Este sitio web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuaria/o posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestro web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de este sitio web encuentras más interesantes y útiles.

Día Mundial de la Energía: los retos para una transición 100% renovable
España, con su enorme potencial solar y eólico, tiene la oportunidad de liderar este cambio. Pero la transición no está exenta de obstáculos. La modernización de la red eléctrica, el desarrollo del almacenamiento energético y una mejor gestión de la demanda son algunos de los retos que debemos afrontar si queremos que el sistema eléctrico del futuro sea 100% renovable.
Uno de los principales problemas es la falta de flexibilidad del sistema eléctrico. Aunque las renovables ganan peso en el mix energético, sigue habiendo momentos del año en los que no se puede aprovechar toda la energía generada debido a la ausencia de sistemas de almacenamiento adecuados y a una gestión ineficiente de la demanda. En días de alta producción renovable, se desperdicia energía limpia porque no hay mecanismos suficientes para absorberla, mientras que en otros momentos seguimos dependiendo de los combustibles fósiles.
A esto se suman las trabas administrativas para la conexión de puntos de generación y de demanda, para la instalación de soluciones de autoconsumo solar y la baja interconexión con Europa, que limita la capacidad de intercambiar energía con otros países en momentos de superávit o déficit de generación.
Las claves para acelerar la transición
Si queremos impulsar el cambio, debemos centrarnos en tres pilares fundamentales: el almacenamiento energético, la electrificación con energía 100% renovable y un mercado más flexible. La inversión en almacenamiento permitiría aprovechar mejor la producción renovable y reducir la intermitencia de fuentes como la solar y la eólica.
Al mismo tiempo, incentivar el consumo en momentos de alta generación renovable ayudaría a optimizar el sistema y a reducir la dependencia de fuentes fósiles en los picos de demanda. Además, la descentralización del ecosistema energético, gracias al autoconsumo solar, permitiría que tanto empresas como ciudadanos pudieran generar y gestionar su propia energía, favoreciendo una mayor independencia energética y estabilidad en los precios de la electricidad.
NOTICIAS RELACIONADAS
– Aerotermia: innovación energética para el futuro
– El papel de la energía nuclear en la transición energética
– Electrificación y renovables: el camino para la independencia energética de España
Cuando alcancemos un sistema totalmente renovable, nuestro sector será más eficiente, accesible y resiliente. Dejaremos de depender de los combustibles fósiles y sus fluctuaciones de precios ligadas a tensiones geopolíticas. La estabilidad del coste de la electricidad beneficiará a empresas y hogares, y contaremos con una red descentralizada donde cada consumidor podrá participar activamente en la generación de energía.
El camino hacia la transición energética no es sencillo, pero las soluciones existen. Apostar por la flexibilidad del sistema, eliminar barreras administrativas e impulsar el almacenamiento y la electrificación renovable son los pasos imprescindibles para que España lidere este cambio hacia un futuro sostenible.