<p>En 2021, la Fundación ”la Caixa” dedicó más de 36 millones de euros a proyectos de I+D+i en biomedicina y salud. Foto: Fundación ”la Caixa”.<p>

En 2021, la Fundación ”la Caixa” dedicó más de 36 millones de euros a proyectos de I+D+i en biomedicina y salud. Foto: Fundación ”la Caixa”.

El necesario apoyo de la empresa a la ciencia para generar oportunidades en España

A pesar de tener una de las mayores cifras de titulados en educación superior, nuestro país está por debajo de la media europea en cuanto al número de investigadores activos en el sector privado, según el dosier ‘Investigación e innovación en España y Portugal’, del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”.

La inversión en I+D en España ha mejorado poco tras la crisis de 2008. Desde ese año y hasta 2019 el número de investigadores que trabajan tanto en el sector público como en el privado ha ido aumentando, pero no al mismo ritmo que en el conjunto de la Unión Europea. Según el dosier Investigación e innovación en España y Portugal, del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”, mientras en la Europa de los 27 crecía un 46%, en España apenas se rozaba el 10%.

De hecho, la contribución relativa de España y Portugal al conjunto de investigaciones de la EU-27 es ahora menor. Según el texto, la cifra absoluta de investigadores en estos dos países ha recuperado los niveles anteriores a la crisis hace muy poco tiempo y en nuestro país aquellos que trabajan en la Administración pública siguen estando por debajo de su máximo histórico.

“Como país, España tiene pocos investigadores respecto a la media de la Unión Europea. Aunque el problema central está en los escasos esfuerzos que las empresas españolas realizan en I+D+i. Los niveles de colaboración y de apalancamiento del esfuerzo investigador en las empresas son limitados y la colaboración con la academia es escasa en comparación con nuestros vecinos europeos”, explica Luis Sanz Menéndez, investigador del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y participante en el estudio publicado por Fundación ”la Caixa” en el campo de los recursos humanos.

Su homóloga Laura Cruz Castro considera que “mientras que España tiene poco más de siete investigadores por cada mil ocupados, la media de la UE es más de nueve. Alemania supera los diez y Francia los once. La contribución española a los investigadores que tiene Europa ha disminuido y ha pasado de representar más del 10% en 2008 a no llegar al 8% en la actualidad”.

En este sentido, ambos expertos opinan que sería muy beneficioso adoptar medidas a corto y medio plazo para potenciar la colaboración entre ciencia y empresa y aumentar el número de investigadores que trabajan en el sector privado para fomentar la innovación. Unas vías de trabajo necesarias para absorber de forma eficiente los nuevos flujos de financiación europeos disponibles en el marco del plan de recuperación para Europa NextGenerationEU, de la Comisión Europea.

Alcanzar a algunos de sus socios europeos no es tarea fácil: en Austria, Francia, Alemania y Finlandia el porcentaje del personal investigador en el sector privado rebasa la media de la EU-27, que se sitúa en el 55%, frente al 38% de España y Portugal. Y, en el caso de España, hay un porcentaje significativo trabajando para la Administración.

“Es muy importante impulsar la transferencia de conocimiento, los vínculos ciencia industria y la colaboración entre la ciencia y la empresa. Reforzar este trabajo en conjunto y la capacidad absortiva de las empresas para adoptar nuevos procesos innovadores, nuevas tecnologías o para desarrollarlas ellas mismas. Ese es el camino para mejorar nuestros indicadores de I+D+i y, al mismo tiempo, contribuir al bienestar social”, apunta Catalina Martínez, también investigadora del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC y participante en el estudio.


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En su opinión, es primordial corregir al alza la contribución empresarial en la financiación de los proyectos de investigación desarrollados desde la universidad. “Es consecuencia de esta estructura productiva que estemos en un menor nivel que la media europea y muy lejos de países como Alemania. Pero lo más llamativo de esta variable es cómo ha disminuido desde 2007: estaba casi en un 10% y el último dato que se presenta, de 2018, es el 5%. Es decir, en 2018 solo 5 de cada 100 euros invertidos en I+D+i en la universidad procedía de empresas privadas y el resto, 95 de cada 100, eran fondos públicos”.

Los tres expertos hablan en el documento sobre la importancia de reforzar las políticas centradas en la demanda para mejorar la base de conocimientos de la economía. Sin perder de vista, por otra parte, los resultados de la formación superior (graduados y doctorados), en la que España ha mejorado notablemente, un punto en el que se están generando desequilibrios que obligan a las personas mejor cualificadas a buscar oportunidades laborales fuera de nuestro país.

