<p>El equipo fundador: (de izq. a dcha.) Aitor Carratalá, Roberto Mohedano y Diego Soliveres. Foto: Timpers.<p>

El equipo fundador: (de izq. a dcha.) Aitor Carratalá, Roberto Mohedano y Diego Soliveres. Foto: Timpers.

“Queremos que la gente con discapacidad se vea reflejada en nosotros y luche por sus sueños”

Timpers es una marca de “zapas”, como las llama uno de sus fundadores, pero, realmente, las zapas son una excusa y fuente de recursos para que cambiemos nuestra idea sobre la discapacidad. Quieren contribuir a su normalización y, por eso, se definen como “la empresa más normal del mundo”.

Por puro azar, en Timpers se juntaron tres personas con discapacidad (Diego Soliveres es ciego, Roberto Mohedano está trasplantado de riñón y Aitor Carratalá padece fibrosis quística) y decidieron seguir adelante bajo el paraguas de una idea, la normalización de la discapacidad, y montar una empresa formada al 100% por personas tan capacitadas como ellos. Querían demostrar que un emprendimiento de estas características podía ser rentable y exitoso, además de poner su granito de arena para derribar barreras y estereotipos.

Como dice Soliveres, que ha actuado de portavoz en esta entrevista, “estamos demostrando que se puede y que las limitaciones están muchas veces en la mente”. Su podcast Tiempo de personas nos lo demuestra, entrevistando a referentes de la sociedad con discapacidad.

¡Pero no olvidemos las “zapas”! Como ellos las definen: ‘molonas’ y un poco trasgresoras. Sin ellas y nuestra compra, el resto no sería posible.

¿Qué es Timpers?

Timpers es una empresa dedicada al diseño y venta de zapatillas de calidad, fabricadas íntegramente en la provincia de Alicante y elaboradas teniendo en cuenta la sostenibilidad medioambiental.

Pero lo que realmente caracteriza a la empresa es que está formada íntegramente por personas con discapacidad, con el propósito de conseguir una integración, inclusión y normalización plena de la discapacidad y derribar todas las barreras y estereotipos existentes a este respecto.


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¿Por qué nace? ¿Cómo se os ocurrió la idea?

Timpers nace de la mano de dos de sus tres socios fundadores, Roberto Mohedano y Aitor Carratalá, que siempre habían tenido una mentalidad emprendedora. Como buenos alicantinos, decidieron crear una marca de zapatillas a la que llamaron Timpers, una marca sin el carácter social que tiene hoy en día.

Ambos, parte del equipo técnico del equipo de fútbol para ciegos de la ONCE en Alicante, decidieron un día llevar sus zapatillas a un entrenamiento para ver qué respuesta tenían de los jugadores y hacer algunas ventas.

Se quedaron sorprendidos cuando vieron cómo los ciegos ‘veían’ y definían las zapatillas y fue ahí cuando se les ocurrió hacer un modelo en el que la vista no fuera el sentido principal para verlas y que estuvieran diseñadas a través del tacto. Para ello pidieron ayuda a los jugadores de la plantilla entre los que me encontraba yo. Hicieron un prototipo en el que podían apreciarse texturas de materiales y colores, la presencia del braille y cordones redondos.

En mayo de 2018 ganaron un concurso de la Universidad de Alicante que comenzó a tener mucha repercusión y es cuando Aitor y Roberto se plantearon ‘pivotar’ el rumbo de Timpers, pasando a hacer zapatillas inclusivas, para todo el mundo, y es cuando yo me uní al proyecto. Por puro azar, se habían juntado tres personas con discapacidad y decidieron montar una empresa formada al 100% por personas tan capacitadas como ellos.

¿Qué queréis cambiar con Timpers?

Cuando empezamos, vimos unos datos que nos asustaron, literalmente, y vimos que teníamos que ser parte efectiva del cambio de estas cifras. En España somos cerca de dos millones de personas con discapacidad en edad laboral y solo trabajamos uno de cada cuatro. Imaginad si trasladáramos estas cifras a las personas sin discapacidad.

Otro dato que nos dejó muy preocupados es que solamente un 2% de la gente que decide emprender en España tiene discapacidad, y queremos que la gente con discapacidad se vea reflejada en nosotros y se decida a emprender y a pelear por sus sueños.

También han revelado los estudios que hay muy poca gente con discapacidad con un grado formativo. Queremos que las personas con discapacidad se animen y den el paso y que vean que hay algo más allá que la pensión por discapacidad.

“Queremos que la gente con discapacidad se vea reflejada en nosotros y luche por sus sueños”

En las zapatillas Timpers se usa el sistema 'braille' bordado y sus cordones son redondos para que resulten más fácil de atar y desatar. Foto: Timpers.

¿Qué es lo que más valoran los clientes? y ¿las empresas?

Hay muchos aspectos, además de las ‘zapas’, que nuestros clientes valoran de un modo notable: en primer lugar, el tipo de comunicación, cercana, honesta y transparente. La gente se ve identificada con la marca y con el equipo que formamos y sentimos que nos ven como parte de su familia. También valoran mucho lo consecuentes que intentamos ser con todo lo que envuelve a la marca y su propósito. Y sobre nuestras zapatillas, el made in Spain (o made in Alacant, como nos gusta decir) es algo muy apreciado por ellos.

