Cambio climático: cómo mitigar un impacto muy real

Cambio climático: cómo mitigar un impacto muy real

Las consecuencias de este fenómeno están a la vista de todos. Poblaciones desplazadas, biodiversidad amenazada y sectores esenciales afectados muestran lo que supone el cambio climático para las personas y el planeta. Evitar y reparar sus efectos es fundamental y el sector asegurador está ya en ello.
11 septiembre 2023

El fenómeno del cambio climático ha hecho que nos familiaricemos con ciertos conceptos y cifras. Por ejemplo, que debemos limitar el aumento de la temperatura media a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, tal y como establece el Acuerdo de París.

¿Por qué este límite? ¿Por qué 1,5ºC? Para responder a esto, no hay más que echar un vistazo a lo ocurrido en Pakistán en 2022 con un calentamiento global de “solo” 1,2 ºC: las inundaciones cubrieron de agua un tercio del país. Como consecuencia, más de 1.500 personas fallecieron y unos ocho millones de ellas se vieron desplazadas por la catástrofe.

El impacto del cambio climático sobre la vida de las personas y el planeta es algo muy real. Catástrofes como las inundaciones de Pakistán y, otras más recientes, lo hacen evidente. Sin embargo, no son las únicas que afectan a ecosistemas y poblaciones. Otras manifestaciones de este fenómeno, como las sequías prolongadas o las temperaturas extremas, junto a huracanes, deshielo o deforestación, ponen en jaque el futuro de millones de personas y miles de especies en todo el planeta.

Organismos como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) ya advierten sobre una peligrosa tendencia que se ha acentuado en los últimos años: el aumento paulatino de las catástrofes naturales.

En el Atlas de Mortalidad y Pérdidas Económicas por Fenómenos Meteorológicos, Climáticos e Hídricos, elaborado por ambas entidades, entre 1970 y 2019 los peligros naturales supusieron la mitad de los desastres ocurridos. En cifras absolutas, los desastres naturales causados por riesgos medioambientales, climáticos o hídricos han sido más de 11.000. Además, han provocado más de dos millones de fallecimientos y 3,4 billones de dólares en pérdidas.

La biodiversidad también se ve afectada por el cambio climático. Según la ONU, ya se han producido las primeras extinciones provocadas por el clima y causadas por la mortalidad masiva de plantas y animales.

Daños no tan colaterales

Las pérdidas que provoca el cambio climático no se miden exclusivamente en fallecimientos o desplazamientos de poblaciones. De hecho, existe una serie de efectos indirectos en sectores estratégicos que acaba por agravarlos.

Un claro ejemplo es el del sector agrícola, que ha sufrido hasta el 63 % de las repercusiones de los daños causados por las amenazas de origen natural —como los grandes incendios—, los fenómenos meteorológicos extremos e incluso la pandemia de coronavirus, según el estudio de la FAO El impacto de las catástrofes y las crisis en la agricultura y la seguridad alimentaria: 2021.


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Cómo minimizar riesgos

En un punto en el que las catástrofes ya son una realidad, resulta necesario actuar ante ellas y mitigar su impacto. En este reto, el sector asegurador ejerce un papel fundamental. De hecho, evitar y reparar los daños causados al medioambiente contribuye a reducir la peligrosidad de los fenómenos ligados al cambio climático tanto para las personas como para el planeta, tal y como recuerda Mapfre.

“Las aseguradoras asumimos la parte que nos toca, que en definitiva es cubrir parte del coste de las catástrofes naturales. Cuanto mejor lo hagamos, más ayudaremos a la sociedad a ser más resiliente ante el cambio climático, a estar más y mejor protegida”, explica Juan Satrústegui, director técnico de Riesgos de la Naturaleza de Mapfre.

¿Cómo se articula esta labor protectora por parte de las compañías aseguradoras en situaciones tan dramáticas como una catástrofe natural? En el caso de Mapfre, cuenta con su propio modelo de gestión de riesgo catastrófico, que le permite reaccionar rápida y eficazmente.

Un caso de éxito en este modelo de gestión fue el huracán María, que en 2017 asoló la isla de Puerto Rico. “Tuvimos más de 93.000 reclamaciones de los asegurados que pudimos atender rápidamente. Son aproximadamente 25 veces más que las que se reciben normalmente”, recuerda Satrústegui.

Más allá de las catástrofes, la aportación de las compañías aseguradoras a la hora de mitigar y prevenir los efectos del cambio climático se observa fácilmente en los productos que ofrecen y su impacto social. En el caso de Mapfre, con la suscripción de seguros de cobertura de daños derivados de incendios o lluvias, así como de seguros agrícolas, contribuye a facilitar la adaptación de personas y comunidades a los riesgos derivados del cambio climático y las diferentes catástrofes.

La compañía, además, se ha comprometido a reducir el impacto del cambio climático mediante acciones que afectan a su propia actividad. Una de ellas es el compromiso de que sus entidades en todo el mundo sean neutras en carbono en 2030. También promueve la mejora energética de sus propios edificios y utiliza energía 100% renovable, minimiza la producción de residuos y promueve la economía circular.

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