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Aitor Ojanguren fundó Koiki en 2015.
“Koiki no es solo logística, es motor de transformación urbana y social”
Aitor Ojanguren, fundador de Koiki, tiene muy claro que el transporte y el reparto de última milla en grandes ciudades es más rentable cuando es sostenible y se realiza a pie o en bicicleta. Con Koiki lo ha demostrado: no solo reduce el impacto medioambiental, acústico y la congestión urbana, sino que además genera un impacto social positivo al contratar como repartidores a personas en situación de vulnerabilidad.
Si todo son beneficios, cabe preguntarse: ¿por qué las administraciones públicas no prohíben otras formas de reparto de e-commerce en las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) —obligatorias por ley en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes—? ¿Por qué las empresas no eligen siempre este modelo para la distribución de sus ventas online?
Ojanguren fundó Koiki en 2015, inspirado por los modelos de impacto social de Muhammad Yunus, reconocido por su revolucionario sistema de microcréditos, e Yvon Chouinard, fundador de Patagonia. Tras la entrada de fondos de impacto en 2017, se incorporaron como socios de referencia Fundación Repsol y el Grupo SEUR–Geopost en 2019 y 2021, respectivamente. Actualmente, aunque Aitor no ejerce funciones de gestión, sigue vinculado a la compañía hasta 2026, impulsando la consolidación del proyecto en innovación y sostenibilidad y demostrando que otra forma de reparto es posible, rentable y con impacto social y ambiental positivo.
¿Qué es Koiki?
Koiki es una empresa social de reparto de última milla que combina la innovación logística y tecnológica con impacto social y ambiental.
Nuestro modelo se basa en una red de microhubs urbanos, gestionados en muchos casos por el sector social y operados por personas en situación de vulnerabilidad (como personas con discapacidad o riesgo de exclusión), desde donde se realizan entregas a pie o en bicicleta, adaptándonos plenamente a las exigencias de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) y la Distribución Urbana de Mercancías (DUM).
A través de esta estructura, reducimos significativamente las externalidades negativas del reparto tradicional: menos congestión, menos emisiones, menos accidentes, y más empleo inclusivo y de proximidad. Koiki no es solo una solución logística innovadora: es una herramienta de transformación urbana y social.
¿Por qué nace?
Koiki nace en 2015 como respuesta a un doble reto: por un lado, la exclusión del mercado laboral de miles de personas en situación de vulnerabilidad; por otro, el modelo de reparto urbano contaminante, ruidoso y poco eficiente.
Inspirados por el espíritu emprendedor de Muhammad Yunus y el compromiso medioambiental de figuras como Yvon Chouinard, creamos un modelo que demuestra que es posible generar impacto positivo en las ciudades sin renunciar a la viabilidad económica. La sostenibilidad —en su triple dimensión social, medioambiental y económica— está en nuestro ADN desde el primer día.
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¿Qué queréis cambiar con Koiki?
Queremos transformar la manera en que se reparten los paquetes en las ciudades: queremos un reparto limpio, silencioso, inclusivo y justo. En lugar de furgonetas contaminantes que saturan el tráfico y generan empleo precario, proponemos microhubs de barrio gestionados por el sector social y realizado por personas que tradicionalmente han sido excluidas del mercado laboral.
También aspiramos a cambiar la percepción sobre el emprendimiento social: demostrar que se puede competir en un mercado exigente, como el de la última milla, sin perder de vista el impacto.
¿Qué es lo que más valoran los clientes / los trabajadores / las empresas?
Nuestros clientes valoran el cumplimiento de los plazos de entrega, la cercanía y la sostenibilidad del servicio. Saben que cada paquete entregado por Koiki genera empleo inclusivo y reduce la huella ecológica. Las empresas nos eligen porque somos una solución alineada con sus estrategias ESG y con la normativa ambiental de las ciudades.
Además, hemos dado al sector social una nueva herramienta para dar empleo a sus beneficiarios en riesgo de exclusión o discapacidad.
Pero quizá lo más potente es lo que sienten nuestros repartidores: dignidad, autoestima y pertenencia. En muchos casos, es su primera oportunidad real de trabajo estable. Para ellos, Koiki no es solo un empleo; es una comunidad que les permite crecer personal y profesionalmente.
Koiki quiere cambiar la percepción sobre el emprendimiento social y demostrar que se puede competir en un mercado exigente, como el de la última milla, sin perder de vista el impacto. Foto: Koiki.
Los repartidores sienten dignidad, autoestima y pertenencia, cuenta Ojanguren. Para muchos es su primera oportunidad real de trabajo estable. Foto: Koiki.
¿Cuál es la clave de vuestro éxito?
La clave ha sido diseñar un modelo que integra simultáneamente impacto social y eficiencia operativa. Nuestra red distribuida de microhubs y nuestra tecnología permiten una logística más eficiente en los núcleos urbanos de las ciudades que el sistema tradicional de reparto en furgonetas, sean estas de combustión o eléctricas.
También ha sido fundamental nuestra capacidad para medir y comunicar el valor que generamos: reducción de emisiones, empleo inclusivo, pacificación de las ciudades, entre otros. Esa narrativa de impacto, cuando es real y medible, genera una conexión auténtica con clientes, administraciones y financiadores.
¿Qué valores de la sociedad estáis tratando de impulsar?
