<p>Foto: Autoridad Portuaria de Vigo. <p>

Foto: Autoridad Portuaria de Vigo.

Los 'puertos azules' miran al futuro para la sostenibilidad del mar

Promover la economía azul en los puertos pesqueros a nivel internacional y su papel como espacios de dinamización económica, social y ambiental con capacidad para generar desarrollo sostenible en las áreas marino-costeras de su influencia. Ese es el objetivo de la iniciativa Puertos Azules de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ha seleccionado el puerto de Vigo, el primero en tráfico de pesca en España, como sede de la oficina para la Red Global de Puertos Azules.

El pasado julio, Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria de Vigo, ambos adscritos al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, junto con la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia, firmaron una declaración institucional en la que se comprometían a impulsar en los puertos pesqueros una economía azul “para un futuro sostenible, que concilie las dimensiones social, económica y ambiental”.

Las cuatro instituciones firmantes acordaron financiar, con un total de 125.440 euros, un programa de formación dirigido a países en desarrollo para impulsar en sus puertos pesqueros buenas prácticas en sostenibilidad, tanto ambiental como socioeconómica, que podrá hacerse extensiva a otro tipo de puertos.

En el documento institucional las entidades implicadas en la iniciativa dejan constancia de su compromiso de cooperar para promover lo que se conoce como economía azul a nivel internacional y destacan el papel de los puertos pesqueros como “espacios de dinamización económica, social y ambiental con una alta capacidad de generación de desarrollo sostenible en las áreas marino-costeras de su influencia”.

EL concepeto economía azul tiene su origen en el economista belga Gunter Pauli, que escribió por primera vez sobre él en 1994, en un libro que recoge los principios básicos de esta idea, cómo enfocar de una manera diferente el desarrollo económico o el emprendimiento sostenible y la innovación. Otros de sus fundamentos se basan directamente en las leyes de la física, la idea de hacer más con menos, aunar riqueza con diversidad, ver los residuos como recursos o, en definitiva, la simbiosis de todo el sistema a nivel global.

Ciencia e innovación para proteger el mar

La economía azul promueve un crecimiento económico en el que el propio motor de desarrollo se basa en la preservación de los ecosistemas marinos y su sostenibilidad.

“Considerar los espacios acuáticos como motores de innovación y crecimiento para un desarrollo económico sostenible y rentable es el eje de la llamada ‘blue economy’, un concepto basado en imitar el funcionamiento de la naturaleza, siguiendo el principio de la economía circular, para reconvertir los residuos de nuevo en materiales eficientes”, explica el doctor en Ecología y biólogo marino Enric Sala, investigador y explorador residente de la Sociedad National Geographic y actual director del proyecto Pristine Seas de esta organización que impulsa la creación de áreas protegidas para conservar los últimos lugares salvajes del mar.

“La vida en los océanos ha ido disminuyendo en todo el mundo debido a la sobrepesca, la destrucción del hábitat y el cambio climático, y, sin embargo, solo el 7% del océano está actualmente bajo algún tipo de protección”, alertaba recientemente este experto en una entrevista para National Geographic en la que destacaba “la importancia de crear conciencia sobre lo fundamentales que son los recursos de los océanos y costas más allá de la pesca y el turismo”.


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Y es que, según destaca el propio National Geographic, el español Enric Sala es un científico “poco frecuente” que combina la investigación con una comunicación eficaz con el objetivo de “inspirar” a los líderes para proteger el océano. Nacido en Girona, Sala se doctoró en Ecología en la Universidad de Aix Marseille (Francia) antes de trabajar durante diez años en el Instituto Scripps de Oceanografía de California. Tras ejercer en España como investigador del CSIC, en 2007 fue admitido en el programa de Jóvenes Exploradores de National Geographic y actualmente reside en Washington (EE. UU.).

De la mano de Enric Sala, el proyecto Pristine Seas ha logrado ya dos grandes éxitos: que Chile desarrolle un parque marino de 150.000 kilómetros cuadrados en la provincia de Isla de Pascua -una superficie protegida que será más grande que Andalucía, Cataluña y Galicia juntas- y que Costa Rica proteja un área de 10.000 kilómetros cuadrados alrededor de la isla del Coco.

«Con la ciencia podemos demostrar que hay zonas marinas de gran valor ecológico y económico que merece la pena proteger», explica este experto, que advierte de que “para conseguir que estas áreas se protejan, los datos científicos deben llegar a los líderes políticos y económicos».

“Precisamente la ciencia también nos ha demostrado que necesitamos proteger al menos el 30% de los océanos del mundo antes de 2030, con el fin de restaurar la vida marina, aumentar nuestro suministro de pescado y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, alerta Sala en este sentido.

En 2021, la revista científica Nature publicó el estudio Protección del océano global para la biodiversidad, los alimentos y el clima, dirigido por Enric Sala en el que, por primera vez, se propone una solución integral a los grandes retos ambientales derivados del cambio climático.

