<p>A finales de 2022 había en España 1.345 parques eólicos con 22.042 aerogeneradores. Foto: Medeiros.<p>

A finales de 2022 había en España 1.345 parques eólicos con 22.042 aerogeneradores. Foto: Medeiros.

El desafío de renovar las renovables sin acumular basura

El sector de energías renovables busca soluciones al gran volumen de residuos que el desmantelamiento de parques eólicos y solares producirá en los próximos años. En 2024 podrían empezar a funcionar en España las primeras plantas de reciclaje de palas eólicas, uno de los desechos más difíciles de gestionar. Las ayudas que acaba de aprobar el Gobierno con cargo a los fondos europeos impulsarán estas iniciativas de economía circular.
30 octubre 2023

Junto a la icónica valla del toro de Osborne, los molinos eólicos se han convertido en elementos habituales del paisaje. Es fácil ‘toparse’ con ellos al viajar por carretera: unos 1.350 parques eólicos y algo más de 22.000 aerogeneradores salpican la geografía española. El nuestro fue uno de los primeros países en instalar esos gigantescos molinos, que por sus dimensiones atemorizarían hoy al mismísimo Don Quijote, y, por tanto, es también uno de los primeros en los que esas instalaciones están envejeciendo.

Los aerogeneradores tienen una vida útil de 20 años y aproximadamente un tercio de los instalados ya han cumplido su fecha de caducidad o están próximos a superarla. Aunque todavía se han producido muy pocos desmantelamientos de parques y se ha optado por prolongar unos años más la vida de los molinos porque aún se encuentran en buenas condiciones, llegará el momento en las instalaciones no den más de sí y los desmantelamientos empezarán a generalizarse, acumulándose un gran volumen de residuos.

Nadie quiere ver ‘cementerios’ de chatarra de las energías renovables. Además, el sector se ha comprometido con Europa a que a partir de 2025 no se llevarán residuos al vertedero, por lo que se están buscado soluciones de reutilización o reciclaje.

“El sector quiere apostar por soluciones sostenibles. No estaría bien que las energías renovables, una de las principales herramientas en la lucha contra el cambio climático mediante la producción de energía eléctrica limpia no pueda luego reciclar y tener una economía circular completa”, nos comenta Tomás Romagosa, técnico de la Asociación Española de Energía Eólica (AEE).

Las torres de los aerogeneradores están fabricadas a partir de materiales como el acero, hormigón, cobre o aluminio y estos son fácilmente reciclables. El caballo de batalla se presenta en las palas eólicas, que se hacen a partir de materiales compuestos derivados de fibras de vidrio o carbono; son complicados de separar y, por tanto, de reciclar.

El problema no es menor. El sector calcula que, cuando se acelere el ritmo de repotenciación de parques (sustituir los viejos por nuevos), será necesario tratar cada año unas 20.000 toneladas de palas.

Hasta ahora, las palas de los aerogeneradores que se han desmantelado han encontrado salida: bien se han vuelto a montar en otros parques o países, o se han reutilizado para otros usos ajenos a la energía eólica, por ejemplo se han reconvertido como elementos de parques infantiles, vigas estructurales para puentes, o techos de naves y vivienda. Son soluciones innovadoras, pero en el futuro no podrán absorber todo el volumen de palas que generará la jubilación de los parques eólicos.

El desafío de renovar las renovables sin acumular basura

La empresa SuperUse ha desarrollado varios proyectos de reconversión de palas en elementos de parques infantiles. Foto: SuperUse.

Hay que buscar alternativas y el desarrollo de tecnologías de reciclaje que recupere las materias primas para otros productos se impone. Hasta ahora se han experimentado varias técnicas, pero no están consolidadas todavía a nivel comercial y tienen costes importantes. “Las más sencilla y avanzada consiste en triturar el material de las palas y aprovechar ese material para incluirlo en la fabricación de diferentes elementos para aislamiento de la construcción, ya que la fibra de vidrio y carbono tiene buenas propiedades aislantes, o para el asfaltado de carreteras”, explica Romagosa.

Conscientes del reto y para lograr que todas estas tecnologías se desarrollen hasta convertirse en soluciones viables económica y técnicamente a nivel comercial, grandes empresas energéticas como Endesa, Naturgy, Iberdrola y Acciona tienen en marcha proyectos para montar plantas de reciclaje y recuperación de materiales. Unas iniciativas que podrían materializarse pronto, después de que los consorcios en los que  participan estas y otros compañías hayan resultado beneficiarios de un programa de ayudas con cargo a los fondos  europeos Next Generation que lanzó el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco).

