<p>Con la incorporación de la apicultura en las plantas renovables se está compatibilizado la actividad industrial con la producción de miel ecológica. Foto: Endesa.<p>

Con la incorporación de la apicultura en las plantas renovables se está compatibilizado la actividad industrial con la producción de miel ecológica. Foto: Endesa.

Plantas solares productoras de miel ecológica certificada

Compatibilizar la tecnología solar con la elaboración de miel ecológica ya es posible gracias a Endesa, pionera en la incorporación de la apicultura en sus plantas renovables y que cuenta con la marca registrada ‘Miel Solar de Endesa’ que ya se produce en medio centenar de sus instalaciones gracias a la colaboración con apicultores locales. El proyecto también permite desarrollar un programa de formación y emprendimiento en este sector, clave para la preservación de la biodiversidad.

En 2019 arrancó el primer proyecto para impulsar actividades de apicultura en las plantas solares de la filial renovable de Endesa, Enel Green Power España (EGPE), con una marca registrada que demuestra que “la compatibilidad de la actividad industrial con la producción de miel ecológica y solar es posible”, explica la compañía. La iniciativa piloto se ubicó en la planta solar de la compañía en Las Corchas, en la localidad de Carmona (Sevilla), donde hace cuatro años se instaló el primer apiario solar de la mano de una familia de apicultores de la zona, Loramiel, con cinco generaciones de experiencia.

“Cuidar de las abejas es cuidar del planeta”, señala Endesa, que alerta de que la existencia de estos insectos “está comenzando a peligrar y, con ello, también la salud de las personas y de la biodiversidad”. Y es que las abejas son polinizadoras (se alimentan del néctar de las flores y transportan el polen de una flor a otra) y la polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas y esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres.

Sin embargo, “la población de polinizadores, en especial abejas y mariposas, ha disminuido considerablemente los últimos años a consecuencia de la actividad humana, a las prácticas agrícolas intensivas, a los cambios de uso de la tierra y también al cambio climático. De ahí los beneficios de esta iniciativa que, además de apoyar la apicultura, contribuye al desarrollo sostenible de la comunidad local”, añade en este sentido la responsable de Proyectos de Sostenibilidad de la compañía, Inmaculada Fiteni, que explica que la idea inicial fue poner en marcha un proyecto del sector primario que pudiera compartir el uso del suelo con los parques renovables, creando así “un valor añadido a esa comunidad local en la que se asienta con el que no se compite por el uso del suelo, sino que se comparte”.

“Al registrar la marca Miel Solar de Endesa registramos una forma de construir nuestros proyectos renovables, buscando la plena integración en el territorio e incorporando actividades que combinan con la producción energética, como es la apicultura, con este uso compartido del suelo que busca, bajo criterios de economía circular, maximizar el valor que nuestra instalación puede dejar en el entorno”, apunta Fiteni, que añade a estos beneficios “el fomento de la biodiversidad, ya que estos suelos son espacios libres de productos fitosanitarios y el objetivo es convertirlos en reservorios de biodiversidad incorporando iniciativas como esta, que van más allá de la obligatoriedad de la normativa ambiental”.

Abejas, ovejas y hasta plantas aromáticas

El caso de las plantas fotovoltaicas de Los Naranjos y Las Corchas en Carmona  -que comenzaron a funcionar a finales de 2020 y cuentan con más de 250.000 paneles fotovoltaicos- son un ejemplo único en el que es posible observar este uso compartido del suelo y la convivencia en equilibrio entre la tecnología y el sector primario. Primero las ovejas de los pastores locales comenzaron a pastar bajo los paneles solares, algo que no solo beneficia al ganado sino también a las propias instalaciones al realizarse de manera natural las labores desbroce y limpieza del suelo necesarias para el mantenimiento de las instalaciones. Después llegaron las abejas: 30 colmenas en un entorno vallado y seguro próximo a las plantas aromáticas que también se cultivan en el entorno de la planta.

“Estos proyectos permiten mitigar los principales inconvenientes de este tipo de instalaciones: la ocupación de amplias extensiones de terreno, la reducción de espacio disponible para el desarrollo de otras actividades del sector primario y la pérdida de biodiversidad”. Inmaculada Fiteni, Endesa.

