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Foto: Ocean Ecostructures.
“El océano es muy generoso y, si lo cuidamos, nos lo devuelve con creces”
Ignasi Ferrer, enamorado del mar desde pequeño, veía todas las películas y documentales de Jacques Cousteau y de Félix Rodríguez de la Fuente, y siempre se he querido dedicar a conocer el mar, estar en el mar y salvar el mar. Ocean Ecostructures es la materialización de ese sueño.
Esta tecnológica se dedica a renaturalizar infraestructuras en el mar como puertos, espigones o plataformas eólicas, y “transformarlas en un oasis azul y, por tanto, en aliadas del océano”.
Desde su empresa, Ferrer nos demuestra que no todo está perdido y que los océanos, en cuanto los damos la oportunidad y los cuidamos, son muy generosos, en sus propias palabras.
Con sus arrecifes artificiales han conseguido ya restaurar la fauna marina del puerto de Barcelona, entre otros. La empresa se ha marcado el objetivo de revitalizar hasta 20.000 espacios marinos de aquí a 2030, contribuyendo a que la actividad humana en entornos marinos sea respetuosa con los océanos.
Ocean Ecostructures acaba de ser seleccionada, de entre casi 600 candidaturas a nivel mundial, junto con otras 9 empresas (es la única española), para el exclusivo programa de en Arabia Saudí, ScaleX para startups innovadoras y visionarias
¿Qué es Ocean Ecostructures?
Ocean Ecostructures es una compañía tecnológica especializada en la regeneración de la biodiversidad marina para compensar el impacto negativo de las infraestructuras en el mar, convirtiéndolas en ‘Nature Positive’ sin interferir en su operativa. De manera pionera ha desarrollado una solución multitecnológica única en el mundo -Bio Boosting System- que combina la tecnología de regeneración más avanzada con inteligencia artificial y robótica para la monitorización de resultados. Gracias a ella estamos impulsando un cambio de paradigma convirtiendo todo tipo de infraestructuras marinas en aliadas del océano.
En resumen, unos arrecifes (estructuras) biomiméticas, que mimetizan cómo funciona la naturaleza, con una capacidad de regeneración extraordinaria y que están especialmente diseñadas para ser colocados sobre infraestructuras. Cada uno de ellos es único, codificable y está geolocalizada y, una vez colocados, los monitorizamos con el uso de drones submarinos de forma periódica. Toda la información recopilada, biodiversidad y biomasa generada, CO2 absorbido, calidad del agua, se reporta a los clientes en forma de impacto generado y cómo han transformado la infraestructura en un oasis azul. La infraestructura se forra con estos arrecifes.
¿Por qué nace?
Ocean Ecostructures nace hace cinco años en Barcelona a raíz de la constatación de la pérdida de biodiversidad marina. A través de inmersiones, sus fundadores, Mireia de Mas, Anna Lloveras y yo mismo, detectamos la urgente necesidad de buscar soluciones. La idea inicial era crear un nuevo arrecife artificial para recuperar la vida en áreas turísticas degradadas, pero nos dimos cuenta de que existía una posibilidad más eficiente, escalable y ágil para recuperar la vida marina: transformar las infraestructuras en oasis azules. A partir de ese momento, los esfuerzos del equipo de I+D se enfocaron plenamente en la creación de una tecnología propia que impulsará un cambio de paradigma a nivel mundial a través de la rehabilitación y renaturalización marina, compensando y neutralizando el impacto de la actividad humana en el mar.
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¿Qué queréis cambiar con Ocean Ecostructures?
Gracias a nuestra tecnología y a los datos que facilitamos a nuestros clientes como el incremento de biodiversidad y biomasa, el CO2 captado o el número de nuevas especies alojadas, permitimos recuperar y valorizar el capital natural que cada infraestructura aporta a su entorno, ayudando a las empresas en sus estrategias de ESG y acercándolas al propósito de convertirse en ‘Nature Positive’. Con nuestra solución multitecnológica ayudamos a transformar las infraestructuras marinas en aliadas del océano, en oasis azules, y además lo medimos y lo reportamos. Desde Ocean Ecostructures seguimos invirtiendo en I+D para desarrollar nuevas tecnologías que permitan acelerar la recuperación de la vida marina a gran escala, y acercarse así a su objetivo de renaturalizar 20.000 espacios para 2030.
¿Cuál es la clave de vuestro éxito? ¿Qué es lo que más valoran vuestros clientes?
