¿Por qué el cambio climático requiere más financiación?

¿Por qué el cambio climático requiere más financiación?

En la COP28 se han tomado importantes decisiones financieras para abordar la crisis climática, especialmente en lo que respecta a la brecha de financiación en los países en desarrollo. Dos informes recientes explican por qué son necesarias y urgentes las inversiones, y revelan que la factura del cambio climático será muy elevada.

Casi coincidiendo con la Cumbre del Clima de Dubái se publicaban dos informes, cuyos resultados se analizarán en este artículo, y que subrayan la importancia de una acción coordinada y una inversión significativa en adaptación y mitigación de riesgos del cambio climático.

El informe Lost GDP: Potential Impacts Of Physical Climate Risks de S&P Global Ratings destaca el severo impacto económico de los riesgos climáticos, evidenciando pérdidas significativas en el PIB global, especialmente en los países más vulnerables. Utiliza diversos escenarios climáticos para examinar la exposición de 137 países a pérdidas económicas causadas por impactos físicos del cambio climático, y analiza la exposición y la preparación de los países para adaptarse y recuperarse de estos eventos, destacando especialmente el impacto en economías vulnerables y de bajos ingresos.

Por su parte, el documento Adaptation Gap Report 2023, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), analiza el progreso mundial en la planificación, implementación y financiamiento de la adaptación al cambio climático y se enfoca en la creciente brecha en la financiación, subrayando que, aunque se han logrado avances en la planificación de la adaptación, la implementación y financiación todavía enfrentan desafíos significativos.

Ambos informes resaltan la necesidad crítica de apoyo a los países en desarrollo y vulnerables, ya que enfrentan desafíos desproporcionados debido a su mayor exposición a los riesgos climáticos y su menor capacidad para financiar la adaptación, en línea con las decisiones adoptadas en la COP28.

La importancia de la innovación en el financiamiento y la gobernanza también es un tema común en ambos, enfatizando la necesidad de explorar nuevas fuentes de financiamiento y estructuras de gobernanza más efectivas para abordar estos desafíos globales.

La financiación, más apremiante para los países más pobres

En las últimas dos décadas, se estima que se han perdido alrededor de 525.000 millones de dólares a nivel mundial debido a los efectos del cambio climático. Este impacto económico se ve exacerbado por el hecho de que el crecimiento del PIB se ha reducido en un promedio de un punto porcentual anualmente en los países más vulnerables.

Las economías más pobres enfrentan desafíos particulares, ya que están en mayor riesgo de caer en “trampas de pobreza”, donde la capacidad para reconstruir y recuperarse de desastres consecutivos es limitada.

Ambos informes destacan que la necesidad de financiación para la adaptación al cambio climático es crítica y urgente. Se estima que una inversión de 16.000  millones de dólares anuales en agricultura podría prevenir que aproximadamente 78 millones de personas sufran de hambre crónica como resultado de los impactos del cambio climático.

Además, se ha llegado a la conclusión de que cada mil millones de dólares invertidos en adaptación contra inundaciones costeras pueden reducir los daños económicos en 14.000 millones de dólares. Sin embargo, los países más vulnerables y de bajos ingresos enfrentan una carga desproporcionada en términos de costes de adaptación en relación con su PIB.

Para estos países, los costes de adaptación pueden representar hasta el 3,5% de su PIB anual, lo que es significativamente más alto que en los países de ingresos medios, donde estos costes oscilan entre el 0,5% y el 0,7%.

Estas cifras destacan la disparidad en la capacidad de los países para responder a los desafíos del cambio climático y resaltan la necesidad de estrategias de adaptación y mitigación que sean económicamente viables y socialmente inclusivas.

Los informes estiman que una inversión de 16.000 millones de dólares anuales en agricultura podría prevenir que unos 78 millones de personas sufran de hambre crónica por los impactos de la crisis climática.

Las estrategias de planificación son claves 

Los informes también destacan que las estrategias de adaptación y planificación frente al cambio climático deben reflejar adecuadamente los riesgos y vulnerabilidades existentes y futuros, y también han de enfatizar la participación de todos los actores relevantes, teniendo en cuenta factores como el género.

La eficacia de la planificación para la adaptación al cambio climático depende de su implementación por actores públicos y privados. Es crucial tener una entidad central que coordine la formulación de políticas de adaptación, utilizando herramientas como inversiones, incentivos y regulaciones para lograr resultados concretos.

