<p>Foto: Husk Ventures.<p>

Foto: Husk Ventures.

De Camboya al mundo: tecnología española que multiplica cosechas y rentas un 20%

La empresa española Husk Ventures, con sede en Phnom Penh (Camboya), está revolucionando la agricultura regenerativa al producir biocarbón a partir de residuos agrícolas, logrando que los agricultores camboyanos aumenten sus rendimientos y sus ingresos netos hasta un 20%, mientras reducen fertilizantes químicos y capturan carbono en el suelo.

En un contexto global marcado por la incertidumbre y la amenaza a la seguridad alimentaria debido al cambio climático y a la situación de los pequeños agricultores, el incremento sustancial de sus ingresos logrado por Husk Ventures resulta relevante. La seguridad alimentaria mundial depende de la financiación de los pequeños agricultores. Si no se logra que puedan vivir de la agricultura, fortaleciendo la cadena de valor agrícola, dejarán de proveer alimentos a la población.

La empresa española Husk Ventures, con sede en Phnom Penh (Camboya), trabaja para cambiar la vida de los agricultores aumentando su productividad y resiliencia, al tiempo que reduce la huella de carbono, regenera el suelo, evita emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye a combatir el cambio climático. La compañía impulsa la transición hacia una agricultura regenerativa mediante la producción de biochar, un carbón elaborado a partir de materiales vegetales.

Este biochar se obtiene de residuos agrícolas que normalmente serían desechados y destruidos, liberando gases nocivos a la atmósfera. En cambio, Husk Ventures utiliza estos residuos como base para producir fertilizantes, sustratos y pesticidas naturales, mejorando la salud del suelo, la productividad de las tierras y los ingresos de los agricultores. “Queremos ver un mundo con suelos vivos, cultivos saludables, salarios justos para los agricultores y justicia climática”, afirma Carol Rius, una de las fundadoras de esta empresa.

Desde sus inicios en 2017, las fundadoras de Husk, Heloise Buckland y Carol Rius, han estado convencidas de que “el sector privado tiene el poder de combatir la desigualdad social y hacer frente al cambio climático”. A diferencia de la mayoría de las empresas tradicionales, Husk Ventures no nació de una necesidad de mercado, sino con el propósito de “tener un impacto social y medioambiental en las cadenas más empobrecidas del mundo”, según Carol Rius.

Actualmente, Husk Ventures es el principal productor mundial de fertilizantes a base de biochar. El carbono queda enterrado en el suelo, donde permanece durante cientos de años. La empresa cuenta con la primera planta del mundo en un molino de arroz que, mediante un proceso de pirolisis sin humo, evita la quema de la cáscara de arroz y la transforma. Este proceso, basado en el uso ancestral de residuos, fue redescubierto al trabajar con los agricultores.


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“El biocarbón era una práctica común para enriquecer los suelos en muchas comunidades tradicionales de todo el mundo. Apoyándonos en la sabiduría de nuestros abuelos, hemos aplicado este conocimiento ancestral a la realidad actual, donde, por un lado, vemos una acumulación de biomasa y, por otro, suelos muy empobrecidos. Si hubiéramos sido menos arrogantes y les hubiéramos preguntado desde el principio, nos habríamos ahorrado mucho tiempo”, comenta Rius

Hasta la fecha, Husk Ventures ha mejorado los ingresos de las comunidades rurales de Camboya gracias a la mejora de los suelos, mayores rendimientos y menores costes de insumos. “Somos un grupo de personas comprometidas que quieren marcar la diferencia”, señalan desde la empresa.

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Heloise Buckland y Carol Rius, fundadoras de Husk Ventures, señalan que con su proyecto quieren tener un impacto social y medioambiental en las cadenas más empobrecidas del mundo. Foto: Husk Ventures.

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Husk Ventures es el principal productor mundial de fertilizantes a base de biochar. Foto: Husk Ventures.

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Husk transforma a través de un proceso de pirólisis la cáscara de arroz en biocarbón, que los agricultores usan en forma de fertilizantes e insecticidas orgánicos. Foto: Husk Ventures.

En 2024, Husk Ventures ha recibido una inversión de 5 millones de dólares de la firma de capital privado Mekong Capital (Vietnam), lo que les permite pasar de la fase startup a la fase de crecimiento y expandir sus productos a otros países que puedan beneficiarse de esta tecnología. La firma se ha convertido en la empresa de impacto española con la mayor captación de fondos internacionales: más de 1 millón de euros en fondos no reembolsables y 5 millones de euros en capital, habiendo contado con el apoyo de business angels españoles desde el principio, entre ellos Open Value Foundation.

Según Carol Rius, “hace falta más capital y más blando para el inicio de un proyecto social, unido a confianza y paciencia, conceptos que, ninguno de los dos, están en el mundo inversor”. Por ello, aboga por un cambio de mentalidad en los inversores de impacto.

Husk Ventures calcula que para 2030 habrá secuestrado 12.000 toneladas de CO2 equivalente, regenerado 55.000 hectáreas de suelo y mejorado los medios de vida de más de 10.000 agricultores.

La empresa también empodera y capacita a agricultores como líderes comunitarios, denominados “supergranjeros”, como Rien Sophy. “Husk me dio el conocimiento para mejorar nuestro suelo, y ahora soy alguien importante aquí”, afirma.

Los agricultores necesitan fertilizantes a base de carbono, por lo que Husk mezcla biocarbón con otros nutrientes para crear fertilizantes granulados y productos líquidos. Según la empresa, “los agricultores que utilizan productos Husk han informado de un aumento del rendimiento del 15 al 20% y una reducción del uso de fertilizantes químicos de hasta el 50%, ambos resultados se traducen en un aumento de los ingresos netos del 10 al 20%”.

“Hace falta más capital y más blando para el inicio de un proyecto social, unido a confianza y paciencia, y ambos conceptos no están en el mundo inversor”, Carol Rius, fundadora.

Ante el riesgo climático y la vulnerabilidad de las cadenas de suministro, las principales empresas de alimentación del mundo, incluida la española Ebro Foods, ya trabajan para garantizar la producción sostenible de los agricultores y, por ende, su línea de suministro, con medidas para la reducción de fertilizantes sintéticos y la regeneración del suelo para aumentar la producción saludable en los próximos años. El biochar es una solución clave y las alianzas entre actores en diferentes etapas de las cadenas de valor están traspasando fronteras, por lo que cada vez son más los grupos que colaboran directamente con empresas como Husk para mejorar la vida de los agricultores.

Los agricultores en todo el mundo, a menudo ignorados, forman parte de los colectivos más pobres, independientemente del país, pero son esenciales para alimentar a la población. Es necesario dignificar su vida y sus ingresos, también para asegurar la seguridad alimentaria global.

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