<p>Imagen: Enrique Breccia y Walter Slavich (Skorpio 1995 Tutto o niente. ‘L'animale’).<p>

Imagen: Enrique Breccia y Walter Slavich (Skorpio 1995 Tutto o niente. ‘L'animale’).

¿Trabajadores? ¿Qué trabajadores?

Un trabajador es aquel que trabaja y puede ser incluso muy aplicado al trabajo. En cualquier caso, debe tener un trabajo retribuido (RAE).

Es el currante, hacendoso, industrioso, laborioso, diligente, cumplidor, solícito, infatigable, incansable, chambero, chambeador y currito. Puede ser asalariado, jornalero, proletario, obrero, currante, operario, productor, artesano o laburante (y desde luego, nada ocioso, vago u holgazán).

En mi último artículo hablábamos de los trabajadores propios (empleados, no empleados autónomos y no empleados contratados, ESRS S1). Pero no solo sobre estos deberá informar la empresa. También sobre los trabajadores de su cadena de valor (ESRS S2) entendida ésta como “toda organización transfronteriza de las actividades necesarias para producir bienes o servicios y llevarlos hasta los consumidores, sirviéndose de distintos insumos en las diversas fases de desarrollo, producción y entrega o prestación de dichos bienes y servicios” (OIT, 2016, p. 1).

En el mundo de los negocios ya estamos acostumbrados a hablar de la externalización (outsourcing): en lugar de fabricar los bienes o los servicios internamente se adquieren a proveedores externos. También de la deslocalización (offshoring): trasladar al extranjero las actividades de producción o algunos de sus servicios rutinarios.

Estas prácticas las encontramos en actividades primarias como logística de entrada (almacenamiento, gestión y control del inventario de materias primas que puede incluir la programación del transporte), operaciones (procesos conversión las materias primas en producto final o servicio), logística de salida (distribución del producto final para su venta y entrega, tanto a intermediarios como al consumidor final) o comercialización y servicio al cliente. También en actividades secundarias estratégicas (aprovisionamiento, desarrollo tecnológico, gestión de recursos humanos e infraestructuras como apoyo a la cadena mediante administración y contabilidad, por ejemplo). En todas debe imperar una gestión de derechos humanos (DDHH) y laborales desde un compromiso político, una política de debida diligencia (DD) y mecanismos de reclamación.

Los protagonistas de ESRS S2 son las personas físicas que realizan un trabajo en la cadena de valor (ascendente y descendente) de una empresa, independientemente de la existencia o naturaleza de cualquier relación contractual con dicha empresa y estén o puedan estar afectados materialmente en relación con los productos, servicios y actividades de la empresa. También los trabajadores no asalariados cuyo trabajo y/o lugar de trabajo esté controlado por la empresa, pero que no estén incluidos en el ámbito de la plantilla propia y los no asalariados que son contratistas individuales que suministran mano de obra a la empresa (trabajadores autónomos). Y, por supuesto, los proporcionados por empresas dedicadas principalmente a actividades laborales.


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Sobre todos ellos, las empresas deberán informar bajo una perspectiva de doble materialidad de los impactos positivos y negativos, reales o potenciales, los riesgos y oportunidades materiales (fuentes de efectos financieros) que surgen de los impactos y dependencias de la empresa. Y responder a preguntas como ¿qué acciones se han tomado para abordar los impactos, mitigar y aprovechar estas oportunidades? ¿Cuáles han sido los resultados y los efectos financieros en la empresa a corto, medio y largo plazo?

Y siempre desde los intereses y puntos de vista de las partes interesadas (ESRS 2 SBM-2), los IRO (impactos, riesgo y oportunidades) e interacción con la estrategia y modelos de negocio (ESRS 2 SBM-3), las políticas (S2-1) y procesos tanto para para involucrar a los trabajadores de la cadena de valor sobre los impactos (S2-2) como para para remediar los impactos negativos y canales para que éstos planteen inquietudes (S2-3). Finalmente, las medidas adoptadas y enfoques para mitigar los riesgos y la búsqueda de oportunidades y la eficacia de esas acciones (S2-4) y, desde un enfoque prospectivo, los objetivos planteados con el análisis pertinente de las desviaciones en su caso (S2-5).

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