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Foto: Oikocredit.
Un bono social que impulsa la diversidad y el emprendimiento femenino
El primer Bono Social de Diversidad e Inclusión, desarrollado por la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, en colaboración con Oikocredit, ha generado un impacto notable en su primer año, otorgando un total de 14.192 créditos, de los cuales 7.372 han beneficiado a mujeres, representando cerca del 52% de las operaciones. Emitido en julio de 2023, este innovador instrumento ha permitido avanzar en la inclusión financiera de personas y comunidades vulnerables de Ecuador, especialmente las mujeres, promoviendo la igualdad de oportunidades y fortaleciendo el tejido económico y social.
Los recursos procedentes de la colocación de estos bonos se utilizarán para financiar, promover y ampliar el acceso al crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) de propiedad o lideradas por mujeres, personas con bajos ingresos, bajo nivel de educación, indígenas y migrantes.
El principal objetivo del bono social es promover el empleo e incentivar la inclusión financiera femenina en actividades como agricultura, ganadería, comercio y manufactura. Mediante esta iniciativa, se fomenta la igualdad de oportunidades para el crecimiento de los negocios, a la vez que se atrae a nuevos inversores que respaldan iniciativas sostenibles.
El producto, dirigido especialmente a las mujeres, responde al creciente impulso de la inversión con perspectiva de género en América Latina y Caribe, tal y como se detalla en el reciente informe Delivering on the Promise of Gender Lens Investing (GLI) in Latin America and the Caribbean, elaborado por BID Invest y el Centro de Impacto Social de Esade.
“Los logros alcanzados un año después de la emisión del Bono Social ratifica la importancia del compromiso de Oikocredit con la inclusión financiera, apoyando a las mujeres y fomentando así la igualdad de oportunidades para el acceso al crédito y de cara al crecimiento de sus negocios”, comenta Rose Serrano, responsable de relaciones con los inversores en España.
El Bono Social de Diversidad e Inclusión, que ha dado lugar al incremento de un 14% del número de créditos dirigidos a las mujeres, tiene previsto extenderse dentro del sistema cooperativo ecuatoriano y, tras el éxito de este primer año, se está valorando la posibilidad de que pueda ser replicado en otros países de la región andina.
“Para Jardín Azuayo, el éxito del primer bono social de diversidad e inclusión es importante porque reafirma el objetivo fundacional de la Cooperativa que es el de mejorar las condiciones de vida de las comunidades y ser un instrumento para el desarrollo de nuestros pueblos”, ha afirmado Juan Carlos Urgilés, Gerente de la Cooperativa Jardín Azuayo, socia de Oikocredit.
El principal objetivo de este bono social es promover el empleo e incentivar la inclusión financiera femenina. En su primer año ha otorgado cerca de 14.200 créditos.
Oikocredit impulsa la inversión con perspectiva de género
La inversión con perspectiva de género es una estrategia financiera que busca integrar la equidad de género en las decisiones de inversión, ya sea a través del apoyo a empresas lideradas por mujeres, la creación de productos financieros que atiendan sus necesidades y demandas, o la promoción de prácticas empresariales igualitarias en las organizaciones.
Según el informe Delivering on the Promise of Gender Lens Investing (GLI) in Latin America and the Caribbean, América Latina y el Caribe enfrentan persistentes brechas de género en el acceso al capital, en el liderazgo empresarial y en la participación económica. Las mujeres continúan experimentando dificultades significativas para acceder a la financiación, lo que limita su capacidad para emprender o crecer dentro del mercado laboral formal.
Oikocredit desempeña un papel clave en promover la inversión con perspectiva de género en América Latina y el Caribe, impulsando la inclusión económica de mujeres a través de sus proyectos de microfinanzas e inversión de impacto. La organización apoya a instituciones de microfinanzas que atienden a mujeres emprendedoras, muchas de las cuales carecen de acceso al sistema financiero tradicional, contribuyendo de esta manera al desarrollo de sus negocios, a la mejora de sus ingresos y al fortalecimiento de sus comunidades.
