<p>Natalia Valle es confundadora y CEO de Plant on Demand que, a través de la tecnología, quiere cambiar el actual sistema de alimentación en España y hacerlo más sostenible. Foto: Plant on Demand.<p>

Natalia Valle es confundadora y CEO de Plant on Demand que, a través de la tecnología, quiere cambiar el actual sistema de alimentación en España y hacerlo más sostenible. Foto: Plant on Demand.

“La falta de referentes femeninos en el emprendimiento ha penalizado mucho”

Plant on Demand es una plataforma que ayuda a pequeños productores ecológicos a digitalizarse, trabajar en red y comercializar sus productos con el objetivo de transitar hacia modelos más sostenibles de producción de alimentos. Hablamos con Natalia Valle, CEO y fundadora de esta empresa social.

Graduada en Economía y Negocios Internacionales, cuando Natalia Valle, CEO de Plant on Demand terminó la carrera, desencantada de un mundo económico centrado en el crecimiento y consumismo, empezó a estudiar Filosofía de las Ciencias Sociales, lo que la llevó a interesarse por la economía de impacto.

Junto con Alejandro Wonenburguer, otro de los fundadores, y la herencia que este acababa de recibir de su abuela, iniciaron Plant on Demand. La mayoría de los cofundadores tenían experiencia en el sector agro ya fuera por familia o estudios, excepto ella, y vieron en este sector un gran potencial de transformación al estar muy ligado a la salud de las personas, de la biodiversidad, la preservación de semillas, contrarrestar el éxodo rural, preservar la cultura y tradiciones, evitar incendios, etc.

Natalia Valle, a pesar de ser la única mujer de entre los cinco fundadores, fue elegida CEO por sus capacidades de gestión, financieras, de relación con inversores, estratégicas y de comunicación demostradas en distintos roles dentro de la empresa antes de ser elegida. En Plant on Demand no funcionan las cuotas, se fomenta que cada miembro del equipo encuentre su posición natural y por eso dan la oportunidad de ir rotando a nuevas áreas o asumiendo nuevas responsabilidades.

A pesar de ello, la falta de referentes femeninos en puestos relevantes de emprendimiento o de la sociedad supone un lastre con el que ha abordado su carrera, según reconoce. Afortunadamente, ella será uno de estos referentes para las generaciones venideras y podremos ver muchas más mujeres emprendiendo con impacto social.

¿Qué es Plant on Demand?

Plant on Demand es una startup social creada para empoderar al pequeño productor ecológico. Ofrece una plataforma software que aporta las herramientas tecnológicas al ecosistema agroecológico para facilitar el trabajo en red, la digitalización y la mejora de rentabilidad de los productores. Su misión es la de acelerar la transición hacia modelos más ecológicos y éticos de producción y consumo.

Actualmente, colaboramos con agentes muy variados, como ONG, gobiernos autonómicos, o fundaciones como Carasso, con quienes creamos redes de pequeños agricultores ecológicos, artesanos y cooperativas potenciando la cooperación y el trabajo coordinado en territorios rurales. El papel de Plant on Demand en esta ecuación es la de aportar una herramienta digital integral que permite que estos agentes puedan vender conjuntamente, realizar una logística centralizada, compartir recursos y ganar en autonomía.

¿Por qué nace? ¿Cómo se os ocurrió la idea?

El movimiento inicial surge en 2018 cuando uno de los cofundadores realiza una investigación con una universidad holandesa sobre los canales cortos de comercialización de productos ecológicos en España. En esta investigación descubre que hay iniciativas ecológicas muy interesantes y miles de pequeños productores con productos de altísima calidad y con gran consciencia medioambiental, pero que no existe un soporte tecnológico que permita optimizar la cadena de valor, a menudo dificultando su acceso al mercado y comprometiendo la rentabilidad de estas empresas. Mientras, las grandes explotaciones intensivas gozan de acceso a la última tecnología y canales de comercialización más optimizados.

Nuestra idea era la de poder crear la tecnología para que estos productores locales pudieran ser eficientes y acceder al mercado, fomentando la automatización, la digitalización, la colaboración entre ellos y las redes de cooperación.

La idea se concretizó un año más tarde. Empezamos como empresa de consultoría tecnológica para productores ecológicos, cooperativas eco y supermercados cooperativos. En estos meses de trabajo, encontramos que había una serie de necesidades tecnológicas comunes aún no satisfechas por el mercado que necesitaban ser creadas para poder mejorar la rentabilidad y eficiencia del sector agroecológico.

