“El deporte tiene la oportunidad de apoyar a todos los ODS”

“El deporte tiene la oportunidad de apoyar a todos los ODS”

La Agenda 2030 tiene en el deporte un importante elemento para su desarrollo. Así se desprende del informe ‘Iberoamérica y la Agenda 2030: el deporte como herramienta para el desarrollo sostenible’, que analizamos de la mano de una de sus autoras, Rita Ricobelli.

Con base en el compromiso de la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y el Consejo Iberoamericano del Deporte (CID) con la Agenda 2030, en 2018 ambos organismos firmaron un acuerdo de cooperación a fin de considerar al deporte como elemento de apoyo a los estados iberoamericanos en pos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Tal colaboración motivó la realización del informe Iberoamérica y la Agenda 2030: el Deporte como herramienta para el desarrollo sostenible. En la presentación del estudio en Madrid, Rebeca Grynspan, secretaria general de Segib, resaltó que “el deporte tiene un poder transformador como elemento de inclusión e integración de las sociedades”.

Palabras refrendadas por Rita Ricobelli, una de sus autoras y consultora internacional, quien señala las principales conclusiones de esta publicación y los retos de Iberoamérica en relación al deporte en la entrevista con Revista Haz.

¿Qué fin persigue este estudio y cuáles de esos objetivos relacionados con el deporte cree que se podrán alcanzar en 2030?

El objetivo inicial de la publicación es brindar información y recomendaciones para que los gobiernos y todos los stakeholders involucrados puedan participar y beneficiarse de este innovador campo de acción.

Algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluidos en la Agenda 2030, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el 2015, tienen una conexión más clara con el aporte positivo del deporte, particularmente en torno a la participación deportiva activa. Por ejemplo, apoyando a la salud, la educación, la equidad de género, la reducción de las desigualdades y conflictos en pos de la paz. En el Plan de Acción Global sobre la Actividad Física 2018-2030 de la Organización Mundial de la Salud se interconectan políticas de actividad física con 13 ODS y en otros casos se propone vincular el deporte con menor cantidad de objetivos.

No obstante, considero que el deporte tiene la oportunidad de apoyar a todos los ODS, si tenemos en cuenta la participación deportiva tanto activa como pasiva. La participación activa hace referencia a la práctica de un deporte o actividad física, mientras que la pasiva se refiere a la vinculación y pasión de los aficionados por un deporte determinado. Lo cual no implica promover el comportamiento sedentario, sino aprovechar los millones de aficionados deportivos en el mundo cuya conducta puede ser influida, a través de su afición por un deporte determinado, para apoyar la Agenda 2030.

Se destaca en este estudio la capacidad integradora del deporte. ¿Cómo se desarrolla esta función?

Las palabras de Nelson Mandela: “El deporte tiene el poder de cambiar el mundo… de unir a la gente como pocos medios pueden hacerlo… se ríe ante todo tipo de discriminación”, destacan el importante rol social del deporte, su función integradora y de cohesión social. El deporte atraviesa las diferencias socioeconómicas, raciales, religiosas, políticas y culturales; y como lenguaje universal ha facilitado la integración de inmigrantes y refugiados. Sin embargo, también hay que reconocer los aspectos negativos que se han dado y aún se siguen dando en el deporte, tales como el racismo, la xenofobia, la intolerancia y la violencia.

"El deporte atraviesa las diferencias socioeconómicas, raciales, religiosas, políticas y culturales; y como lenguaje universal ha facilitado la integración de inmigrantes y refugiados. Sin embargo, también hay racismo, xenofobia, intolerancia y violencia".

Por ello, debemos apoyar y ampliar las iniciativas que velan por los derechos humanos en el deporte. Asimismo, como se indica en el informe, es importante la profundización de estudios sobre su aspecto sociocultural a fin de determinar empíricamente las características del proceso en el que el deporte puede unir o separar a las personas y como este puede impulsar repercusiones positivas o negativas.

Existen estudios y proyectos con base en la ciencia del comportamiento aplicados principalmente a estrategias deportivas comerciales, los cuales debería ampliarse tanto en el objeto de estudio como en su aplicación, incluyendo al campo del deporte para el desarrollo.

¿Y cómo contribuye el deporte a la sociedad iberoamericana?

El deporte, y el fútbol en particular, tiene un importante valor social, cultural e histórico en Iberoamérica. El fútbol se ha convertido en un fenómeno sociocultural transcendente en esta región, de expresión de valores y como un importante foco de vinculación e identidad colectiva.

