<p>Regenerar los ecosistemas, restaurar la biodiversidad y mejorar la vida de las comunidades locales son algunos objetivos de estas empresas. Foto: Genética del Este.<p>

Regenerar los ecosistemas, restaurar la biodiversidad y mejorar la vida de las comunidades locales son algunos objetivos de estas empresas. Foto: Genética del Este.

4 empresas B que impulsan la regeneración agrícola y ganadera en América Latina

Empresas en Chile, Argentina, Ecuador y Colombia están adoptando prácticas regenerativas en la agricultura y ganadería con el objetivo de restaurar los ecosistemas y ofrecer alimentos más sostenibles. Desde el manejo de suelos hasta la conservación de biodiversidad, estas iniciativas están transformando la producción tradicional y generando impactos sociales y ambientales positivos.

En América Latina, la agricultura y ganadería regenerativas están ganando terreno como una respuesta a los desafíos ambientales que enfrenta la región. Empresas como Manada, en Chile, y Genética del Este, en Argentina, están liderando el camino en ganadería regenerativa, mientras que República del Cacao (Ecuador) y Providencia (Colombia) están aplicando principios similares en la agricultura. Estas empresas no solo buscan producir de manera más sostenible, sino también regenerar los ecosistemas, restaurar la biodiversidad y mejorar la vida de las comunidades locales.

La regeneración en la ganadería latinoamericana

Manada nació a fines del 2016 en Chile con el fin de generar una producción de alimentos más sostenibles con el medio ambiente y sanos para los consumidores. La empresa tomó como base la producción de ganadería regenerativa que ya estaba practicando uno de sus socios en predios familiares. La iniciativa surgió de tres ingenieros: los hermanos Sebastián y Cristóbal Gatica, junto a Patricio Olavarría Castro. Luego se incorporó como cuarto socio el ingeniero agrónomo Tomás de la Fuente.

Actualmente la producción de vacuno de la empresa proviene de predios ubicados en las regiones de Los Ríos y de Los Lagos, en el sur de Chile. “Contamos con una planta de procesamiento en la ciudad de Valdivia y nuestras principales operaciones comerciales son en Santiago, la capital de Chile, donde tenemos una tienda. Actualmente llegamos a otras cinco regiones del país”, explica Patricio Olavarría Castro, cofundador y CEO.

Manada Chile es una de las empresas pioneras en adoptar el concepto de regeneración, desde la producción hasta llevar los alimentos a la mesa de los chilenos. Este recorrido ha sido desafiante, especialmente para una pequeña organización con pocos años de trayectoria y con las dificultades propias de toda innovación. En los últimos años, muchos otros productores de ganado, tanto pequeños como grandes, se han sumado a este movimiento, no solo en el sector bovino, sino también en otros rubros alimentarios.

Actualmente, la empresa B (aquellas que cumplen rigurosos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad, también conocidas como B Corp) ofrece una amplia variedad de alimentos como pollo, ciervo, cordero, pesca artesanal, huevos y legumbres, entre otros, provenientes de estos sistemas productivos. “Nuestra área de innovación está en sintonía con las necesidades del entorno, lo que nos ha permitido desarrollar una amplia gama de productos a lo largo de los años. Entre ellos se incluyen snacks a base de proteínas de vacuno, beef tallow, preparaciones listas para comer y, recientemente, una línea exitosa de alimentos para mascotas, todos 100% naturales y provenientes de prácticas regenerativas”, explica Olavarría Castro.


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Los desafíos de la ganadería regenerativa

Las prácticas ganaderas tradicionales están profundamente arraigadas en la región, lo que genera resistencia al cambio. Uno de los desafíos que enfrenta la ganadería regenerativa es el desconocimiento por parte del sector ganadero, lo que produce una desconfianza inicial. Por ello, es necesario realizar un arduo trabajo de educación sobre qué significan estas prácticas en la ganadería y la producción agrícola, para que, poco a poco, los productores puedan adoptarlas y apreciar sus beneficios. No obstante, se observa un creciente interés por parte de los productores en conocer y adoptar nuevas prácticas.

Los costos iniciales de inversión y el lento retorno también son grandes desafíos para quienes desean avanzar hacia la regeneración. Lograr un cambio es un proceso que puede tomar varias temporadas, lo que genera incertidumbre en los productores durante la transición.

Una empresa que aborda la ganadería regenerativa en Argentina es Genética del Este. Se trata de una empresa familiar con más de 30 años de experiencia en la cría de ganado bovino, cuyo propósito es promover la producción ganadera basada en los procesos naturales y no en la dependencia de insumos. La regeneración de la naturaleza forma parte del propósito y objetivos que persigue esta empresa B.

“Promover la producción regenerativa y reparar sumideros de carbono representa la mejor estrategia para incrementar la biodiversidad, los niveles de producción de alimentos, rentabilidad y resiliencia en los sistemas ganaderos”, expresa Silvina San Martin Sack, presidente de Genética del Este.

Uno de los desafíos que enfrenta la ganadería regenerativa en América Latina es el desconocimiento por parte del sector, lo que produce desconfianza. Los costos iniciales de inversión y el lento retorno son otros retos.

