El valor estratégico de la contabilidad social para las empresas

El valor estratégico de la contabilidad social para las empresas

La medición del impacto social de las empresas y otras organizaciones es una de las áreas de trabajo que genera mayor interés en el ámbito de la sostenibilidad en Europa. Y no solo por su contribución en términos de reporte y posicionamiento de la entidad en un contexto crecientemente exigente, sino porque supone, en sí misma, un cambio real de paradigma en la gestión, al integrar esta información en la definición de estrategias y en la toma de decisiones. España se sitúa a la vanguardia en esta materia, con varias iniciativas centradas en el ámbito de la contabilidad social que se están consolidando y expandiendo.

La contabilidad social supone el salto desde una perspectiva unidimensional, centrada en el accionista, a una multidimensional, que tiene en consideración a todos los grupos de interés de la organización y a la sociedad en general. En concreto, se trata de “un modelo o proceso sistemático que proporciona información a los stakeholders sobre la creación o destrucción de valor social, utilizando principios contables y unidades monetarias”, según la definición aprobada por el Grupo de Investigación ECRI (Ethics in Finance & Social Value) de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), dirigido por la catedrática de Finanzas Leire San-José.

En la práctica, esto implica avanzar hacia una evaluación más completa y equilibrada del impacto económico, social y ambiental de la organización, promoviendo un modelo que reconoce la contribución de todas las partes interesadas, y, en base a ella, permite integrar la información financiera y la de sostenibilidad en un mismo lenguaje o unidad de medida. Además, contar con un sistema o modelo estándar facilita establecer comparaciones objetivas entre entidades.

Se trabaja en la definición de nuevas métricas, expresadas en unidades monetarias, mediante un “valor razonable”. El objetivo final es el valor social integrado, concebido como “el que una organización genera para al conjunto de la sociedad”, en el que se incluye tanto el valor generado a través de la actividad de mercado como aquel que se distribuye al margen de este (o de ‘no mercado’, aquel “valor consciente que una organización transfiere a sus stakeholders sin que exista mediación de precio”), además del emocional (basado en las percepciones).

Se puede dar la circunstancia de que la entidad tenga un beneficio económico, pero no genere valor social, y viceversa. Si se trabaja en la contabilidad social, se avanzará en la redistribución equilibrada del valor generado al poner el foco en los diferentes grupos de interés, y no solo en uno de ellos.

Metodología participativa

En España, una de las principales referencias en este ámbito es el grupo GEAccounting – Social Accounting for Sustainability, una agrupación de interés económico sin ánimo de lucro que se concibe como una comunidad de personas interesadas en la contabilidad social. El punto de partida de su labor es la metodología desarrollada para monetizar el valor social que generan las organizaciones por el profesor de la Universidad de Deusto José Luis Retolaza y la profesora de la Universidad del País Vasco Leire San José, directora del Grupo de Investigación ECRI.

En esta comunidad se integran multitud de organizaciones de diferente carácter (mercantiles, públicas, tercer sector…) así como consultoras, inversoras o promotoras, junto a una amplia red de profesionales del mundo investigador y académico.

La contabilidad social es un proceso que proporciona información a los grupos de interés sobre la creación o destrucción de valor social, utilizando principios contables y unidades monetarias.

En base al trabajo desarrollado hasta el momento desde ECRI y GEAccounting, se han definido los que se consideran los seis principios de la contabilidad social:

  1. Sistemática: uniforme y continuada en el tiempo.
  2. Universal: para todo tipo de organizaciones (Administraciones públicas, empresas, ONG,…).
  3. Intersectorialidad: comparable entre organizaciones de diferentes sectores.
  4. Fiabilidad: estandarización de las fórmulas para aproximarse a los valores razonables a partir del acuerdo entre una comunidad de entidades usuarias.
  5. Integralidad. Consolida el valor generado a través del mercado y el valor de no mercado (social específico).
  6. Perspectiva multistakeholder: orientada al conjunto de grupos de interés de la organización.

Trabajo con los grupos de interés

GEAccounting detalla las fases principales a la hora de abordar cada proyecto: la definición del equipo de investigación y del cronograma; la identificación de los grupos de interés de la organización; identificación de los ámbitos o aspectos en los que la organización les genera valor; la monetización consensuada de los outputs, con la lógica del ‘valor razonable’; el cálculo y visualización del valor social integral, y un proceso de feedback y mejora continua.

Los profesionales que trabajan en la contabilidad social afrontan este reto con un enfoque de promoción y difusión de las experiencias y conocimientos generados, de manera que otras organizaciones puedan aplicar o basarse en el trabajo realizado.


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Iniciativas pioneras                                                         

Una de las iniciativas de referencia, coordinada por GEAccounting, es el proyecto europeo Erasmus+ AgriCoopValue Project. Monetising the social value of agri-food cooperatives in rural Europe. El objetivo de esta iniciativa es establecer un sistema unificado de contabilidad social para las cooperativas agroalimentarias dentro de un marco adecuado a toda Europa, con el fin de monetizar su valor social y determinar, así, su capacidad multiplicadora en los entornos rurales de la Unión Europea. Ha contado con la participación de entidades de Croacia, Grecia, Irlanda, Letonia, Portugal y España.

Como resultado, se han generado conocimientos y herramientas de formación, cálculo e integración de la medición del valor social en estas organizaciones, de acceso directo y gratuito a través de la plataforma online del proyecto.

El proyecto europeo AgriCoopValue tiene por objetivo establecer un sistema unificado de contabilidad social para las cooperativas agroalimentarias de la UE con el fin de monetizar su valor social.

“En el caso de las entidades de la economía social, como las cooperativas, este modelo contable resulta una aproximación de gran utilidad, puesto que cuantifica impactos económicos positivos en los entornos donde desarrollan su actividad que los formatos de información económica convencionales no precisan ni diferencian a su favor respecto a otras empresas con actividades similares”, apunta el profesor de la Universitat Politécnica de València Gabriel García Martínez.

Inspirado en el proyecto AgriCoopValue, la cooperativa agrícola valenciana San Vicent Ferrer de Benaguasil (RuralFruit), en Valencia, ha iniciado un proceso para la medición de su impacto social, con el apoyo de profesores del Centro de Investigación en Gestión de Empresas (Cegea) de la Universitat Politècnica de València vinculados al Máster de Formación Permanente en Responsabilidad y Sostenibilidad Corporativa.

García Martínez, coordinador de este proyecto, detalla que “estamos abordando las primeras fases del trabajo. Tras una sesión para la identificación de los grupos de interés, vamos a iniciar una serie de reuniones para la identificación de las variables de valor que, posteriormente, se monetizarán para llegar a estimar un valor social consolidado de la cooperativa”.

La intención es sentar las bases de un proyecto de medición de impactos que se extienda a otras cooperativas de la Comunitat Valenciana.

Proceso de mejora continua

Los profesores Leire San-José y José Luis Retolaza explican que han desarrollado la contabilidad social en más de 300 empresas y que se ha ido consolidando un modelo de conocimiento y contabilización. “Lo más importante es el proceso, que permite conocer tu propia organización desde esa perspectiva social. La forma de realizarlo es diversa. Y nosotros también aprendemos con cada una de las organizaciones”, aseguran estos expertos.

En definitiva, un modelo que se está construyendo de forma participativa y que irá mejorando progresivamente cuantas más organizaciones se unan.

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