el trazado de caminos, las vías de acceso, los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, la falta de servicios públicos y en llegada de programas y recursos del Estado.

Un grupo de organizaciones, integradas en la iniciativa Redes Chaco, venía trabajando en fortalecer la economía y promover el desarrollo integral de las comunidades, abordando cuestiones como género, cambio climático y preservación cultural. Sin embargo, se dieron cuenta de que el aislamiento seguía siendo un obstáculo insuperable debido a la falta de inversión histórica en la región. Por eso, surgió la necesidad de implementar un modelo transformador.

La solución que se creó fue ‘Gran Chaco Nanum Village’, un programa puesto en marcha en 2013 por Samsung Electronics Argentina, la Asociación Cultural para el Desarrollo Integral (ACDI), la Fundación Avina Argentina y la Fundación Gran Chaco. Comenzando por el Gran Chaco argentino, el programa consiste en crear centros comunitarios con acceso a Internet con el fin de que las comunidades indígenas puedan realizar trámites, acceder a formación o vender artesanía de manera sencilla y cómoda.

La llegada del modelo de Nanum al territorio significó un cambio importante para las comunidades locales. “Al principio se instaló Internet en sedes de las organizaciones de mujeres, lo que les permitió sentirse más empoderadas”, cuenta Silvina Sampastu, directora de Proyectos de Fundación Gran Chaco. Antes, las mujeres tenían que viajar unos 40 kilómetros para realizar trámites y acceder a servicios sociales, pero con Nanum comenzaron a llevar a cabo estas gestiones desde sus propias comunidades.

“Aproximadamente el 90% de las personas que accedieron a un centro Nanum, tuvieron acceso a una computadora, una tablet u otros dispositivos digitales por primera vez, por lo que era importante acompañar ese proceso de desarrollo de habilidades para que las mujeres se apropiaran estratégicamente de ellas, o sea, que las incorporen a su vida cotidiana y sirvan para gestionar sus emprendimientos productivos, generar desarrollo y crecimiento económico”, comenta Florencia Iacopetti, coordinadora general del Nanum y gerente programática de Fundación Avina.

En ese sentido, para acompañar la alfabetización digital, la figura de las tutoras locales es esencial en el modelo. Esa persona, que vive en la comunidad, asume el rol de intermediario entre las organizaciones de Redes Chaco y el territorio. Ellas, en su mayoría mujeres, conocen las dinámicas locales y pueden adaptar los conocimientos y habilidades a las necesidades específicas de cada comunidad.

El proyecto consiste en crear centros comunitarios con acceso a Internet con el fin de que las comunidades indígenas puedan realizar trámites, acceder a formación o vender artesanía de manera sencilla y cómoda.

Un modelo de acceso a derechos

¿En qué consisten los centros Nanum? Los centros, donde se instala la conexión a Internet, se desarrollan en las sedes donde se reúnen las organizaciones territoriales, mayoritariamente lideradas por mujeres, aunque no es una condición indispensable. Estos espacios son gratuitos para toda la comunidad: mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes.

En cuanto a su financiación, inicialmente, estos centros requieren subsidios que son otorgados por las organizaciones que impulsan el modelo para cubrir los costos de instalación y conexión a Internet, especialmente en áreas donde la infraestructura de red es limitada. Por ejemplo, se necesitan inversiones en infraestructura básica, como antenas y puntos de entrada, para llegar a comunidades remotas. Esto suele ser costoso y, en muchos casos, los proveedores locales no pueden asumirlo por sí mismos. Por lo tanto, se recurre a subsidios entregados por las organizaciones que desarrollaron el modelo para cubrir estas inversiones iniciales y así incentivar a los proveedores a extender su servicio a estas comunidades.

Una vez que los centros están en funcionamiento, se implementa un plan de sostenibilidad. Esto implica que, a medida que las organizaciones de las comunidades mejoran sus ingresos gracias al uso de Internet, comienzan a cubrir progresivamente los costos de conexión.

Además, se ofrece formación a las comunidades para asegurar la sostenibilidad técnica y social del proyecto. Esto incluye capacitación en el mantenimiento de equipos, como antenas, y la participación activa de jóvenes en estas tareas.