En cuanto a las empresas, hay dos puntos muy valorados: en primer lugar, colaborar con nosotros supone para ellas realzar su responsabilidad social corporativa y sumarse a este propósito de cambio y de normalización. Por otra parte, también ayudamos a las empresas a cumplir, como medida alternativa,  con la Ley General de Discapacidad. Dicha ley dice que todas las compañías de más de 50 empleados deben tener un 2% de su plantilla formado por personas con discapacidad o bien pueden invertir el dinero que les costaría esta contratación en productos o servicios ofrecidos por centros especiales de empleo, como somos Timpers. Por ello, estas empresas que no tengan contratado el mínimo de personas con discapacidad que exige la ley, contribuyen en que otras empresas, como nosotros, fomenten la contratación de estas personas.

¿Qué diferencia a vuestras zapatillas de otras? 

En primer lugar, no debemos olvidar que nosotros somos una marca de moda y que, aunque nuestras zapatillas tengan algunas características que las hacen únicas, son zapatillas que han de gustar a todo el mundo y por tanto estar acordes con la moda y las tendencias. Así que nos basamos en aspectos como la calidad, la comodidad, la durabilidad o la sostenibilidad, entre otras cosas. Aunque esto sea así, nosotros siempre decimos que hacemos la única zapatilla inclusiva del mercado ya que, debido a sus características, las hacen atractivas y accesibles y accesibles para muchos colectivos de personas:

Jugamos mucho con los contrastes, tanto de texturas como de colores. Al usar varios contrastes, las zapatillas no son planas al tacto y hacen que sean atractivas para las personas ciegas. Además, usamos contrastes muy acentuados de colores para que aquellas personas con algo de resto visual tengan más facilidad para localizarlas y también les resulten atractivas.

Usamos el sistema braille bordado en las zapatillas. Además, en la suela ponemos también la talla en dicho sistema, para que los ciegos sepan cuál es la talla de la zapatilla que tienen entre manos.

Un reto es lograr un equilibrio entre proyecto social y moda, y que la gente nos vea como una auténtica empresa. Si solo nos ve como un proyecto social, te compran una vez, hacen el 'check' por haber apoyado una buena causa y no te vuelven a comprar.

Por otro lado, usamos cordones redondos, más fáciles de atar y desatar, y más complicado de que se hagan nudos y, también, tenemos una línea de modelos con velcros, para la gente que no puedan atarse los cordones.

Por todo ello, pensamos que nuestro calzado va muy ligado al propósito de la empresa y creemos que hacemos zapatillas para todo el mundo, únicas por sus características.

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

Sin duda, la clave es el propio equipo y la forma de tratar la discapacidad. Nada más entrar en Lanzadera (una aceleradora de empresas valencianas) decidimos que debíamos tener un tono de comunicación muy cercano, honesto y transparente y un poquito transgresor y ‘canalla’. Si nuestro objetivo era normalizar, nosotros teníamos que ser los primeros en tratar la discapacidad con normalidad, con un toque de humor que, claro está, no sobrepasara la delgada línea roja que puede existir al respecto. La gente nos ve muy cercanos y se puede ver en nuestras redes sociales, en las que la comunidad interactúa y nos lleva en volandas. Así que se podría decir que nuestro ‘secreto’ son las personas que forman la empresa.

¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?

Actualmente, yo diría que tenemos dos grandes retos. Por un lado, conseguir un equilibrio entre proyecto social y moda y que la gente nos vea como una auténtica empresa. Si la gente solo nos ve como un proyecto social, te compran y te apoyan una vez, hacen el check por haber apoyado una buena causa y ni te vuelven a comprar ni a recomendar. A la larga, esto supondría que tendríamos que bajar la persiana.

Otro gran reto, muy ligado a lo anterior, es fabricar un producto diez, que compita con cualquier marca del mercado y que la gente nos compre por calidad y no por caridad. Por último, añadiría que tenemos también como reto ser rentables, ya que esa es la única vía para lograr los objetivos y conseguir superar los retos anteriores.

¿Qué valores de la sociedad estáis tratando de impulsar?

Los valores que tratamos de impulsar son los que van intrínsecamente ligados a nuestro propósito y a nuestra razón de ser: primero, queremos demostrar que lo que realmente importan son las capacidades y no las discapacidades y que no se puede juzgar a una persona por una discapacidad, sino por todas aquellas grandes capacidades que tienen.

En segundo lugar, queremos demostrar que la discapacidad nunca resta y que las personas con discapacidad pueden ser las más capaces del mundo, y también que una empresa como la nuestra puede ser la más rentable y exitosa del mundo y que estamos en la era de derribar barreras y estereotipos.

Queremos demostrar que lo que realmente importan son las capacidades y que no se puede juzgar a alguien por una discapacidad, sino por todas las grandes capacidades que tiene.