De esta forma, explica Inmaculada Fiteni, el desarrollo de proyectos agrovoltaicos y otras actividades del sector primario que se hibriden con las plantas fotovoltaicas, se convierten en clave, “porque permiten mitigar los principales inconvenientes que tienen este tipo de instalaciones: la ocupación de amplias extensiones de terreno, la reducción de espacio disponible para el desarrollo de otras actividades relacionadas con el sector primario y la pérdida de hábitat o biodiversidad”.

Se trata, según sus palabras, de un “proyecto pionero” en el sector que además, contempla el aspecto formativo, porque también se convierte en un espacio dirigido a emprendedores que quieran iniciarse en el mundo de la apicultura, un espacio de apiturismo, gracias a la colaboración con ayuntamientos y también de innovación, puesto que ayuda a los apicultores locales a mejorar su productividad, además de fomentar el comercio local y de proximidad con la incorporación de la miel a la elaboración de productos artesanales de la zona.

En diciembre de 2022 en la comarca turolense de Andorra la compañía arrancaba el desmantelamiento de la central de carbón que ha funcionado en la zona durante 40 años para dar paso a un importante proyecto de transición energética basado en energías renovables, con la solar y la eólica como principales fuentes y que, más allá de la energía, contemplaba también una transición social y económica justa para la zona.

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Plantas solares productoras de miel ecológica certificada

Imágenes de los proyectos de Andorra y Carmona (Sevilla) donde se han instalado apiarios solares con apicultores locales. Fotos: Endesa.

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Plantas solares productoras de miel ecológica certificada

Imágenes de los proyectos de Andorra y Carmona (Sevilla) donde se han instalado apiarios solares con apicultores locales. Fotos: Endesa.

En ese momento se planificó la instalación de apiarios dentro de los parques solares y el impulso al turismo con visitas a las colmenas. Roberto González, apicultor de profesión en la zona, se embarcó en el proyecto después de hablar con sus ‘colegas’ de Carmona (Sevilla), -los que primero se lanzaron a la producción de miel cerca de paneles solares-, y confirmó los buenos resultados obtenidos, ya que, desde 2019 este apiario solar produce más de 500 kilos de miel al año gracias a las más de 80.000 abejas que viven por la zona que, además, está libre de pesticidas.

El proyecto cuajó, y no solo en Andorra, sino también en Minglanilla (Cuenca) –a cargo de la empresa de apicultura local Nómadas de la Miel y con plantas de azafrán como complemento a los paneles- y en Sedeis (Teruel) y hoy la miel que se produce en estas instalaciones de energía renovable tiene una denominación de origen certificada y ecológica y se está extendiendo ya a otras zonas de España. Además de los apiarios ya en marcha, la compañía prevé instalar 19 más hasta 2025. Asimismo, la iniciativa incluye que entre el 5 % y el 10 % de la miel sea adquirida por comercios locales para la elaboración de productos artesanales, como es el caso del convento de Santa Clara de Carmona, cuyas monjas emplean esta miel solar para la producción de sus dulces.

Asimismo, la apuesta por la sostenibilidad de este proyecto alcanza también el ámbito social, además del medioambiental: el Centro El Alcázar de Carmona para personas con discapacidad, -de referencia en la zona-, participó en la fabricación de la tornillería de los paneles solares y se ha encargado del diseño del etiquetado de los envases para la miel. Los apiarios solares también se están empleado como espacios formativos para albergar talleres de apicultura en los que se estudia el uso de tecnologías para mejorar la productividad, entre otras cuestiones, y la pequeña asociación El Rincón de la Abeja tiene instalados varios sensores en las colmenas para el seguimiento ambiental de la proliferación de especies animales en el entorno de las plantas.

El impacto social también está presente en estos proyectos: el Centro El Alcázar de Carmona (Sevilla) para personas con discapacidad participó en la fabricación de la tornillería de los paneles solares y se ha encargado del diseño del etiquetado de los envases para la miel.