“Mientras que España supera hoy la media de la UE con más titulados con enseñanza superior en la población de entre 30 y 34 años, la demanda de estos titulados y doctores es débil y está muy condicionada por la estructura productiva española. Así pues, con oportunidades laborales limitadas, existe el riesgo de la exportación de talento de forma continuada a otros países. Talento que hemos formado con recursos españoles”, recuerda Sanz Menéndez. Se calcula que menos del 6% de los doctorados de nuestro país trabaja en el sector privado.

Buenas prácticas

El estudio recoge casos de buenas prácticas que sirvan de ejemplo en el impulso de la I+D+i desde el entorno empresarial, como es el programa Challenge-Driven Innovation, una iniciativa multidisciplinar, intersectorial y orientado a los retos puesta en marcha por Vinnova, una agencia de innovación sueca, cuyo principal objetivo es financiar proyectos de colaboración a largo plazo para asumir desafíos sociales.

Arrancó en 2011 y gracias a una evaluación continua se ha ido perfeccionando y mejorando. Ahora mismo es ya un programa consolidado que cada año cuenta con mayor número de recursos para dar financiación a proyectos capaces de crear un crecimiento sostenible al mismo tiempo que cubre necesidades sociales y que contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Otro de los casos de buenas prácticas es el de CaixaResearch Institute, un centro de investigación dedicado a las ciencias de la vida y de la salud que va a ser impulsado por la Fundación ‘la Caixa’. Con su finalización prevista para 2026, tendrá una extensión aproximada de más de 12.000 metros cuadrados, alojará a más de 300 investigadores y estará localizado en Barcelona.

Con una inversión de unos 60 millones de euros, dispondrá de espacios y equipamientos de primer nivel destinados a la actividad científica, zonas de oficina y espacios para la recepción de visitantes en eventos, formaciones o iniciativas de networking. Su actividad investigadora girará en torno a las enfermedades infecciosas, la salud global, la oncología, las enfermedades neurodegenerativas y las neurociencias, y buscará alianzas y sinergias con los centros de investigación con los que actualmente trabaja la Fundación ”la Caixa”.

Un apoyo positivo

Esta organización es una de las que más se ha volcado a lo largo del tiempo con la actividad investigadora: solo en 2021, la Fundación ”la Caixa” dedicó más de 36 millones de euros a proyectos de I+D+i en biomedicina y salud que se llevan a cabo en centros de investigación, universidades y hospitales de España y Portugal, y ha colaborado con más de cien instituciones.

Entre sus iniciativas para dar un impulso a la actividad investigadora y a la creación de empresas innovadoras se encuentra el programa CaixaResearch Validate, que en su última edición ha seleccionado 15 proyectos biomédicos de España y Portugal (de entre 110 candidatos) a los que dará un apoyo económico de hasta 100.000 euros y formación especializada en ámbitos como la transferencia de tecnología y la comercialización, aportándoles herramientas para mejorar su plan de valorización, desarrollo de los productos, legislación sobre propiedad intelectual y presentación a los inversores, entre otros.

El necesario apoyo de la empresa a la ciencia para generar oportunidades en España

Los responsables de algunos de los proyectos de investigación biomédica seleccionados en la última edición del programa CaixaResearch Validate. Foto: Fundación ”la Caixa”.

Puestas en marcha en colaboración con Caixa Capital Risc y en partenariado con la Fundação para a Ciência e a Tecnologia (FCT), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Enseñanza Superior de Portugal, estas ayudas tienen como objetivo fomentar la creación de nuevos productos y empresas en el entorno de las ciencias de la vida y la salud, así como contribuir a trasladar los resultados de la investigación a la sociedad y el mercado.

De hecho, entre las iniciativas seleccionadas encontramos no solo el desarrollo de nuevas terapias y fármacos, también de dispositivos clínicos, técnicas de diagnóstico y proyectos de salud digital. Y todas ellas se están trabajando en centros de investigación, universidades y hospitales de la península Ibérica: seis de Cataluña, cuatro de Portugal, dos de Madrid, uno del País Vasco, uno de Galicia y el último, en Andalucía.

¿Y qué campos de la salud están abordando los proyectos seleccionados? Sobre todo, buscan aportar soluciones a enfermedades prevalentes, como el cáncer de mama metastásico o ciertas afecciones cardiovasculares, oculares, pulmonares, digestivas o neurológicas.

Entre otras iniciativas, se están diseñando: un dispositivo inteligente wereable para monitorizar en tiempo real a pacientes con insuficiencia cardiaca; un injerto vascular sintético para el bypass en arteria coronaria; una tecnología de impresión 3D de conductos de guía nerviosa para reparar lesiones de nervios periféricos; y una nueva molécula para tratar el hígado graso, un compuesto innovador que se está desarrollando en el laboratorio del Dr. Zorzano, en el IRB Barcelona.

