El Canon de Pachelbel y la transparencia

El Canon de Pachelbel y la transparencia

Empieza un nuevo año y es época de buenos propósitos, tanto para desear lo mejor a nuestros seres queridos como para enunciar, con variable grado de convencimiento, pequeños o grandes compromisos personales. Desde estas líneas vamos a sugerir una mezcla de las dos caras de la moneda del buen querer y vamos a animar a que un tercero, nuestras administraciones, se comprometan a cumplir uno o varios propósitos de transparencia. Y todo ello con música de fondo. Y no una cualquiera, una composición que es, a la vez, música clásica y música popular.
17 enero 2023

Un canon en términos musicales, y siguiendo a la Wikipedia, es una pieza o sección de una composición musical de carácter contrapuntístico, basada en la imitación entre dos o más voces separadas por un intervalo temporal. Todo esto y más lo explica mucho mejor y de manera accesible para todos los que no sabemos de música (pero la amamos) Jaime Altozano en este vídeo que es en gran medida la inspiración y bibliografía de este artículo.

Una de las cosas que explica Altozano es que el Canon de Pachelbel, tal y como lo conocemos hoy, no es tal. El Canon en re mayor para tres violines y bajo continuo (su título original) es la obra más conocida del compositor alemán Johann Pachelbel, un autor del Barroco, que compuso esta pieza alrededor de 1690.

Sin embargo, la tonadilla que es más popular hoy y que muy probablemente sí puedan reconocer todas las personas que nos lean es una adaptación realizada por el compositor francés Jean-François Paillard en 1970. Es muy probable porque han podido escuchar esa pegadiza y bonita melodía en bodas, pero también en multitud de canciones pop y rock.

Paillard ralentizó la composición original y añadió unos pizzicatos que después han sido imitados en multitud de ocasiones. Creó una nueva forma de interpretar el Canon en re mayor y lo popularizó, tanto como para poder considerarla una canción pop, como nos enseña Altozano, tanto como para ser base de centenares de composiciones pop.

¿Y cómo es el Canon de Pachelbel? Siguiendo a Altozano, es una composición en la que una serie de voces (en este caso los tres violines a los que se refiere el título de la obra) se imitan y se persiguen por el pentagrama, y que se complementa por el sonido constante de un bajo, en este caso un contrabajo. En la imagen a continuación vemos en distintos colores cómo se van desarrollando las primeras voces en el Canon: la primera voz arranca y es imitada por la segunda dos compases después, y le sigue la tercera otros dos compases más tarde imitando las “frases” que va marcando el violín 1.

Los nueve primeros compases del Canon en re mayor: los violines tocan el Canon a tres voces por encima de la línea de bajo que interpreta el motivo central. Los colores se utilizan para indicar las variaciones individuales, de las que se muestran aquí 3 de las 28. (Fuente de la imagen y la nota al pie: Wikipedia).

El Canon en re mayor es una sucesión de doce melodías, que tiene el excepcional mérito de que varias de ellas son muy bonitas y reconocibles, y lo más importante, conjugan perfectamente entre ellas. Todos los compases encajan entre sí a lo largo de toda la obra y las melodías se van haciendo más complejas según avanzan los compases, desde un inicio muy básico que parte de unas corcheas.

Pues bien, estas características hacen que sea algo más que un excelente ejercicio contratapuntístico, es más que técnica, y hace que sea reconocible, admirable y guste mucho a muchos públicos distintos. Son solo ocho acordes sobre los que el autor explora combinaciones y distintos desarrollos, pero siempre respetando la armonía entre todos los compases y voces.

Tiene su punto de pop, aunque se compusiera siglos antes o conviviera en sus inicios con la adaptación de Paillard. Y para comprobarlo dejaré dos ejemplos para que los disfruten cuando tengan ocasión: una lista de reproducción en Spotify con canciones pop-rock basadas en el Canon en re mayor, y esta pequeña joya del humor, cinco minutos deliciosos que fueron mi primera aproximación al Canon de Pachelbel hace ya muchos años y que revisito cada cierto tiempo para reírme como la primera vez. Quien no haya visto este vídeo, que se permita el gusto de reír unos minutos, que es salud y nunca está de más.


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La transparencia es un canon

Resumamos los principales puntos de lo que hemos visto hasta ahora:

1. La obra está compuesta para varios instrumentos (voces, actores).

2. Se generan melodías que se van haciendo más complejas (y más bonitas) según avanzan los compases.

3. Todas las melodías encajan entre sí.

4. La composición original contempla la posibilidad de que se puedan hacer adaptaciones, lo que permite que se pueda componer una nueva pieza propia sobre la base conocida, la pieza original, disponible para todo el que quiera usarla, abriendo el campo a multitud de variaciones con muy pocos acordes.

5. Es música clásica, es académico, rezuma conservatorio y virtuosismo, pero su estructura y sobre todo la belleza de las melodías convierten el Canon, en cierto modo, en música pop.

Cualquier punto de los anteriores y todos juntos a la vez nos conducen a establecer un paralelismo con la transparencia:

5. La base de la transparencia es académica, es jurista, es derecho administrativo, pero las formas de acercarse a ella y de mostrarla la pueden convertir en formatos muy pop, accesibles para muchos públicos.

