<p>Lucia Viñuela es hija de la científica Margarita Salas y presidenta de la fundación que lleva su nombre, que tiene por objetivo despertar vocaciones científicas. Foto: Fundación Margarita Salas.<p>

Lucia Viñuela es hija de la científica Margarita Salas y presidenta de la fundación que lleva su nombre, que tiene por objetivo despertar vocaciones científicas. Foto: Fundación Margarita Salas.

“La científica Margarita Salas no fue tenida en cuenta hasta los 90 por ser mujer”

Hablamos con Lucía Viñuela Salas, presidenta de la Fundación Margarita Salas, una entidad con menos de un año de vida que busca impulsar las vocaciones STEAM, es decir, en ciencia, tecnología, ingeniería, artes creativas y matemáticas. Y que mantiene vivo el legado de una de las científicas más importantes de nuestro país.

Margarita Salas es, sin lugar a duda, una de las grandes referentes de la ciencia en España, y es difícil no conocerla: podemos ver su nombre y su trayectoria tanto en libros de texto y documentos de referencia como en un andén del metro, entre Valentina Tereshkova y Benazir Bhutto. Incluso en exposiciones itinerantes y álbumes de cromos.

Discípula de Severo Ochoa, introdujo la biología molecular en nuestro país y registró ocho patentes, entre ellas una de las más rentables de la historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, que permite amplificar el ADN de manera sencilla, rápida y fiable, y que se usa de forma habitual en disciplinas como la medicina forense, la arqueología o la investigación oncológica.

Fallecida en 2019, poco antes de cumplir los 81 años, su legado permanece. No solo eso, también busca extenderse a través de la Fundación que lleva su nombre, una entidad con menos de un año de vida en la que trabajan algunos de sus discípulos, y que tiene como objetivo impulsar las vocaciones STEAM (científicas, tecnológicas, ingenierías, creativas y matemáticas). Está presidida por su hija Lucía Viñuela Salas, con la que Revista Haz ha podido hablar en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Viñuela explica cómo han empezado a trabajar con proyectos en los que implican a los niños de primaria para que “palpen la ciencia” desde la infancia y generen interés por estas materias. ¿Y conocen a Margarita Salas? “En general sí que la conocen. De hecho, hemos recogido en vídeo algún testimonio, como el de un chico que decía que era química y que trabajaba en un laboratorio con un ‘bicho’”, recuerda con una sonrisa.

Desigualdad y cuotas

Además de sus importantes logros en el ámbito científico, Salas puso sobre la mesa de debate las grandes desigualdades de género que percibía en el sector en cuanto a salario y reconocimiento. “Sin embargo, no creía en las cuotas, y eso se ha trasladado a los programas de la Fundación. Por supuesto, somos los primeros interesados en que haya más niñas que decidan estudiar ingenierías (donde se ve un mayor déficit del género femenino), pero no es nuestra misión hacer un esfuerzo especial para que esto ocurra”, comenta Viñuela.

De hecho, asegura que en otras carreras STEAM, como Medicina, Química o Farmacia hay muchas más mujeres. “Yo creo que debemos tomarnos esto con naturalidad, cada vez hay más chicas en todas las profesiones y en las ingenierías terminará pasando igual”. Pone como ejemplo, una vez más, a Margarita Salas, “que trajo la biología molecular y hasta pasados los años 90 casi no se había tenido en cuenta profesionalmente por su género. Y fíjate cómo estamos ahora, la situación de las mujeres ha cambiado mucho desde entonces”.

Cabe recordar el papel que tuvo Salas en el desarrollo científico español. Tras trabajar durante tres años como investigadora en la Universidad de Nueva York junto a Severo Ochoa, volvió a España en 1967 con su marido, Eladio Viñuela, químico y biólogo molecular. Ambos se convirtieron en los padres de la biología molecular en España, aunque en aquella época (y hasta mucho después) no hubo méritos ni reconocimientos para Salas.

Un problema que también se encontró Elena López Armada, ingeniera, investigadora y diseñadora del primer exoesqueleto pediátrico del mundo para facilitar el movimiento de niños con patologías neuromusculares y parálisis cerebral, sobre la que también nos habla Viñuela. “También tuvo sus dificultades y ahora está en la cresta de la ola. Con esto quiero decir que con trabajo y dedicación las mujeres pueden alcanzar sus objetivos profesionales. Pero creo que dar un trato de favor por el hecho de ser niña puede malinterpretarse, se les da a entender que sí que hay una diferencia”, advierte.

Confía en que, en España, nos quede menos de una década para acabar con la discriminación positiva y negativa. “Las chicas tienen que alcanzar su posición en el mercado laboral en función de sus capacidades, independientemente del género. Desde luego, desde la Fundación claro que vamos a apoyar iniciativas dirigidas a niñas, pero no específicamente, porque creemos que hay que dar el mismo valor y las mismas oportunidades a todos por igual”.

