Cinco pequeños actos para contribuir a la sostenibilidad del planeta desde la empresa

Cinco pequeños actos para contribuir a la sostenibilidad del planeta desde la empresa

Las empresas son clave en una transformación ecológica que ponga freno al cambio climático. Además de la implementación de la Agenda 2030 y de los acuerdos surgidos de cumbres mundiales como la COP25 de Madrid, las empresas pueden implantar proyectos cotidianos que mejoren su sostenibilidad y su RSC.
12 diciembre 2019

La celebración de la COP25 –conocida popularmente como la Cumbre del Clima- en Madrid, durante esta primera quincena de diciembre, ha puesto de nuevo al cambio climático y la necesidad de una decidida transformación ecológica –aquella que reduzca el uso de recursos contaminantes, como el carbón- en el centro de la agenda mediática y social.

El mensaje es claro: gobiernos, sociedad y empresas deben actuar ya, o el planeta alcanzará pronto un punto de no retorno. Las consecuencias pueden ir desde el aumento del nivel del mar, sequías o incendios, hasta la escasez de recursos esenciales como agua o alimentos.

Al resultado de la Cumbre -los acuerdos que firmen los Estados para la reducción de la emisión de CO2 con la vista puesta en 2050- se suman los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. La llamada Agenda 2030 plantea 17 objetivos que abarcan todas las esferas de la sostenibilidad –económica, social y ambiental-, desde la reducción de la pobreza y el hambre, la igualdad de género, la energía no contaminante, la producción y el consumo responsables o el saneamiento del agua.

El tejido empresarial español ya se está movilizando para la implementación de los ODS, especialmente las grandes empresas. Como recoge la Guía para pymes ante los Objetivos de Desarrollo Sostenible, elaborada por la Red Española del Pacto Mundial, el Consejo General de Economistas y Cepyme, un 66% de las empresas del IBEX 35 ya evalúan sus proveedores bajo criterios sociales y el 71% lo hace en base a criterios ambientales.

Precisamente esta guía surge del empeño de que las pymes, que representan más del 99% de las empresas en España, también se sumen a la Agenda 2030 y avancen en la senda de la sostenibilidad. Por su parte, Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), también dispone de líneas maestras para que las empresas –especialmente las que tienen presencia internacional- puedan contribuir a los ODS.

Pero, más allá del necesario cambio en las estrategias y sistemas de producción, ¿qué medidas y proyectos pueden implementar las empresas, en el marco de su política de RSC, que mejoren y fomenten la sostenibilidad?

Desde circulares y mensajes de comunicación interna, presentaciones de producto, ofertas comerciales, hasta contratos, informes u otros documentos, pueden realizarse exclusivamente en digital.

1. Reducción y reciclaje de plásticos, papel y otros residuos

Una de las medidas más sencillas y económicas que puede llevar a cabo una empresa es sustituir los vasos o botellas de plástico por vasos o botellas de vidrio u otros materiales reutilizables. Porque reciclar es importante, pero más aún lo es reducir el consumo de plásticos y otros materiales de usar y tirar.

Como el papel. Desde circulares y mensajes de comunicación interna, presentaciones de producto, ofertas comerciales, hasta contratos, informes u otros documentos, pueden realizarse exclusivamente en digital, fomentando una oficina sin papel. Requiere, obviamente, un cambio de mentalidad y una ligera adaptación tanto de empleados como de clientes y proveedores.

Y, cuando no hay más remedio que reciclar materiales como plástico, papel o baterías, la empresa debe contar con suficientes contenedores diferenciados para cada uno de ellos en zonas comunes. Aunque al principio pueda suponer una molestia para los empleados, una posibilidad es la de eliminar las papeleras individuales –donde habitualmente se depositan materiales orgánicos y reciclables, por comodidad- y disponer únicamente de papeleras de separación de residuos en áreas compartidas. Ecoembes, entre otras organizaciones, sirven de guía a las empresas evaluando la situación y necesidades de los centros de trabajo y realizando diagnósticos sobre reciclaje de residuos.

