Mascotas en la salud y... en la enfermedad: los beneficios de las terapias con animales

Junto a su cuidador, Hassen Bouchakour, Peyo ‘escoge’ a unos 20 enfermos terminales al mes y les acompaña hasta el final de sus vidas en un hospital de cuidados paliativos de Calais, en Francia. El caballo es, incluso, un asistente habitual al funeral de estos pacientes, como muestra alguna de las fotografías de Lempin. Peyo siempre elige a personas vulnerables emocional, física o psicológicamente. Su actividad cerebral es única, tal y como han demostrado médicos y veterinarios tras cuatro años de investigación en los que han realizado pruebas a más de 500 caballos. Ahora los científicos estudian su capacidad para detectar cánceres y tumores en los seres humanos, así como por qué elige acompañar a ciertos pacientes de forma instintiva.

Peyo no es el único animal que acompaña a personas enfermas o en el final de su vida. Estudios científicos sobre el impacto del vínculo humano-animal en el ámbito sanitario incluyen también a los gatos, que tienen un impacto muy grande en el bienestar de las personas, sobre todo cuando no tienen movilidad o esta se ve reducida.

La mayor parte de intervenciones en hospitales, sin embargo, no se hace con caballos ni gatos. Estos animales se estresan más, así que se pone en el centro el bienestar animal, según nos explica la veterinaria Sònia Sáez, responsable de Comunicación de Purina España, empresa que ha apoyado investigaciones en esta materia. Además, hay más alergias a los gatos, por lo que se recomienda hacer las terapias asistidas con perros. Boby es uno de esos canes.

Las terapias caninas con pacientes de salud mental

Los cuidados paliativos no son el único ámbito sanitario en el que se interviene con animales. Las terapias caninas son un recurso para mejorar la salud y el bienestar de los pacientes de salud mental y Alzheimer, a quienes aportan beneficios físicos, psicológicos y sociales, según diversos estudios.

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Boby acompaña a personas con Alzheimer para potenciar su estado de ánimo y emocional. José Codina se hizo cargo de este labrador retriever cuando tenía un año y una empresa de adiestramiento le ayudó a amaestrarlo. Tras la muerte de su madre en 2020 por esa enfermedad y cumpliendo la promesa que le hizo, este técnico de emergencias médicas escribió un libro y creó la asociación Recuérdame, dedicada a la asistencia del paciente con Alzheimer con perros. Cada quince días, Codina visita cinco residencias de Cataluña en las que realiza terapia canina con Boby y un psicólogo, además de otras actividades asistidas. También van a domicilio.

La aseguradora Santévet, especialista en seguros de salud para mascotas, ha asegurado al perro de por vida y ha patrocinado el documental Recuérdame, el principio de la desconexión, además de una donación a la asociación para ayudar a financiar sus terapias caninas en residencias, como parte de su programa Santévet Charity, que tiene como objetivo nutrir la relación entre humanos y mascotas para una vida mejor.

Con ocho miembros en su junta directiva, Recuérdame se mantiene a base de patrocinios como el de Santévet. Además, cuenta con la ayuda de La Caixa para presentar proyectos. Este año ha obtenido 5.000 euros para una neuropsicóloga, las actividades asistidas con animales y hacer musicoterapia con dos cantantes. Ello les permite hacer acompañamiento quincenal para el cuidador y sus familiares con la neuropsicóloga, en grupos de dos horas, presenciales y online.

Intervenciones asistidas con perros en pediatría

El vínculo humano-animal tiene un impacto directo en las necesidades físicas y psíquicas de niños y adultos. Un estudio ha analizado el efecto de las intervenciones asistidas con perros en pediatría y sus beneficios en pacientes hospitalizados. El equipo de investigación está formado por técnicos especializados del Centre de Teràpies Assistides amb Cans (CTAC) y profesionales sanitarios del hospital Sant Joan de Déu Barcelona, que promueve estas actividades en su área de pediatría.

Este hospital el primer centro hospitalario que ha creado la Unidad Funcional de Intervenciones Asistidas con Perros. Gracias a los programas de carácter terapéutico en el ámbito hospitalario es posible tranquilizar y distraer a los niños en momentos críticos, como, por ejemplo, cuando se les ha de colocar una vía. Asimismo, las mascotas recorren los espacios de consultas externas para interactuar con los niños y sus familias, haciendo así la espera más corta y llevadera.

Además, el centro colabora  en una investigación sobre los beneficios de las terapias caninas en niños y adolescentes con trastornos de salud mental con el Hospital Clínic, también de Barcelona. Allí los perros de terapia entran en el Hospital de Día del Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil gracias a una beca de investigación concedida por Purina.

