<p>El Encuentro ISR sobre Taxonomía Social de Spainsif, celebrado en formto online, ha reunido a más de 200 asistentes. Foto: Spainsif.<p>

El Encuentro ISR sobre Taxonomía Social de Spainsif, celebrado en formto online, ha reunido a más de 200 asistentes. Foto: Spainsif.

La taxonomía social impulsará la inversión sostenible en Europa, según expertos

Spainsif ha celebrado el Encuentro ISR ‘La Taxonomía Social de la UE’ en el que los participantes han destacado el cambio que va a suponer para el desarrollo de las finanzas sostenibles y que contribuirá a financiar una sociedad con menos desigualdades y una recuperación pospandemia inclusiva.
28 enero 2022

El Grupo Técnico de Expertos en Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea presentó en julio de 2021 el primer borrador sobre Taxonomía Social, cuya segunda versión estaba prevista para el último trimestre de 2021.

Debido a la complejidad de la agenda regulatoria, el ecosistema de la inversión sostenible sigue a la espera de conocer los detalles del documento que el subgrupo técnico de expertos remitirá a la Comisión Europea como propuesta final, tras incorporar las aportaciones de las consultas públicas que se celebraron en el verano de 2021.

Al margen de las características que se incluyan en el documento final, parece claro que la clasificación de actividades que contribuyan significativamente a objetivos sociales en la UE (la Taxonomía Social) contribuiría al impulso de la inversión sostenible en Europa, como han coincidido en destacar los participantes en el Encuentro ISR La Taxonomía Social de la UE, organizado por Spainsif, el Foro Español de Inversión Sostenible y Responsable.

El presidente Spainsif, Joaquín Garralda, ha explicado durante la inauguración de la jornada que “la Taxonomía Social es muy esperada y es igual de relevante o más que la Taxonomía Verde, pero al basarse en principios internacionales, normas y criterios relacionados con aspectos culturales, puede presentar un desarrollo más lento que la relativa a objetivos ambientales”.

Garralda ha destacado como aspecto positivo que la Taxonomía Social podría tener camino ya recorrido gracias al desarrollo de la clasificación ‘Verde’, como el nuevo vocabulario aprendido en materia de inversión sostenible; los marcos de divulgación como el Reglamento SFDR en fondos clasificados en categorías de integración de riesgos (Artículo 6), promoción de características sociales y ambientales (Artículo 8) y objetivos de sostenibilidad (Artículo 9); y los requerimientos de transparencia para productos financieros y empresas.

Por otro lado, reconoció que irremediablemente incorporará nuevos términos y mecanismos que tendrán que aprender a manejar gestoras, empresas o inversores.

Hugo Gallagher, senior policy adviser de Eurosif, ha compartido la visión del Foro Europeo de Inversión Sostenible sobre el borrador de la Taxonomía Social y sobre cómo puede contribuir a impulsar las inversiones con criterios sociales. Gallagher ha señalado que “la idea de incorporar aspectos sociales se tomó en cuenta desde el momento en el que surgió la Taxonomía Verde, pero la Taxonomía Social recae de forma más marcada en estándares internacionales y en valores que en la ciencia. Además, la UE tiene competencias más limitadas sobre los aspectos sociales”.

Gallagher ha profundizado en los dos ejes de la Taxonomía Social: una dimensión vertical que incluiría actividades de alto impacto (enfocado a que estas supongan una contribución sustancial a los objetivos sociales) y una dimensión horizontal que incluiría a las empresas desde un punto de vistas de procesos y prácticas (enfocado a que éstos no dañen significativamente los objetivos sociales).

Gallagher ha destacado en su intervención los beneficios potenciales de su aprobación: métricas comunes, mayor credibilidad, visibilidad y reconocimiento al impacto social. Entre las controversias más visibles de su desarrollo ha mencionado las consecuencias que podría tener etiquetar determinadas actividades económicas como perjudiciales para los objetivos sociales sin tener en cuenta aspectos contextuales, citando ejemplos como la producción de vino o las industrias de defensa.

Oportunidad de inversión para el sector financiero

Eva Hernández, profesora en el Instituto de Estudios Financieros (IEF), moderó la mesa sobre La visión del Sector Financiero en la que participaron Ana Pilar Guardia, jefa de Área de Mercado de Capitales de Instituto de Crédito Oficial (ICO); Ana Rosa Castro, directora de Ventas España en Nordea Asset Management, y Fernando Varela, socio director de Social Gob.

Los panelistas profundizaron en el potencial de la Taxonomía Social como motor de la inversión con criterios sociales en el momento en el que los mercados financieros cuenten con un lenguaje armonizado; si bien apuntaron la necesidad que los criterios de contribuciones sustanciales de las empresas requerirán de mayores niveles de transparencia e información de sostenibilidad, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo.

Destacaron, igualmente, la importancia de canalizar financiación para afrontar la desigualdad que se ha intensificado con la pandemia.

Empleo, impacto social y tercer sector

Mario E. Sánchez, economista en CCOO, se adentró en la dimensión del trabajo en la Taxonomía Social desde la perspectiva del diálogo social, la negociación colectiva, la seguridad, la salud laboral y el trabajo decente. y moderó la segunda mesa del Encuentro ISR Temáticas desde el tercer sector, con la participación de Carla Bonino, jefa Departamento de Sostenibilidad de Fundación ONCE; Gorka Goikoetxea, responsable Finanzas & ESG Endowment de Anesvad, y Rafael Fuertes, director general de Fundación Más Familia.

Los representantes del tercer sector describieron la Taxonomía Social como una referencia para poner en valor la economía social e inclusiva; con potencial para contribuir a “no dejar a nadie atrás”.

Se valoró positivamente que pretenda generar un espacio de mayor valoración a la economía social que, a su vez, mejoraría la situación de colectivos desfavorecidos y del respeto a los Derechos Humanos.

Como aspecto positivo, se mencionó la capacidad de situar a las personas en el centro de la inversión refiriéndose a empleados, beneficiarios y la propia cadena de suministro y se conversó sobre la posible interacción de la Taxonomía Social con la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

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