4. Las distintas administraciones se han aproximado a ella siguiendo adaptaciones propias a partir de la base común que plantea la ley. Cada una ha desarrollado su modelo de transparencia, o lo está desarrollando o debería de estar desarrollándolo, siguiendo unos compases marcados sobre los que se introducen variaciones, con el ostinato contrabajo de fondo de la Ley 19/2013 en nuestro caso.

3. Todas las melodías del diseño de la transparencia de una administración tienen que encajar perfectamente entre sí según vayan apareciendo “frases” nuevas. El Portal de Transparencia debe encajar con la ley autonómica o la ordenanza o con ambas, y con el portal de datos abiertos, y con el modelo de rendición de cuentas, y con el código de buen gobierno, y con la gestión del derecho de acceso y con todas las nuevas “frases” o melodías que incluya la pieza.

2. Conforme se hace cada vez más compleja, se hace cada vez más bella, en este caso, más completa, más útil.

1. La transparencia necesita de la interpretación de varias voces, de varios instrumentos, de varios actores, que tienen que conjugarse de manera perfecta para que la melodía sea carismática, bonita, para que llegue al público y así sirva cada día mejor a los propósitos que persigue.

La transparencia necesita de la interpretación de varias voces o actores, que tienen que conjugarse de manera perfecta para que la melodía sea carismática, llegue al público y sirva cada día mejor a los propósitos que persigue.

Seamos McCartney, Marley…o Paillard

Gracias al cambio de velocidad de la interpretación y a los pizzicatos de Paillard esta pieza se ha popularizado, y ha sido utilizada en multitud de ocasiones, como muestran las referencias que dejamos anteriormente. Estilos tan variados como The Beatles, Bob Marley, Aerosmith, Green Day, Village People, U2 o Guns N’ Roses han dejado himnos populares tan emblemáticos como Let it Be, With or without you o No woman no cry. Cada compositor ha imaginado y ejecutado los acordes adecuándolos a su estilo para componer una melodía propia que es reconocible, admirada por su público y que funciona.

Este es el reto que planteamos para este año 2023 a cada administración. Cada una desde su nivel de desarrollo que componga o siga componiendo “frases” para su particular Canon (de Pachelbel) de la Transparencia. Seamos compositores de nuestra propia melodía. No olvidemos que se pueden hacer variaciones y que pueden usarse nuevos instrumentos y arreglos, porque la transparencia, como la sociedad, la Administración y los problemas que pretende paliar, no es inmutable.

Por poner un ejemplo, en este 2023 la Red de Entidades Locales por la Transparencia y Participación Ciudadana de la FEMP tiene previsto presentar dos nuevas Ordenanzas Tipo, en las que ya está trabajando, para que sean adaptadas por las entidades locales que así lo deseen: una de Transparencia y Acceso a la Información Pública y otra de Reutilización de la Información Pública, recogiendo las novedades, avances y sensibilidades que se han observado estos años de aplicación de la legislación en transparencia y los usos de las entidades públicas y las demandas de la sociedad civil, académicos y profesionales respecto a la información pública y los datos. Estos textos a buen seguro traerán novedades que no se han trabajado aún en multitud de ayuntamientos, diputaciones o incluso Comunidades Autónomas.

También se habla sobre la reforma de la Ley de Transparencia, y el Gobierno ya ha anunciado que contendrá la obligación de incluir algún mecanismo de rendición de cuentas. Es hacia donde debe orientarse la transparencia, como Rafael Jiménez Asensio y Alberto Ortiz de Zárate sostenían hace ya unos años como arte consustancial del concepto “transparencia efectiva”.

La legislación llega tarde, siempre después de los cambios o las demandas sociales, pero parece que va a llegar. Como decía hace unas líneas, nada es inmutable, y mucho menos una normativa relativamente reciente que debe servir de palanca de cambio cultural, algo que también se mueve lento, como hemos señalado en este espacio en otras ocasiones.

Se habla sobre la reforma de la Ley de Transparencia y se ha anunciado que contendrá la obligación de incluir algún mecanismo de rendición de cuentas. Es hacia donde debe orientarse la transparencia.

Y como estos ejemplos tenemos más. Por ejemplo, nuevas herramientas para mejorar la visualización de datos (como los contenidos elaborados por el portal datos.gob.es que recogen las tendencias nacionales e internacionales, o la Guía publicada en diciembre del 2022 por la propia Red de la FEMP). También el apoyo para la redacción de planes antifraude, requeridos para la concesión de Fondos Next, bien a través de subvenciones públicas (caso de las diputaciones provinciales) o bien mediante la asistencia de organismos especializados (como las agencias antifraude).

Hay recursos para que el camino hacia una mayor transparencia no tenga que recorrerse sin acompañamiento. Como reza un proverbio africano, si quieres llegar rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado.

Y por último, a aquellas administraciones que estén en un estadio más avanzado, y hayan incluido en su pentagrama todos los acordes y tengan una melodía (aparentemente) bien terminada, les planteamos el reto de ponerse en la piel de Paillard: que añadan su propio pizzicato, para que la melodía suene aún mejor y que la compartan con el resto para que el avance sea, más rápido o más lento, compartido y generalizado, y para que la tonadilla pop sea tan pegadiza que la tararee la sociedad o, al menos, todos aquellos interesados en los asuntos públicos. Este reto sí que es colosal.

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