Profesionalizar los Consejos de Asuntos Económicos en las diócesis, una urgencia inaplazable

Profesionalizar los Consejos de Asuntos Económicos en las diócesis, una urgencia inaplazable

El reciente informe de transparencia y buen gobierno de las diócesis de nuestra Fundación Haz pone de manifiesto avances notables en la transparencia de la Iglesia en España, pero también revela carencias estructurales que exigen una reflexión profunda y, sobre todo, acción decidida. Entre los retos más acuciantes destaca la necesidad de profesionalizar los Consejos de Asuntos Económicos (CAE) de estas entidades, incorporando prácticas de buen gobierno ya consolidadas en órganos de instituciones civiles como los consejos de administración de empresas o los patronatos de fundaciones.
6 mayo 2025

El informe es claro: solo un 9% de las diócesis cumplen plenamente con la publicación de los datos de los miembros del CAE y sus perfiles profesionales, y apenas un 43% han hecho público el reglamento de funcionamiento de este órgano. Más preocupante aún es que ninguna diócesis publica un informe anual de actividades del CAE, una práctica elemental en cualquier entidad que aspire a la transparencia y la rendición de cuentas. Esta situación contrasta con la realidad de otros sectores, donde la profesionalización y la transparencia de los órganos de gobierno son requisitos básicos para la confianza social y la sostenibilidad institucional.

En el ámbito civil, los consejos de administración y los patronatos de fundaciones han evolucionado hacia modelos en los que la selección de sus miembros responde a criterios de competencia, experiencia y diversidad profesional. Se exige la publicación de perfiles, la existencia de reglamentos internos claros, la elaboración de informes de actividad y la evaluación periódica del desempeño. Estas prácticas, lejos de ser meros formalismos, son herramientas esenciales para garantizar la eficacia, la integridad y la responsabilidad en la gestión de los recursos.

El informe, del que soy coautor junto a Javier Martín Cavanna, subraya que los modelos para informar con transparencia y rigor sobre la situación financiera están inventados desde hace siglos y que no es necesario innovar, sino aplicar lo que ya funciona: presupuestos, estados financieros, memorias y auditorías externas. Sin embargo, solo un 4% de las diócesis publican el informe completo de auditoría externa, lo que limita gravemente la credibilidad de la gestión económica eclesial.

La profesionalización del CAE no es solo una cuestión técnica, sino también ética y pastoral. Los recursos que administra la Iglesia son bienes ajenos, fruto de la confianza y la generosidad de los fieles y de la sociedad. Por tanto, la Iglesia debe ser ejemplar en la gestión y la rendición de cuentas, adoptando sin reservas las mejores prácticas de buen gobierno. Esto implica seleccionar a los miembros del CAE por su competencia y experiencia, publicar sus perfiles y mandatos, establecer reglamentos claros, rendir cuentas periódicamente y someterse a auditorías externas independientes.


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El informe cita el ejemplo de las diócesis estadounidenses, donde más de la mitad publican listas actualizadas de miembros de sus consejos económicos y un 38% informan sobre revisiones financieras anuales. ¿Por qué no aspirar a estos estándares en España? La Conferencia Episcopal debería impulsar la profesionalización del CAE como un estándar obligatorio, proporcionando apoyo técnico y recursos para su implementación.

En definitiva, la profesionalización de los Consejos de Asuntos Económicos es una condición indispensable para que la Iglesia avance hacia una cultura de transparencia, responsabilidad y confianza. No se trata solo de cumplir con la ley o de responder a las demandas sociales, sino de ser coherentes con la misión evangélica de servicio y testimonio. La Iglesia tiene la oportunidad —y la obligación— de liderar con el ejemplo, incorporando las mejores prácticas de buen gobierno que ya son norma en otras instituciones. El momento de actuar es ahora.

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