Nuestro enfoque pionero se basa en la combinación de tecnologías de última generación en regeneración, robótica/IA y digitalización para renaturalizar infraestructuras marinas de forma activa, adaptable y sostenible. La tecnología biomimética replica funciones de los arrecifes naturales y se instala en cualquier entorno marino, facilitando desde el inicio la colonización por especies autóctonas.
Esta regeneración es medible y trazable mediante un sistema de monitorización robótica e inteligencia artificial centralizado en nuestra plataforma digital iOceans. Para cada unidad recopilamos datos clave como biodiversidad, biomasa o calidad del agua, comparándolo con su entorno y generando informes validados por un equipo científico. Todo esto permite a nuestros clientes cuantificar su impacto positivo, valorizar el capital natural y con todo ello cumplir con estándares de reporting de sostenibilidad. Además, aporta beneficios reputacionales, financieros y educativos, facilitando el acceso a financiación verde y reduciendo costes asociados a reportes ESG.
Nuestro enfoque pionero se basa en la combinación de tecnologías de última generación para renaturalizar infraestructuras marinas de forma activa, adaptable y sostenible.
¿Qué ha sido lo más difícil? ¿De qué estáis más orgullosos? Mayores logros y mayores meteduras de pata…
Uno de los mayores retos que hemos enfrentado ha sido escalar nuestra tecnología y adaptarla a infraestructuras offshore, que presentan condiciones muy distintas a las plataformas costeras. Un ejemplo clave fue nuestra participación en el proyecto de Princess Elisabeth Island, la primera isla energética del mundo que será la infraestructura civil de mayor envergadura jamás realizada en Europa en alta mar, equivalente a doce campos de fútbol. Ubicada en el exigente entorno del Mar del Norte, tuvimos que rediseñar y adaptar nuestros microarrecifes a sus condiciones extremas. Gracias a un proceso riguroso de pruebas, análisis científico y colaboración técnica, logramos desarrollar soluciones totalmente compatibles con este tipo de entornos. Esta experiencia no solo nos permitió validar nuestra capacidad de adaptación, sino que impulsó la diversificación de nuestra tecnología y amplió significativamente nuestro alcance a nivel internacional.
En los pocos años que llevamos operando, llevamos 3,9 toneladas de vida marina generada, un incremento de biodiversidad del 190% promedio y hemos absorbido cerca de 1,7 toneladas de Co2.
¿Cómo va Ocean Ecostructures a nivel empresarial?
A pesar de nuestro gran ritmo de crecimiento (este último año hemos multiplicado por diez nuestra actividad, y apuntamos a más que doblar de nuevo este año), estamos haciendo grandes esfuerzos de inversión en I+D, por lo que todavía no estamos en break-even (punto de equilibrio).
Creemos que en este momento nuestra prioridad es asegurar un producto superior, tecnológicamente puntero, con una base científica sólida y contrastada. Esto es lo que nos permitirá ofrecer siempre la mejor solución a nuestros clientes, y consolidarnos como la empresa líder global en renaturalización y rehabilitación de entornos marinos degradados.
Ocean Ecostructures desarrolla arrecifes marinos artificiales que imitan a los naturales para combatir la pérdida de biodiversidad. Foto: Ocean Ecostructures.
¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?
El mayor reto que tenemos es que la industria sepa que tenemos está solución para poder renaturalizar sus infraestructuras y poder recuperar la vida marina que han destruido al hacer la infraestructura (puertos, espigones, …) y transformarla en un oasis azul y por tanto en un aliado del océano. El puerto de Barcelona, con 60 unidades colocadas, ha generado una tonelada de biomasa el último año, de los cuales el 60% de los peces son de valor comercial, lo que genera además líneas alternativas sostenibles de explotación.
Pero la industria no sabe que existe y que hay una oportunidad de cambiar su rol ambiental e incluso impulsar un cambio de paradigma, dejando de ser lugares de destrucción para ser lugares de regeneración.
El océano es muy generoso, y cuando ves el impacto que hemos generado en el puerto de Barcelona o en el puerto deportivo de Puerto Banús, o en una plataforma de petróleo y que la vida vuelve y se convierten en pequeñas áreas protegidas da mucha energía para seguir remando. Solo falta que las empresas lo sepan para que lo implementen.
¿Dónde ves Ocean Ecostructures en 5-10 años?
En 5 años nos gustaría ser la referencia global en regeneración de infraestructuras con presencia internacional y nuestro sueño en 2030 es haber podido renaturalizar 20.000 infraestructuras con una capacidad de generar 1.000 toneladas de vida marina nueva al año. Un verdadero moonshoot que nos hará llegar lo más lejos posible.
