“Ayudamos a las personas a encontrar su lugar para trabajar por el bien común”

Por eso hablar con Olga Lucía Escobar, cofundadora de The Social Circle junto con Oscar Peréz Marcos, es un soplo de aire fresco y sobre todo una toma de conciencia de nuestra esencia, de lo que todos llevamos dentro, y que ellos intentan despertar promoviendo una nueva forma de vida y de generar el bien común, cuyo indicador medible es el número de actos de bondad. Un gran propósito que ejercen con humildad y eficacia, ejemplarizado en el coliving que acaban de inaugurar en Cantabria.

Su propósito es elevar la conciencia de cada persona como agente para humanizar el mundo.

¿Qué es The Social Circle?

Una escuela de negocios sociales con la misión de democratizar el acceso a educación de calidad en emprendimiento e innovación social. Nuestro propósito es despertar conciencia y desarrollar agentes de cambio. Seguimos fieles al mismo, diseñando experiencias de voluntariado internacional, formación experiencial y creación de comunidad.

¿Por qué nace? ¿Cómo se os ocurrió la idea?

Porque consideramos que siguen faltando apoyos en la primera base del ecosistema para poder desarrollar la próxima generación de agentes de cambio. Consideramos que podemos fortalecer la confianza de las personas y ayudarlas a aumentar su capital relacional para emprender en lo social o vivir una transición de carrera hacia el cuarto sector acompañada. Nace también para dar visibilidad de los referentes del ecosistema, a personas que inspiran los valores que el mundo necesita.

¿Qué queréis cambiar con The Social Circle?

The Social Circle es la puerta de entrada a la economía de impacto. Queremos ayudar a las personas a encontrar su lugar para trabajar por el bien común. Trabajamos basados en la economía de la generosidad y nos enfocamos en la ‘teoría del metro cuadrado’, inspirando a las personas a generar impacto desde su familia, su trabajo, su barrio, su metro cuadrado.

¿Qué es lo que más valoran los estudiantes/emprendedores…?

La curación de contenido de valor y la calidad humana de los profesores, así como la posibilidad de realizar múltiples conexiones con personas con las que comparten valores y formas de ver el mundo. También la claridad y oportunidad de conocer y conectar con los principales actores del ecosistema de España y Latinoamérica. La horizontalidad y posibilidad de conexión con los aliados por valores.

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

Seguir escuchando y cocreando los programas y la comunidad con los miembros, así como seguir aprendiendo haciendo, con proyectos de impacto globales que buscan generar impactos locales. La clave también ha sido la colaboración, compartir nuestro propósito e invitar a los diferentes actores a sumar juntos para el cambio.

¿Qué valores de la sociedad estáis tratando de impulsar?

Principalmente tratamos de impulsar el ‘paradigma CO’: comunidad, colaboración, compasión, bien común, cocreación, codiseño, conciencia, conexión, coliving …

Nuestros valores principales son la generosidad, la compasión, la humildad, el servicio o la coherencia. Además de generar contenido relacionado con los mismos, se ven reflejados en los nombres de las cabañas de nuestro coliving en Cantabria, asociado a nombres de personas que conocemos en persona y nos inspiran, como Pedro Tarak o Pepe Mujica, invitando a investigar sobre ellos a las personas que nos visitan.

¿Qué ha sido lo más difícil? ¿De qué estáis más orgullosos?

Estamos orgullosos de seguir vivos, no hay nada más potente que cuando a un proyecto le llega su momento. Desde 2012 estábamos esperando la oportunidad para crear esta escuela de negocios que ponga la ética, la presencialidad, el propósito y los valores en el centro, que invite a las personas a preguntarse para qué hacen lo que hacen y, especialmente, para qué hacer empresa.

¿Cómo va The Social Circle a nivel empresarial?