Esta labor permite que cada vez más mujeres puedan acceder a recursos económicos, promoviendo no solo su empoderamiento individual, sino también una mayor equidad en la región. Según datos recogidos en su Impact Report 2024, el 87% de las personas beneficiadas por las organizaciones socias para la inclusión han sido mujeres.
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Los microcréditos, claves para el empoderamiento femenino
El informe elaborado por BID Invest y el Centro de Impacto Social de Esade señala que los microcréditos desempeñan un papel fundamental en la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres en América Latina y el Caribe. Este es el caso de Basilia Solano, una ferretera que gracias a los préstamos de Oikocredit ha logrado ampliar su negocio y contratar personal, asegurando así un futuro para su hija; o Sarah, que sueña con expandir su gama de dulces, aspirando a un crecimiento que permita a su familia manejar su economía sin depender de préstamos.
Pero, a pesar de ello, y aunque los microcréditos han impulsado el crecimiento económico para muchas mujeres, dicho estudio subraya también la importancia de diseñar estos productos con una perspectiva de género para evitar riesgos como el sobreendeudamiento. Este enfoque es fundamental, dado que muchas instituciones de microfinanzas en la región aún tienen poca representación femenina en roles de liderazgo, lo cual limita una comprensión plena de las necesidades específicas de las mujeres emprendedoras.
Los datos son contundentes a este respecto, ya que según apunta el informe anteriormente mencionado, las mujeres ocupan solo el 15% de los puestos directivos. Cifras que se contradicen con la experiencia real que indican que las empresas del índice MSCI Word con fuerte liderazgo femenino generaron un rendimiento sobre el capital social de un 10%, en comparación con el 7,4% de las que no lo tenían. Además, las empresas que cotizan en bolsa en América Latina, con mayor representación femenina obtuvieron un mayor rendimiento sobre la inversión y un mayor beneficio.
Magdalena López cultiva una planta de café con el el apoyo económico y asesoramiento técnico de la Cooperativa Agraria Frontera San Ignacio, socia de Oikocredit en Perú. Foto: Oikocredit.
Magdalena López, café con aroma de mujer
Magdalena López, de 36 años, vive en la finca El Cedro, en San Antonio de la Balsa, en la provincia de San Ignacio (Perú), junto con su esposo y sus dos hijos. En su finca, Magdalena cultiva con dedicación una planta de café que se ha convertido en su sostén económico. Además, administra algunas hectáreas dedicadas a la producción de hortalizas y cría de ganado.
Magdalena y su esposo, cómplices en esta empresa desde 2010, han elevado la producción de café a una forma de arte. Sus granos, secados con esmero y pasión bajo el cálido sol, han alcanzado el estatus de «Muy Bueno» en la escala de cata del café de especialidad según la Specialty Coffee Association (SCA).
Nuevas oportunidades surgieron en la vida de Magdalena y su familia al conocer y asociarse a la Cooperativa Agraria Frontera San Ignacio Ltda (Coop AFSI), asociada a su vez con Oikocredit, que ofrece servicios de recolección y comercialización del café además de servicios sociales y de microfinanciación a sus socios.
Antes, la venta se limitaba a comerciantes locales que tocaban a su puerta. Pero ahora, gracias a CoopAFSI, la familia recibe un precio justo, apoyo en apicultura y un arsenal de recursos que incluye fertilizantes y asesoramiento técnico. «Un ingeniero agrónomo viene todos los meses a aconsejarnos», revela Magdalena, quien reconoce que sin esta ayuda, el camino sería más áspero. Gracias a la diversidad de producción Magdalena y su familia son autosuficientes y valoran el cuidado de la tierra que les brinda sustento.
Sin embargo, Magdalena mantiene sus ojos fijos en el futuro. Sus hijos son el motor de sus sueños y ambiciones, y desea que sigan por el camino del aprendizaje. “Estoy firmemente convencida de que la dedicación a los estudios les abrirá las puertas hacia un futuro donde puedan convertirse en profesionales exitosos”.