Un caso ejemplar de identidad nacional con este deporte es Uruguay, al cual el fútbol lo sacó de “las sombras del anonimato universal”, como señaló Eduardo Galeano. A través de los años, además de ser un mecanismo de vinculación en nuevos lugares y grupos, el fútbol ha facilitado la adaptación a los procesos de urbanización, industrialización y globalización.

Actualmente, su capacidad de establecer confianza y cohesión social lo convierte en un barómetro y catalizador de interacciones sociales que se ha dado prácticamente de forma orgánica. Y, según lo ya expuesto, este importante impacto social puede derivar tanto en efectos positivos, como integración social o salud, como negativos: discriminación, violencia… Por lo tanto, debemos actuar deliberada y metódicamente para que el deporte, en este caso a través del fútbol, genere impactos positivos tanto a nivel social como ambiental.

Asimismo, el fútbol y otros deportes, por ejemplo, el baloncesto, que en Iberoamérica se han convertido en una poderosa red-norma social, facilitan puntos de entradas para aprovechar la identidad de grupo e inspirar cambios de conducta que apoyen al desarrollo sostenible.

En tal sentido, las afiliaciones a equipos deportivos brindan un sentido de comunidad, pertenencia e identidad colectiva permitiendo que, cuando las personas toman decisiones o procesan información como parte de un grupo, se activen objetivos que le dan prioridad al bien común sobre el interés propio.

Algunos de estos aspectos también se relacionan con la teoría del bienestar, y deberían ser metódicamente combinados con el deporte. Por lo tanto, si ampliamos estas oportunidades con el know-how apropiado y las alianzas multisectoriales, incluyendo políticas públicas apropiadas, el deporte puede ser una herramienta clave para apoyar el desarrollo sostenible de la región iberoamericana.

"El fútbol es un fenómeno sociocultural global y como tal debería aprovecharse en mayor medida para apoyar los objetivos globales de desarrollo sostenible; lo cual no es solo una valiosa oportunidad sino también una gran responsabilidad".

Señala el fútbol, el deporte rey en Iberoamérica, de eso no cabe duda, pero ¿cree que sería necesario desarrollar y potencias nuevas culturas deportivas?

Sin duda, el fútbol, con más de 3.500 millones de aficionados globalmente, es el deporte más popular del mundo. Y como tal, el más utilizado en programas de desarrollo, tanto por su popularidad como por su simplicidad. No obstante, otros deportes también cuentan con una base de aficionados multitudinaria: el básquetbol, el cricket, el tenis, el baseball cuentan con una amplia cultura deportiva. La pasión, lealtad y afinidad que estos deportes estimulan deberían ser mejor aprovechadas en temas de sostenibilidad.

Por ello, antes de enfocarnos en nuevas culturas deportivas, considero que deberíamos mejorar la aplicación de las que ya existen para ir más allá de las instancias competitivas, mediáticas y económicas del deporte.

El fútbol, por ejemplo, es un fenómeno sociocultural global y como tal debería aprovecharse en mayor medida para apoyar los objetivos globales de desarrollo sostenible; lo cual no es solo una valiosa oportunidad sino también una gran responsabilidad que le atribuyo a la cultura deportiva actual.

Según lo explico en el informe, quienes practican deportes se convierten en una audiencia más receptiva y, por ende, más accesible a recibir beneficios relacionados con la salud, la educación y otras áreas críticas para el desarrollo personal, grupal y sostenible. En el caso de aquellos que no practican deportes de forma activa, pero siguen fervientemente una disciplina deportiva, su afinidad por el deporte se traduce en una significativa red social. Estas redes y normas sociales multitudinarias facilitan puntos de entrada para fomentar cambios de conducta que contribuyan con la Agenda 2030.

Con todo el peso que tiene el deporte, sin embargo, apenas está presente en las principales agendas políticas de estos países. Se ha podido ver, por ejemplo, en España en las dos últimas elecciones. ¿Por qué?

El deporte como herramienta de desarrollo sostenible es un campo relativamente nuevo y en evolución, una razón por la cual no suele ser un tema de atención en las candidaturas de los gobiernos de Iberoamérica y otras regiones. Considero que no es una cuestión fácil de abordar dada su novedad y, en particular, por la incertidumbre que hay en torno a su diseño, implementación, eficacia, y nivel de impacto.

Entonces, ¿qué propone para que realmente el deporte tenga presencia en los programas políticos y en las agendas sociales?

Tanto en España como en otros países europeos, Latinoamérica y cualquier otro lugar donde el deporte sea un elemento sociocultural significativo, el deporte como herramienta de desarrollo sostenible tendrá un rol más importante en las elecciones, los programas de gobierno y las agendas sociales cuando haya mayor información, conocimiento, tanto práctico como teórico, y ese know-how sistemático que permitirá maximizarla contribución del deporte sobre objetivos sociales y/o ambientales.

