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Foto: Jan Rune Smenes.

Greenpeace acusa de 'greenwashing' a las grandes petroleras europeas

Un nuevo informe de esta organización señala que estas compañías siguen invirtiendo mayoritariamente en combustibles fósiles pese a que proyectan una imagen de compromiso con la descarbonización y las energías renovables. Según la ONG, carecen de estrategias creíbles para cumplir sus promesas de alcanzar emisiones cero en 2050. 
23 agosto 2023

En su informe Las Sucias Doce: el blanqueo en verde de 12 Petroleras Europeas , Greenpeace asegura que, aunque la mayoría de estas empresas se han comprometido a alcanzar cero emisiones netas en 2050, lo que están haciendo en realidad es ocultar sus inversiones en energías sucias, “escondiéndolas debajo de la alfombra de sus informes y disimulándolas con sus anuncios grandilocuentes”, señala la organización.

Greenpeace denuncia que estas prácticas se producen en un contexto de emergencia climática sin precedentes, con récords de temperaturas y fenómenos climáticos extremos, que están causando miles de muertes cada año y pérdidas de millones de euros a familias y explotaciones agrícolas, apunta.

La organización asegura que la principal causa de esta exacerbación de los efectos del cambio climático son las emisiones producidas por los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), que suponen el principal negocio de las empresas incluidas en el estudio. A ello se suma la guerra en Ucrania y la desorbitada subida de los precios del petróleo y el gas, que han contribuido a un enorme incremento de los beneficios en 2022 de dichas compañías. Beneficios que, “en vez de utilizarse para cambiar el rumbo de sus negocios hacia prácticas más sostenibles, han aumentado los dividendos de sus accionistas, y sus inversiones en combustibles fósiles”, añade.

Según la organización activista, España es un país donde los episodios de calor intenso, las sequías y los grandes incendios hacen patente que se calienta a un ritmo más rápido  que la media mundial a causa del cambio climático. En este contexto, Greenpeace destaca que la petrolera española Repsol aumentó sus emisiones un 16%, “volviendo a ser en 2022 líder en emisiones en todo el Estado e incrementando sus beneficios un 70% en relación al año anterior”, apunta.

Según los datos de la organización ecologista, solo un 0,82% de la producción de energía de Repsol en 2022 tuvo origen renovable, mientras que el restante 99,18% correspondería a la producción con petróleo y gas.

Pedro Zorrilla, portavoz de la Campaña de Combustibles Fósiles y Cambio Climático de Greenpeace afirma que “los beneficios milmillonarios de las petroleras no pueden seguir traduciéndose en más crisis climática, en daños a la salud y al bolsillo de las personas. Estas empresas siguen intentando engañar con promesas falsas de descarbonización, cuando la realidad muestra que no están cambiando el modelo de negocio”.

“Frente a tanta irresponsabilidad, es necesario que los Gobiernos dejen de subsidiar a estas empresas y promuevan una regulación firme para reducir a más de la mitad las emisiones en 2030 y llegar a una descarbonización total en 2040”, ha añadido el portavoz de Greenpeace.

Europa, lejos de la descarbonización

En el conjunto de las compañías europeas analizadas por el informe, solo un 0,3% de la producción de energía fue electricidad de origen renovable. Además s0lo el 7,3% de sus inversiones (6.570 millones de euros) pueden considerarse realmente bajas en carbono (incluyendo energías como la solar, eólica, geotérmica hidráulica, el hidrógeno verde y otros gases verdes), mientras el 92,7% de las inversiones (81.520 millones de euros) siguen centrándose en extraer más petróleo y gas fósil y nos anclan dramáticamente a un futuro de mayor emergencia climática y riesgos financieros, siempre según los datos de Greenpeace.

El informe también muestra claramente que estas empresas priorizan soluciones falsas, que no rebajan realmente el uso de combustibles fósiles, como los “mal llamados”, indica, biocombustibles (que incrementan la deforestación), el almacenamiento y captura de carbono o la compensación de emisiones de carbono, según apunta. Esta solución no es tal, pues con ella se continúa e incluso se incrementa el ritmo de producción de petróleo y gas hasta 2030 y lo prolonga hasta al menos 2050, indica la organización.

Greenpeace pide a los Gobiernos europeos que regulen estrictamente la industria de los combustibles fósiles y propone que esa regulación incluya la inversión obligatoria de estas empresas en infraestructuras genuinamente verdes; un plan para evitar inversiones en ‘activos varados’ (infraestructura ‘inservible’ bajo el régimen del Acuerdo de París); el pago de impuestos permanentes por beneficios caídos del cielo; la prohibición de toda publicidad y del greenwashing, así como reglas más estrictas de reporte y diligencia debida de cualquier vulneración de derechos humanos en terceros países.

También pide a los  Gobiernos que acuerden una hoja de ruta detallada para eliminar progresivamente el petróleo, el gas y el carbón en toda Europa, empezando por medidas para desplazar su uso en sectores muy contaminantes como el transporte (que representa dos tercios del consumo de petróleo en la UE), además de exigir responsabilidades a las empresas de combustibles fósiles.

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