“La enfermedad de hígado graso no alcohólico (NAFLD) afecta a una de cada cuatro personas en el mundo y su prevalencia está aumentando en los países desarrollados. Es una enfermedad silenciosa que se caracteriza por acumulación de grasa en las células hepáticas y que progresa a formas más agresivas como inflamación, fibrosis, cirrosis y, eventualmente, hepatocarcinoma (cáncer de hígado). Se estima que será la primera causa de trasplante hepático en los próximos años”, explica la Dra. Deborah Naon, responsable del proyecto seleccionado e investigadora postdoctoral del laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias del Institute for Research in Biomedicine IRB Barcelona.

Naon explica que, en estos momentos, no existe ningún fármaco aprobado para tratar esta enfermedad, así que la molécula que están desarrollando, “que ha generado resultados muy prometedores en los estudios realizados hasta la fecha”, aportaría una oportunidad terapéutica para todos los pacientes que padecen esta patología.

“Queremos romper la barrera entre el laboratorio y el mercado, añadiendo valor al conocimiento científico de investigadores y acercando sus innovaciones a quienes más las esperan: los pacientes”, Ángel Font.

Un enlace hacia el mercado

La responsable del proyecto del IRB Barcelona reconoce que el apoyo recibido por la Fundación ‘la Caixa’ va más allá de lo económico. “Nos permite acelerar los tiempos, ampliar nuestra red de contactos, y tener interacciones fructíferas con los asesores, en cualquier etapa de desarrollo del proyecto. El desarrollo de un fármaco, desde el laboratorio hasta llegar al mercado, es un proceso largo que conlleva años. En este sentido, nosotros nos encontramos en los inicios del citado proceso, y contar con la opinión de expertos nos ayuda a mejorar nuestro plan de acción”.

Muy parecida es la opinión de Víctor Rodríguez, doctorando del Instituto de Ópticas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IO-CSIC). El proyecto en el que está trabajando, y que también ha sido seleccionado por el programa CaixaResearch Validate, busca poner en el mercado un sistema de graduación de la vista “cinco veces más rápido y dos veces más preciso que el método tradicional”. Es decir, el reconocimiento de letras desde una distancia concreta y con cambio de lentes constante.

La eficacia de esta nueva tecnología se ha demostrado en sujetos piloto voluntarios, pero el equipo de investigadores necesita desarrollar y testear sus prototipos en un entorno más clínico, con un grupo de pacientes objetivo. “En realidad no necesitaríamos realizar estudios clínicos, pero sí queremos llevar a cabo un estudio técnico amplio para testear la tecnología en diferentes tipos de pacientes: miopes, hipermétropes, casos de presbicia, niños, etc.”, explica Rodríguez.

Para ello, ya están dialogando con el Hospital Clínico de Madrid, donde se ha llevado a cabo la primera prueba piloto con la base del trabajo de un fin de máster, y con diferentes oftalmólogos de varios países del mundo. “Contamos con el apoyo de un especialista de Londres que estaría encantado de probar la tecnología en una población de cirugía refractiva”, asegura.

Desde 2015, CaixaResearch Validate ha destinado 17 millones de euros a 171 proyectos científicos innovadores. Los participantes han recibido más de 2.500 horas de mentoría y asesoramiento y 600 de formación.

Tanto en estos dos casos como en los otros 13 proyectos seleccionados, la participación de Fundación ”la Caixa” está siendo muy importante para transformar una investigación prometedora en un producto real al alcance del usuario. “Está siendo una experiencia muy enriquecedora. Por un lado, estamos asistiendo a un programa de formación especializada impartido por la Business School de la Universidad Pompeu Fabra. Por otro, el programa CaixaResearch Validate nos ofrece también la ayuda de un mentor con gran experiencia y su asesoramiento en áreas clave para la evolución de nuestro proyecto”, indica Deborah Naon.

Para Ángel Font, director corporativo de Investigación y Salud de Fundación ”la Caixa”, “con esta convocatoria de ayudas queremos romper la barrera que existe entre el laboratorio y el mercado, añadiendo valor al conocimiento científico creado por investigadores de la península Ibérica y acercando mediante financiación y asesoramiento sus innovaciones a quienes más las esperan: los pacientes”.

Este programa lleva en marcha desde 2015, y en todo este tiempo ha destinado 17 millones de euros a 171 proyectos innovadores. Asimismo, los equipos de los proyectos participantes han recibido más de 2.500 horas de mentoría y asesoramiento y 600 horas de formación. Gracias a ello, se han podido constituir 29 nuevas empresas derivadas (spin-off) y se han obtenido más de 10 millones de euros procedentes de otras fuentes de financiación: inversores externos, ayudas públicas, etc.

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