Las claves del modelo se fundamentan en una serie de pilares que aseguran su efectividad en las comunidades donde se implementa. En primer lugar, cada centro Nanum surge a partir de una demanda y necesidad identificada por la propia comunidad, lo que garantiza su pertinencia y compromiso local. En muchos casos, son las organizaciones locales de mujeres las que lideran estos procesos.


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Otro aspecto fundamental es el enfoque del ‘para qué’ del acceso a Internet. Nanum no busca simplemente crear cibercafés para entretenimiento, sino proporcionar herramientas para el crecimiento económico y el desarrollo de las actividades locales. Se enfoca en capacitar a las mujeres en habilidades digitales y emprendedoras para potenciar la comercialización de sus artesanías.

El proceso de alfabetización digital se desarrolló de la mano de una institución académica, Flacso, que aplica metodologías de formación por competencias adaptadas a la vida cotidiana de las comunidades. Además, el plan de formación de Nanum va más allá de la alfabetización digital, abordando temas como el desarrollo institucional, la adaptación al cambio climático y la inclusión financiera.

La iniciativa fue escalando de forma orgánica. “Las comunidades vecinas se iban enterando y demandaban replicar el modelo para tener acceso a Internet”, cuenta Sampastu..

Internet saca del aislamiento y empodera a comunidades del Gran Chaco Americano

Se capacita a las mujeres en habilidades digitales y emprendedoras para impulsar la comercialización de sus artesanías, potenciando el desarrollo económico de las comunidades locales. Foto: Nanum.

Ibel Diarte, coordinadora de la Asociación de Mujeres Qomlashepi en Fortín Lavalle, Chaco (Argentina), cuenta que la llegada de Internet generó un gran impacto en su comunidad, que está integrada por personas indígenas de la etnia Qom (o Toba). La zona careció de acceso a Internet hasta 2015.

Diarte asumió el rol de tutora dentro de la asociación. “Hoy en día, si no tienes Internet y teléfono, es como si no existes”, afirma la mujer de 32 años. Los centros Nanum se han convertido en puntos de encuentro donde las mujeres pueden plantear sus necesidades, recibir apoyo para realizar trámites y acceder a programas sociales.

Con 42 mujeres en la organización, reconocen la importancia de promover y vender sus productos de artesanía como parte fundamental de su cultura. “Yo en particular promociono y publicito en las redes la venta de nuestras artesanías”, dice Diarte.

Segunda etapa del modelo

A diferencia del primer modelo de Nanum, que se caracterizaba por implementar conexión a Internet en sedes, lideradas por mujeres, y desarrollar un plan de formación comunitario, la segunda etapa buscó escalar la cantidad de centros a nivel regional, llevando la iniciativa a Bolivia y Paraguay.

Además, se comenzó a desarrollar la conexión domiciliaria. 711 mujeres ya tienen acceso a Internet en sus casas. La selección de estos hogares suele realizarse a través de asambleas y consultas previas en la comunidad, llevadas a cabo por las propias mujeres. Aquellas familias que pueden asumir el costo mensual de la conexión acceden a este servicio, y son responsables de pagarlo.

En marzo de 2020  comenzó a desarrollarse la segunda etapa del modelo, que se conoce como ‘Nanum Mujeres Conectadas’. Esta instancia fue cofinanciada por el BID Lab, el Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, implementada por la Fundación Avina, en alianza con la Fundación Gran Chaco en Argentina, Grupo Sunu en Paraguay y Nativa en Bolivia bajo el respaldo de Redes Chaco.

En la actualidad, más de 107.000 personas de la región pueden acceder a Internet y a las innumerables posibilidades de acceso a formación y capacitación, a alertas tempranas con información climática o a cómo innovar con estrategias de ventas y educación financiera, entre otros beneficios.

Nanum cuenta con más de 45 organizaciones aliadas y 16 coinversores que en total aportaron fondos por más de 2,7 millones de dólares. “Nanum es como un movimiento regional, formada por organizaciones que comparten la visión del acceso a Internet como derecho humano”, expresa Iacopetti.