Así, en 2019 nos juntamos un grupo de cinco amigos con perfiles muy distintos (dos desarrolladores de software y tres con perfiles de negocios y background en venta internacional de frutas y supermercados ecológicos) con una misma motivación, que era (y sigue siendo) la de utilizar la tecnología y los mecanismos de mercado para crear un mundo mejor, más justo y más ecológico.

“La falta de referentes femeninos en el emprendimiento ha penalizado mucho”

La misión de Plant on Demand es acelerar la transición hacia modelos más ecológicos y éticos de producción y consumo, en palabras de Natalia Valle (en la imagen con un compañero). Foto: Plant on Demand.

¿Qué queréis cambiar con Plant on Demand?

Queremos cambiar el actual sistema de alimentación en España basado en grandes producciones no sostenibles. Esto genera la degradación del campo y por ende del planeta y la desaparición de los pequeños productores que no pueden competir con las grandes explotaciones y tienen condiciones cada vez más precarias de trabajo.

La desaparición de los pequeños productores del campo produce la desaparición de los alimentos de calidad de proximidad y el autoabastecimiento de los territorios se compromete cada vez más, a la vez que se despuebla el campo con las consecuencias nefastas que esto tiene para la biodiversidad y el planeta.

Una de las razones principales de desaparición de este sistema de producción ancestral es la baja rentabilidad de las producciones sostenibles penalizada por sistemas de distribución y logística que se llevan más de 80% del precio final de los productos. El margen de los productores no les permite mantener unos niveles de vida dignos ni un sistema productivo diverso y respetuoso con el medio ambiente.

Te cito algunos datos que evidencian el problema. Por ejemplo, en España, donde la demanda de producto ecológico no para de subir, la gran mayoría de pequeños agricultores ecológicos tienen dificultades para vender su producto a precios justos y muchos están al borde de la bancarrota. A diario, 30 pequeñas explotaciones agrícolas cierran sus puertas por falta de rentabilidad.

Otros ejemplos, los productores reciben uno de cada cinco euros de lo que gastamos en alimentación y tienen la jornada laboral más larga del país (60 horas semanales de trabajo).

Además, nuestros malos hábitos alimenticios provocan anualmente más muertos que los producidos por covid en 2020 (90.000 muertos/año); el sistema alimentario emite el 33% de emisiones de gases de efecto invernadero en España, y es que nuestros alimentos recorren una media de 4.000 kilómetros para llegar al plato.

En el marco del Día de la Mujer, ¿has encontrado más trabas a la hora de emprender por ser chica?

No he encontrada trabas en mi camino de emprendedora, pero sí, a nivel psicológico, me ha afectado la  falta de referentes. En las películas que veía de pequeña, el chico siempre era el protagonista y la chica iba detrás, y eso impacta en las mujeres. El no tener referentes emprendedoras ha penalizado mucho.

Cuando se hablaba de innovación o liderazgo, no había referentes femeninos y siempre se citaban hombres y, al final, una parte de ser capaz de hacer algo es ver que otras lo han conseguido. Si no ves que es posible, no piensas que lo es y prefieres que lo haga otro y tú te sumas, que es lo que has aprendido.

Hay más mujeres en el mundo de la economía social, pero la economía social no tiene tanta relevancia en los medios a no ser que sea una activista relevante.

No he encontrada trabas en mi camino de emprendedora, pero sí me ha afectado la falta de referentes femeninos. En las películas que veía de pequeña, el chico siempre era el protagonista y la chica iba detrás, y eso impacta en las mujeres.

¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres emprendedoras?

Porque en nuestro entorno no se ha visto esto. Yo no conocía a ninguna mujer emprendedora.

Dicen que las mujeres tienen más dificultades en conseguir financiación y esta suele venir de otras mujeres, ¿cómo ha sido en tu caso?

No me ha sido muy difícil conseguir financiación y he cerrado varias rondas, pero es verdad que todas las inversoras que tenemos son mujeres. Igual podemos sacar esa reflexión. Nuestro consejo de administración también está compuesto solo por mujeres.

¿Cuál es el papel de la mujer en el ámbito agrario?

Un poco parecido; pocas mujeres lideran proyectos agroecológicos. O es el hombre el que monta la empresa y la mujer se une, o es una pareja  la que lo pone en marcha. Pero hay muy pocas iniciativas lideradas por mujeres.

¿Qué es lo que más valoran los usuarios de Plant on Demand? ¿Y el mundo del campo?

La humanidad y acompañamiento en todo el proceso de integración de la tecnología y un servicio de atención excelente, con personal dedicado y muy experto en la industria.

También la relación constante con la comunidad agroecológica y que la herramienta ha sido codiseñada junto con el ecosistema de producción local, muy adaptada a las necesidades y capacidades de los productores locales. El espíritu honesto de ayudar a los productores.