Innovación social y sostenibilidad ambiental

Gracias a este proyecto, Endesa ha encontrado la fórmula para transformar una actividad industrial en un beneficio para el medio ambiente y también para la economía y el tejido social de la zona donde ubica sus plantas solares. Paola Vecino, fundadora y presidenta de El Rincón de la Abeja, que trabaja en la coordinación del proyecto, remarca que la esencia de este se basa en la búsqueda de alianzas con los apicultores locales para llevar a cabo la instalación de colmenas con Apis melífera iberiensis (especie autóctona) con una triple aplicación:

  • Compatibilizar terrenos de las plantas solares con una actividad rural ligada a la historia del ser humano desde hace miles de años como es la apicultura: una apicultura controlada, teniendo en cuenta los recursos florales de la zona y preservando la salud e integridad de los enjambres.
  • Generar espacios ricos en biodiversidad, reservorios protegidos de polinizadores donde, además de las abejas, podrán convivir una gran cantidad de especies, incluidas aquellas que ejercen la función de plaguicidas naturales (fomentándolo con la siembra de plantas autóctonas compatibles si se necesitase).
  • Concienciar a la sociedad de que es posible un modelo sostenible en el que convivan los proyectos que generan energía, las actividades del sector primario y el cuidado del medio ambiente.

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Vecino, doctora en biología y bioquímica y una apasionada de la vida de las abejas, explica a Revista Haz que los espacios ocupados por las plantas fotovoltaicas pueden ser un lugar ideal para el fomento y la preservación de la biodiversidad en estas áreas “porque son lugares donde no se emplean elementos químicos que puedan alterar los nichos biológicos ni hay una presencia continuada del ser humano”. “Por eso estas zonas pueden albergar una gran biodiversidad entomológica (de insectos) que atraiga a una variedad de especies depredadoras (reptiles, aves, anfibios…) y donde puedan convivir también gran variedad de plantas que completen sus ciclos biológicos gracias a los polinizadores”, agrega esta experta.

“Es fundamental concienciar a la sociedad de que es posible un modelo sostenible en el que convivan los proyectos que generan energía, las actividades del sector primario y el cuidado del medio ambiente”. Paola Vecino, El Rincón de la Abeja.

Experiencia y apoyo local, claves en el proyecto

En opinión de Paola Vecino, el apicultor experimentado “es una pieza clave del proyecto porque es imprescindible mantener los enjambres en un buen estado de desarrollo y óptimo bienestar sanitario” y eso es posible gracias a que el apicultor “conoce los factores que pueden poner en riesgo la integridad de los enjambres (depredación masiva, debilidad, calor excesivo, falta de agua…) y cómo tomar medidas para evitar una catástrofe”.

En el proyecto también participan entidades locales y de otro tipo, como asociaciones que colaboran construyendo refugios para insectos, entre otros. En el municipio conquense de Minglanilla, por ejemplo, el Centro Ocupacional de Quintanar del Rey, a través de sus planes de inclusión para personas con discapacidad, colabora dando el acondicionamiento final a materiales considerados como residuos para usarlos como relleno del Hotel de Insectos de la Planta fotovoltaica. Junto a ellos, también colaboran ayuntamientos del entorno a través de sus puntos limpios, empresas de materiales de construcción e incluso dos empresas que aportarán cultivos y vegetación para facilitar el desarrollo de los insectos.

De la misma manera, el papel de las empresas a la hora de proteger el medio ambiente y el impacto que su actividad genera en el entorno en el que operan “es clave y muy necesario”, opina Vecino. A ello se suman los planes de protección de la biodiversidad, la concienciación ciudadana y una buena política de sostenibilidad que implique a los agentes del territorio. “Todos ellos son fundamentales para garantizar un futuro sostenible”, recuerda Paola Vecino, que alerta de que “sin la participación conjunta de todos ellos, dentro de unos años habremos perdido un gran número de especies y las consecuencias podrían ser catastróficas”.

En el caso de estos apiarios solares, cada proyecto en curso se evalúa de forma longitudinal estudiando la evolución de la biodiversidad en cada zona y la adaptación de los enjambres en las distintas ubicaciones, algo que está dando “muy buenos resultados”, señala Vecino. Por eso, la idea es expandir esta iniciativa a otras zonas, que se compatibilizará con la instalación de refugios para insectos, reptiles, murciélagos y aves. “Vamos a identificar las especies que colonicen estos refugios y determinaremos la pirámide ecológica y el equilibrio poblacional que se desarrolla en estas zonas”, concluye.

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