2. Uso responsable del transporte

En el caso de los vehículos, una medida ideal –pero no al alcance de todas las empresas- es la de renovar la flota de automóviles y sustituirlos por vehículos eléctricos. No obstante, cuando no es posible este cambio, existen otras fórmulas para reducir la huella de carbono.

Una de ellas, que supondría una inversión por parte de la empresa, pero no tan alta como la anterior, es fomentar el uso del transporte público entre los trabajadores, mediante su subvención –total o parcial. Una medida, por supuesto, más factible cuanto mejor situada esté la empresa en relación a la red de transporte público de cada ciudad.

También es posible potenciar la coordinación entre empleados que vivan en zonas cercanas para compartir el coche en su trayecto al trabajo. Ya sea a través de un espacio para tal fin en la intranet o el sistema de comunicación interna, o mediante WhatsApp u otros servicios de mensajería instantánea.

La reducción del uso del vehículo también es posible fomentando el teletrabajo y una mayor flexibilidad de horarios –evitando, por ejemplo, horas punta de entrada o de salida-; medidas ambas que, más que inversión, requieren de una adaptación en la mentalidad de la empresa.

La reducción del uso del vehículo también es posible fomentando el teletrabajo y una mayor flexibilidad de horarios.

3. Eficiencia energética

España, con entre 2.500 y 3.000 horas de luz plena al año, es el quinto país de Europa y décimo del mundo en capacidad de energía solar fotovoltaica, según el Instituto de Energía Solar. Las empresas que apuestan por la sostenibilidad tienen, por tanto, la posibilidad de instalar placas solares en sus instalaciones y generar electricidad gracias a esta fuente de energía renovable.

Además, las empresas pueden apostar por la sostenibilidad fomentando entre sus equipos hábitos de eficiencia energética, como asegurar que ordenadores y otros equipamientos quedan apagados al finalizar la jornada; controlar el encendido y apagado de las luces; concienciar sobre el uso de aires acondicionados y sistemas de climatización; utilización del agua en aseos, y un largo etcétera.

4. Acción positiva en el entorno

El fomento de la sostenibilidad no solo debe quedarse en la oficina, sino que las empresas pueden y deben impactar positivamente en su entorno social. En línea con el aprovechamiento de recursos y el reciclaje, las posibilidades son muchas: desde iniciativas de recogida de juguetes, ropa o material informático usado para donarlo a ONG o asociaciones que puedan aprovecharlo, hasta los acuerdos con asociaciones que se encargan de recoger tapones de plásticos y otros envases para financiar proyectos benéficos –y, de paso, contribuyen al empleo de las personas encargadas de hacer las recogidas y entregas-.

Sin olvidar los proyectos de plantación de árboles y reforestación de zonas afectadas por incendios, que además también ofrece una oportunidad de engagement y comunicación si las realizan directamente los empleados.

También, existen iniciativas como las de Auara, empresa social de agua embotellada que dedica todos sus beneficios a fomentar el agua potable en comunidades de África, Asia y Latinoamérica, además de utilizar envases de plástico reciclado y reciclable.

5. Concienciación

Todas las medidas y propuestas anteriores no sirven de nada si la compañía, desde su CEO hasta el último empleado, no está concienciada con la sostenibilidad y la posibilidad de contribuir a ella de forma individual.

Es necesario que el desarrollo sostenible forme parte del ADN de la empresa y de su filosofía. Un proceso no siempre inmediato, pero que debe ir calando entre la plantilla. Acciones formativas –online o presenciales-, campañas de comunicación interna, indicaciones claras (en lugares clave como cafeterías, cocinas, impresoras, aseos, interruptores de luz y climatización, etc.) o incentivos (económicos, de tiempo libre o, simplemente, de reconocimiento), pueden ser algunos de los instrumentos para mejorar la concienciación.

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