<p>Ruth Marín, mánager de RSE en Florette, comenta que la empresa agroalimentaria apoya la formación y el empleo de jóvenes y mujeres en zonas rurales, apostando por un sector más inclusivo e igualitario.Foto: Florette.<p>

Ruth Marín, mánager de RSE en Florette, comenta que la empresa agroalimentaria apoya la formación y el empleo de jóvenes y mujeres en zonas rurales, apostando por un sector más inclusivo e igualitario.Foto: Florette.

“Queremos dejar con la alimentación una huella positiva en la salud y en el planeta”

Hace 30 años, dos emprendedores navarros descubrieron las ensaladas envasadas en París y decidieron ‘importar’ la idea. Aquel pequeño emprendimiento es hoy Florette, una marca muy conocida, comprometida con la innovación sostenibilidad. Hablamos con su responsable de RSE, Ruth Marín.

En esta sección solemos de hablar de emprendedores sociales jóvenes, con empresas todavía en crecimiento que están tratando de hacerse un hueco en el mercado. Dada nuestra vocación por impulsar esta figura que tanto impacto positivo ejerce en la sociedad, hoy me gustaría presentar a Florette una empresa consolidada, que nació del emprendimiento social de dos amigos navarros, Juan Miguel Floristán y José Javier Muguerza, que en 1988 crearon la antigua Vega Mayor.

Ya hace más de 30 años, estos emprendedores, unidos por un sueño y convencidos de que una alimentación saludable mejora la calidad de vida de las personas, se embarcaron en un proyecto para hacer más accesibles los vegetales frescos, presentándolos en formatos prácticos que hiciesen más fácil el día a día de los consumidores.

En 2001, la compañía se integró en el grupo galo Florette, demostrando que el emprendimiento social puede escalar y por ende multiplicar su impacto, siempre que seamos capaces de salvaguardar los valores con los que la empresa fue fundada.

Hoy, Florette continua innovando y ofreciendo cada vez una mayor variedad de productos frescos y saludables para ayudar a las personas a alimentarse mejor, pero no se ha quedado ahí. La realidad del sector agrario español, donde esta empresa desarrolla gran parte de su actividad, liderado por hombres y alarmantemente envejecido, es un reto que pasa por un necesario relevo generacional a través de la contratación de jóvenes y mujeres, y de la formación y generación de empleo cualificado, que mejore la actividad y riqueza de la llamada España vaciada. Por eso Florette apoya la formación y empleo de jóvenes y mujeres en zonas rurales para dar vida a sus huertos de proximidad y hacer el sector primario más inclusivo e igualitario, representando el talento femenino el 48% de sus más de 2.000 trabajadores.

La política de gestión de la sostenibilidad de Florette incluye también que todos sus envases sean 100% reciclados y reciclables, y medidas como la energía que utilizan, que ya es 100% renovable, desinfección de forma natural de los suelos, protección la biodiversidad, apoyo a la economía circular, apuesta por la reducción del desperdicio alimentario y la huella de carbono, y una política de gestión del agua responsable y sostenible.

Un emprendimiento social que ha multiplicado exponencialmente su impacto social y medioambiental, al estar completamente anclado en el ADN de la compañía.

¿Qué es Florette?

Florette es una empresa de origen navarro pionera en el mercado español que ya en los años 80 introdujimos una nueva categoría en el lineal de los supermercados en España, la IV gama: verduras y hortalizas limpias, troceadas y envasadas. Desde entonces, lideramos un segmento que sigue creciendo año tras año y nos hemos consolidado como el principal productor y comercializador de ensaladas y vegetales frescos, envasados y listos para consumir en España.

Esto no hubiera sido posible sin uno de nuestros pilares fundamentales, la innovación que, junto a la sostenibilidad, las personas y la transformación digital, son los ejes fundamentales de la compañía.


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¿Por qué nace? ¿Qué necesidad quiere cubrir?

Hace más de 30 años, dos empresarios y amigos navarros descubrieron la ensalada envasada en un viaje a París. Las ensaladas envasadas ya eran conocidas en otros países europeos, como Francia, pero no habían llegado a España. Se entusiasmaron con la idea y creyeron en ella para extender el consumo de este plato fresco, sano y práctico, con el objetivo de contribuir así a que las personas lleven una dieta saludable.