Internet saca del aislamiento y empodera a comunidades del Gran Chaco Americano

En 2020 se empezó a desarrollar el programa ‘Nanum Mujeres Conectadas’, que busca reducir la desigualdad y empoderar a las mujeres rurales a través de la conectividad. Foto: Nanum.

La empresa Microsoft se sumó en esta segunda etapa con un fondo de 100.000 dólares para garantizar el acceso a Internet domiciliario. “Una cosa que nos llamó mucho la atención fue la cantidad de aliados que había en el proyecto. Nosotros hemos contribuido con recursos económicos, pero también hemos ayudado con asesoría técnica y aportamos nuestro capital de contactos. Creemos que la tecnología puede transformar la vida de las personas de forma exponencial”, cuenta German Otalora, director para Latinoamérica en Microsoft de Airband Initiative.

La conectividad de los centros Nanum transformó la vida de Irma Saravia y otras mujeres en la comunidad wichi de Los Ranchitos, ubicada en Formosa (Argentina). A sus 36 años, Saravia cuenta que la conexión a Internet le ha brindado un apoyo fundamental. “Hasta el año pasado, teníamos muchas dificultades. Teníamos que viajar largas distancias para hacer trámites y vender nuestros productos”, explica. Con la llegada de la conectividad, ahora puede promocionar y vender sus productos a través de Internet y WhatsApp, facilitando enormemente sus actividades comerciales y administrativas. “Hoy, nos organizamos con las mujeres y planificamos actividades. Incluso, yo me animé a hablar más”, comparte Saravia.

Ludmila Balderrama, de 24 años, vive en Misión Nueva Pompeya (Argentina), en el impenetrable chaqueño. Ella cuenta que para su familia, Internet se convirtió en una herramienta indispensable para realizar trámites y buscar información.

La joven criolla convive con sus abuelos, su madre y tres hermanos. “Somos una familia de artesanos que trabaja con madera seca”, relata. Balderrama ahora trabaja como tutora con mujeres en los centros comunitarios, brindando apoyo y acompañamiento en la alfabetización digital. “Las mujeres mayores están aprendiendo a vender sus artesanías a través de Internet. Les gusta aprender y lo hacen a su ritmo”, comenta.

La inclusión de los jóvenes en el territorio también ha mejorado con Nanum. Se han implementado programas específicos de oficios digitales como respuesta a la falta de empleo.

A pesar de los avances, para Balderrama una limitación del territorio es la escasez de empresas y oportunidades laborales. Entre las necesidades más apremiantes en su comunidad se encuentran la salud, la falta de red eléctrica, el asfaltado de caminos, la educación y el empleo.

Internet saca del aislamiento y empodera a comunidades del Gran Chaco Americano

En la imagen, el primer centro Nanum de acceso a Internet que se creó en Bolivia. Foto: Nanum.

Escala internacional

En Paraguay ya operan cuatro Centros Nanum en Santa Rosa, Samaria, Campo Largo y Pozo Hondo. Además, en Cerrito, Santa Rosa, se desarrolló la primera red de Internet gestionada por una comunidad indígena. Por otro lado, Nanum ha establecido una asociación clave con el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC). Esto representa un paso significativo hacia la inclusión digital y el desarrollo comunitario sostenible en Paraguay.

En Bolivia hay dos Centros Nanum que están proporcionando acceso a Internet a la comunidad. Además, cuatro centros están en proceso de preparación para abrir sus puertas con inauguraciones programadas para la última semana de junio.

“Después de más de diez años de trabajo, Nanum ha logrado avances significativos, pero aún no es un modelo sostenible. En 2013, se intentó buscar conectividad a través de la fibra óptica, pero el costo es insostenible para las organizaciones comunitarias”, dice Iacopetti.

Los próximos objetivos de Nanum incluyen dar sostenibilidad económica a los centros existentes, aumentar la conexión domiciliaria y expandir el modelo a otras regiones, como la Amazonía y África.

Iacopetti reflexiona: “Nanum promueve no solo el desarrollo económico de las comunidades locales, sino que también contribuye a la gobernanza regional y al empoderamiento de las mujeres”.

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