Agricultura regenerativa al servicio de la biodiversidad

Por otro lado, República del Cacao se concentra en la agricultura regenerativa. La empresa B comenzó a operar en 2005 cuando la familia Chiriboga, ecuatoriana y fundadora de la marca, emprendió un viaje a París. En una boutique especializada en chocolatería solicitaron probar el bombón más fino del mundo. Para su sorpresa, les ofrecieron degustar su producto más preciado cuyo cacao provenía de Guayaquil, una región de la costa del Ecuador.

La familia decidió crear la marca revalorizando el cacao fino de aroma, fruto emblemático del país. “Nuestro propósito es crear el chocolate latinoamericano más auténtico de la mano de comunidades locales desarrollando de forma sostenible el cacao fino de aroma en su origen”, dice Carolina Falconí, coordinadora de Sostenibilidad.

En 2007, lanzaron la línea de chocolates Retail, enfocado al consumidor final. Y, en 2014, dieron un paso más al introducir la línea de chocolate profesional conquistando las cocinas más exigentes a nivel mundial, gracias a la inversión directa del grupo empresarial francés Savencia Fromage & Dairy. Actualmente, la unidad de negocios B2B forma parte de la categoría Food Service Premium, que son productos diseñados para satisfacer las necesidades del sector servicios de alimentos de alta gama a nivel mundial.

“En República del Cacao trabajamos mano a mano con los cacaoteros para regenerar los cultivos en base a la agroecología. Esto implica fomentar la biodiversidad del suelo, mejorar su fertilidad y gestionar los recursos naturales de manera sostenible para crear sistemas agrícolas resilientes. Apoyamos los ciclos naturales para lograr una regeneración efectiva. En los cultivos que intervenimos, utilizamos técnicas como el injerto a las especies más adaptadas al medio y  trabajamos con micorrizas  (unión entre hongos y plantas que actúan como fertilizantes), una técnica que ha sido aprendida del Instituto Canario de Investigación Agrícola”, explica Carlos Zambrano, Coordinador del Centro de Acopio.

Zambrano señala que también que se realizan formaciones a los agricultores y sus familias para que  exista un relevo generacional en los conocimientos agroecológicos de las fincas.

4 empresas B que impulsan la regeneración agrícola y ganadera en América Latina

La empresa ecuatoriana República del Cacao tiene como propósito generar un impacto positivo a nivel social, ambiental y económico en toda su cadena de valor. Foto: República del Cacao.

La empresa trabaja con alrededor de 60 productores de cacao fino de aroma, que tienen un promedio de producción de 60 toneladas por acopio. De la misma forma, cuenta con un vivero de plantas de cacao micorrizadas con mitigación al cadmio, lo que permite entregar 5.000 plantas a los productores con el objetivo de que regeneren sus antiguas fincas de cacao. Asimismo, cuenta con un stock de maquinaria y equipo técnico para renovación anual de fincas con podas e injertos, utilizando materiales propios del medio.

Sostenibilidad con triple impacto

Otro caso es el de la empresa Providencia, que se fundó en Colombia hace 98 años. Y, a lo largo de su trayectoria se consolidó como referente del sector agroindustrial por la producción de azúcar, alcohol, compost y energía eléctrica, guiados por una estrategia de sostenibilidad con triple impacto. La empresa, también certificada B, se ubica en el Cerrito, Valle del Cauca, donde operan cuatro plantas de producción, además del Colegio Providencia y el Parque Ecológico Providencia.

“En 2016, decidimos elevar nuestro compromiso ambiental con la creación del Parque Ecológico Providencia, espacio que abarca 524 hectáreas y está compuesto por dos áreas: la Reserva Providencia, situada en la cuenca del Río Amaime en el corregimiento Toche, Palmira (Valle del Cauca), donde trabajamos por la conservación del bosque alto andino; y la Hacienda Piedechinche, donde trabajamos por la conservación del bosque seco tropical, en El Cerrito (Valle del Cauca). Este proyecto va más allá de nuestras responsabilidades corporativas, representando un esfuerzo proactivo para proteger la biodiversidad y contribuir a la regeneración de los ecosistemas”, afirma Angie Riascos, directora de Sostenibilidad en Providencia.

Según explica, el Parque surgió como respuesta al acelerado deterioro del bosque en la cuenca del Río Amaime, por la actividad ganadera desregulada, situación que representaba un peligro para la biodiversidad, la protección del agua y los servicios ambientales que la cuenca ofrece a los usuarios.

Desde 2021 han sembrado más de 264.000 árboles, plantas y arbustos en el Bosque Alto Andino, contribuyendo significativamente a la restauración de este hábitat. Asimismo, el Parque, con un área total de 524 hectáreas, no solo protege el bosque, sino también 30 nacimientos de agua y una rica diversidad de fauna y flora. El hecho de conservar más de 300 especies de aves y cerca de 450 especies de flora evidencia que la regeneración del hábitat está surtiendo efecto, creando condiciones propicias para el retorno y la estabilidad de distintas especies.

“Como Empresa B creemos que al adoptar prácticas regenerativas no solo estamos protegiendo el medio ambiente, sino también fortaleciendo nuestra relación con las personas que viven y trabajan en las áreas que impactamos. Esta conexión nos permite construir un futuro más sostenible y próspero en conjunto”, agrega Riascos.

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