El informe es un paso inicial de análisis para avanzar en optimizar y expandir la aplicación e impacto del deporte sobre el desarrollo sostenible a nivel local, nacional e internacional, que puede ser fortalecido mediante la ciencia, los recursos de vanguardia (por ejemplo, la tecnología), las alianzas multisectoriales y el incremento de la participación académica.

Señala también el estudio el desarrollo sostenible a través del deporte. ¿Cómo se puede alcanzar este punto?

Desde sus comienzos, el deporte como herramienta de desarrollo se ha utilizado mayormente como un elemento de atracción, educación y difusión para apoyar temas sociales y ambientales.

Pero además de dichas funciones, que se pueden resumir como nexo de conexión ahora el ‘deporte para el desarrollo’ puede y debe ser un enfoque sectorial. Es decir que este campo de acción sea considerado, analizado y aplicado más sistemáticamente a fin de optimizar y ampliar su contribución sobre la Agenda 2030, según se explica más detalladamente en el informe.

"A través de sistemáticas técnicas de comunicación y trabajo, el deporte puede ser una poderosa herramienta de generación de conciencia, educación y empoderamiento".

Asimismo, el aporte del deporte al desarrollo sostenible puede avanzar sustancialmente mediante alianzas multisectoriales y multidisciplinarias, algunas ya desarrolladas a nivel nacional e internacional, pero se necesitan nuevas. Otra oportunidad poco aprovechada del deporte para apoyar objetivos relacionados a la conservación del medio ambiente está en trabajar con los aficionados, dados los miles de millones de personas que representan. Como tal, a través de sistemáticas técnicas de comunicación y trabajo, el deporte puede ser una poderosa herramienta de generación de conciencia, educación y empoderamiento, tanto para jóvenes como adultos.

El apoyo de la iniciativa privada se antoja decisivo para ese desarrollo del deporte en zonas más desfavorecidas. ¿Cuál cree que debería ser la relación empresa-deporte?

Tanto la innovación, el dinamismo como los recursos tangibles e intangibles de las empresas son un valioso aporte para impulsar el deporte como agente promotor del desarrollo sostenible. El informe brinda varios ejemplos de tal factor y sugiere una relación empresa-deporte que debe ser responsable por partida doble.

Es decir, por un lado, las empresas deberían aplicar la debida diligencia en torno a campañas de marketing deportivo y por otro, buscar que las estrategias comerciales vinculadas al deporte puedan alinearse con el plan de responsabilidad social empresarial interno y con la Agenda 2030.

El informe también incluye al cuarto sector y las empresas con propósito, que facilitan un mayor aporte del sector privado y del deporte, dependiendo del producto, sobre las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.

¿Cree que hace falta más participación de las instituciones públicas en este campo?

Es fundamental que cada sector haga su parte para que la contribución del deporte en el desarrollo sostenible sea efectiva, amplia y perdurable. Las instituciones públicas tienen el acceso directo a la población y, como tal, pueden facilitar la implementación de programas en este campo. Sin embargo, para mayor y mejor impacto sugiero que dichos programas se realicen basándose en los conocimientos y métodos apropiados, incluyendo la cooperación de organizaciones sin fines de lucro y del público destinatario.

Y dentro del sector público promuevo la colaboración de instituciones encargadas de distintas áreas. Por ejemplo, que se implementen programas de deporte para el desarrollo mediante la cooperación entre organismos de deporte y cultura con los de educación, salud, planeamiento urbano y otras áreas relevantes, con el objetivo de ampliar y optimizar los resultados.

Para finalizar, ¿cuáles son las principales conclusiones del estudio?

El deporte, como fenómeno sociocultural y una representación de amor incondicional e intensa pasión-lealtad, debe ser analizado y aplicado metódicamente para el bien común. Hay que determinar lo que funciona, lo que no y nuevas alternativas en el uso del deporte para el desarrollo. Espero que Iberoamérica y el mundo no se pierdan la oportunidad de trabajar con el multitudinario número de partícipes y aficionados deportivos para lograr mayor conciencia y apoyo sobre los ODS.

La ciencia, la tecnología y otros recursos de vanguardia pueden aportar significativamente en el impacto de este innovador campo del deporte para el desarrollo sostenible, al igual que la contribución y colaboración multisectorial-multidisciplinaria. De tal forma, los gobiernos, el sector privado, las organizaciones sin fines de lucro, los organismos internacionales, las universidades, las federaciones deportivas y otras instituciones vinculadas a este campo podrán maximizar la contribución del deporte sobre la Agenda 2030 a nivel individual, comunitario, nacional y global.

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