La industria tiene que saber que hay una oportunidad de cambiar su rol ambiental e incluso impulsar un cambio de paradigma, dejando de ser lugares de destrucción para ser lugares de regeneración.
¿Cuándo considerarías que el proyecto de Ocean Ecostructures está concluido? ¿Qué indicador mediría el impacto?
Nuestro proyecto no acabará nunca porque la humanidad seguirá necesitando infraestructuras en el mar, cables submarinos, puertos, plataformas eólicas, cada vez que hagamos una infraestructura marina que necesitaremos para progresar, tenemos que renaturalizar el ecosistema intervenido y mantener un océano en buen estado.
¿Qué huella queréis dejar en el mundo?
Nuestra huella se traduce en el cambio de paradigma; que no sea la dicotomía del progreso en contra del medio ambiente, sino que consigamos que haya una cierta convivencia y alianza entre ese progreso, la infraestructura que necesito y el cuidado del océano.
La infraestructura se tiene que hacer con el mínimo impacto posible, una vez está hecha, se pueda convertir en un aliado generando nuevas funcionalidades cómo que sea por ejemplo repositorio de biodiversidad para la zona intervenida.
¿Cuales son los mayores retos de nuestros mares?
Hay que seguir trabajando para conseguir una explotación sostenible. Aún estamos muy lejos.
La buena noticia es que nos estamos moviendo. Hace 10 años apenas se hablaba de economía marina sostenible, se empezó a hablar en el 2012 y, aunque nos falta mucho, existe claramente la sensibilidad, existe la voluntad, hay un convencimiento y se ha entendido que solamente podemos seguir obteniendo las riquezas del océano si este está saludable, pero nos queda muchísimo por hacer.
Pero el hecho de demostrar que tecnológicamente se puede ha puesto a muchas instituciones marinas en marcha.
El océano es mucho más frágil que el ecosistema terrestre y lo conocemos menos, no tiene la capacidad de poder aguantar lo que ha aguantado la tierra. El océano al mismo tiempo es extremadamente generoso, en cuanto le damos la oportunidad y lo conseguimos cuidar y mejoramos su estado, nos lo devuelve con creces.
Anna Lloveras, Ignasi Ferrer y Mireia de Mas son los fundadores de Ocean Ecostructures. Foto: Ocean Ecostructures.
¿Qué es para ti un emprendedor social? ¿Se hace o se nace?
Alguien que busca un triple resultado, social, medioambiental y económico, y no solo busca el retorno económico.
No sé si se nace o se hace. Hay una componente básica, educativa o de valores esencial, que te preocupa lo que pasa a tu alrededor. Esto no sabría decir si se nace con ello o te educan en ello, pero desde pequeño está. A partir de ahí, llega a un punto en el que las circunstancias te lo permiten aparece y florece. Puede florecer en formato full y te dedicas a ello en cuerpo y alma cómo yo, o en formato de colaboración con otras entidades.
¿Qué consejo le darías a los emprendedores sociales que vienen?
Resiliencia. Lo mismo que todos los emprendedores, pero con la capa adicional que no siempre se entiende lo que estamos haciendo, aunque cada vez se entiende mejor. La clave es resiliencia y por tanto estar preparado para caerte y volverte a levantar muchas veces. También escuchar mucho para ser capaz de modificar tu modelo de negocio y adaptarlo.
El tercer consejo se resume en una frase que nos dijeron cuando el Nasdaq nos seleccionó cómo start up to watch: “Emprender es una fina línea entre el entusiasmo y la depresión”, estar continuamente gestionado las emociones ya que pasas de un estado de euforia a depresión de forma muy rápida y lo tienes que saber gestionar. En emprendimiento los dos escenarios pasan mucho, en emprendimiento social aún más. Un punto de temple y mantenerte lo más equilibrado posible.
En el emprendedor social hay una componente básica, educativa o de valores esencial: que te preocupa lo que pasa a tu alrededor. No sabría decir si se nace con ello o te educan en ello, pero desde pequeño está.
¿Qué mensaje te gustaría mandar a nuestros lectores?
Colaboración. Los problemas que resolvemos cualquier emprendimiento social son complejos y por tanto requieren la máxima colaboración y la creación de las máximas sinergias posibles entre todos.
Y que las empresas tengan los ojos abiertos para buscar oportunidades muy rentables para ellas y para ello se requiere superar la barrera mental de que esto es filantropía. Genera valor añadido y es win-win-win incluyendo a la sociedad y tienen que atreverse.