Un equipo internacional de 26 expertos determinó las áreas oceánicas que, si estuvieran protegidas, resolverían la crisis climática, alimentaria y de biodiversidad. Atendiendo a esto, podría protegerse más del 80% de los hábitats de especies marinas en peligro de extinción y aumentarían las capturas de pesca en más de ocho millones de toneladas métricas, según datos de National Geographic Society. “En este estudio identificamos los lugares que, fuertemente protegidos, impulsarán la producción de alimentos y salvaguardarán la vida marina, mientras se reducen las emisiones de carbono”, recalca Sala.

"Considerar los espacios acuáticos como motores de innovación y crecimiento para un desarrollo económico sostenible y rentable es el eje de la economía azul," Enric Sala (biólogo marino).

Zonas costeras sostenibles

La acción conjunta entre diferentes entidades colaboradoras y los propios puertos pesqueros a nivel internacional  también es clave en el impulso de esta economía azul, según recoge la declaración institucional firmada en España el pasado julio, y fundamental “para favorecer el desarrollo de las cadenas de alimentación seguras y sostenibles” y, en este sentido, también la Iniciativa de Puertos Azules promovida desde 2019 por la FAO, dirigida a fomentar la implementación de un enfoque de economía azul en los procesos estratégicos y operativos de los puertos pesqueros, el desarrollo de herramientas para implantar buenas prácticas, y la generación de conocimiento sobre el impacto de los puertos para el desarrollo sostenible de las zonas costeras.

“La experiencia española en el sector de la pesca, y especialmente de los puertos de pesca, es un activo que debe ponerse en valor en el marco de esta iniciativa de la FAO, por lo que su apoyo para la creación y gestión de la oficina de la Red Global de Puertos Azules de España en el Puerto de Vigo es primordial”, recalcaron las entidades firmantes de este acuerdo en un reciente encuentro de la FAO en Vigo auspiciado por la Organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamericano (OSPESCA) y la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (COCATRAM) del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y organizado bajo el título: Sostenibilidad verde para convertirse en puerto azul.

Digitalización y descarbonización en los puertos españoles

Otros puertos españoles también han tomado la sostenibilidad como hoja de ruta para su desarrollo futuro. En el caso de Castellón, gracias a su Plan Estratégico 2021-2024 en el que se apuesta por una filosofía de crecimiento “sostenible y azul”, con líneas de actuación que incluirán la transición “para conectarnos al mundo a través del impulso a la inversión privada y la innovación y transformación tecnológica del sector”, señalan desde PortCastelló.

“La tecnología juega un papel fundamental como catalizador de las transformaciones necesarias para una apuesta firme por la digitalización, descarbonización y resiliencia como palanca de recuperación”, apuntaba en 2021 la Autoridad Portuaria de Castellón, que recordaba que durante el año 2020 y la situación derivada del covid-19 “ya se puso de relieve su importancia para la estabilidad económica, y de ahí nuestra apuesta firme para seguir trabajando por un puerto del futuro, eficiente, seguro, sostenible y centrado en las personas y el entorno para la toma de decisiones”.

El Puerto de Castellón también ha adoptado la sostenibilidad como hoja de ruta para su futuro desarrollo y, entre otras iniciativas, ha aprobado un Código de Buenas Prácticas Ambientales.

Entre las acciones que contempla este puerto español se encuentra la incentivación de aspectos de sostenibilidad en todos los pliegos, tanto de nuevas concesiones, como de servicios, suministros u obras con cláusulas específicas, además de obligar a que, como mínimo, el 30% de las subvenciones concedidas se reinviertan en aspectos ambientales en el año siguiente. Asimismo, se han integrado cinco captadores de partículas distribuidos por el perímetro del recinto portuario en la Red de Vigilancia de Calidad Ambiental de la Generalitat Valenciana, con mediciones continuas y cuyos datos pueden ser consultados online en cualquier momento.

En la misma línea, el consejo de administración del puerto ha aprobado un Código de Buenas Prácticas Ambientales para que todos los usuarios que manipulan mercancías puedan acogerse a él, con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad del aire de los ciudadanos que viven cerca de la zona portuaria.

También se han instalado pantallas atrapapolvo en aquellos muelles donde se manipula granel sólido para evitar posible contaminación y se han realizado estudios para la instalación de energías renovables alternativas, como la fotovoltaica, para autoconsumo, o la electrificación de muelles para evitar que los buques atracados tengan los motores encendidos y contribuir así a reducir la huella de carbono, además de la contaminación acústica.

“PortCastelló apuesta por un compromiso de crecimiento que cubra las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, para lo que es imprescindible seguir trabajando de la mano con la comunidad portuaria para la generación de nuevas sinergias y oportunidades de cambio y mejora”, indican los responsables de la gestión de este puerto, que buscan posicionarlo “como un hub del desarrollo sostenible en actividades vinculadas con la economía azul, lo que nos permitirá minimizar los riesgos y gestionarlo de forma integral desde la triple perspectiva ambiental, económica y social”.

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