El Miteco ha aprobado recientemente un programa de ayudas para la construcción de las primeras plantas de reciclaje de palas en España con capacidad para tratar los residuos que generará la repotenciación de los parques eólicos.

En total el Gobierno ha adjudicado 186 millones de euros en ayudas para las primeras instalaciones de reciclado de palas y la repotenciación de parques eólicos. “El sector eólico español, capaz de desarrollar el 90% de todos los procesos asociados al diseño, desarrollo, construcción y explotación de un parque eólico terrestre, cerrará el círculo con el reciclado y valorización de sus componentes más complejos, evitando así que se depositen en vertedero”, apuntan desde el Miteco. Los proyectos deberán estar finalizados antes del 15 de enero de 2026, aunque el sector confía en que ya a lo largo de 2024 entren en funcionamiento las primeras plantas.

Este impulso económico permitirá que las instalaciones de reciclaje estén operativas cuando empiecen a producirse numerosos desmantelamientos de parques. “Será suficiente para arrancar y poder absorber el volumen de palas cuando se aceleren los desmantelamientos, pero es necesario seguir avanzando e investigando en proyectos de I+D porque estas tecnologías de reciclaje tienen que hacerse más eficientes y hay que buscar nuevos usos finales que sean atractivos y donde estos residuos sean realmente útiles”, señala Romagosa.

En paralelo, se siguen desarrollando otras iniciativas. Una empresa asociada a la AEE está investigando un procedimiento industrial para, a partir los residuos de fibras de vidrio o carbono de las palas eólicas, fabricar estructuras portantes para sujetar los paneles solares , y de esta manera conseguir una economía totalmente circular del sector renovables.

“Así como hace 25 años fuimos el primer país en empezar con la eólica y eso nos permitió posicionarnos como una de las grandes referencias mundiales, nos puede ocurrir lo mismo con el reciclaje, si lo sabemos aprovechar: ser pioneros en este ámbito y, luego, ser capaces de exportar la tecnología y el conocimiento”, concluye el técnico de la AEE.


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El reciclaje de los paneles solares

Y si en energía eólica somos una potencia, en fotovoltaica no nos quedamos atrás. En 2022, España consolidó su crecimiento, desbancando a Alemania como el primer mercado de Europa, con 7,2 GW instalados, según datos publicados recientemente por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la patronal del sector. De la mano de este crecimiento, la implementación de paneles está aumentando rápidamente.

Según la UNEF, los paneles fotovoltaicos tiene una larga vida útil, de unos 25-30 años, por lo que su reciclaje no ha suscitado gran interés hasta ahora. Pero, a medida que aumenta el mercado, también lo hará́ volumen de residuos de paneles en el futuro. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) calcula que, en el escenario más conservador, se generarán anualmente unas 10.000 toneladas de residuo fotovoltaico en España hasta 2027. El pico se prevé para 2028, en torno a 22.000 toneladas. Un reto ambiental que debe atajarse ahora. Además, la Directiva de la Unión Europea sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) obliga al reciclaje de los paneles.

El desafío de renovar las renovables sin acumular basura

La Directiva de la Unión Europea sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) obliga al reciclaje de los paneles solares. Foto: Unión Española Fotovoltaica (UNEF).

Un módulo fotovoltaico de silicio (el 90% del mercado) está principalmente compuesto de vidrio (78%) y, en menor proporción de aluminio, plásticos y metales y semiconductores, y presenta altas tasas de reciclado comparado con otros residuos. “Existen varias tecnologías de reciclaje: trituración mecánica, la separación térmica y la lixiviación química. La mayoría de estas técnicas alcanzan un grado de reciclaje del 95% al 99%, dejando fuera del reciclado solo los polímeros que se emplean como pegamento. Los mejores métodos de reciclaje logran extraer silicio en grado metálico”, explica a Revista Haz Hector de Lama, director técnico de UNEF.

Pero estos procesos también presentan sombras: a pesar de la alta recuperación de materiales, los elementos más valiosos del panel, como el silicio y la plata se pierden, ya que su obtención es más compleja. Para alcanzar la máxima eficiencia en el reciclaje se están desarrollando proyectos de I+D que buscan recuperar esos materiales.

Además, cada vez son más las empresas que se dedican al reciclaje de placas fotovoltaicas. Es el caso del Centro Europeo de Reciclaje Fotovoltaico (Cerfo), una empresa creada en Teruel que investiga técnicas para la valorización completa de los componentes del panel.

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