<p>Foto: Cruz Roja Española. <p>

Foto: Cruz Roja Española.

Una dana de donaciones

La dana en Valencia ha sido un fenómeno excepcional, también en cuanto a las donaciones. Ha supuesto un cambio importante respecto a otras emergencias como el volcán de La Palma, el tsunami del Océano Índico en 2004, el largo conflicto de Siria o los refugiados de la guerra de Ucrania. En la dana, la proximidad geográfica y humana de la emergencia, el enorme número de víctimas y el impacto de las imágenes de destrucción total en los municipios de la comarca de Horta Sud, han sido claves en la respuesta de la sociedad.
27 noviembre 2024

Esta respuesta también ha sido diferente en otros cuatro aspectos: el importe de las donaciones, muy superior a lo conocido hasta ahora; la digitalización de la captación; la implicación y las donaciones de empresas y grandes donantes, y la extraña irrupción de algunos influencers como dudosos captadores de fondos.

El importe de las donaciones que se recibieron en los primeros 15 días después de las inundaciones no se había visto antes: hablamos de cerca de 220 millones de euros, a pesar de que no hay información agregada. Solo Cruz Roja, la organización que ha sido junto a Cáritas y la Fundación Horta Sud la gran receptora de las donaciones, informaba hace unos días de unos 75 millones de euros, 40 millones procedentes de donantes individuales y 30 de empresas.

Los donantes individuales han sido los más rápidos en reaccionar, apoyados en la tecnología de que disponen la mayoría de las organizaciones, como la de Stockcrowd. Este software ha permitido captar más de 11 millones de euros en estos días, con una media de 5.120 donaciones por hora en los días punta y más de un millón de euros diarios. Unas 350.000 personas han realizado donaciones online con una media de 78 euros, un poco superior a la habitual de 58 euros.

El impacto de la dana en medios también ha sido global: parte de las donaciones vienen de fuera de España. Es el caso de la organización de la Maratón de Valencia, que ha hecho una campaña entre los cerca de un millón de personas que a lo largo de los años han participado en la misma consiguiendo que una parte muy significativa de los 63.000 euros que llevan captados procedan de todo el mundo, desde Japón a Argentina. Esta captación global, que utilizan de manera habitual las escuelas de negocios como IESE o Esade e IE, también requiere tecnología específica.

Muchas de estas donaciones se han hecho a través de webs a medida, creadas por las fundaciones y ONG para las empresas, que luego han compartido con empleados, clientes o proveedores. Se han contabilizado más de 400 campañas ONG-empresa. La mayoría de estas compañías han realizado también una aportación importante directa a las ONG. Como ejemplo, la Fundación del Real Madrid ha captado más de 320.000 euros entre sus socios, pero también hay que destacar las campañas de Telefónica, Axa, Alsa o Generali. Este modelo en el que la empresa actúa como canal de sensibilización, implicación de sus stakeholders y de captación tenderá a generalizarse fuera de las emergencias.


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Después de las donaciones directas de estos días, ahora es el momento de los eventos de captación de fondos. Se extienden los conciertos, entre los que destacan el de LOS40 Music Awards Santander 2024, el lleno del Wizink Center, que vendió en menos de media hora sus 16.000 entradas (de 30 a 50 euros) para Música desde el corazón, con más de 15 artistas invitados, o el modelo Música x Valencia en ciudades de todo el país. También las carreras populares, las cenas y los eventos locales de captación. Donar es cada vez más una acción compartida con otros ciudadanos, una actividad social.

Nuevamente ha habido grandes donaciones de fundaciones y de personas individuales; algunos han preferido la discreción y otras lo han hecho público, con mayor o menor comunicación. Sin duda, la donación directa de 100 millones de euros de Amancio Ortega a los municipios de Horta Sud ha levantado nuevamente la virulenta discusión ideológica sobre la filantropía. Parece que, en este tema, como en muchos otros, no avanzamos en un debate sereno, que las redes sociales no han hecho más que polarizar: dar es una opción de cada persona y cada uno da según sus capacidades, sean 60 euros o 100 millones.

Nuevos actores: los influencers

Finalmente, las donaciones derivadas de la dana no han sido ajenas a la aportación de muchos influencers que han realizado, apoyado y difundido campañas de ayuda y colaboración, pero también nos hemos encontrado con algunos oportunistas, como Ángel Gaitán, que ha aprovechado para pedir donaciones, captando más de un millón de euros que se ha ingresado en su propia cuenta corriente. No se pueden pedir donaciones a título particular: no solo no conocemos el destino final de estos fondos, una cuestión nada baladí y que debería aclarar públicamente, si no que a estos influencers las donaciones les van suponer un problema fiscal, al constar como más ingresos a declarar en el impuestos de sociedades.

Este uso perverso de las redes en captación de fondos no es una novedad en Europa; el ejemplo de la influencer Chiara Ferragni en 2023 con el caso Pandoro, en el que vendió dulces navideños y de pascua con supuestos fines benéficos (más de dos millones de euros), fue solo el principio. En Italia la fiscalía fue más rápida y diligente que lo que vemos ahora en España, donde solo ha habido la rápida intervención del Gobierno de una web de donaciones con criptomonedas.

Para terminar, una última reflexión: la sociedad se ha preocupado por las personas. No podemos dejar de señalar la movilización social de jóvenes voluntarios, que durante días fueron la única ayuda a los afectados.

Y dos retos por delante: uno, la reconstrucción, que va a ser un proceso lento en el que habrá que saber gastar los fondos donados con inteligencia. Quizá ha llegado la hora de los fondos de reserva patrimonial o endowments para la gestión a largo plazo de parte de estos fondos. Y, el segundo, hará falta mucha transparencia en todo el proceso de gestión.

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