El llamado ciclo de adaptación iterativa es un enfoque clave en este proceso, incluyendo la evaluación de impactos, riesgos y vulnerabilidades; la planificación; la implementación, y el monitoreo, la evaluación y el aprendizaje. La importancia de una buena planificación es fundamental para acelerar los esfuerzos de adaptación en todo el mundo, y se reconoce como tal en varios foros internacionales.

Además, iniciativas a nivel global, como la Asociación Global para la Inclusión Financiera del G20, pueden ayudar a movilizar y escalar la financiación para la adaptación de las pymes La colaboración con bancos de desarrollo regionales en países en desarrollo para canalizar fondos a través de mecanismos bien establecidos es un ejemplo de cómo se puede mejorar el apoyo mediante el G20.

Los mecanismos de ‘desriesgo’ financiero (es decir, reducción o mitigación del riesgo financiero asociado a una inversión o proyecto), que se están implementando en diversas partes del mundo, pueden adaptarse para incluir las necesidades de las pymes, como en la financiación de proyectos de energía a pequeña escala.

Sin embargo, los países más pequeños con mercados financieros limitados a menudo no tienen acceso adecuado a instrumentos de ‘desriesgo’ financiero.


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Los desafíos de implementación y evaluación 

Según los informes, los desafíos a la hora de implementar y evaluar las estrategias de adaptación al cambio climático son significativos y multifacéticos. Una de las principales dificultades radica en la falta de infraestructura adecuada para monitorear y evaluar los procesos de adaptación nacionales.

Actualmente, solo el 24% de los países cuenta con un sistema de monitoreo y evaluación (M&E) establecido, y otro 19% está en proceso de desarrollarlo. Además, la mayoría de los sistemas de M&E existentes se centran más en el monitoreo que en la evaluación. De los 49 países que tienen un sistema de M&E, 43 han publicado un informe de monitoreo, pero solo 16 han publicado un informe de evaluación. Esto indica que muchos países no están bien posicionados para aprender efectivamente de sus planes y estrategias de adaptación y actualizarlos en consecuencia.

Otro desafío es la dificultad de diseñar e implementar sistemas y procesos para comprender la efectividad de la planificación y acción de adaptación. A medida que los instrumentos legales y la financiación para la adaptación aumenten, los marcos de M&E se volverán más importantes, incrementando la presión para demostrar el impacto de las actividades de adaptación.

Estos desafíos subrayan la importancia de un apoyo continuo y mejorado para la construcción de capacidades en el área de adaptación al cambio climático. La implementación efectiva y la evaluación de las estrategias de adaptación son cruciales para mitigar los riesgos climáticos y adaptarse de manera sostenible.

También, la necesidad de fortalecer los sistemas de M&E, junto con el desarrollo de estrategias de adaptación más inclusivas y efectivas, es un paso crítico para garantizar que los esfuerzos globales de adaptación al cambio climático sean exitosos y tengan un impacto duradero.

Solo el 24% de los países cuenta con un sistema de monitoreo y evaluación establecido sobre los procesos de adaptación al cambio climático.

El soporte a países vulnerables, crítico en la adaptación

Más de la mitad de las acciones de adaptación realizadas en los países vulnerables son financiadas por fuentes nacionales, mientras que para los países en desarrollo, esta proporción es de un tercio.

Tres cuartas partes de los países que presentan una comunicación de adaptación independiente reciben apoyo para su compilación, demostrando la importancia de proporcionar apoyo adecuado para la presentación de informes de adaptación, especialmente para los países menos desarrollados (LDCs) y los pequeños estados insulares en desarrollo (SIDS).

En el caso de los SIDS, la alta necesidad de financiación para la adaptación per cápita se debe en parte a su pequeño tamaño poblacional y en parte al nivel de adaptación necesario dada su alta vulnerabilidad. Por otro lado, las necesidades de financiación para la adaptación en los países de bajos ingresos constituyen una proporción más grande de sus economías (es decir, del PIB).

La baja base de desarrollo existente en los países de bajos ingresos, junto con su limitada capacidad técnica y financiera para realizar evaluaciones de necesidades robustas, puede contribuir también a menores necesidades de financiación para la adaptación, aunque estos países probablemente requieran un aumento de la financiación climática internacional debido a restricciones presupuestarias internas.

Se evidencia en los informes que tanto los SIDS y los LDCs continúan necesitando apoyo financiero y técnico para avanzar en su planificación de adaptación, con un enfoque particular en la construcción de capacidades en integración vertical y M&E.

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