Hoy en día seguimos teniendo clara nuestra misión de ayudar a las personas a alimentarse mejor, con productos frescos, de origen local, saludables, sabrosos, prácticos y sostenibles.

¿Qué es lo que más valoran los consumidores?, ¿los agricultores?

En el último ranking Brand Footprint de 2022, de Kantar, Florette se situó como una de las marcas preferidas por los consumidores del sector Gran Consumo y como la número uno en frutas y hortalizas.  Los consumidores siguen eligiendo a Florette como primera opción para disfrutar del amplio catálogo de productos que ofrecemos, que se adaptan a lo que busca el consumidor actual y además con una gran variedad adaptada a sus necesidades.

Los agricultores aprecian el valor añadido que ofrecemos como gran empresa y que es fruto de los pilares que mencionábamos antes: la sostenibilidad, entendida también desde el punto de vista de dar soluciones que les permitan continuar su labor a pesar de los retos a los que se enfrenta el sector agrícola; la innovación, pues les permite estar también a la vanguardia de los últimos avances, y las personas, pues se sienten acompañados y respaldados en su labor diaria.

Tenemos un respeto absoluto por la tierra y creemos que es un patrimonio que debemos cuidar para las generaciones presentes y futuras.

La innovación, junto a la sostenibilidad, las personas y la digitalización, son los ejes fundamentales de la compañía.

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

En Florette, desde el comienzo, comprendimos la trascendencia que tiene ser los primeros, así que la innovación, que forma parte de nuestro ADN, es uno de nuestros ejes estratégicos y clave en el crecimiento de la compañía. Además, está relacionada con otra clave: la de adaptarse con agilidad a los hábitos de consumo, muy fluctuantes durante los últimos años. Escuchamos constantemente al consumidor y ponemos la innovación a su servicio, manteniendo en todo momento los altos estándares de calidad.

Pero la innovación de producto, que es la que más percibe el consumidor final, no es más que la punta del iceberg. Está presente en todos los pasos de la cadena de valor, en el campo y en los procesos también, con una gran inversión en I+D para cumplir como empresa responsable y, además, pionera.

¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?

El mayor reto es siempre el seguir aportando a la sociedad en unas condiciones realmente desafiantes, siendo el cambio climático el que más nos afecta por la naturaleza de nuestra organización. No nos queremos limitar a tener un impacto neutro, no. Nuestro propósito nos lleva a acercarnos a conceptos más ambiciosos como la agricultura regenerativa, la tecnología como catalizador de mejoras en la vida de nuestros partners agricultores, etc.

El campo español se enfrenta a retos como el relevo generacional y el envejecimiento, la brecha de género, empleo en la España vaciada, digitalización, sequía, sostenibilidad…¿Cómo contribuís desde Florette a revertir estas tendencias?

En primer lugar, en Florette se fomenta el consumo de productos locales y de cercanía, los vegetales se cultivan en todo el territorio español y con prácticas agrícolas enfocadas en el respeto y cuidado del entorno durante todo el proceso productivo. Cultiva directamente más de 2.200 hectáreas con más de 500 agricultores locales.

El cultivo se realiza de forma sostenible garantizando la producción de alimentos y minimizando la presión sobre los recursos naturales, conservando la biodiversidad y la fertilidad del suelo y reduciendo el uso de insumos nocivos para el medioambiente. El cultivo en campos nacionales minimiza, además, las emisiones de CO2 en el transporte y por ende la huella de carbono de los productos.

Algunos ejemplos de prácticas agrícolas son: el uso de desinfectantes naturales de residuo cero; la utilización de técnicas naturales de desinfección de suelos como la solarización y el uso de bandas floridas como reservorio de insectos para controlar las plagas; la reutilización del agua de la lluvia en los campos de cultivo, y proyectos para reducir las emisiones. Nuestra fuente de energía es 100% renovable y estamos trabajando ya en la autosuficiencia energética a partir de la instalación, por ahora, de cuatro parques fotovoltaicos que podrán llegar a cubrir cerca del 25% de su consumo eléctrico. Es decir, no solo se busca el impacto neutro, sino el impacto positivo, que hoy se puede enmarcar dentro del concepto de agricultura regenerativa.

¿Qué valores de la sociedad estáis tratando de impulsar?

El cuidado sería uno de los principales, dada nuestra naturaleza. El cuidado por uno mismo y por los que nos rodean es sinónimo de salud y la alimentación es uno de los vehículos principales. Pero el cuidado por nuestros ecosistemas también lo es.