Aumentamos la facturación cada año, hemos abierto nuevas líneas de negocio y programas, como The Social Sprint, un programa de aceleración flexible y práctico con un proceso de acompañamiento para que puedas realizar una transición laboral con el apoyo de una comunidad, crecer profesionalmente o emprender con impacto y ayudarte a crecer tu capital social; o alianzas B2B como The Social Series, empresas que nos ven como academia y gestor de comunidad para programas con sus empleados en programas de sostenibilidad con nuestra metodología.

Además, acabamos de abrir PAS Rural Coliving como sede de la comunidad, con un modelo de negocio de coliving y coworking rural.

Seguimos manteniendo nuestra política ‘one for one’, el 50% de descuento para personas desempleadas, el 50% de descuento para mujeres de Latinoamérica, así como financiando proyectos de cooperación en África.

¿Qué os ha impulsado a abrir este año el coliving? ¿Qué esperáis de él?

Es una oportunidad de dar continuidad y dar a conocer nuestro estilo de vida, que las personas conecten con la ruralidad y la naturaleza o los productos locales.

El coliving es un laboratorio de vida, todo lo que enseñamos a través del programa, de los casos de estudio, del programa de voluntariado en Ghana, lo traducimos a la vida diaria. Aquí estamos experimentando día a día actos de bondad, conexión con la naturaleza, compartir conocimiento entre los miembros, la oportunidad de hacer voluntariado en la comunidad, conversaciones significativas, experimentar y promover nuestros valores en el espacio, acogiendo la diversidad como espacio seguro para cuestionarse temas.

Las personas conectan con el propósito de ser agentes de cambio en su metro cuadrado y sienten esa transformación pasando por el espacio. Han surgido muchos colivings, pero este sería nuestro elemento diferencial. Desde septiembre, ya hemos recibido unas 150 personas.

¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?

Nuestro mayor reto ahora mismo sería que el proyecto sea sostenible económicamente y podamos tener un ingreso recurrente. No queremos una alta rentabilidad, sino cubrir costes y poder financiar el proyecto de Hola Ghana.

¿Cuándo considerarías que el proyecto de The Social Circle está concluido? ¿Qué indicador mediría el impacto?

Para mí es un no acabar, ya que es un proyecto de vida de largo alcance. Lo importante es generar agentes de cambio, personas que impulsan la economía de impacto, trabajando o emprendiendo en ella, realizando acciones de bondad en su comunidad, personas que además lo van a replicar en su red y van a priorizar el bien común.

Con tres indicadores: conocimiento (una nueva visión del éxito empoderando a las personas a través del conocimiento y de la inspiración); acción (pasar a la acción elevando el número de actos de bondad), y crecer en capital social vs. el capital económico (creer en relaciones de colaboración y confianza).

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¿Qué huella queréis dejar en el mundo?

Elevar la conciencia de cada persona como agente para humanizar el mundo.

Mayores retos para estos agentes de cambio…

El mayor reto es que muchas veces se ven enfrentados a que la realidad es otra, a que el sistema funciona de otra forma y eso puede llevar a perder motivación, esperanza o autoconfianza porque la sociedad no tiene el mismo nivel de conciencia que tú. Por eso es tan importante tejer comunidad.

¿Qué es para ti un emprendedor social? ¿Se hace o se nace?

Esa persona que ve la oportunidad de crear un modelo de negocio basado en principios del bien común para resolver ciertas problemáticas sociales. También existen intraemprendedores dentro de las empresas, ya que el emprendimiento social es una capacidad, más que la empresa en sí.

Y yo creo que el emprendedor social se hace, es justo lo que nosotros hacemos, despertar este sentimiento con el camino hacia el interior.

¿Qué consejo le daríais a los emprendedores sociales que vienen?

Creer que hay otras fuentes de capital, además del dinero, y que la rentabilidad económica no se convierta en un miedo que nos domine.

¿Qué mensaje te gustaría mandar a nuestros lectores?

Que las personas que nos lean se lancen a construir comunidad, a buscar buenas prácticas, inspirarse, que generen intercambios de conocimiento, abrirse a espacios de colaboración, de construir juntos, unir fuerzas.