Finalmente, se valora la centralización de todas las operaciones asociadas a comercialización de productos en una sola herramienta adaptada a la forma de trabajo de los canales cortos y la agroecología (facturación, venta online multicanal, trazabilidad, pagos, gestión de cobros, stock, etc.)

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

Entender y amar la agroecología y a todos los actores que la apoyan. Entender que somos una pieza de un puzle/comunidad muy compleja en que nosotros ‘solo’ aportamos un granito de arena. No querer monopolizar o disrumpir el mercado sino empujar desde atrás para que todos avancemos, buscando siempre la colaboración y el trabajo en comunidad.

“La falta de referentes femeninos en el emprendimiento ha penalizado mucho”

Lo más difícil está siendo el encontrar un equilibrio entre nuestra voluntad de ayudar a la comunidad y la necesidad de ‘facturar’, explica Valle. En la imagen, todo el equipo. Foto: Plant on Demand.

¿Qué valores de la sociedad estáis tratando de impulsar?

En Plant on Demand estamos comprometidos con impulsar valores de sostenibilidad y equidad, centrando nuestros esfuerzos en transformar y revitalizar el sector productivo con un enfoque consciente y respetuoso con el medio ambiente. Nuestra misión es fomentar prácticas de producción y consumo responsables que no solo cuiden la tierra, sino que también fortalezcan las comunidades rurales y mejoren la salud y el bienestar de las personas.

Creemos en la transparencia, la honestidad y la colaboración como pilares fundamentales para construir relaciones de confianza y duraderas con pequeños productores ecológicos. Estos valores se reflejan en nuestra tecnología, que está diseñada para empoderar a los productores, permitiéndoles gestionar sus operaciones con eficiencia y conectarlos con mercados más amplios. Promoviendo un sistema alimentario que privilegia la calidad y la proximidad, en contraposición al modelo de producción masiva que prevalece en la actualidad.

Además, trabajamos para que la equidad sea un estándar en la industria, apoyando que los productores reciban una remuneración justa por su trabajo. En definitiva, Plant on Demand se esfuerza por ser un catalizador de cambio, inspirando a las generaciones actuales y futuras a adoptar un enfoque más consciente y respetuoso con el medio ambiente y con las comunidades que nos sustentan.

¿Qué ha sido lo más difícil? ¿De qué estáis más orgullosos? 

Lo más difícil está siendo el encontrar un equilibrio entre nuestra voluntad de ayudar a la comunidad y la necesidad de ‘facturar’ y llegar a un equilibrio económico. Todos partíamos de una posición muy social, con muchas ganas de ayudar a los productores y eso ha pasado factura a nivel económico, sobre todo en los primeros años, donde hemos pecado de generosos, poniendo en riesgo la viabilidad financiera de la empresa.

Por otra parte, estamos muy orgullosos de varias cosas: del amor, respeto y entendimiento que existe entre todas las personas del equipo; de ser reconocido y visto dentro de la comunidad agroecológica como un aliado trabajando por las mismas causas, y de tener inversores y consejeros tan involucrados con nuestra causa, con tanto conocimiento y buen corazón.


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¿Cómo va Plant on Demand a nivel empresarial?

Hemos pasado varios años muy enfocados en producto y en mejorar la calidad de la plataforma tecnológica hasta que finalmente a mediados del año pasado conseguimos un nivel de calidad que considerábamos óptimo para poder escalar la solución.

Ahora mismo estamos creciendo a un 8% mensual y, si el pronóstico se cumple, alcanzaremos break even (punto de equilibrio) hacia finales de año.

Tenemos proyectos por toda la geografía española donde implantamos la tecnología de Plant on Demand de la mano de los actores locales. Tenemos impacto sobre 300 productores, 130 colegios y 25.000 comensales

¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?

A nivel empresa, el mayor reto es que tenemos una solución diseñada para un momento de la evolución de la agricultura que aún no he llegado del todo. El sector agrícola en su conjunto todavía no ha visto las ventajas que puede aportarle un sistema tecnológico para mejorar la eficiencia y la rentabilidad de toda la cadena al completo y esto es una dificultad a la hora de crecer. Además de vender, tenemos que hacer trabajo de educación a muchos niveles: la comunidad, ventas, colaboraciones con organismos públicos, y esto es complejo.

¿Qué huella queréis dejar en el mundo?

Que se hagan empresa de forma diferente. Primero van los valores y la misión de las personas, y a partir de ahí se construye una empresa o proyecto que plasma quién eres y lo transforma en algo que impacta en el mundo.

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