La voluntad de cambio sería otro, muy ligado a nuestro pilar de la innovación y que vemos claramente en la generación Z. Están poniendo sobre la mesa temas que hasta ahora eran silentes y cruciales para nuestro devenir como sociedad. Las empresas están cada vez más concienciadas con el rol que juegan, ya no solo como dinamizadores de la economía, sino como agentes que tienen un impacto positivo en cuestiones como la exclusión social, la igualdad de género, la desigualdad social y un largo etcétera. Asumir esa responsabilidad e integrarlo en los planes es, a día de hoy, crucial y en Florette llevamos poniéndolo en práctica desde hace décadas.

Fomentamos el consumo de productos locales y de cercanía y los vegetales se cultivan con prácticas agrícolas enfocadas en el respeto y cuidado del entorno durante todo el proceso productivo.

¿Qué ha sido lo más difícil? ¿De qué estáis más orgullosos? Mayores logros y mayores meteduras de pata.

Llevamos 35 años de actividad. Una empresa al final es un organismo que interactúa con el entorno, como lo hacemos los seres humanos y, consecuentemente, hemos tenido que lidiar con situaciones y contextos complicados durante estas décadas: crisis económicas, tensiones entre los actores sociales, retos medioambientales, cambios legislativos, etc. Pero contamos con un equipo de personas estupendas, ambiciosas en el plano social y medioambiental, que quieren superar cualquier dificultad. Volvemos por tanto a uno de nuestros pilares, a las personas: estamos orgullosos todos los que conforman el equipo Florette y que se sienten identificados con el compromiso con el que vivimos cada día.

¿Qué huella queréis dejar en el mundo?

Se da cierta paradoja: por un lado, nuestra misión es ayudar al mundo a alimentarse mejor, porque sabemos que juega un papel fundamental en el bienestar individual y social. Si podemos contribuir a dejar una huella positiva en ese pilar fundamental que es la salud, estaremos satisfechos. Y creemos que en estos 35 años lo hemos estado trabajando.

Por otro, queremos dejar la menor huella posible en nuestro planeta. O, como comentábamos, una huella positiva. Gran parte de nuestro compromiso y esfuerzo están claramente destinados a la sostenibilidad medioambiental, y queremos seguir contribuyendo a generar ese conocimiento y prácticas que garanticen que tanto las generaciones presentes como futuras puedan disfrutar de nuestros ecosistemas.

Tener clara nuestra misión y nuestro propósito nos permitirá navegar y salvar cualquier obstáculo, calando en nuestra cultura como empresa. Y, cuando dudemos, volvamos siempre a la pregunta original: ¿por qué hacemos lo que hacemos?

¿Qué consejo le daríais a los emprendedores sociales que vienen?

Que el mejor motor es la vocación de cambio, es lo que hace que nos levantemos cada mañana; debemos procurar mantenerlo vivo. Aunque se presenten barreras, no podemos claudicar y debemos de tener unos principios sólidos que nos permitan navegar ante las vicisitudes. Tener clara nuestra misión y nuestro propósito nos permitirá navegar y salvar cualquier obstáculo, calando en nuestra cultura como empresa. Y, cuando dudemos, volvamos siempre a la pregunta original: ¿por qué hacemos lo que hacemos?

También es importante apoyarnos y crear sinergias con organizaciones afines. En Florette trabajamos con un amplio espectro de instituciones y proyectos: en el plano de la investigación con entidades públicas como el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA); iniciativas privadas como IAFOOD; proyectos de la Unión Europea junto a otros actores como Agropaper, y un largo etcétera.

También en el ámbito social, por ejemplo, con Cruz Roja, Caritas, Bancos de Alimentos y Fundación Adecco. Junto a ellos trabajamos en programas para la donación de producto, la inserción laboral, la colaboración con centros formativos en material de exclusión social… En definitiva, únete a aquellos que están trabajando para construir el mundo que quieres.

¿Qué mensaje te gustaría mandar a nuestros lectores?

Que, aunque los diagnósticos que se hacen muchas veces de la situación contemporánea no sean halagüeños, debemos ser positivos, valorar los cambios que se están generando en términos de conciencia social y medioambiental, y seguir sumando esfuerzos para mejorar en los distintos ámbitos que nos competen.

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