“Cada vez hay más chicas en todas las profesiones y en las ingenierías terminará pasando igual”.

Ciencia en el cole…

Mientras la organización sigue buscando empresas y entidades interesadas en entrar en su patronato, ya ha empezado a dar forma a dos programas de impulso de vocaciones científico-tecnológicas y de desarrollo profesional. “El primero se llama Dinamizadores STEM y está enfocado en niños de primaria, sobre todo de zonas rurales y de barrios humildes de las comunidades autónomas en las que estamos trabajando: Madrid, Asturias, Extremadura, Andalucía, Castilla y León y, próximamente, en Canarias”.

El proyecto piloto, que arrancó en septiembre con el inicio del nuevo curso, se ha estructurado como actividad extraescolar en la que se enseña a los niños y a sus familiares a hacer ciencia con actividades atractivas, lúdicas y prácticas. Y en la que también caben visitas de profesionales que desarrollan sus investigaciones en sus zonas geográficas.

“Vienen investigadoras de todos los ámbitos: tecnología, biomedicina, física, ingeniería… El objetivo es que los alumnos vean que son personas de carne y hueso, cercanas a ellos, y que se pueden seguir sus pasos independientemente del lugar donde estén”, afirma. Por otra parte, se hilan ciertas temáticas en función de los acuerdos firmados con organizaciones colaboradoras.

A la vuelta de Semana Santa se incorporará la Fundación CSAI, dependiente del Ministerio de Sanidad. En el marco del convenio que hemos firmado vamos a promover iniciativas y acciones para divulgar sobre la obesidad infantil, la diabetes, la importancia que tiene el ejercicio en nuestra vida, etc.”, comenta la presidenta de la Fundación Margarita Salas.

“La científica Margarita Salas no fue tenida en cuenta hasta los 90 por ser mujer”

Imagen de Margarita Salas en una estación del metro de Madrid.

Por el momento, el programa está recibiendo una respuesta muy positiva. “Una de las madres nos contaba que jamás se podía imaginar que su hijo fuera a perdonar sus partidos de fútbol para venir a hacer ciencia. Y que incluso está animando a sus compañeros del equipo. Es muy reconfortante encontrarte con historias así”, reconoce Viñuela.

… y debates en la universidad

El otro programa que la Fundación Margarita Salas tiene en marcha se llama Clubes STEM y está dirigido a estudiantes de 3º y 4º de carreras de esta tipología, y también de Formación Profesional. “Mezclamos a diez estudiantes de diferentes ámbitos. Cada semana se elige a uno de ellos para que plantee un tema de debate relacionado con el mundo STEAM. Por ejemplo, la inteligencia artificial, y se graba un vídeo de un minuto contando las cuestiones a debatir que luego enviará a sus compañeros”.

El objetivo de esta iniciativa es potenciar las habilidades blandas o soft skills: el pensamiento crítico y creativo, el trabajo en equipo, hablar en público, etc. Unas líneas que luego van a poder desarrollar en un hackatón o challenge que se lleva a cabo en colaboración con alguna empresa vinculada, como es el caso de Danone en esta temporada.

“Se les plantea un reto real que tienen que resolver: despejar dudas, abordar aspectos de comunicación, financieros, un plan de marketing, etc. Es una buena oportunidad para su desarrollo profesional y, de hecho, ya estamos viendo cómo las empresas que van participando, así como centros de investigación, tienen interés en fichar a algunos de estos estudiantes como becarios o, incluso, en sus plantillas, lo cual es un orgullo para nosotros”, confirma la entrevistada.


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El futuro

Analizando los dos programas que la Fundación tiene activos, parece extraño que no se cuente con ninguna vía que incluya a alumnos de instituto, en ese momento de decisión sobre qué carrera escoger. “Claro que tendremos que aterrizar con algún programa en esta etapa educativa ese es nuestro objetivo, pero pensamos que debíamos empezar nuestra labor con la infancia, para asentar las bases en esos primeros años escolares, y con los estudiantes que están a punto de dar el salto al mundo profesional”.

Al margen de estas iniciativas, la entidad está participando y concediendo diversos premios que sirvan para dar reconocimiento a personas del mundo de la investigación. Como la viróloga e inmunóloga Ana Fernández-Sesma, que acaba de recibir de manos de Lucía Viñuela el Premio ACES – Margarita Salas de Ciencias Biomédicas.

“Lo hemos entregado hace unos días en Estocolmo, ya que lo organiza la Asociación de Científicos Españoles en Suecia (ACES). Un premio muy merecido para la directora del Departamento de Microbiología de la Escuela Icahn de Medicina en el Hospital Mont Sinaí de Nueva York”, asegura. Además de su trabajo con virus como el del dengue, la gripe o el VIH, se ha reconocido su gran defensa de la vacunación.

Una serie de aspectos que, casi con total seguridad, habrían sido del agrado de la gran Margarita Salas.

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