La terapia asistida con perros actúa como un catalizador para mejorar la terapia de los menores de 13 años, según la investigación del Clínic-Idibaps, liderada por el enfermero especialista de salud mental Elías Guillén y la psiquiatra Astrid Morer, investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) en el grupo de Psiquiatría y Psicología infantil y adolescente del Idibaps.

“La introducción de los perros en la terapia es un facilitador, un enlace emocional entre el terapeuta y el menor”, aseguran desde el Servicio de Psiquiatría y Psicología infantil y juvenil del Hospital Clínic Barcelona. El trabajo recoge datos sobre el impacto de este tipo de terapia en mejorar la autoestima, la confianza en sí mismo, las habilidades sociales y la regulación de las manifestaciones emocionales y conductuales de la psicopatología.

Según la investigación, el  número de crisis emocionales y agitaciones fue tres veces menor los días en que había terapia con perros, en los que el niño está más tranquilo y es más fácil trabajar los objetivos. “La presencia de los perros facilita el autocontrol y el funcionamiento social de los niños”, cuya asistencia al centro es mayor también en esos días, según la investigación. La terapia parece ser beneficiosa, mejora la autorregulación emocional y se observa una mejoría de los pacientes dentro del contexto de hospitales de día. Los resultados favorables permitirán ampliar el estudio para incluir a menores de entre 13 y 17 años gracias a la colaboración de la Fundación ”la Caixa”.

En este caso, los pacientes padecían ansiedad, trastornos de la conducta o del espectro autista. Otro estudio del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús y la Universidad Rey Juan Carlos sobre los beneficios de las intervenciones asistidas con animales para adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria ha mostrado una mejora de la sintomatología y la salud mental de las jóvenes, produciendo un impacto positivo en sus niveles de ansiedad, calidad de vida y composición corporal.

Intervenciones asistidas y terapias con animales

Es muy importante diferenciar las intervenciones asistidas con animales que interactúan con las personas de las terapias con animales, donde además del paciente y el perro hay un profesional sanitario que la asiste y que es quien lleva el caso y marca los objetivos.

En las intervenciones asistidas hay un técnico, que es el que traduce entre el paciente y el profesional lo que quieren que haga el animal. Además, están los animales de asistencia a personas, desde los perros lazarillo hasta los de alerta médica para personas que tienen crisis por epilepsia o diabetes o que necesitan ayuda para vestirse. A ello se suman las actividades de ocio con animales, que tienen beneficios directos, por ejemplo, en escuelas.

La terapia asistida utiliza animales entrenados para facilitar a la persona enfrentarse a determinadas situaciones o lograr los objetivos terapéuticos pautados de forma complementaria a otros tratamientos clínicos y siempre en compañía de un profesional.

En la Unidad de Psiquiatría del Hospital del Henares, en Madrid, se realizan los Talleres Asistidos con Animales en Salud Mental, gracias a la colaboración de Purina, Dogtor Animal y la Fundación Diversión Solidaria. Este programa está orientado a pacientes adultos, que lo valoran como muy positivo en un 87% de los casos. Más de 170 intervenciones con una media de asistencia a los talleres del 77% respecto al número de ingresos demuestran que el vínculo humano-animal mejora la calidad de vida. En el 93% de las intervenciones, las personas conectaron con la actividad y se implicaron, según los resultados del programa.

Los perros son como “colchones emocionales” que ayudan a la gestión emocional de los participantes de los talleres, que disfrutan del contacto directo en el 89% de los casos. “Las emociones positivas, la diversión, el ocio terapéutico no curan, pero ayudan a sanar e influyen de forma muy directa en el ciclo vital y emocional de las personas”, asegura María Parra, directora general de Fundación Diversión Solidaria. Entre otros beneficios, los talleres asistidos con animales mejoran la sensación de bienestar, experimentando sensaciones placenteras y emociones positivas que alejan a los y las participantes de la situación en la que se encuentran y les conecta con la vida en el exterior. A ello se suman la conexión y concentración en los ejercicios propuestos.

Las intervenciones mediadas con perros también ayudan en la gestión emocional. La presencia del animal favorece la conexión sensación/cuerpo/mente, la expresión y verbalización de emociones y el desarrollo de afectos positivos desde la inteligencia emocional, según explican en la Fundación. En cuanto a las relaciones interpersonales, abre un cauce de comunicación emocionalmente seguro con el equipo humano y el grupo de participantes, pudiendo desarrollar sus habilidades sociales también con el resto de los pacientes.