¿Qué ha sido lo más difícil? ¿De qué estáis más orgullosos?

Lo más difícil: el robo que sufrimos en un almacén que tuvimos en Torrent (Valencia) en el que se llevaron cerca de mil pares, que suponían el 70% del stock que teníamos en ese momento. Fue un golpe muy duro ya que nos quedamos sin zapatillas y vimos peligrar todo. Por suerte, esa situación dio paso a cosas muy buenas, ya que conseguimos salir adelante gracias a la solidaridad de la gente y a los medios de comunicación, y se podría decir que, incluso, salimos reforzados.

De lo que estamos más orgullosos, sin ninguna duda, es de dos cosas: por un lado, de haber podido formar un equipo humano impresionante que, para nosotros, alcanza el nivel de familia. Estamos convencidos de que en Timpers están exactamente las personas que tienen que estar y esto nos emociona más que vender un par de zapatillas.

Por otro lado, y hablando de lo empresarial, de lo que estamos más orgullosos es de haber podido hacer las zapatillas del desfile de la delegación paralímpica que nos representó en las últimas paralimpiadas de Tokio 2020. Nosotros nacimos del deporte (del equipo de fútbol para ciegos de Alicante) y de la discapacidad y no hay nada más grande en ambos campos que una paraolimpiada. Es algo brutal que nos llena de orgullo, sin duda.

¿Cómo va Timpers a nivel empresarial?

Lo cierto es que la situación ha ido cambiando a lo largo de los años: en nuestros inicios, cuando empezamos los tres fundadores y había pocos gastos, prácticamente duplicábamos la facturación año tras año. 2022 fue un año más complicado debido, entre otras cosas, a la subida de las materias primas, de la energía o de la publicidad pagada a nivel online, con lo que la curva se fue aplanando bastante. Este 2023 queremos volver sobre nuestros pasos y nuestro objetivo, que se ha convertido prácticamente en una obsesión, ha sido buscar de nuevo la rentabilidad y finalizar los meses en positivo. Está claro que, para una marca como la nuestra, los últimos dos meses del año son clave para poder valorar el año, pero estamos convencidos de que vamos a conseguirlo.

Nos encantaría que la gente cambiara los términos ‘inclusión e integración’, que dejan muy a las claras que hay algo excluido, por los términos ‘normalización y convivencia’.

¿Cuándo considerarías que el proyecto de Timpers está concluido? ¿Qué indicador mediría el impacto?

Realmente, lo que más me gustaría es que el proyecto no concluya. Pese a que Timpers sea una empresa con un marcado carácter social, no nos cansamos de decir que somos “la marca más normal del mundo” y que, como todas las empresas, tenemos que hacer frente a gastos, proveedores, salarios y demás. No queremos que se nos vea como un ‘proyecto social’ sino como una marca de moda que hace zapatillas top, capaces de competir con cualquier marca del mercado y que, además, a diferencia de las otras marcas, aportamos un valor efectivo y tangible a la sociedad, como es la normalización de la discapacidad. Así que yo espero que Timpers perdure por muchos años y que se convierta en una marca de referencia en el mundo del calzado.

¿Qué huella queréis dejar en el mundo?

Por un lado, queremos demostrar que importan más las capacidades que las discapacidades y que hay muchas discapacidades que no están en un carnet, como ser impuntual, maleducado, mentiroso …, que son mucho peores que, por ejemplo, ser ciego (que es la discapacidad que tengo yo). Y, por otro lado, nos encantaría que, con el tiempo, la gente cambiara los términos ‘inclusión e integración’, que dejan muy a las claras que hay algo excluido y que dejamos fuera, por los términos ‘normalización y convivencia’. Pensamos que todo aquello que se desconoce se acaba convirtiendo un tema tabú, que genera ignorancia y parece como que da miedo hablar de ello. Cuando la discapacidad esté totalmente normalizada y conviva plenamente en la sociedad, habremos conseguido esa integración plena.

¿Qué es para vosotros un emprendedor social? ¿Se hace o se nace?

Un emprendedor social es aquel que quiere dar una solución real a un problema de la sociedad.

En nuestro caso, casi que se nace. Nació casi antes al propósito que la empresa al darnos cuenta de que nos habíamos juntado tres personas con discapacidad, tener la filosofía de querer hacer la empresa de esta forma antes de tener zapatillas fabricadas o saber cómo iban a ser las zapatillas.

¿Qué mensaje os gustaría mandar a nuestros lectores?

No tener miedo a probar. El que arriesga y no tiene miedo al cambio y se atreve es el que se sale adelante.

No tener miedo a contratar gente con discapacidad, la discapacidad siempre suma, ya que estas personas tienen un sentido de compromiso y pertenencia brutal al verse dentro de este mundo laboral complicado, además se genera mucho trabajo en equipo al ser mucho más fácil que todos nos pongamos en los zapatos del otro.

Por otro lado, todos tenemos que ser parte del cambio y la acción individual de cada persona es muy importante a la hora de llegar a conseguir esta nueva sociedad comprometida y consciente.

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