Promovemos un urbanismo más humano, donde la logística esté al servicio de la ciudad y no al revés. Koiki impulsa una sociedad más justa, más verde y más cohesionada. Queremos que el empleo no sea un privilegio, sino un derecho accesible a todos.
Creemos que cualquier empresa —y especialmente cualquier startup— debería integrar en su misión los tres pilares de la sostenibilidad: social, medioambiental y económico.
¿Qué ha sido lo más difícil? ¿De qué estáis más orgullosos?:
Lo más difícil ha sido mantener el equilibrio entre impacto y sostenibilidad económica. Hemos tenido que tomar decisiones difíciles, como la reducción en número de nuestra red de microhubs para reforzar la rentabilidad y eficiencia operativa, ubicándonos en el centro de las ciudades y en las ZBE donde somos muy eficientes.
Estamos muy orgullosos de haber demostrado que es posible generar empleo de calidad para colectivos vulnerables en un sector tan competitivo como la última milla. También de haber sido reconocidos como un referente en logística sostenible, anticipándonos a normativas como las ZBE cuando aún eran incipientes.
Promovemos un urbanismo más humano, donde la logística esté al servicio de la ciudad y no al revés.
¿Cómo va Koiki a nivel empresarial?
Después de una fase de expansión y consolidación, y tras una reorganización de nuestra red para priorizar los microhubs más eficientes, Koiki prevé alcanzar el break-even o punto de equilibrio antes de que termine el año 2025. Este hito demuestra que el emprendimiento social no solo puede ser transformador, sino también económicamente viable.
En el año 2025 repartiremos más de dos millones de envíos, generando empleo a más de 180 personas en 60 microhubs distribuidos por toda España y Portugal.
Más allá de las cifras, lo relevante es que hemos llegado hasta aquí sin desviarnos de nuestra misión. Seguimos generando empleo para personas con dificultades de inserción y haciendo posible un reparto más limpio, justo y humano en nuestras ciudades. Y eso es, al final, el mayor indicador de éxito.
¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?
El mayor reto para Koiki es que SEUR gestione bien la compañía y la haga crecer, ya que depende del volumen de paquetes el llegar al break-even en cada microhub. Koiki será lo que quiera SEUR en cuestión de beneficios y en cuestión de impacto lo que exija la Fundación Repsol.
¿Dónde ves a Koiki en 5-10 años?
En todas las ZBE de España. Por ley todas las ciudades de más de 50.000 habitantes tienen que tener Zonas de Bajas Emisiones donde los vehículos no pueden entrar, ni siquiera deberían entrar los vehículos eléctricos, que son contaminantes, que siguen colapsando y generando accidentes, con lo que no es la solución.
En las ZBE debería haber microhubs y deberían estar incluso subvencionados por la Administración y que los vehículos de e-commerce tuvieran prohibido entrar. Hemos demostrado que, aún sin ayuda de la Administración, el modelo es eficiente.
¿Cuándo considerarías que el proyecto de Koiki está concluido? ¿Qué indicador mediría el impacto?
Nuestros KPI se centran en los kilogramos de CO2 ahorrados por paquete entregado y el número de personas vulnerables contratadas.
Koiki es un referente en nuestro país en los negocios inclusivos, (aquellos que incluyen en su cadena de valor grupos vulnerables sea cómo empleados, clientes, distribuidores o proveedores) y el único en distribución.
¿Cuáles son los mayores retos de la creación de negocios inclusivos en España?
El pensar en el lucro. Lo relevante de este modelo es el impacto y la rentabilidad tiene que ser una condición indispensable, pero este modelo no es para forrarse. Donde hay lucro, ya está la empresa tradicional y van a ser más rápidos que tú. No vayas a generar impacto para lucrarte, ya que esa forma de lucrarse ya estará inventada. Al capital hay que remunerarlo al tipo de interés de mercado, como dice Mohamed Yunus. Eso es lo que vas a ganar.
Lo relevante es el impacto y la rentabilidad tiene que ser una condición indispensable, pero este modelo no es para forrarse. Donde hay lucro, ya está la empresa tradicional y van a ser más rápidos que tú.
¿Qué es para ti un emprendedor social? ¿Se hace o se nace?
Son valores, los valores en los que te han educado. Yo emprendí porque había emprendido ya, y me inspiré en lo que dijo Mohamed Yunus y me convenció. Los valores se inculcan y tú los desarrollas.
¿Qué consejo le daríais a los emprendedores sociales que vienen?
Que no emprendan para lucrarse sino para generar impacto y estar comprometidos con la sociedad.
¿Qué mensaje te gustaría mandar a nuestros lectores?
A los directores de Sostenibilidad y a los CEO de las empresas me gustaría decirles que implementen un modelo mixto de bono que dependa no solo del resultado financiero, sino del impacto social y medioambiental generado, como ha hecho L’Oréal, uno de nuestros principales clientes. Según el programa “L’Oréal for the future”, los directivos deben generar impacto social y medioambiental positivo para obtener su bono y con nosotros consiguen los dos a la vez. Eso genera una gran transformación.
A las administraciones que, sabiendo que hay modelos más eficientes con menos impacto medioambiental y más social, deberían prohibir el reparto de e-commerce en el centro de las cuidades. Koiki lo ha demostrado. Malasaña, el casco viejo de Bilbao, el Rabal de Barcelona,… Koiki ha demostrado que somos mucho más productivos y generamos menos impacto medio ambiental, sonoro, circulatorio, …